BALBUCEOS POÉTICOS

 

BALBUCEOS POÉTICOS

 

Copia electrónica de la recopilación poética

que se encuentra en los libros

mecanografiados siguientes:

Balbuceos (130811, agosto de 1986),

Arpegios de un soneto (160736, agosto de 1986),

A la sombra de un soneto (171108, julio de 1991) y

Balbuceos navideños (180825, diciembre de 1987).

Este libro no es más que un

archivo de varias

poesías de diferentes

estilos, épocas y fechas.

Las matrículas que

aparecen al final

de algunos trabajos

son simplemente

las referencias de aquellos

que nos sirvieron

de inspiración.

La mayoría de ellos llevan indicación temática.

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bou1

 

 

 

 

  Barcelona, 8 de noviembre de 2001

———

1 LA SALVACIÓN

Navidad

 

Hay quien dice que en la noche

en que los cielos cantaron,

la salvación anunciaron

a todos los pecadores.

 

 

 

 

030010

  Barcelona, 14 de octubre de 1962

———

2 LA CELEBRACIÓN DE LA NAVIDAD

Navidad

 

Una vez vi a un pajarito

que triste y apesadumbrado

volaba de un lugar a otro

desde mi acera al tejado.

-¡Pobre pájaro –pensé,

y suspiré acongojado,

pues el viento aletargaba

su cuerpecito mojado-.

Mira mamá, pobrecito,

hasta parece apenado.

¿Es que no tiene mamita

para correr a su lado?

-No hijito, ha muerto de frío

mientras buscaba un bocado.

-¡Pobrecito pajarito,

sin casa y desamparado!

-Así estábamos nosotros

en este mundo cansado,

antes que Jesús bajase…

-¿Y cómo nos ha salvado?

-Mira, nació en Navidad

en un campo desolado,

nos levantó y nos guardó

en un jardín estrellado.

-¿Así es nuestra salvación?

-Sí, hijito. Cristo ha cambiado

nuestra triste condición.

-Y así, ¿con ese cuidado,

Jesús trata a los perdidos?

-¡Sí, y de perdido en salvado

nos transforma con su muerte!

-¡Ya! ¿Sabes que me ha gustado

como salva nuestro Dios?

Y una vez en este estado,

¿yo también puedo salvar?

-¡Claro, corazón amado!

Mas, ¿por qué me lo preguntas?

-¡Por un gorrión muy mojado!

-Comprendo, corre a buscarlo

y si lo encuentras helado,

te lo llevas a tu cuarto

y tras haberlo secado

con doce pares de besos

le das este pan rallado,

¡sólo así la Navidad

ganará significado!

-Pues, ¡hasta luego mamá,

que la noche ya ha empezado

y la quiero celebrar

como Él lo dejó mandado!

 

 

 

 

030011

  Barcelona, 14 de octubre de 1962

———

3 LA ORACIÓN Y LA NAVIDAD

Navidad

            Como yo siempre doy guerra,

sólo diré en la ocasión

que gracias a la oración

el Señor nació en la tierra.

 

 

 

 

030012

  Barcelona, 14 de octubre de 1962

———

4 MI NAVIDAD ES ETERNA

Navidad

 

La Navidad que aquí ves

es eterna, celestial,

sana, alegre, musical…

Dime, la tuya, ¿cómo es?

 

 

 

 

030013

  Barcelona, 14 de octubre de 1962

———

5 LA LEYENDA

Navidad

 

Todos los años, mamá me cuenta

la leyenda del niño Jesús,

por eso sé que trajo la luz

en una Navidad muy contenta.

 

 

 

 

030014

  Barcelona, 14 de octubre de 1962

———

6 LA VERDADERA CELEBRACIÓN DE LA NAVIDAD

Navidad

 

Dicen que la Navidad

es para comer turrones…

¡Qué va! ¡Muchos corazones

la pasan en humildad

repartiendo bendiciones

y hablando de las razones

del Cristo de la verdad!

 

 

 

 

030015

  Barcelona, 14 de octubre de 1962

———

7 LOS CAMPOS ESTÁN NEVADOS

Navidad

 

Los campos están nevados,

el aire murmura helado…

 

Silencio en los corazones

porque Cristo aún no ha venido

pese a que fue prometido

por muchas de las canciones.

 

Los campos están nevados,

el aire murmura helado…

 

Sólo tienen esperanza

los que lo esperan ansiosos,

pero el resto de curioso

no resisten la tardanza.

 

Los campos están helados,

el aire murmura helado…

 

Crece la burla en la gente

a la par que su despecho:

-¿Es vuestro Dios tan estrecho

que sólo reina en su ambiente?

 

Los campos están nevados,

el aire murmura helado…

 

-¡Confiar –replica el rebaño-,

Cristo nacerá esta noche,

dispuesto a poner el broche

a las profecías de antaño!

 

Los campos están nevados,

el aire murmura helado…

 

-¿Cómo aguardar un evento

capaz de salvar al mundo,

si en este valle profundo

se termina nuestro cuento?

 

Los campos están nevados,

el aire murmura helado…

 

La respuesta tiene acento

tras el campo angelical:

-¡Cristo nace en un portal

y en el preciso momento!

 

Los campos están nevados,

el aire murmura helado…

 

Al sentir estos sermones,

muchos de los fariseos

se esconden con los ateos

forzados por sus razones.

 

Los campos están nevados,

el aire murmura helado…

 

Su derrota es evidente:

Cristo ha nacido y el humano

ya sueña con el verano

en que se salve la gente.

 

Los campos están nevados,

el aire murmura helado…

 

¡Gloria a Dios en las alturas,

paz y buena voluntad

a los hombres de verdad

que quieren ser sus criaturas!

 

Los campos están nevados,

el aire murmura helado,

mas el calor ha llegado

para licuar los pecados

y son muchos los salvados

que purifican sus almas

aprovechando las calmas

de cientos de maravillas,

pues muertas ya las rencillas

sólo se mueven las palmas.

¡Gloria a Dios en las alturas!

¡Vivan las gentes sencillas!

¡Dejar de golpe las sillas

y cantar buenaventuras!

¡Derretir las amarguras,

pues desde el campo a la sierra,

queda abolida la guerra

y ensalzada la verdad…!

¡Viva, pues, la Navidad

que nos devuelve la tierra!

 

 

 

 

030016

  Barcelona, 15 de octubre de 1962

———

8 LA NOCHE DE NAVIDAD

Navidad

 

La noche de Navidad

es para mí muy hermosa,

pues amén de ser gloriosa

nos enseña caridad.

 

 

 

 

030017

  Barcelona, 15 de octubre de 1962

———

9 EL POBRE DE LA ESQUINA

Navidad

 

-Hoy he visto un pobrecito

reclinado en una esquina…

Di mamá, ¿la Navidad

no es institución divina?

-Sí, en una noche de luna

de la alegre Palestina,

Cristo nació muy despacio

en un pesebre de encina.

-¿No tenía casa?

-No.

-Pobre…

Así, ¿todo el que camina

en la senda que Él trazó,

le glorifica y culmina

el mensaje que nos dio?

-Sí.

-Mamá…

-Dime, Sabrina.

-Dame frutas y turrones.

-¿Ya?

-¡Sí!

-Están en la cocina.

Pero, ¿para que los quieres?

-¡Son para el que está en la esquina!

 

 

 

 

030018

  Barcelona, 15 de octubre de 1962

———

10 LA HISTORIA DEL NIÑO JESÚS

Navidad

 

Si quieren saber señores

la historia del buen Jesús,

se la contaré gustosa

pues me precio de saberla.

Miren: Casi sin quererla

vino a mis oídos un día

en que mi abuela Lucía

nos la contó presurosa.

Resulta que en soluciones

mi abuelita es un portento,

ya que como complemento

a su vida presurosa,

conoce muchos más cuentos

que una simple mariposa.

Así, en tal noche como esta

en que toda la familia

pasa junta los momentos

en que llaman Navidad

para vaciar nuestra cesta

y alegrar sus corazones

con pollo, pasta y turrón,

nos dio por cantar canciones

a los que, por ser pequeños,

nos tenían apartados,

con tan malos resultados

que, enojados los mayores,

nos lanzaron sendos leños.

Llorosos y cabizbajos

aguantamos los sermones

y mal habríamos parado

a no ser porque la abuela,

con gesto de picardía,

nos reclamó a su regazo;

y así, uno con un porrazo

y el otro más malparado,

oímos el cuento citado

frente a aquel fuego que ardía

en un rincón del hogar.

Y quietos ante el anuncio,

quietos hasta de jugar,

oímos lucir a la abuela

sus dotes de narradora,

pues cual caja de Pandora

empezó tan como sigue:

Había cierta vez un hombre

que por José se atendía

que de Galilea salía

camino de su lugar,

pues tenía que ir a buscar

su lugar de nacimiento

después de su casamiento

con la preciosa María.

Y en anda que te andarás,

llegaron hasta su aldea

que era un pueblo de Judea

como muchos ya sabréis.

Como la moza esposada

estaba… un poco malita,

y como no encontró

un lugar más apropiado

que un pesebre abandonado,

allí mismo pernoctó.

Y en esa noche bendita

tuvo lugar el prodigio

que tantos han comentado:

¡Qué Jesús nos vino al mundo,

qué por estas desnudito

en una noche tan fría,

el regazo de María

constituyó su nidito.

Pero que al ser mayor

transformó hasta el infinito

este valle terrenal…

Y aquí anda el punto final

de este formidable cuento.

Y aprovechando el momento

que tengo para contarlo,

me gustaría dedicarlo

a los muchachos presentes,

pues para ser más valientes

en el Reino del Señor,

hace falta más candor

y menos inconvenientes.

 

 

 

 

030019

  Barcelona, 15 de octubre de 1962

———

11 CRISTO NOS TRAJO EL CONSUELO

Navidad

 

Mi mamá me ha comentado

que Cristo bajó del cielo

para acercar el consuelo

al mundo enfermo y malvado.

 

 

 

 

030020

  Barcelona, 15 de octubre de 1962

———

12 EL SUFRIMIENTO DE JESÚS

Navidad

 

Dicen que Jesús nació

en un establo con nieve…

A vosotros, ¿no os conmueve

todo lo que Él padeció?

 

 

 

 

030021

  Barcelona, 15 de octubre de 1962

———

13 UNA EXISTENCIA GLORIOSA

Navidad

 

Qué Navidad tan preciosa

nos regaló el buen Jesús:

¡Vino para darnos luz

y una existencia gloriosa!

 

 

 

 

030022

  Barcelona, 15 de octubre de 1962

———

14 MURIÓ MALDITO

Navidad

 

Recuerdo haber visto escrito

que este Jesús del cantar,

sólo nos pudo salvar

muriendo como un maldito…

 

 

 

 

030023

  Barcelona, 16 de octubre de 1962

———

15 EL PESEBRE FLORECIÓ

Navidad

 

Si Jesús nació en Belén

no fue por andar con miedo;

es que, al no tener sostén

en los ricos de este mundo,

se vio obligado a nacer

en un corralón inmundo

tras hacerlo florecer

con dos geranios y un bulbo.

 

 

 

 

030024

  Barcelona, 16 de octubre de 1962

———

16 LA CERTEZA DEL NACIMIENTO DE CRISTO

Navidad

 

La serena noche de Navidad,

salpicada de aromas diferentes,

nos habla de más hechos elocuentes

que palabras juntó la humanidad.

 

Y es que por simple que sea la verdad,

si se encara a las mentiras patentes,

puede dejarlas solas e impotentes

blanqueadas por su propia necedad.

 

Los que apelan a la casualidad

para razonar los hechos fehacientes,

no dan fe de más milagros presentes

que los que brinda su necesidad.

 

Y si por quiebros de mentalidad

asimilan la vida con los dientes,

es porque tras titularse valientes

se confunden con su debilidad.

 

Si aquella noche trajo la hermandad

para todo un pueblo y demás parientes,

es porque Dios, con sus ojos clementes,

decidió borrar de una la maldad.

 

Y emergió nuestro Cristo en Navidad

rodeado de unos padres muy fervientes,

sencillamente, y sin que otros salientes

burlaran a la negra oscuridad.

 

Y no busquemos otra realidad

si nos tenemos por entes conscientes,

porque las cuestiones entre las gentes

destruyen cualquier posibilidad.

 

Y si pensáis que en Dios no hay igualdad

por ser Señor de cascadas y fuentes,

es cierto que entre mil pajas calientes

se negó a sí mismo por caridad.

 

Entonces, es una barbaridad

no aceptar tantos signos evidentes,

¡Cristo nació sin más inconvenientes

que los que generó su humanidad!

 

Ni existe más infalibilidad

ni existen levantados otros puentes:

¡El Señor dio la paz a sus creyentes

cuando estableció que la Navidad

serviría para salvar a las gentes

que creyesen de buena voluntad!

 

 

 

 

030026

  Barcelona, 30 de octubre de 1962

———

17 CANTO AL NIÑO JESÚS

Navidad

 

Mi canto al niño Jesús

es como veis bien sencillo:

¡Qué siempre me maravillo

al hablar de tanta luz!

 

 

 

 

030027

  Barcelona, 31 de octubre de 1962

———

18 EL NACIMIENTO DE CRISTO FUE ASÍ:

Navidad

Diálogo para dos niñas.

La acción tiene lugar en la calle.

Un banco hacia el foro.

Un buzón de correos.

 

ALICIA.-

  (Al iniciarse la escena deben dar la impresión de que ya llevan hablando un buen rato).

Si vieras Ana, que hermoso

es el cuento de Jesús,

si pudieras ver la luz

de su trono poderoso

o sentir su amor precioso

tan sólo fuera un momento,

seguro que harían del cuento

una historia sin más trabas

que las que siempre contabas

con tu peculiar acento.

 

ANA.-

¡Eso son ajos arrieros!

 

ALICIA.-

Pues seguro que cambiadas.

 

ANA.-

¡Vaya! Si sé que marchabas

por tan finos derroteros,

te hubiera puesto mil peros

cuando vi que me llamabas.

 

ALICIA.-

  (Extrañada).

¡Anda, creí que me buscabas!

 

ANA.-

¿Yo?

 

ALICIA.-

Claro.

 

ANA.-

¡Esta si que es buena!

¡Va, no me hagas una escena!

Dudaba cuando me hablabas,

pero desde que domino

el son de tu pensamiento,

estoy soñando el momento

de seguir con mi camino.

 

ALICIA.-

¡Ay chica, eres un espino!

 

ANA.-

¡Tenme ya por despedida!

  (Hace ademán de irse).

 

ALICIA.-

  (La retiene).

Espera un poco, querida.

Si te hablo de esta manera,

es porque también quisiera

intentar salvar tu vida.

 

ANA.-

¡Gracias, mas tenla por salva!

  (Trata de irse de nuevo).

 

ALICIA.-

  (Suplicante).

¡Mujer…!

 

ANA.-

¿Está decidida?

 

ALICIA.-

¡Sí!

 

ANA.-

  (Se sienta en el banco del fondo del escenario).

Pues termina enseguida

que la ocasión no es tan calva

para pintarla de malva

después de darme este susto.

Y conste que por dar gusto

espabilo a un cementerio.

 

ALICIA.-

Confiaba en tu buen criterio

valorando lo que es justo.

 

ANA.-

Bueno…

 

ALICIA.-

  (Se sienta a su lado).

Amiga, no hay salida

para un pecado tan serio.

El signo del cautiverio

que aferra al alma perdida,

se retuerce dolorida

al hablar de libertad.

Esta es la pura verdad

y las excusas humanas

no son más que unas ventanas

rotas en la oscuridad.

 

ANA.-

Alicia, yo no veo tanto…

 

ALICIA.-

¿No te va la calidad?

 

ANA.-

Un poco de caridad

que nadie es puro ni santo

y si me ganas por canto,

a mí me sobran palabras

para ver que mientras labras

no destilas santidad.

¡Eso de la honestidad

es más cosas de las cabras

que de los hombres decentes!

 

ALICIA.-

Tolero toda tu guasa

porque aún me parece escasa

si con ella te arrepientes…

Deja de hablar entre dientes

y escucha con atención.

 

ANA.-

¡Soy toda oídos!

 

ALICIA.-

Pues la acción

comienza por la mañana

en una casa lejana

del carismático Sion.

Bueno, más que comenzar

la historia que yo te cuento,

se formó en el firmamento

cuando Dios quiso salvar

al hombre que, tras pecar,

le mirase arrepentido.

 

ANA.-

A ver si l o he comprendido:

¿Alguien nos quiso ayudar

antes de echarnos a andar

en este mundo perdido?

 

ALICIA.-

Sí, mas vayamos por partes.

Quedamos en que Jesús

después de mil años de luz

y de formar a las artes,

decidió, tal vez un martes,

que había llegado el momento

de lograr el nacimiento,

pues era tan esperado

como un velero encallado

espera el aura del viento.

 

ANA.-

Vale… Y yo, ¿qué pinto aquí?

 

ALICIA.-

Ten un poco de paciencia

que los temas de conciencia

no son cosa baladí.

  (Pausa).

Su nacimiento fue así:

¡Qué estando José casado,

mejor dicho, desposado,

con María, su mujer,

les vino sin comprender

un embarazo sagrado.

 

ANA.-

¿Qué?

 

ALICIA.-

Bueno, estaban casados

pero sin fase final,

pues el manto patriarcal

los guardaba separados

bajo distintos tejados.

 

ANA.-

  (Irónica).

Vaya una escena tan tierna,

¿dónde está la fuerza eterna?

 

ALICIA.-

Ahora viene, despechada…

Estaba María sentada

en la cámara paterna,

cuando tuvo la visión

de todos bien conocida:

¡Había sido la elegida

para cumplir la misión

que haría que cualquier nación

pudiera por fin salvarse!

 

ANA.-

Pero, ¿y José?

 

ALICIA.-

Al enterarse

del divino privilegio,

escapó del sacrilegio

retardando el acostarse…

Imagino que me entiendes.

 

ANA.-

Muy espeso me parece,

pero sigue, que me crece

la atención por lo que vendes.

 

ALICIA.-

Tranquila, ya no me ofendes.

 

ANA.-

Bueno, ¿quieres continuar?

 

ALICIA.-

Como había que empadronar

a todos los palestinos

según los cauces divinos,

los dos fueron a buscar

aquel pueblo de Judea

con palmeras escarlata.

Y tras larga caminata

a través de Galilea,

llegaron a nuestra aldea

cansados y desmayados.

Y medio desengañados

entre aquella gente ingrata,

hicieron una fogata

en un corral sin cercados,

pues tras andar por arenas

y por oscuras callejas,

no encontraron otras tejas

que no fueran las ajenas.

Por eso, y tras varias penas,

nuestros buenos refugiados

se vieron aposentados

en un desnudo pesebre

montado por un orfebre

para guardar sus ganados.

Pero nunca sobre pajas

se juntó tanta belleza,

pues los brotes de pobreza

propios de mansiones bajas,

se cambiaron por alhajas

de rubí, perla y topacio.

 

ANA.-

Alicia, ves más despacio,

pues así no hay quién te siga.

Perdona que te lo diga,

siempre pensé que un palacio

no sería aquel establo,

pero lo pintas de un modo

que hace que parezca todo

el campo santo de Pablo.

Sin embargo, en un retablo

también lo he visto nacer

y aún así no puedo ver

donde radica el milagro.

 

ALICIA.-

¿Necesitas otro Almagro

para tu Perú?

 

ANA.-

Mujer,

razona por un momento

sin pecar de fantasiosa:

¿Cómo es que pintas gloriosa

toda la escena del cuento

que narra este nacimiento?

 

ALICIA.-

Es que era un bebé muy sano…

 

ANA.-

  (Irónica).

¿No te excedes en la mano?

 

ALICIA.-

Bueno, también se ha sabido

que nuestro recién nacido,

a pesar de ser humano,

tenía el corazón divino.

 

ANA.-

  (Se levanta).

‘Ahora sí que te has pasado!

 

ALICIA.-

Pero si te lo he explicado.

 

ANA.-

Bien, como no hilo tan fino

voy a seguir mi camino…

  (Hace ademán de irse).

 

ALICIA.-

  (Se levanta también y la retiene).

¿Ya no cumples tus promesas?

 

ANA.-

Oye, no salgas con esas

que aunque te estoy escuchando,

no tengo por qué ir tragando

las cosas que me confiesas.

 

ALICIA.-

  (Ligeramente enfadada).

¡No sabes cuánto lamento

que dudes de mi memoria,

así que acabo mi historia

en este mismo momento!

 

ANA.-

  (Se sienta otra vez haciendo gestos conciliadores).

Bueno, termina tu cuento

que luego discutiremos.

 

ALICIA.-

Me parece bien. Veremos

si tras escucharlo todo

te convences de algún modo

de que los dos te queremos.

  (Se sienta junto a su amiga).

 

ANA.-

Claro, algo así me temía…

Pero sigue, que te espero.

 

ALICIA.-

Dicen que aquel mesonero,

famoso desde aquel día,

tuvo piedad de María

al verla tan angustiada

cuando buscaba posada

con su señor carpintero,

y que fue tanto su esmero,

que sin cobrar para nada

les dio dos mulas muy listas

y una cuadra abandonada,

que es la que ha sido pintada

por muchos de los artistas.

Tratados, pues, de turistas

y sin lanzar una queja,

aquella santa pareja

elegida del Señor,

se quedó sin más calor

que el que les daba una reja

calentada con sarmiento,

y la paja regalada

tras haber sido pisada

por los cuatro regimientos

que vigilaban los vientos,

las casonas y las redes.

Y ellos, a quien las mercedes

divinas y humanas miman,

miran como se aproximan,

a través de las paredes,

las horas del desenlace

que tanto habían esperado.

Y nace el Ser anunciado

que no sólo les complace,

sino que igual satisface

a la demás concurrencia.

Y nace el que por herencia

es Señor de los humanos,

el que, con sus propias manos,

sembrará tanta clemencia

cuando sea crucificado,

que nos abrirá el camino

hacia el remanso divino

tantas veces añorado

a partir de aquel pecado

que dejó tanta secuela…

¡Por eso, María consuela

el primer llanto divino

y por eso, me imagino

que con alguna cautela,

le llamaron Emanuel

para decir a unos y a otros

que Dios está con nosotros

desde el desierto el vergel

y desde Nepal a Israel!

 

ANA.-

¡Anda! ¡Pues yo siempre he visto

que a ese a quien tú llamas Cristo

todos le llaman Jesús!

¡Creo que confundes la luz

con la llamita de un mixto!

 

ALICIA.-

Pues es lo mismo, querida,

no varía el significado.

Este Niño consagrado

con el halo de la vida,

era Dios en la partida

y Dios en el nacimiento.

 

ANA.-

A ver, descansa un momento.

Mira lo que son las cosas

porque no todas las rosas

sirven como condimento.

 

ALICIA.-

  (Algo picada).

¡Tú dirás, pues yo no miento!

 

ANA.-

Paso en el recién nacido

santamente concebido,

pero lo que no consiento

es que para mi escarmiento

digas tal barbaridad.

 

ALICIA.-

Pues insisto en que es verdad.

 

ANA.-

Será una parte del drama

que tras reforzar la trama

se llena de oscuridad.

 

ALICIA.-

Huelo un recelo infundado…

 

ANA.-

  (Se levanta).

¡Es que el asunto es muy magro!

Afirmas que ese milagro

magistralmente hilvanado,

consiste en que el bien amado

Señor todopoderoso,

dio a una madre sin esposo

un ser recién engendrado.

¿Voy bien?

 

ALICIA.-

Sí.

 

ANA.-

Queda aceptado,

aunque lo veo muy hermoso

para entenderlo sin fe.

Bien. Quedamos en que el Niño

por exceso de cariño

o por ciencias que no sé,

fue adoptado por José

en una noche lunar

a todas luces sin par.

¿Es eso lo que has contado?

 

ALICIA.-

Más o menos hilvanado,

¿a dónde vas a parar?

 

ANA.-

Lo verás en un momento

si aprendes a estar callada.

 

ALICIA.-

Está bien, no diré nada.

 

ANA.-

Pues hay algo en este cuento

que me suena más a invento

y a consulta de mercado

que a un suceso constatado.

 

ALICIA.-

A ver, ¿qué quieres decir?

 

ANA.-

Oye, no es por discutir,

pero ese Niño sagrado,

¿es Dios?

 

ALICIA.-

¡Sin lugar a dudas!

 

ANA.-

Pues si aún sabemos contar

tendremos que comparar,

con el permiso de Judas,

a su madre con las mudas

que genera con destreza

la propia naturaleza

en su procesión mutante,

pues si Rey era el infante,

¡su madre de la realeza!

De no ser resultaría

sin pensar el primer cante

que no fueran consonante

el Niño Dios y María.

 

ALICIA.-

Eso ya me lo temía.

 

ANA.-

¿Por qué?

 

ALICIA.-

Eres tan sensiblera

que…

 

ANA.-

Un momento Alicia, espera

que formule la pregunta,

¿cómo poder sacar punta

en el borde de una esfera?

¿Cómo, si Dios es eterno,

puede nacer en la tierra,

trabajar con una sierra

y estar expuesto al infierno?

¿Por qué aguantar un invierno,

y muchos otros peligros,

si desde más de mil siglos

ya dominaba al averno?

¿Por qué dejar un gobierno

mucho mejor que el de Migros?

Mas, ¿deja su eternidad

convirtiéndose en finito

o ensalza hasta el infinito

su propia maternidad?

 

ALICIA.-

Casi das con la verdad.

 

ANA.-

Explícame tus razones.

 

ALICIA.-

  (Se levanta y muy juntas, cogidas del brazo, se adelantan a las candilejas, hacia el primer plano).

Mira, todas las cuestiones

suelen tener las dos caras…

 

ANA.-

¡Déjate de cosas raras

y enséñame tus versiones!

 

ALICIA.-

Difícil será la cosa,

mas trataré de explicarme

y como no quiero liarme

con una acción tediosa

que me convierta en odiosa,

intentaré ser sencilla

ya que cualquier maravilla

se vuelve más comprensiva

cuándo sabes que está viva,

cuándo ves que al final brilla

y cuándo más se aproxima

al lenguaje más corriente.

Sólo así, con este ambiente

llegaremos a la cima…

 

ANA.-

  (Burlona).

¡Si ves que algo no te rima,

busca palabras más recias!

 

ALICIA.-

  (Sin hacer caso).

Ese problema que aprecias

en toda mi explicación,

encierra la solución

no en cuatro palabras necias,

sino en las mil sutilezas

que configuran la gente,

pues debes tener presente

que, aparte de otras bellezas,

nuestras dos naturalezas

se juntan y complementan.

 

ANA.-

¿Así que eso es lo que cuentan?

 

ALICIA.-

Sí, alma y cuerpo van unidos

y entrelazando los nidos

que conforman y alimentan

a cualquier persona humana.

 

ANA.-

¿Y a eso lo llamas sencillo?

Yo lo veo como un castillo

de la estepa castellana

que perdida su campana

tiene que tocar a muertos

con las tejas de los huertos

y los palos de pastores.

¡Venga ya, cambia de flores

que si tus dichos son ciertos,

me dejan tan preocupada

que ya no sé si la calma

me viene por tener alma

  (Señala a su cuerpo).

o por tener su fachada!

 

ALICIA.-

¡Es que no te esfuerzas nada!

 

ANA.-

¿A dónde vas a parar?

Si no me dejas hablar

siempre tendrás la razón…

Además, mi corazón,

aparte de palpitar,

no entiende de sutilezas.

 

ALICIA.-

Bien. Desde el primer momento

se fraguó el comportamiento

de las dos naturalezas.

Y es ahí donde muchas piezas

encajan con precisión,

pues con la separación

de tan firmes elementos

tengo que acabar los cuentos

del Restaurador de Sion

y su santo nacimiento.

 

ANA.-

Pues venga la conclusión

que pienso que la ocasión

no sólo nos viene a cuento,

sino que es nuestro alimento.

 

ALICIA.-

Estupendo.

 

ANA.-

¿Lo repito?

 

ALICIA.-

¡No…! Al ser de cuerpo finito

nacemos y nos morimos.

Bien. Mas, ¿sabes si subimos

enteros al infinito?

 

ANA.-

Yo…

 

ALICIA.-

El espíritu es el viento

con una vida especial.

Así, si no es material,

ni pasó por nacimiento

ni le afecta el crecimiento.

Por lo que queda aclarado

que los padres sólo han dado

el cuerpo y su movimiento.

 

ANA.-

¿Y el espíritu?

 

ALICIA.-

¡Es el viento

que Jesús nos ha entregado!

Y a partir de este momento

podemos decir con calma

que su madre no nos salva

y que sólo fue instrumento

del glorioso advenimiento.

 

ANA.-

Comprendo el significado…

 

ALICIA.-

Sí, Cristo nos ha salvado

de las iras del infierno,

porque siendo un Dios eterno

así lo tenía pensado.

 

ANA.-

Bien, ¡gracias por tu llaneza

y por tus ganas de ayuda!

¡Nunca más seré tan ruda…!

Y hablando ya con franqueza,

hasta entiendo la nobleza

del Cristo de las naciones.

 

ALICIA.-

Ya veo que mis oraciones

están siendo contestadas.

Ana, ¡bienaventuradas

las querencias e ilusiones

que al principio confesamos!

 

ANA.-

Oye entiendo, mas no creo

y no es fácil de creer.

 

ALICIA.-

Ya veo,

pues seguiré orando…

  (Se van yendo hacia la izquierda).

¡Vamos,

vé tranquila!

 

ANA.-

¿Nos llamamos?

 

ALICIA.-

¡Claro!

 

ANA.-

¿Orarás?

 

ALICIA.-

¡Desde el alba!

 

ANA.-

  (La besa).

Bien…

  (Medio mutis).

¿Cómo puedo ser salva?

 

ALICIA.-

¡Creyendo que Jesucristo,

amén de haberlo previsto,

subió a una ladera calva

y murió por tus pecados…!

¡Quiera Dios darte el acento

que guíe tu arrepentimiento

hacia el sol de los salvados!

 

ANA.-

Te agradezco tus cuidados.

 

ALICIA.-

Yo siempre te ayudaré.

 

ANA.-

¡Gracias amiga, lo sé!

¡Adiós!

 

ALICIA.-

Oraré por ti, Ana.

 

ANA.-

¡Gracias otra vez, hermana!

¡Adiós!

 

ALICIA.-

¡Cuídate… y ten fe!

 

ANA.-

¡La tendré…! ¡Adiós!

  (Se va por la izquierda).

 

ALICIA.-

¡Adiós, Ana!

  (La mira desaparecer y exclama pensativamente):

Quisiera que mis palabras

saltasen como las cabras

por los riscos de Doñana

para abrir una ventana

en un valle tan perdido,

que sólo un recién nacido

puede hacerlo florecer

por el hecho de nacer

y por ser tan desprendido…

¡Sólo si fuera mi hermana

sería posible emprender,

en el mismo atardecer,

el camino del mañana!

¡Quiera Dios que aunque sin gana

haga suyo este refrán

y se escape del Satán

que la tiene encadenada,

pues es alma muy amada

para tan mal capitán!

  (Se vuelve hacia los espectadores y adopta una actitud de oración, manos unidas y mirada dirigida al cielo).

¡Señor, que tu nacimiento

la mueva a salir del lodo,

pues es el único modo

de abandonarse en el viento

que da el arrepentimiento!

¡Señor, que tu bendición

alcance a toda la nación,

reino, país y continente,

para que toda la gente

acepte tu salvación,

tu mansedumbre y tu bien!

¡Qué tu paz y tu nobleza

nos devuelvan la grandeza

y nos sirvan de sostén!

Por tu hijo Jesús… ¡Amén!

  (Va a irse por la derecha, pero parece darse cuenta de la existencia del público y avanza hacia él llena de extrañeza).

¡Anda! ¿Cuándo habéis llegado?

¡Sabéis que Cristo ha bajado

y que puede estar aquí?

  (Se adelanta hasta las candilejas y se siente encima de ellas, acomodándose como si fuese a empezar el cuento de nuevo).

Su nacimiento fue así:

¡Qué estando José casado…!

 

 

 

 

030028

  Barcelona, 8 de noviembre de 1962

———

19 UN BROCHE PARA EL NIÑO DIOS

Navidad

 

¡Mamá me dice, y es verdad,

que si soy buena esta noche,

sería como dar un broche

al Rey de la Navidad!

 

 

 

 

030030

  Barcelona, 12 de noviembre de 1962

———

20 ORACIÓN DE NAVIDAD

Navidad

 

Santo Niño de Belén,

¡gracias por haber bajado!

Te pedimos el sostén

que nos tienes preparado

para que al decir ¡amén!,

te sientas tan encantado

que quieras darnos también

el cielo recién comprado.

 

 

 

 

030031

  Barcelona, 12 de noviembre de 1962

———

21 EL ÁNGEL CANSADO

Navidad

Diálogo para dos niños.

 

NIÑO.-

  (El mayor niño de los dos. Va vestido pobremente y está sentado en una piedra de la calle. Árboles, buzón de correos y quiosco. Manos y ojos al cielo en actitud de súplica).

¡Ayúdame, Niño mío!

Te daré mi gratitud

si me guardas la salud

y me sacas de este lío.

Y no me olvides… ¡Confío

en que por haber nacido

conocerás de corrido

lo pobre de mi niñez!

Si en casa somos diez

para tener un vestido

y recibir alimento,

imagínate el partido

que se forma en ese nido

a poco que suene el viento

con aroma de alimento

del puchero del cocido.

  (En una actitud más desenfadada).

Si te sientes ofendido

por lo impropio de mi queja,

dales de comer y deja

mi caso para un barrido

o un fregado algo más fausto.

  (Pausa. Se lleva la mano a la oreja para hacer ver que está escuchando).

No contesta… Y se hace tarde.

A lo mejor es que no arde

la leña de mi holocausto

o que corro tan exhausto

que sólo percibo el humo…

  (Pausa en la que adopta la actitud inicial).

¡Padre mío…! Si no presumo

de ser una buena pieza…

Sólo que me da tristeza

que unos almuercen con zumo

y otros chupan la corteza.

Anda, deja de abrir sobres

y baja a ver a los pobres

pues tu profunda grandeza

puede aliviar la pobreza.

  (Espera de nuevo la respuesta).

¿No dices nada? Ya entiendo,

mi caso te está aburriendo

o tienes tantos pendientes

que los mismos expedientes

te impiden seguir queriendo.

  (Inclina la cabeza lleno de pesar y se recuesta en la pared como si estuviese esperando algo o a alguien. De pronto, bruscamente, aparece un ángel pequeño por la izquierda, caracterizado al efecto. Entra en escena como si alguien le hubiese dado un empujón).

 

ÁNGEL.-

  (Hablando hacia la izquierda).

¡Se lo diré de tu parte!

  (Al público en un aparte).

¡Hay que ver cuánto trabajo!

  (Se planta delante del niño y le dice con cierta gracia):

¡Eh, arriba ese desparpajo,

que estoy aquí para ayudarte!

 

NIÑO.-

  (Levanta la cabeza).

¿Qué…? ¿Es que tratas de mofarte?

¡Si no te tienes derecho!

 

ÁNGEL.-

Mira, pese a tu despecho,

¡soy un ángel del Señor!

 

NIÑO.-

¿Tú? ¡Anda ya, que con ese color

también lo tengo en mi techo…!

Cambia de timo, maleta,

o vas a pasar más hambre

que las moscas del enjambre

que crece en una maceta.

¡Anda y cambia de chaqueta

que así pareces un gato,

y pronto, que tu retrato

no coincide con un ángel!

 

ÁNGEL.-

  (Ofendido).

¡Pues mi padre es un arcángel

y controla el aparato

de la sexta galería

y del octavo pasillo!

 

NIÑO.-

¡Ya, y yo que soy  poco pillo

hago ver que lo sabía!

 

ÁNGEL.-

Si no lo fuese, ¿sabría

que estás pasando un mal rato?

 

NIÑO.-

Es verdad. ¡Con ese plato

me acabas de convencer!

Además, ya puedo ver

ese nimbo medio chato

y el proyecto de dos alas

que corren desde tu espalda

hasta esa especie de falda

cosida con hebras ralas.

Por otra parte, a las malas

  (Se levanta).

Te puedo en una paliza.

 

ÁRGEL.-

Desde luego, ser nodriza

de un niño desamparado,

es algo tan mal pagado

que el descanso ya me hechiza.

Así que vuelvo a los cielos,

pues anulada esta liza

tal vez me manden a Ibiza

como premio a mis desvelos.

  (Empieza a irse hacia la izquierda a la par que habla dolorosamente).

Recorro cientos de suelos

en bien del necesitado

para quedar humillado

por el primer descosido

que duda de mi partido.

  (Se vuelve hacia el niño).

¡Bah, tenme por no llegado!

 

NIÑO.-

  (Le coge por el brazo y lo retiene mientras levanta su mano libre de forma amenazadora).

Como abandones el suelo

sin haberme comentado

el mensaje que te han dado,

no sólo no irás al cielo,

sino que no habrá otro vuelo,

puesto que de una pedrada

volverás a hacer tu entrada

por la puerta de la izquierda.

  (Lo suelta y le arregla el pelo y la ropa que haya podido arrugarle).

¡Bueno, no hagas que me pierda

y explícame tu embajada!

 

ÁNGEL.-

¡Lo intentaré si me dejas!

 

NIÑO.-

  (Insiste en sus amenazas para que se de prisa y claridad).

¡Pero con voz de tenor!

 

ÁNGEL.-

  (Sin hacer caso de sus gestos).

Resulta que mi Señor

ha recibido tus quejas

casi sin mover las cejas

y las ha solucionado.

Por eso estoy a tu lado

y por eso vas a ver

que en asuntos del querer

eres un aficionado,

pues pedir a mano alzada

no es muy buena solución.

 

NIÑO.-

¡Anda, peor es la canción

que promete y no da nada!

 

ÁNGEL.-

Bueno, dejemos la espada

y escucha con atención

puesto que la salvación

puede darle algún sentido

a una vida de perdido

que busca su remisión:

Resulta que se ha sabido

que igual tuvo que nacer

de una sencilla mujer

y de su pobre marido,

y si por haber nacido

en un pesebre de paja

tuviese la moral baja,

¿dónde iríamos a parar?

 

NIÑO.-

Pero, ¿te quieres callar?

¡Tu cabeza no trabaja

si no es a base de gritos!

 

ÁNGEL.-

¿Qué?

 

NIÑO.-

¡Qué yo no quiero nada!

¡Qué si pido una fabada,

pan y calamares fritos,

es para mis hermanitos!

¡Qué no es por mi condición

el fondo de la oración!

  (Muy digno).

¡Yo pido por mi familia!

 

ÁNGEL.-

Me gusta tanto amor filia.

Bien, sigo sin dilación:

Puedes marcharte contento

ya que dentro de unas horas,

aquellos a quienes lloras

habrán hallado sustento…

  (Hace ver que oye una voz que le viene por la izquierda).

Me dicen que en un momento

pueden llegar a tu casa

diez cestas de rica masa,

fresas, ensaladas, sopas,

sillas, carteras y ropas…

 

NIÑO.-

  (Lo coge por las solapas).

Oye tú, ¡basta de guasa!

 

ÁNGEL.-

¡Espera…!

 

NIÑO.-

  (Lo suelta).

¿Es cierto eso?

 

ÁNGEL.-

Pues mira, de ti depende.

 

NIÑO.-

No me digas. ¿Por qué?

 

ÁNGEL.-

Aprende,

y no te quedes tan tieso:

Sé que si te vas expreso

dando muestras de haber creído,

Dios te lo habrá concedido

aun antes de haber llegado.

 

NIÑO.-

¿No me engañas?

 

ÁNGEL.-

  (Se hace el ofendido).

¡No he bajado

para jugar un partido

con tu bendita inocencia!

 

NIÑO.-

Pareces tener razón.

 

ÁNGEL.-

¡Ya…!

 

NIÑO.-

¡Me voy, que el corazón

ya no aguanta la impaciencia

y carece de paciencia

para llegar al final!

 

ÁNGEL.-

¡Ves y no te portes mal!

 

NIÑO.-

Descuida, que ya me tienes

convencido…

 

ÁNGEL.-

¡Qué bien!

 

NIÑO.-

¿Vienes?

 

ÁNGEL.-

  (Señalando hacia la izquierda).

Tengo que ir a un hospital…

 

NIÑO.-

  (Se va hacia el medio mutis de la derecha, pero antes de llegar se vuelve).

Pues, ¡adiós…! Oye, ¿no mientes?

No claro, eres un celeste.

Bien, pues aunque me cueste

me voy a mover los dientes

con mis queridos parientes.

  (Va a desaparecer).

 

ÁNGEL.-

¿No das gracias al Señor?

 

NIÑO.-

Se hace tarde y a lo mejor

no sé ni como expresarme.

¡Ea, tú puedes excusarme

aunque me conozcas peor!

 

ÁNGEL.-

Pues…

 

NIÑO.-

Lo dicho: ¡Voy lanzado

para ver como es tu anuncio!

  (Se va corriendo por la derecha).

 

ÁNGEL.-

  (Defraudado).

¡Vaya, yo de esta renuncio

aunque lo tenga vedado!

  (Pausa en la que se sienta en la piedra que había ocupado el niño).

Bueno… Cumplido el recado

y superada esta fase,

me reportaré a la base

en busca de otros destinos

que si no fueran divinos

no habría quién los aceptase,

pues ni nos dan vacaciones

ni nos pagan de verdad…

Claro que la caridad

me hace ver muchos rincones,

aumentar las relaciones

y andar…

 

VOZ EN OFF.-

  (Por la izquierda).

¡Gabrielito!

 

ÁNGEL.-

  (Se levanta).

¡Cielos,

parece que mis anhelos

ni siquiera le han gustado!

  (Mirando hacia la izquierda).

Padre, no estés enfadado

que no me quejo por celos…

Ha sido como un desmayo

en un momento algo tonto.

Sí, ya lo sé, por lo pronto

he acabado este ensayo

como una lluvia de mayo

en un campo de secano…

  (Hace ver que espera una respuesta por el lado de siempre, la izquierda).

¿Qué dices? ¿Qué vaya al grano?

¿Qué eso es lo que hacemos todos?

Sí, pero de todos modos…

Bien, tú eres el decano,

mas no quiero ir a los cielos

si no puedo despedirme…

  (Se adelanta hasta las candilejas).

Muchachos que podéis oírme

y que entendéis mis recelos:

¡No dejéis que vuestros celos

os hagan cerrar la mano,

pues ayudar al hermano

con total desprendimiento,

es el nuevo mandamiento

de este Señor tan humano!

Y si tenéis una tarta

debéis partirla con ellos,

pues si Dios pone los sellos

el hombre tira la carta

tanto si se llama Marta

como Miguel Alvarado…

  (Al cielo de la izquierda).

¿Qué, papá? ¡A que te ha gustado…!

De acuerdo y de mil amores.

  (Al público).

¡Hasta la vista, señores!

  (Hace ademán de irse, pero se lo piensa mejor y se encara con el público).

¡Caso de necesitarme,

no tienen más que llamarme

a la mansión de las flores!

  (Hace una reverencia y desaparece corriendo por la izquierda).

 

 

 

 

030032

  Barcelona, 14 de noviembre de 1962

———

22 ADORACIÓN MUNDIAL

Navidad

Cinco niñas principiantes.

 

ADORACIÓN de los pastores.-

Estando ciertos pastores

vigilando a sus corderos,

vieron a tres mensajeros

que después de saludar

no dejaron de cantar:

¡Cristo ha nacido entre flores…!

Por eso, tras merendar,

fueron juntos a adorar

al mejor de los señores.

 

ADORACIÓN de los reyes.-

Los reyes, llenos de halagos,

desde oriente se vinieron

y con astucia supieron

donde estaba en Bien Nacido.

Y una vez ya conocido,

y asegurados los pagos,

le ofrecieron tantos dones

que el tema de las canciones

siempre los ve como Magos.

 

ADORACIÓN de los padres.-

También los padres del Niño

optaron por adorarle

y después de agasajarle

con pan y leche de ovejas,

aún sobraron tres bandejas

con dos quesos y un pestiño.

Y es que era para adorar

saber que podía salvar

a base de su cariño.

 

ADORACIÓN de los ángeles.-

Los ángeles que alabaron

con escogidas canciones,

también dieron bendiciones

al Niño de nuestro cuento,

pues después del nacimiento

el tema que señalaron

volvió a ser el ya sabido:

¡Qué Jesús había nacido

para quiénes lo llamaron!

 

ADORACIÓN del mundo.-

Y los nacidos del mundo

también vamos a adorarle

porque queremos amarle

con el mejor sentimiento,

pues sólo su nacimiento

y su cariño profundo,

nos puede ser de consuelo

hasta el día en que nuestro vuelo

nos lleve a un país más fecundo.

 

 

 

 

030033

  Barcelona, 15 de noviembre de 1962

———

23 LA MUERTE VENCIDA

Navidad

 

¡Cristo supo encadenar a la muerte

en el mismo momento de nacer

y nos demostró, para nuestra suerte,

que igualmente la podríamos vencer!

 

 

 

 

030034

  Barcelona, 16 de noviembre de 1962

———

24 NOMBRE DE REDENTOR

Navidad

 

El pecado vino por un hombre

que se comparó con el Creador,

obligando a nuestro Redentor

a desenredar ovillo y entuerto,

pues no había nadie más en el Huerto

que tuviese el suficiente nombre.

 

 

 

 

030035

  Barcelona, 16 de noviembre de 1962

———

25 ORO, INCIENSO Y MIRRA

Navidad

Juguete escénico para tres

muchachos vestidos de época,

sentados alrededor de un fuego.

 

MELCHOR.-

Me llamo Melchor, señores,

amo de vidas y haciendas,

pues soy quien lleva las riendas

del mercado de las flores

que visten de mil colores

a mi pequeña nación.

Y puesto que una canción

tiene varias consonantes,

volveré a decir lo de antes:

¡Por mi regia condición

y el escudo de mi casa,

dejé país, ciudad y templo

para sembrar el ejemplo

a quien sin querer amasa

entre la leña y la brasa

de los buenos corazones…!

Bueno, y dichas mis razones

justo es que, por ser más diestras,

pasemos a ver las vuestras.

 

GASPAR.-

Tal vez no llegue a tus dones,

pues en letras de canciones

mis pueblos son más modestos,

pero al ver sus ojos puestos

en mis continuos sermones,

encuentro las soluciones

a cualquier caso espinoso.

Soy creyente poderoso

de soles y de galaxias

por ver si acallo las ansias

de este siglo tenebroso

que da la espalda a lo hermoso

a causa de su arrogancia.

También me sobra elegancia

para deciros gozoso

que me siento más esposo

de las cortes celestiales

que de los malos mortales,

mas si alguna cosa tengo

es más del pueblo que vengo

que de mis artes marciales.

 

BALTASAR.-

Pues puestos a quitar males,

a rebajar sufrimiento

y a luchar contra el tormento

de los amos animales,

puedo citar con modales

al pueblo que represento

y hasta cargar el acento

aplaudiendo con las manos,

pues en derechos humanos,

aparte de dar aliento,

nos sentimos los señores

que tras inventar el texto

nos quedamos con lo puesto.

Bueno, después de estas flores,

apunto que mis amores

son las personas humanas,

pues sólo amando con ganas

se aprende sabiduría;

así, al terminar el día,

puedo cuidar de mis canas.

 

MELCHOR.-

Bien, pero ¿a qué te dedicas?

 

BALTASAR.-

¡No hago más que asesorar!

 

GASPAR.-

¿Y qué has venido a buscar

con estas ropas tan ricas?

 

BALTASAR.-

Enseguida abro mis plicas

pues algo tienen de extraño:

Esperaba el fin del año

en mi reinado de Oriente,

cuando algo sobresaliente,

por importancia y tamaño,

se me presentó en la mente.

La idea era tan singular

que ya no pude dudar

que, amén de ser excelente,

iba a salvar a la gente

de la amargura de Mara…

Soñé que una estrella clara

me llevaba hasta un lugar

donde todo era cantar

y melodiosa algazara.

 

MELCHOR.-

¿Quieres decir?

 

BALTASAR.-

¡Yo no miento!

 

MELCHOR.-

Tranquilo, no es que me cueste

lo del mensaje celeste,

pero el resto del invento…

 

BALTASAR.-

¡La fiesta era un nacimiento!

 

MELCHOR.-

¡Ah…!

 

GASPAR.-

  (A Baltasar).

¿Tú también lo sabías?

  (A Melchor).

Desde Adán a Malaquías

y desde el este hasta el oeste,

ningún suceso como este

cumple tantas profecías.

 

BALTASAR.-

Sí, este Dios del sufrimiento

era esperado con ansia,

por eso dejé mi estancia

y sin parar un momento,

me fui a un desierto con viento

y ya en esta encrucijada

en la que no se cría nada,

  (Señalando al y al otro).

me encuentro con un asceta

y a un sabio medio profeta

marchando tras la llamada.

Decirme, ¿también buscáis

al Niño de mi cantar?

 

MELCHOR.-

¡Yo sí!

 

GASPAR.-

¡Y yo!

 

BALTASAR.-

¡Contar, contar…!

¡Decirme lo que pensáis!

¿Vosotros también soñáis?

 

MELCHOR.-

Sí…

 

GASPAR.-

¡Alto, dejarme un pasillo!

  (A Baltasar).

Lo que pides es sencillo

ya que esa misma experiencia

tiene que ver con la ciencia

de la que me maravillo…

También yacía meditando

al recibir la visión:

Miraba la colisión

de dos astros muy cercanos,

cuando sones infrahumanos

sin nada de polución,

me explicaron la canción

que estamos considerando:

¡Qué todos vamos marchando

por encontrar la nación

que los astros han marcado

y que el Niño que ha nacido

es el Mesías prometido

al mundo desesperado!

Por eso dejé el ganado,

la lente, el pan y el florero,

y corrí tras el lucero,

una estrella muy brillante,

hasta pararme delante

de esa especie de sendero

que marca la encrucijada.

Y al traspasar esa duna,

me encuentro con la fortuna

que ya ha sido señalada:

¡Qué sin saber casi nada

y sin conocerlos de antes,

me encuentro a dos caminantes

que sin rumbo definido,

parece ser que han seguido

señales tan importantes!

 

BALTASAR.-

¡Alabado sea el Señor

ante tanta coincidencia!

 

MELCHOR.-

Alto, espera, ten paciencia

y reprime tu candor,

pues alabarás mejor

cuando oigas mi experiencia…

Ya veo que Dios y su ciencia

van más allá de mi casa

y que su fama traspasa

fronteras con resistencia,

espesuras con maleza

y las vallas de un pinar.

Ved: También vi sin buscar

por mi continua pereza,

ese sueño de grandeza

que no trato de explicar

por no doblar el cantar.

Sólo diré con llaneza

que vi en él tanta belleza

que no la podría pintar

ni el paisajista más listo

ni el autor con más destreza,

pues no existe más nobleza

que la de Dios y su Cristo.

Bien. Pienso que ya habéis visto

la razón que me ha movido.

Y para que el Bien Nacido

tenga el trono asegurado,

ayudaré a su reinado

con el oro que he molido.

  (Saca una bolsa de su bolsillo y la deja en el suelo, delante suyo).

 

GASPAR.-

Pues mira, a mí me ha gustado

ese detalle estilista,

mas como le veo un artista

y un Santo sacrificado,

aquí le traigo tapado

  (Saca un tarro de su bolsillo y lo deja en el suelo, igual que su compañero).

este incienso de primera,

pues pienso que su bandera

es blanca por la pureza

y roja por la nobleza

de una entrega tan sincera.

 

BALTASAR.-

Me gustan las dos medidas

y a los dos daría la mano,

mas como le veo un hermano

de las almas doloridas,

yo le traigo dos medidas

de mirra purificada.

  (Saca un frasco de su bolsillo y lo deja en el suelo, delante suyo al igual que los demás).

¡Así queda bien marcada

la misión del Rey nacido!

 

MELCHOR.-

Sí, los tres hemos sabido

que reforzará la azada

y de lanzas hará cañas,

que su amor será el ungüento,

la moraleja del cuento,

la paz de gentes extrañas,

el querer de las entrañas

y muchas más cualidades…

Claro que en estas verdades

ahora no hemos coincidido.

 

BALTASAR.-

Bueno, nada se ha perdido,

pues en cuestiones de dar,

importa más entregar

que engrosar las cantidades.

 

GASPAR.-

Dices una gran verdad.

  (Se levanta, recoge su tarro y se adelanta un tanto hacia el público).

Ahora quiero resaltar

lo que dice Baltasar:

¡En cuestión de caridad

cualquier mes es Navidad!

Así, si queréis venir,

ninguno podrá impedir

que engroséis la comitiva

y si veis que es excesiva

la carga para salir,

pensar que hasta tenéis coches

de poderoso encendido

y que para haber venido

yo he cabalgado cien noches.

  (Se retira hacia la derecha de la escena esperando a sus compañeros).

 

BALTASAR.-

  (Se levanta también, recoge su pequeño frasco y se adelanta un tanto, dirigiéndose a Gaspar)

Deja en paz a los reproches

que sólo valen de arriba

y piensa que aquel que priva

a un alma de libertad,

no verá la eternidad

por más que ande, muera o viva.

Además, por bien divino,

y al menos por esta zona,

¡Belén es toda persona

que vemos en el camino!

  (Al público).

Entonces, yo me imagino

que pueden ir cuando quieran

y que, ¡sólo con que no hieran

al resto de caminantes,

pueden marchar consonantes

con los que ya nos esperan!

  (Se retira también hacia la derecha, hasta parar junto a Gaspar).

 

MELCHOR.-

  (Se levanta, coge su bolsa y se adelanta también hasta la concha del apuntador).

Dice bien mi compañero,

mas si a Belén, mis amados,

se va por todos los lados,

es justo saber primero

las notas del cancionero

que se conjugan con gozo:

¡Quién quiera salir del pozo

que le causa su pecado,

debe dejar el tejado

que se construyó de mozo

y mirar al Salvador,

que después de haber nacido

murió en el Monte Perdido

por salvar al pecador!

¡Vamos a ver al Señor!

¡Vayamos en procesión

a cantar al rey de Sion

con mente limpia y contrita,

pues la vida se limita

y después no habrá ocasión!

  (Se va hacia la derecha y cuando llega al lugar donde están sus compañeros, saludan a la vez y salen los tres en fila india dejando la escena vacía).

 

 

 

 

030036

  Barcelona, 21 de noviembre de 1962

———

26 ¿CRISTO NACERÁ OTRA VEZ?

Navidad

 

¿Sabéis por qué resulta tan fría

la larga noche de la Navidad?

¡Pues, por qué no existe caridad

para con el hijo de María!

Ver: Resulta que cuando ascendía

con ángeles y brumas envuelto,

mandó a los discípulos del huerto

que hablasen de su eterna verdad

desde el corazón de la ciudad

al rincón más duro del desierto.

 

Y aunque los doce le hicieron caso,

muchos otros, por comodidad,

celebran esta festividad

comiendo pan y durmiendo al raso,

bebiendo vino y tirando el vaso,

ignorando que la profecía,

aparte de señalar un día,

nos habla de tantos nacimientos

como razones y pensamientos

van del Adviento a la Epifanía

 

y que Cristo siempre repetía

que a pesar de ignorar el momento,

su segundo y nuevo advenimiento

también al final se cumpliría

y que más tarde separaría

a la simiente de la cizaña…

¿No es mejor el corte de guadaña

que ser arrancados por despojos?

¡Pues dejarlos cómodos rastrojos

y luchar por los campos de España!

 

¡Ir y comprometer vuestros ases!

¡Va, no temáis salir a la mies,

pues si el Niño Dios os da los pies,

también os ayudará en las frases!

¡Va, salir a confirmar sus bases

y a ensanchar las cuerdas de sus dehesas,

pues dice en una de sus promesas

que si ayudáis a salvar el mundo,

no habrá ese nacimiento segundo

pero volverá con más sorpresas!

 

 

 

 

030038

  Barcelona, 23 de noviembre de 1962

———

27 DÍA DE FRATERNIDAD

Navidad

 

Dicen que este día, señores,

es día de fraternidad…

¡Sí, pensando en Navidad

hasta los cardos dan flores!

 

 

 

 

030039

  Barcelona, 29 de noviembre de 1962

———

28 YA LO SABÍA

Navidad

 

Mamá tuvo que explicarme

que Jesús fue pobrecito,

pero no que, mayorcito,

tuviera a bien el salvarme.

 

 

 

 

030040

  Barcelona, 29 de noviembre de 1962

———

29 AMOR DE DIOS

Navidad

 

¡Quién quiera saber de amor

bien exento de tristeza,

que se fije en la grandeza

del que usó nuestro Señor!

 

 

 

 

030041

  Barcelona, 29 de noviembre de 1962

———

30 ORACIÓN MATUTINA

Navidad

 

Poco antes de levantarme

pienso en el Niño Jesús

y así recibo la luz

que me ayuda a espabilarme.

 

 

 

 

030042

  Barcelona, 29 de noviembre de 1962

———

31 NAVIDAD PARA CRISTO

Navidad

 

Ya que en Navidad estamos

y prontos a celebrarla,

debiéramos dedicarla

al Cristo que descuidamos.

 

 

 

 

030043

  Barcelona, 29 de noviembre de 1962

———

32 TRES FECHAS

Navidad

 

Hay tres fechas de verdad:

¡El día aquel en que nací,

el que a Cristo conocí

y el de su Natividad!

 

 

 

 

030044

  Barcelona, 29 de noviembre de 1962

———

33 EL SENTIR DE LOS PADRES

Navidad

 

Los hijos, como las perlas,

forman parte del tesoro

que guardamos con decoro

en el mismo corazón.

 

Además, son bendición

del mismo Dios de los cielos,

pues completan los anhelos

de los padres más humanos.

 

Y si esto nos hace hermanos,

¿qué no hará del Dios celeste?

¿Existe algo que nos cueste

más que nuestra negación?

 

Naciendo fue salvación

para cientos de criaturas;

mas, ¿fue a cambio de amarguras

para su Padre glorioso?

 

Sí. Así que el mortal ansioso

que se precie de entendido,

para ser correspondido,

debe cantar al Señor,

 

pues sólo a base de amor

hombre y Dios se complementan

y entre los dos alimentan

la cuna del Redentor.

 

 

 

 

030045

  Barcelona, 30 de noviembre de 1962

———

34 NAVIDAD

Navidad

Juguete escénico para siete niños/as,

llevando cada uno de

ellos una gran letra

en el pecho.

 

N.-        Con esta N represento

la negación de Jesús,

quien para daros la luz

consintió en el nacimiento.

 

A.-        Yo, con esta A haciendo broche

simbolizo el gran amor

que Cristo, nuestro Señor,

nos regaló aquella noche.

 

V.-        Aun puesto en tercer lugar

no soy menor que las otras,

pues la Virtud, con vosotras,

muy bien se puede juntar.

 

I.-         Como I me tenéis que ver

formando tablas con Hijo…

¿Es que hay mejor escondrijo

dónde me puedan poner?

 

D.-        Pues la D tiene el honor

de decir con voz celeste,

que no hay Dádiva que cueste

más que la de mi Señor.

 

A.-        Aun siendo una A segundona

Alabanza simbolizo,

pues Él, con su nacer, hizo

que el malo fuera persona.

 

D.-        Como D final presiento

muy fuerte Dolor de boca,

pues la gente se equivoca

no apreciando el Nacimiento.

 

 

 

 

030046

  Barcelona, 30 de noviembre de 1962

———

35 NAVIDAD HERMOSA

Navidad

 

¡Esta noche es tan hermosa

que, por el hecho de serlo,

puede ser hasta famosa

a los que, sin merecerlo,

esperan la paz gloriosa!

 

 

 

 

030047

  Barcelona, 1 de diciembre de 1962

———

36 DUERME EL BEBÉ DIVINO

Navidad

 

Piensa la virgen, esposa

del carpintero José,

que debe salir airosa

al cuidar de aquel bebé

que por Divino reposa.

 

 

 

 

030048

  Barcelona, 1 de diciembre de 1962

———

37 EL RIO JORDÁN

Navidad

 

Caminante, si te acercas algún día al Jordán

o andas por Palestina,

te llamará la atención que tan poco caudal

anule a la calina,

que sus feraces riberas parezca que están

para aquel que camina

y que, a pesar de ser la divisoria fatal

de una nación sojuzgada por su propio mal,

su belleza ilumina.

 

Mas si piensas que sus tranquilas aguas enseñan

aquel drama divino,

las verás igualmente hermosas, aunque condenan

a todo palestino,

pues por propia maldición de sangre, se despeñan

en el caos libertino,

ya que al igual que aquellas tras su marcha terminan

en un mar tan Muerto, que sus playas intimidad

al animal dañino.

 

Claro que si llegamos a juzgar por la ciencia

de aguas poco febriles,

resulta que estamos unidos por la evidencia

de entrar también por viles,

pues si condenaron a Cristo por su presencia,

nosotros por serviles.

Ambos dejamos olvidada aquella potencia

en aras de caer en la invisible omnisciencia

de diez en vez de miles.

 

De ahí, que si queremos ver un buen complemento

que elimine el pecado,

debemos volver a su natural nacimiento

como nos fue legado,

pues si en el mar de Galilea inicia el movimiento

de continuo regado,

el émulo Cristo, nos viene por cumplimiento

en un Belén de Judea, que en aquel momento

es lugar señalado.

 

Ahora, avancemos olvidando antiguos rencores

que lo tenían perdido,

veámosle en su frágil cuna rodeado de amores

y bien recogido,

esperando ansioso que te unas a las canciones

que lo harán conocido.

Así, resolverá mejor sus crueles cuestiones

cuando a manos de la masa y de los centuriones

sea por ti escarnecido.

 

Piensa que Cristo no acaba como el Jordán nuestro,

en ese mar Salado,

muere, sí, lo asesinan estando en nuestro puesto

por pecados malvado,

pero muere alegremente, por salvar al resto

que tenía encomendado.

Y por esta razón, nuestro destino funesto

se trueca en sano oasis donde antes había desierto

por Satán habitado.

 

 

 

 

030049

  Barcelona, 5 de diciembre de 1962

———

38 LA NUEVA BELÉN

Navidad

 

Amargada está la muerte por tu nacimiento

y arrebatado su poder para dar tormento…

Nos enseñas a correr hacia la gloria ansiada

sin temor al funesto y desgraciado reinado

de ese Satanás tan creído, falaz y amañado

para aquellos que hasta ahora formaban su

manada.

 

Y ante una sencilla cuna de paja enredada

el rey caído, en su rebeldía, quedó en la estacada

teniendo que desechar aquello que pensara

en el transcurso de siglos y siglos enteros,

pues al nacer Cristo, terminó con los anhelos

que el fondo de su corazón acariciara.

 

Y es que la Navidad de Cristo tan aguardada,

a la vez de levantar al hombre que se ahogaba,

elimina al perverso maligno y, en consecuencia,

Satanás y su abnegada muerte son vencidos

con las mismas armas en que somos socorridos

para poder estar cerca de la Providencia…

 

Así pues, fieles agradecidos de esta ciencia,

te damos mil gracias, oh Señor, por tu presencia

en aquella extraordinaria noche de la aldea

en la que viniste al mundo lleno de poder.

¡Y rogamos que hagas posible que tu nacer

nos dirija hacia la nueva Belén de Judea!

 

 

 

 

030051

  Barcelona, 6 de diciembre de 1962

———

39 ESTRIBILLOS

Navidad

Juguete escénico

para un grupo de niños

con zambombas y panderetas

al ritmo de villancicos.

 

¡Dicen que la Virgen pura

buscando la caridad,

se encontró con la hermosura

de una buena Navidad!

 

¡Silencio, que el Niño duerme

y vamos a despertarlo…!

 

También, que el santo José

se encontraba tan nervioso,

que hasta rezaba de pie

mientras nacía el Precioso.

 

¡Silencio, que el Niño duerme

y vamos a despertarlo…!

 

Y cuando acostaron al Niño

aún pudieron comprobar

que su piel era de armiño

del lejano Malabar.

 

¡Silencio, que el Niño duerme

y vamos a despertarlo…!

 

Y mecieron la cunita

llenos de santa emoción,

pues aquella hora bendita

marcaba la Redención.

 

¡Silencio, que el Niño duerme

y vamos a despertarlo…!

 

Pronto, a los padres, se unieron

los angelitos del cielo,

pues después de que le vieron

se quedaron en el suelo.

 

¡Silencio, que el Niño duerme

y vamos a despertarlo…!

 

Y los pastores, curiosos,

corrieron hacia el establo,

pues también iban ansiosos

para formar el retablo.

 

¡Silencio, que el Niño duerme

y vamos a despertarlo…!

 

Así que todos cantaban

llevados por la alegría

sin pensar que molestaban

a la buena de María.

 

¡Silencio, que el Niño duerme

y vamos a despertarlo…!

 

Mas el pequeño, nacido

para salvarnos a tantos,

suspira medio dormido

arrullado por los cantos.

 

¡Silencio, que el Niño duerme

y vamos a despertarlo…!

 

Por eso su madre, al verme

dijo: ¡Si quieres cantarle,

hazlo más bajo, que duerme

y no quiero despertarle!

 

¡Silencio, que el Niño duerme

y vamos a despertarlo…!

 

 

 

 

030054

  Barcelona, 10 de diciembre de 1962

———

40 LOS DOLORES DE CRISTO

Navidad

 

Si en la cruz encontramos el camino

que nos conduce al encuentro divino

por propia negación,

en la cuna se inicia tal criterio

que hace que desde el púlpito al bautisterio

se hable de redención;

 

pues, si en el Gólgota tuvo el tormento

físico y moral, que arrancó el lamento

de todos conocido,

en Belén tuvimos conocimiento

de lo que fue capaz, en sufrimiento,

el Jesús prometido.

 

No sólo fueron lanzas las que hirieron,

ni tampoco los clavos los que hicieron

el puente del dolor,

sino el rebajarse hasta el infinito,

el transformarse de eterno en finito

movido por amor.

 

Y si la hiel de la soledad moral

el envolvió en una sábana mortal

por propia voluntad,

mucho más, y por la misma razón,

el establo asoló su corazón

en una Navidad,

 

pues si sintió el desgarro de abandono

del mismo Padre, que desde su trono

le tenía acongojado,

también experimentó de verdad

lo que es querer nacer de caridad

y hacerlo desterrado.

 

Y puesto que en ese monte maldito

nuestro Salvador se volvió delito

por todos los pecados

y por todas las negras consecuencias,

y que por la cuna sin apariencias

pudimos ser salvados,

 

debemos unirnos al salto coro

que aquellos ángeles con rostros de oro

cantaron en el cielo

la noche en que el Salvador renunció

a la seguridad que renunció

para propio consuelo.

 

Así, mitigaremos su dolor

y haremos nuestro el precioso sudor

por nosotros gastado,

y así, daremos su justo valor

a un nacimiento sin otro calor

que el que ya hemos cantado.

 

¡Haznos partícipes, pues, Señor nuestro,

del dolor que padeció el Hijo vuestro

en la cruz maldecida,

y de la horrenda renuncia en el huerto,

y del escarnio del mañana incierto

de una cuadra perdida…!

 

¡Sólo así arrancaremos una espina

de la corona que por nos culmina

en el cuerpo y en el alma,

y de esta forma no estará tan solo

cuando vuelva otra vez a nuestro polo

a recoger su palma!

 

 

 

 

030055

  Barcelona, 10 de diciembre de 1962

———

41 EL REVOLTOSO

Navidad

 

Recuerdo que cierto día

en que estaba castigado,

vino mi abuela Lucía

y al verme desesperado

y con algo de insolencia,

quiso sentarse a mi lado

para ver si en consecuencia

podía ser consolado.

Empezó, la muy ladina,

diciendo que era un pesado,

pero que aun con esa espina

podía ser aprovechado.

Así me enteré gozoso

que a pesar de haber llorado,

debía sentirme orgulloso

de poder ser escuchado.

y lo que es más importante:

¡Ser querido y perdonado!

A partir de aquel instante

ya me tuvo tan callado

que mi fama de celoso,

y hasta de niño mimado

se transformó en revoltoso

sin malicia ni pecado.

Y es que mi abuela me dijo

que amase a Dios de buen grado,

porque me había dado a su Hijo

para ser crucificado

por mis culpas y delitos.

No, no creáis que me he pasado,

al menos eran los hitos

de un cuento tan bien contado

que empezando como todos

los que hasta aquí se han narrado,

por una cuestión de modos

acabará mejorado.

Ver, habló de esta manera:

Hubo un Niño tan honrado,

y con sangre de primera

que aún no ha sido superado

por marqueses ni princesas.

Había sido señalado

por las divinas promesas

como el Señor esperado

por los hombres de paciencia.

Me dijo que había bajado

para que cada conciencia

y cada lomo cargado

que quisieran descansar,

supieran que había llegado

para cuidar y salvar

a tanto desesperado.

Y que nos nació en Judea,

casi en pleno descampado,

en una especie de aldea

y en un mes muy celebrado.

Y que Jesús fue su nombre,

como habréis adivinado,

que nació para que el hombre

no camine descarriado,

que vivió como un lucero

y que al ser crucificado

a causa del mundo entero,

aún pudo dejar sentado

que iba a estar viendo a la gente

tras haber resucitado

y que no sería decente

tenerlo por engañado.

Me quedé tan convencido,

por no decir asombrado,

que si lo hubiera sabido

no le hubiera molestado.

Pedí que me perdonasen,

y al verme tan apenado,

consiguió que me librasen

del castigo señalado.

Y cuando me vi corriendo,

en vez de estarme sentado,

recuerdo que fui diciendo

que era hermoso ser amado

por el buen Dios de los cielos

y que ya que me había dado

tanto amor y tantos vuelos

tenía ser aplicado,

serio, formal y estudioso.

Así que dejo aclarado

que en vez de ser revoltoso

pasé por ser educado.

Y todo gracias al cuento

del Cristo recién bajado,

no sólo me dio el acento,

sino el verbo declinado.

Bien, y para despedirme

de verso tan enredado,

que quede a salvo mi honra, oídme:

¡Tal y cómo lo he contado

me lo contaron el día

en que, estando castigado,

mi tierna abuela Lucía

vino a sentarse a mi lado!

 

 

 

 

030057

  Barcelona, 13 de diciembre de 1962

———

42 LA CUNA DE MADERA

Navidad

 

Corrían malos tiempos para Judea…

Hombres de varias legiones romanas

hollaban cada pueblo y cada aldea

profanando las reliquias arcanas

salvadas de las iras de Caldea.

 

Tanto es así, que este estado de cosas,

obligaba a los judíos más cerriles

a agachar sus cabezas desdeñosas

en espera de que días más sutiles

trajesen ocasiones ventajosas.

 

Por esto, y por otros hechos puntuales,

creyeron que el reinado de este Cristo

les quitaría de golpe aquellos males

y volverían a ser lo nunca visto

o la flor y nata de los mortales.

 

Así que no entendieron los caminos

del pequeño y débil recién nacido,

esperaban soldados como pinos

que, tras haberlos visto y bendecido,

sojuzgasen a los pueblos vecinos

 

y expulsasen a griegos y a romanos

del suelo que pisaron los patriarcas,

los jueces, los reyes y los ancianos.

Así, después de haber visto las marcas

de un Redentor de cortes tan humanos,

 

no pudieron aceptar su presencia

al no encajar en el cuadro indicado

hecho a base de sal y penitencia.

(Consultaron las leyes del pasado

y no vieron las raíces de su herencia

 

a pesar de llenar el mundo entero).

Por eso, nuestro Dios, algo confuso,

empezó a examinar al extranjero

que perdido, desechado y en desuso,

sesteaba por un bosque sin sendero.

 

Y sin dejar de amar a los primeros

o querer más a los segundos, dijo:

¡Sólo el que busque al Dios de los sinceros

podrá ver en la persona de mi Hijo

al Rey de los creyentes verdaderos!

 

Así sabemos que: ¡De tal manera

amó Dios a la humanidad mezclada,

que dio a su Hijo una cuna de madera

para que quien atienda a su llamada

pueda tener un país y una bandera!

 

 

 

 

030058

  Barcelona, 13 de diciembre de 1962

———

43 SILENCIO EN EL MUNDO

Navidad

 

¡Silencio en el mundo, la hora se acerca

en que el Cordero de Dios se hará un

hombre,

            y ante un cambio tan caro y decisivo

el griterío resultaría nocivo

para el Santo que, tras saltar la cerca

tendrá que luchar por darnos un nombre!

 

Silencio en el mundo, la hora se acerca

en que el Cordero de Dios se hará un

hombre,

            y es en calma que se gestan los planes,

pues la gula, gritos y otros desmanes

es una práctica de gente terca

que no le importa caminar sin nombre…

 

Silencio en el mundo, la hora se acerca

en que el Cordero de Dios se hará un

hombre,

            por eso hay que vivir la Navidad

aprendiendo a repartir caridad

en esta especie de mortal alberca

que no conoce ni a su propio nombre.

 

Silencio en el mundo, la hora se acerca

en que el Cordero de Dios se hará un

hombre,

            y sería precioso que nuestra vida

consiguiera, aunque fuese a su salida,

ayudarle a que viviera más cerca

de los que confían y guardan su Nombre.

 

 

 

 

030059

  Barcelona, 15 de diciembre de 1962

———

44 ROMANCE DE PASTORCILLOS

Navidad

Diálogo entre una niña y un niño,

vestidos de época actual, pero a la

usanza de los pastores de cualquier pueblo.

 

NIÑO.-

  (Sale por la derecha llevando zurrón y cayado y al ver a la Niña, que sale al mismo tiempo que él por la izquierda, cargada con una gran cesta de adornos navideños, la interpela):

¿A dónde vas pastorcita

tan deprisa y tan cargada?

 

NIÑA.-

  (Sorprendida ante el encuentro inesperado).

¡Hola, zagal! Pues…

 

NIÑO.-

¿Qué?

 

NIÑA.-

Nada,

voy a casa de Juanita,

aquella que es pecosita,

a ayudarla a preparar

un rincón de su pajar.

 

NIÑO.-

Pues ya es tener humorada.

 

NIÑA.-

¡Qué va, voy ilusionada,

pues en esto de ayudar

es dónde se ven los modos!

¡Además, como el rascar

sólo es cuestión de empezar!

 

NIÑO.-

Ya puedes bajar los codos,

que ayudar lo hacemos todos!

 

NIÑA.-

¡Aquí, no! ¡Es un privilegio!

Ya sabes que mi colegio

nos ha elegido a nosotras…

 

NIÑO.-

  (Burlón).

¡Claro, cómo que no hay otras!

 

NIÑA.-

  (Medio enfadada).

¡Tonto…!

 

NIÑO.-

Bueno, era un arpegio

de mis dotes de bromista.

Perdona mi mala pata…

Comprendo que es una lata,

pero te tengo por lista

y…

 

NIÑA.-

  (Idem).

¡Pues, sí que tienes vista!

 

NIÑO.-

Eso pienso.

 

NIÑA.-

  (Trata de irse por la derecha).

¡Hasta más ver!

 

NIÑO.-

  (La retiene).

Alto, aún no llego a entender,

dejando aparte el arpegio,

el por qué del privilegio

ni lo que tenéis que hacer.

 

ANA.-

Pues la cosa es muy sencilla

¿Qué pasa esta semana?

 

NIÑO.-

¿Qué se va a casar tu hermana?

 

NIÑA.-

  (Irónica).

¿Y tú eres el de la silla

del concejo de Velilla?

¿Serás tonto?

 

NIÑO.-

¡Pues no entiendo!

 

NIÑA.-

Pero, ¿cómo es que sabiendo

la fecha que celebramos

no te das cuenta que hablamos

de Jesús?

 

NIÑO.-

Ya veo…

 

NIÑA.-

Queriendo

colaborar de algún modo,

¿no te viene la ocurrencia

que toda esta diligencia

es para el Señor de todo?

 

NIÑO.-

¡Qué sí, qué veo, qué mi apodo

no es el de “patata frita”,

sino el de un lobo que grita.

 

NIÑA.-

Pues aún así te repito

que hemos puesto un arbolito

en el pajar de Juanita.

 

NIÑO.-

¡Por el burro de mi abuelo,

mira que eres retorcida!

De haberlo dicho enseguida,

la mitad de este revuelo

se hubiera ido por el suelo

de piedras de este sendero.

 

NIÑA.-

Creí que lo sabías… Espero

que vengas a visitarlo.

 

NIÑO.-

Claro.

 

NIÑA.-

Pues, voy a adornarlo

poniendo todo mi esmero.

 

NIÑO.-

Y lo vais a conseguir.

¡No hay artistas conocidas

como las dos elegidas!

 

NIÑA.-

Muy fino… ¿Vas a venir?

 

NIÑO.-

¿Cómo lo voy a decir?

Iré después del mercado,

quiero ver como el cercado

que siempre ha sido la aldea,

cambia a Belén de Judea

por un árbol bien ornado.

 

NIÑA.-

Eso espero.

 

NIÑO.-

Mas, repito:

¿Sabes el significado

del evento señalado

y del dichoso arbolito?

 

NIÑA.-

¡Creo que cualquier corderito

lo sabe ya de corrido!

 

NIÑO.-

Puede, pero su valido

no pienso que me conteste.

 

NIÑA.-

Bueno, pues aunque me cueste

luchar a brazo partido

y llegar tarde al establo,

no quiero que tengas duda

de un hecho por cuya ayuda,

y fíjate bien como hablo,

hizo posible el retablo.

 

NIÑO.-

Tu dirás el complemento.

 

NIÑA.-

  (Otra vez medio enfadada).

Oye, que esto no es un cuento,

escucha con atención:

Nos dice la tradición,

y sabes que yo no miento

como puedes comprender,

que el Santo Dios de los cielos

quiso calmar los anhelos

del mundo echado a perder

y mando a su Hijo a nacer

para que todo el que crea

no se pierda, sino vea

el cielo que antes perdió.

 

NIÑO.-

Claro… Por eso nació

en un pueblo de Judea…

 

NIÑA.-

Sí, para ser el orfebre

que transformase el Calvario,

tuvo que ser necesario

que naciese en un pesebre.

De ahí viene que hoy se celebre

la fecha del nacimiento

en santo recogimiento

y en la forma acostumbrada.

 

NIÑO.-

Paso por la celebrada,

pero no por el invento

de adornar un arbolito.

 

NIÑA.-

Hombre, la naturaleza

aporta algo de belleza

para el Salvador bendito.

 

NIÑO.-

Sí, bueno, pero repito,

y no te quiero ofender,

que no consigo entender

el objeto discutido.

Según tú, hubiera servido

todo lo que es de buen ver.

 

NIÑA.-

Sí, lo importante del caso

no es el árbol ni el adorno,

sino el pan listo del horno

y los manjares que, acaso,

después de puestos al raso,

daremos a los ahijados

de los más necesitados.

 

NIÑO.-

Ahora si que he comprendido,

es una ofrenda al nacido

y un cantar a sus cuidados.

 

NIÑA.-

Sí, es la forma más humana

de pasar la Navidad.

 

NIÑO.-

Es cierto, la caridad

es una forma muy sana

de guardar para mañana

las joyas del monedero.

 

NIÑA.-

Lo es. Así que, ¿te espero

esta tarde en el pajar?

 

NIÑO.-

Sí, dejaré de jugar

y hasta os llevaré un cordero.

 

NIÑA.-

  (Se despide).

¡Queda con Dios, buen pastor!

 

NIÑO.-

¡Qué Él te proteja y bendiga!

 

NIÑA.-

  (Va a irse y se vuelve).

¿Vendrás?

 

NIÑO.-

¡Iré!

 

NIÑA.-

Tal vez diga…

 

NIÑO.-

  (Muy cerca).

¿El qué?

 

NIÑA.-

¡Uf, qué tengo calor!

 

NIÑO.-

  (Con picardía).

¿No será un poco de amor?

 

NIÑA.-

¿Qué? ¡Oye, que hemos de crecer!

 

NIÑO.-

¡Creceré! Por merecer

tu corazón de buen grado,

me vestiré de soldado

o de gordo brigadier,

me cambiaré en hombre entero

o intentaré ser cantante…

¡Voy a ser tan importante

como el mejor misionero!

 

NIÑA.-

Pues si ocurre lo que espero,

yo también te esperaré,

y… ¡a lo mejor te querré!

 

NIÑO.-

¡Gloria al Santo milagroso!

¡Si consigo ser tu esposo

nunca más te dejaré!

 

NIÑA.-

Pues… ¡yo también creceré

y…!

 

NIÑO.-

  (Meloso).

¿Me quieres?

 

NIÑA.-

Sí… Ahora, ¡adiós!

 

NIÑO.-

¿Te vas?

 

NIÑA.-

¡Pues, claro!

 

NIÑO.-

Por Dios,

que si te vas… ¡lloraré!

 

NIÑA.-

Pues si quieres, te veré

después, al atardecer.

 

NIÑO.-

Claro que sí, obedecer

será para mí un placer.

 

NIÑA.-

¿Y ahora que quieres hacer?

 

NIÑO.-

¡Qué vuelva el amanecer

para doblar mi moral!

 

NIÑA.-

¡Adiós, pues, hasta la tarde!

 

NIÑO.-

  (Trata de retenerla).

Pero, ¿no ves como me arde

el dolor?

 

NIÑA.-

  (Se separa).

Adiós, zagal.

 

NIÑO.-

Está bien, junto al nogal

del corral de la pastora,

te nombraré mi señora.

Ve tranquila, vida mía,

pues el hijo de María

con su gracia redentora,

bendecirá nuestro caso

y guardará nuestros ojos.

 

NIÑA.-

Eso es verdad.

 

NIÑO.-

Los rastrojos

que siempre son un atraso,

no me contarán el paso

cuando te lleve mi ofrenda;

al tiempo que el sol encienda

las montañas vecinales,

marcharé hacia los corrales

y te daré mi merienda,

y luego, con el fresquito,

los dos juntos cantaremos

que si hoy por hoy nos queremos

es por el Cristo bendito.

 

NIÑA.-

  (Melosa).

¿Me quieres?

 

NIÑO.-

¿Te lo repito?

¡Eres la Venus de Lemos!

 

NIÑA.-

Pues entonces ya tenemos

con que ofrendar al Señor.

¿Quieres?

 

NIÑO.-

¡Quiero!

 

NIÑA.-

¿Y mi pudor?

 

NIÑO.-

¡Pues también se lo daremos!

 

NIÑA.-

¡Vaya! No prometas tanto

que luego… debes cumplir.

 

NIÑO.-

¿Cómo lo voy a decir?

Es verdad que no soy santo,

pero quiero que mi canto

se tenga por ejemplar,

y aunque lo van a llamar

romance de pastorcillos,

debemos ser unos pillos

y no dejarnos cazar

como cualquier ruiseñor.

 

NIÑA.-

Pues, ¡qué sea como tu dices!

 

NIÑO.-

Sí, y seremos tan felices

que quisiera ser mayor.

Anda, que nuestro Señor

cuidará de la promesa.

Ves, y adorna hasta la mesa

que ya que debemos tanto

justo es que demos al Santo

tu habilidad de princesa

y mis dotes de pastor.

  (Trata de coger sus manos).

¿Te ha gustado?

 

NIÑA.-

  (Se escapa).

¡Estáte quieto!

  (Separada, pero melosa).

¿Te acordarás?

 

NIÑO.-

¡Lo prometo!

 

  (Se cruzan y los dos hacen medio mutis por el lado contrario al que llegaron).

 

NIÑA.-

Bien…

 

NIÑO.-

¡Adiós, hermosa flor!

 

NIÑA.-

¡Acuérdate de mi amor!

 

NIÑO.-

¡Lo haré, tienes mi respeto!

 

NIÑA.-

¡Adiós!

 

NIÑO.-

  (Viéndola desaparecer).

Me quedo repleto

de tu profunda mirada.

¡Adiós, rosa delicada!

¡Adiós, rosa de Mileto!

(Hace una reverencia al público y desaparece por el sitio indicado).

 

 

 

 

030060

  Barcelona, 17 de diciembre de 1962

———

45 ESTABA DORMIDO

Navidad

 

Corren los pastores

hacia el buen mesón,

pues unos cantores

con celeste son.

los han despertado

en la era lejana,

cuando lo indicado

era la galbana…

Una vez lavado

el más remolón,

le dan un bocado

al pastor gruñón.

Y ya más calmados,

es de suponer,

se aprestan calzados,

trajes de buen ver

y mantas de lana

porque era de noche.

Los que llevan pana

se dejan el broche

y los de la alforja

se dejan al fuego

la carne de Borja

diciendo que luego,

al volver a la era,

la podrían cenar,

pues no había quien fuera

capaz de almorzar.

Así que se fueron

dejando meriendas,

pues todos dijeron

que ya que las tiendas

las daba el Señor,

cuidaría su enseña

desde la mayor

a la más pequeña,

y de la más pobre

a la más alzada.

Dejaron el cobre,

la escoba y la azada,

y hasta se olvidaron

trescientos ganados…

Sólo se llevaron

sus pobres cayados

por si aquellas moscas

de fieros romanos,

se volvieran toscas

en tan rudas manos.

Así que, saliendo

de ciertas cabañas,

fueron descendiendo

las secas montañas.

Cantaban bajando

y triando los cantos,

pues iban pensando

que el Dios de los santos,

después de nacer,

estaría dormido.

Mas querer correr

sin haber comido,

es mala divisa

y entre canto y canto

tragaban deprisa

algún palosanto

de los que crecían

por aquel camino.

Algunos bebían

un poco de vino,

porque los pesares

con vino son menos,

y aquellos andares

no siempre eran buenos…

Mas no se quejaban

por la caminata,

muchos aún cantaban

con voces de plata.

Querían adorar

con los mesoneros

y querían llegar,

sino los primeros

los que iban detrás.

Así que, en dos saltos,

de menos a más,

pasaron los altos

portando su ofrenda

de nueces y pasta,

aquellas por prenda

y el resto por casta.

Llegando al corral

de aquel mesonero,

pasan el umbral

siguiendo al primero

y encuentran al Niño

un poco dormido.

Tal vez el cariño

de los que le adoran

le siente muy bien,

pero ellos ignoran

que tiene en la sien

todo el plan del mundo,

lo que ha de pasar,

y el cisma profundo

que viene a arreglar.

Ellos sólo saben

que es el Salvador

y acaso le alaben

por ser redentor,

pero nada más.

Entregan sus cestos

y uno, un tal Tomás,

haciendo dos gestos,

les pide que adoren

pensando en el dueño

y que no demoren

pues le viene el sueño.

Ellos, ya son diez,

y al son de rodillas,

cantan otra vez

nuevas maravillas:

¡Gloria en las alturas

al Dios de verdad!

¡Paz a sus criaturas

y fiel voluntad!

(Por lo que se vé,

las gentes sencillas,

por bien de la fe,

dejan sus rencillas

y se hacen hermanos).

Así, tras cantar,

se aprietan las manos

sin dejar de hablar.

Y con el permiso

del padre del Niño,

salen de aquel piso

llenos de cariño…

Llaman a las puertas,

y a todos con ganas

les dan sus ofertas

y abren las ventanas

para exclamar a una

que han visto al Cordero

dormir en la cuna

con gusto a madero.

Y un grito sagrado

recorre Judea:

¡Jesús ha bajado!

Y desde la aldea

hasta la ciudad,

todos los humanos

ven la Navidad

como unos hermanos;

luego, no se acuerdan,

pero mientras dura

los sanos recuerdan

que el amor perdura…

Pero, mientras tanto,

el Niño dormita,

sabe que es un Santo

y que quien le imita,

celebra la fiesta

como más conviene.

Así que esa siesta

demuestra que tiene

la buena medida,

sabe que su suerte

está decidida,

pero que la muerte

tan sólo es un paso

para dar la vida

al mundo que, acaso,

la tenía perdida…

De ahí que los pastores,

es archisabido,

le dieron sus flores

¡estando dormido!

 

 

 

 

030061

  Barcelona, 15 de diciembre de 1962

———

46 A JOSÉ

Navidad

 

Por las cosas que yo sé,

y por las que me han contado,

ninguna pluma a cantado

las bondades de José.

Es cierto que María fue

la que concibió al Señor

y que tiene más valor,

¡pero no tuvo más fe!

Si monta tanto Isabel

como el Fernando del dicho,

pienso que no es un capricho

que nos acordemos de él.

El fue quien, al consentir

a una esposa embarazada,

hizo que fuese salvada

la gente que iba a morir.

El fue quien dio alojamiento

a una mujer tan cansada,

que casi se queda en nada

el glorioso nacimiento.

El fue quien, con diligencia,

preparó los utensilios

y consiguió los auxilios

que les negaba la ciencia,

y una vez nacido el Niño,

y sin poder descansar,

adecentó aquel  pajar

con tal muestras de cariño,

que cuentan las buenas gentes,

que hasta las recias posadas

envidiaban sus arcadas

de piedras resplandecientes.

El atendió a los pastores,

a los reyes y a los sabios,

estuvo en todos los labios

y tocó todas las flores.

Y cuando tuvo conciencia

del peligro traicionero,

se los llevó al extranjero

prefiriendo la impotencia

a aguantar la penitencia

de una vida equivocada.

Así que se fue sin nada.

Mas su varonil presencia

cuidó de aquella familia

de tal modo y poderío,

que ni Persia ni Darío

ni la Italia con Emilia

lo hubieran hecho mejor

ni de forma más airosa.

(Claro que una era su esposa

y el otro el propio Señor).

El fue quien volvió a la aldea

y consolidó el hogar

en el que debía jugar

el Santo Rey de Judea…

José, pues, fue el primero

en cuidarlo con fortuna

desde que llenó la cuna

hasta que subió al madero.

Por eso, buen carpintero,

por ser un hombre especial,

ahora te quiero cantar,

y cantarte con esmero.

Dejo la senda marcada

y hasta establezco una pauta

para los que, o bien con flauta

o con pluma bien cargada,

me imiten en el futuro

y te hagan tantos cantares

que alabando tus bondades

ganes tu fama de puro.

 

 

 

 

030062

  Barcelona, 18 de diciembre de 1962

———

47 OFRENDAS EN NAVIDAD

Navidad

 

Venir pastorcillos,

venir al corral.

Dejar de ser pillos

y con el morral

cosido y repleto

acercaos al trono

con paz y respeto

y veréis el tono

de su majestad.

 

Luego, entregar dones

al Rey de los cielos

y cantar canciones

de picos y vuelos

para que se alegre

en noche tan fría

y al final celebre,

junto con María,

su Natividad.

 

Y así, el pobrecito,

estará contento.

Bien abrigadito

y con el sustento

que le habréis llevado,

formará un paquete

que, muy bien guardado,

será su juguete

en la caridad.

 

Debemos saber

que fueron los pobres

quienes, al nacer

el Rey de los hombres,

se beneficiaron

de ricos presentes,

pues todos entraron

en nuevos ambientes

de felicidad.

 

Y así todos juntos,

en buena armonía,

ganaremos puntos

celebrando el día

de este Nacimiento…

¡Qué Dios quiera darnos

buen entendimiento

para procurarnos

mejor santidad!

 

 

 

 

030065

  Barcelona, 25 de diciembre de 1962

———

48 NOCHE BUENA

Navidad

 

Cantan los hombres, borrachos,

con panderos y guitarras,

mientras se cursan despachos

para soltar las amarras

que bajaban del Dios Santo:

¡Noche de paz,

noche de amor…!

 

Y gritan los desalmados

entrechocando las copas

con secos gestos cansados

mientras se mesan las ropas

por las que han llorado tanto:

¡Noche de paz,

noche de amor…!

 

Y comen los que por gula

transforman la Navidad,

en un caso que estrangula

a la propia caridad

con un signo de quebranto:

¡Noche de paz,

noche de amor…!

 

Y aprietan los usureros

a los pobres desvalidos,

ayudando a los braceros

a sentirse más perdidos

sin esperanza y sin manto:

¡Noche de paz,

noche de amor…!

 

Y se ensucian las perdidas

en su propia podredumbre

sin pensar que un día sus vidas

alimentarán la lumbre

del reinado del espanto:

¡Noche de paz,

noche de amor…!

 

Y se llenan las tabernas

con seres tan miserables

que transforman en cavernas

techos antes habitables

llenos de luz, paz y encanto:

¡Noche de paz,

noche de amor…!

 

Giran las mesas de juego

derrochando su alegría,

mientras muy lejos del fuego,

el pobre hijo de María

no tiene ni un adelanto:

¡Noche de paz,

noche de amor…!

 

Y los hombres se apretujan

en los antros maldecidos,

donde los honrados pujan

por encontrarse escondidos

y llenos de desencanto:

¡Noche de paz,

noche de amor…!

 

Y las guerras escarnecen

a las miserias humanas,

pues muchas almas perecen

entre sones de campanas

y flores de Camposanto:

¡Noche de paz,

noche de amor…!

 

Mas los cristianos salvados

de esta cisma tan profundo,

murmuran entusiasmados

que el Salvador de este mundo

hizo posible que el canto:

¡Noche de paz,

noche de amor…!

            fuera de veras calor

a tantas almas con pena.

¡Bendito es nuestro Señor,

y santa la Noche Buena

que describe nuestro canto!

 

 

 

 

030066

  Barcelona, 25 de diciembre de 1962

———

49 ¿HUMILDAD O REALEZA?

Navidad

 

Cuando la nieve lavaba la cara

de la Sagrada Familia en Belén,

encontraron un cálido sostén

en el pesebre que les aguardaba,

 

pues, proféticamente culminaba

todos los sabios designios eternos

para que, ante la humildad, los infiernos

no tuvieran poder para hacer nada.

 

Y Cristo, príncipe por excelencia,

en vez de presentarse en un palacio

como concernía a su naturaleza,

 

nos nace en un establo sin presencia

marcándonos su pauta bien despacio:

¡Qué a más humildad y amor, más realeza!

 

 

 

 

030067

  Barcelona, 26 de diciembre de 1962

———

50 REGALOS AL RECIÉN NACIDO

Navidad

Un niño para cada estrofa.

 

Quisiera tener dinero

para poder regalar

al Niño de este cantar

un mono de carpintero

y un forro de pura lana

para su cuna de roble,

pues nunca hubo más noble

ni persona más humana.

 

Yo le regalaría un coche

con cinco buenos asientos

para que hiciese los cuentos

que se cuentan por la noche

y pudiera presentarse

en donde, con humildad,

celebran su Navidad,

sin que llegara a cansarse.

 

Pues yo, para su regalo,

buscaría en las islas Medas

y entre los tules y sedas,

dejando todo lo malo,

le haría un montón de cariños

para que en noches como esta,

pudiese gozar la fiesta

como el resto de los niños.

 

Yo buscaría los manjares

más deliciosos del mundo

en cualquier valle profundo

o en medio de los glaciares,

y una vez que los tuviera,

confeccionaría mi ofrenda.

Sí, sí, esta sería la prenda

para que el Niño comiera.

 

Yo le llevaría la coca

que se hace por estas fechas;

de esta forma, recién hechas,

serán miel para su boca

y así podría hablar con tino

y cantar con elegancia

bendiciendo la fragancia

de su original destino.

 

Pues yo le daría mil flores

de las más altas montañas;

luego, con juncos y cañas

y algunos contenedores,

le forjaría una campana

para alegrarle la vista

mientras pasa la revista

a toda la raza humana.

 

Yo le mandaría un soneto

para cantar sus bondades

a ver si con las verdades

le tenemos más respeto.

¡Pobre y lozano zagal,

cantando desde la cuna

con más o menos fortuna,

le presagian mal final!

 

Yo, menos palabras digo,

pero me gustaría darle

leche para alimentarle

rociada con pan de trigo,

una alforja con manzanas,

dos docenas de aguacates

y una cesta de tomates…

¡y esto, todas las semanas!

 

Pues lamento con razón

que entre todos los regalos,

buenos, medianos y malos,

no haya ningún corazón.

Claro, él lo agradece todo,

mas de buenas a primeras,

una entrega sin barreras

es su mejor acomodo.

 

 

 

 

030068

  Barcelona, 25 de diciembre de 1962

———

51 EL PREGONERO

Navidad

Una misma persona hace las dos voces.

 

¡Eh, ven aquí pregonero!

¡Ven, mira lo que ha pasado

en casa del mesonero

de la punta del mercado!

 

Pues, ¿qué ha pasado, zagal?

¿Por qué gesticulas tanto?

 

Pues…

 

¿Sí?

 

Qué en ese corral,

justo donde sale el canto,

donde abriga más la cuadra,

hay restos de paja y leña

nieve que tapa la escuadra

y florecillas de peña.

 

¿Y qué? ¡Yo también las tengo

y a mí no me pasa nada!

¿Es que es cuestión de abolengo

o es un asunto de espada?

 

No, no, santo Jeremías.

Me tenéis por mal de boca,

mas hasta el juez Zacarías

conoce que no está loca.

 

Esta bien, tienes razón.

Guarda ya tu desparpajo

y abre pronto el corazón

que me vuelvo a mi trabajo.

 

Le cuento sin dilación

la maravilla vivida

para que me haga el pregón

más hermoso de su vida.

 

Veamos si vale la pena.

 

¡Lo valdrá!

 

Venga, pues.

 

¡Va!

iba en busca de la cena

al estanque de Jehová…

 

¿Qué dices?

 

Perdón, decía

al estanque de mi casa.

 

¡Eso está mejor!

 

¿Quería

molestarme?

 

¡Menos guasa!

 

Pues, al pasar por la acera

del mesonero antedicho

la gente sale hacia afuera

rememorando este dicho:

¡Nos ha nacido el Mesías

que tanto hemos esperado!

Ya lo ve, buen Jeremías,

ya ve porque le he llamado.

 

¿Es verdad eso, zagal?

 

¡Cómo que existo! Luego entro

hasta el fondo del corral

y con más gente me encuentro.

Todos miran al pesebre

tratando de ver mejor;

yo, que creo ser una liebre

más que conejo cantor,

aparto a los testarudos,

y allí, entre dos animales,

que miran la escena mudos,

estaba el Niño…

 

¿Animales,

escuadra, pesebre, Niño

y otras flores del invierno?

 

Sí, Él me mira con cariño

y con corazón tierno.

¿Y qué iba a hacer? ¡Adorarle

como querían los demás!

Al rato me avine a darle

hasta el zurrón de Tomás.

 

¡Bravo, mi buen zagalejo!

Me voy corriendo al mesón,

si para luego lo dejo

ya no saldrá en el pregón.

 

¡Muy bien dicho, pregonero!

 

¿Dices que no tiene cuna?

 

No, por lo que vi, no.

 

Pero,

¿es que no tienen fortuna?

 

No, sé que son carpinteros

de una ciudad muy lejana…

 

Pues les daré tres carneros

para que tengan su lana,

cuatro costales de harina

y dos cántaras de leche.

 

Yo, unos peces sin espina

y unas cuentas de azabache…

 

Bien, adiós, que la impaciencia

es muy mala consejera.

Me voy ante la presencia

del Rey de la primavera.

 

Luego, ¿lo pregonará?

 

¡Con mi voz más escogida!

 

Pues toda la ciudad vendrá

a darle la bienvenida!

Bueno, me voy a cenar

aunque se haya hecho muy tarde,

pues si tengo que velar

es mejor que Dios me guarde.

Luego, me marcho contento

a proseguir con mi cena

pues las “papas” con pimiento

también nos quitan la pena.

 

Adiós, zagal diligente.

Quiero que sepas, chaval,

que me encontraba presente

cuando viniste al corral.

 

Adiós, santo Jeremías.

Y afine bien la trompeta

para anunciar al Mesías.

 

Descuida, que la retreta

sonará en el monte Moriah.

Será tan firme y sonada

que hasta los libros de historia

explicarán su tonada.

¡Hasta luego! Da recuerdos

a tu sosegado padre.

Dile que el Rey de los cuerdos

ha nacido de una madre.

 

Sí, se lo diré. ¡Hasta luego

que se está haciendo muy tarde!

 

Ve con Dios. ¡Qué el santo fuego

te bendiga!

 

¡Qué Él te guarde!

 

———

 

Bueno, señores que miran:

Hagan suyo este pregón,

y si con esto se inspiran

olvídense del jergón

y prediquen que el Señor

les acaba de nacer

para que vivan mejor,

que tenemos que aprender

que para entrar en los cielos

hemos de creer en su sino

y orientar todos los vuelos

en confirmar el destino:

¡Qué más vale caminar

siendo simples pregoneros,

que dejarse anquilosar

queriendo ser los primeros

en este mundo traidor

que cobra de quien somete

y exige del pecador

más interés que promete!

 

 

 

 

030069

  Barcelona, 27 de diciembre de 1962

———

52 BALBUCEOS

Navidad

Una estrofa cada párvulo.

 

Dicen que la luna

también estuvo presente.

 

Claro, por ser tuna

aparece tan valiente.

 

Pues yo conozco a una

que lo miró fijamente.

 

¿Quién tuvo fortuna?

¡Su madre, naturalmente!

 

¡Ah, quién fuese cuna

que meciera suavemente!

 

O simple laguna

que lavara limpiamente.

 

O gigante duna

que corriera siempre al frente.

 

O manta moruna

que lo tuviera caliente…

 

 

 

 

030070

  Barcelona, 28 de diciembre de 1962

———

53 HISTORIA DE LA REDENCIÓN

Navidad

Poema compuesto por doce sonetos,

dedicado al pastor Roberto Velert.

 

1 EL PARAÍSO

            El Dios Creador terminó toda su obra

en los llamados siete días primero

y para deleitar a sus pioneros

les dio un país sin trabajo, en el que sobra

 

el agua y la comida. Esta es la historia.

El hombre se posesionó de un Huerto

en el que nada que pueda estar muerto

podía crecer y manchar su memoria.

 

Allí, Dios se paseaba con el hombre…

Y Adán, príncipe recién coronado,

halló una esposa en esa Eva primera

 

que colaboró en llenar con su nombre

las esquinas del recinto sagrado

y en hacer del futuro primavera.

 

2 EL PECADO

            Mas tenían a Satanás por vecino;

el cual, queriéndose sacar la espina,

hacia aquel jardín santo se encamina

con andares de traidor del destino.

 

Pensando en la forma de hallar camino

hasta el hombre felizmente reinante,

comprueba que no hay mejor consonante

que la que deja una esposa sin tino.

 

Se acerca a la mujer empalagoso,

cauto, disfrazado y con malas artes,

y le dice que pueden ser creadores

 

en vez de creados… Y engaña al esposo,

y por su pecado, arruinan las partes

del alto contrato de moradores.

 

3 LA PROMESA

            Y Dios abre las murallas del Huerto

dolido en el centro de su justicia;

mas al marchar, les deja una franquicia

por si quieren volver al mismo puerto.

 

Así, al vestir a los pobres humanos

en aquella tarde gris de la historia,

les dice que no usará su memoria

cuando le eleven, humildes, las manos.

 

Promete a la destrozada pareja

que Cristo vendría a nacer a la larga;

el cual, con su sacrosanta destreza

 

podría destrozar de un golpe la reja

que Satanás les puso como carga

el día en que engañó a la naturaleza.

 

4 LA PROFECÍA

            Luego pasaron años angustiosos

arañando la impenetrable sierra,

conquistando el mar, poblando la tierra

y doblegando a los ríos impetuosos.

 

¡Pobres! Luchan porque cardos y espinas

no crezcan en medio de sus sembrados,

se destrozan tras aperos y arados

y se pierden por valles y colinas.

 

Sudan con un sol que antes daba vida,

se baten con fieras que antes jugaban…

Sólo la esperanza de los santones

 

cautiva sus cansados corazones:

¡El Mesías, que nuestros padres cantaban,

iniciará muy pronto su venida!

 

5 LA ANUNCIACIÓN

            Cuando el Cordero de Dios se impacienta

al ver como el hombre pierde la piel,

la mente y el alma, envía al ángel Gabriel

a descubrir a una virgen atenta.

 

Y cuando la encuentra en una ciudad

del norte de Palestina, comprende

que aquella decisión de Dios enciende

mil esperanzas en la humanidad.

 

Por eso dice: ¡Salve y bendecida,

el Señor del Universo es contigo!

Escucha: ¡De acuerdo con lo que digo,

 

acabas de ser probada y elegida

para gestar al que traerá consigo

la salvación al pudiente y al mendigo!

 

6 EL NACIMIENTO

            Y pasado el plazo reglamentario

se vuelve realidad el nacimiento

en Belén, un poblado secundario

elegido también para el momento.

 

Pero no importa el lugar, ¡ha nacido!

¡Y a pesar de venir con sufrimiento

a través de un parto muy discutido,

Jesús hace tangible nuestro cuento!

 

Por eso tañen las viejas campanas…

El hombre abocado a un destino incierto

con mal sabor de boca en las mañanas,

 

ya puede huir del azote de estar muerto

con sólo creer que Jesús tiene ganas

de que vuelva a vivir en aquel Huerto.

 

7 LOS PASTORES

            Claro que un detalle tan conocido

no era de público conocimiento.

Muchos pensaban que el recién nacido

serviría para dar un escarmiento

 

a las odiadas legiones romanas.

Mas lo cierto es que por una u otra cosa

hay alegría en las gargantas humanas

cuando corren de forma tan curiosa

 

hacia un Belén donde muchos pastores

están adorando al hermoso Niño.

Todos le traen ofrendas de colores

 

y vestidos de seda, lana y armiño…

Mas los pastores piensan que unas flores

explican mucho mejor su cariño.

 

8 EL MUNDO

            Pero pronto se evapora la euforia

y el mundo se olvida que es necesario

retroceder al punto en que la historia

transformó todo el Huerto en un Calvario.

 

Los unos se burlan del calendario

filtrando su celestial oratoria,

los otros alegando de ordinario

que nadie puede volver a la Gloria.

 

¡Necia humanidad! ¿En que tu memoria

no recuerda aquel acto voluntario?

¡Negar a Cristo en medio de la escoria

 

es tener a Satanás de relicario,

girar con la música de su noria

y quedar para siempre en su inventario!

 

9 EL CALVARIO

            Por eso, y porque el hombre anda

engañado,

            puede entrar en el Calvario famoso

y arrastrar al Cordero bondadoso

para tenerlo siempre amordazado.

 

Así que tras un juicio escandaloso

con veredicto final amañado,

le hace andar con la cruz encadenado

hasta ese descampado tenebroso.

 

Allí, con clavos de acero oxidado,

le suelda a un poste recto y proceloso,

le entierra aquella lanza en un costado

 

y le da a beber un bodrio apestoso…

¡Esta es la historia de un crucificado

que aun muriendo, hizo el mundo más

hermoso!

 

10 LA RESURRECCIÓN

            Mas no podía estar mucho tiempo muerto…

En efecto, al tercer día de enterrado,

rompe la roca y la puerta del huerto

que con cariño le tenían guardado

 

y se presenta ante sus escogidos

en el camino de su ministerio.

Y allí, después de verlos convencidos,

les manda que prediquen su Evangelio.

 

Palestinos: ¡Cristo ha resucitado!

¡El varón que visteis crucificado

a resuelto recuperar la gloria

 

que por nuestra culpa había abandonado!

¡Ahora cada uno puede ser salvado

con sólo creer e invocar su memoria!

 

11 LA ASCENSIÓN

            Una vez acabadas las lecciones

y mientras todos le están contemplando,

se dirige al infinito volando

seguro de que todos sus campeones

 

se dedicarán a abrir sus misiones

mientras se dejan la piel caminando.

Y mientras ellos se quedan pensando

en lo pobres que serán sus sermones,

 

he aquí que unas bellísimas canciones

les recuerda, mientras están llorando,

que Cristo volverá con sus legiones

 

a recoger a los que andan amando,

a los que practican sus oraciones

a los que, sin voz, le están predicando.

 

12 LA GLORIA

            Todos los que crean el anuncio dado

están a salvo del castigo eterno,

pues las torcidas iras del averno

nada pueden contra ese resultado.

 

De nuevo el Paraíso se abre corriendo

al sufrido pecador expulsado…

¡Es cierto! ¡El moderno Adán lo ha ganado

al vencer a la muerte del infierno!

 

Y otra vez el tigre mima al carnero

y otra vez el sol calienta la almohada

de los que, por creer en aquel madero,

 

tienen su parte de cielo ganada.

¡Aleluya! ¡Loor al Santo Cordero!

¡Gloria y honor al de la frente marcada!

 

 

 

 

030071

  Barcelona, 26 de octubre de 1986

———

54 BALBUCEOS 2

Navidad

Una estrofa cada párvulo.

 

Dicen que María

amaba mucho a Jesús.

 

Claro, ella sabía

de donde vino su luz.

 

Sólo que temía

que muriese en una cruz.

 

Por eso subía

tanto al templo a contraluz.

 

Y es que presentía

el dolor del avestruz,

 

quien nos salvaría

inclinando la testuz.

 

Así era María

y así trataba a Jesús.

 

 

 

 

030072

  Barcelona, 30 de diciembre de 1962

———

55 NANA DE BELÉN

Navidad

 

Duerme niño,

duerme niño

que tu padre está velando.

 

Duerme niño,

duerme niño

que tu padre está adorando.

 

Duerme niño,

duerme niño

que tu padre está cantando.

 

Duerme niño,

duerme niño

que tu padre está rezando.

 

Duerme niño,

duerme niño

que tu padre está rogando.

 

Duerme niño,

duerme niño

que tu padre está viajando.

 

Duerme niño,

duerme niño

que tu padre está curando.

 

Duerme niño,

duerme niño

que tu padre está rimando.

 

Duerme niño,

duerme niño

que tu padre está mirando.

 

Duerme niño,

duerme niño

que tu padre está velando.

 

 

 

 

030073

  Barcelona, 31 de diciembre de 1962

———

56 NOCHE DE NAVIDAD

Navidad

 

Noche de Navidad… ¡Noche sin par!

Noche que nos traes recuerdos amados,

noche que engendras seres encantados

en los que, por pequeños, dan lugar

a que se cumplan deseos tan soñados

que sólo en los momentos señalados

atraviesan por mente, nuestro hogar.

¡Noche con cien minutos alargados…!

¡Noche feliz en que somos salvados!

¡Noche de Navidad! ¡Noche sin par!

 

 

 

 

030074

  Barcelona, 30 de diciembre de 1962

———

57 EL NIÑO DE LOS DESAMPARADOS

Navidad

 

Aquel pastor atraviesa los prados

cantando, a pesar de tener mojados

los pies de tanto correr en la nieve:

¡Despertar, despertar, que ya se mueve

el fiel Niño de los desamparados!

 

 

 

 

030075

  Barcelona, 30 de diciembre de 1962

———

58 ALEGRÍA EN NAVIDAD

Navidad

 

Las estrellas se suman al concierto

que el mundo organiza con santidad,

¡el Cristo nos ha nacido despierto

en esta Navidad!

 

Los pastores gritan alborozados

en la montaña, el campo o la ciudad:

¡Venid y cantad, que estamos salvados

por esta Navidad!

 

Pobres y ricos, en santo conjunto,

corren al pesebre con amistad,

forman un todo sin fin y sin punto

ante esta Navidad.

 

Todos le llevan regalos sin cuento

al Niño que reinará de verdad,

todos le llevan especias y ungüento

por ser su Navidad.

 

Todos se sienten sumisos y estrechos

en vista de tan enorme humildad,

todos mantienen clavada en sus pechos

aquella Navidad

 

¡Qué noche tan llena de sortilegios!

¡No existirá otra con más realidad!

¡Ninguna que iguale los privilegios

de nuestra Navidad!

 

Los mayores se convierten en niños…

Los niños, gozosos de libertad,

entregan sus conciencias y cariños

al Rey de la Navidad.

 

Y todos perdonan, entienden y aman

transportados por la felicidad.

Y todos, con celo divino, exclaman:

¡Viva la Navidad!

 

Corales, cantad con acento tierno

a la gran noche de la humanidad

que se convirtió, por mandato eterno,

en una Navidad.

 

Grandes y pequeños, miles o cientos,

vecinos del campo o de la ciudad,

sentir, agradecidos y contentos,

¡alegría en Navidad!

 

 

 

 

030076

  Barcelona, 2 de enero de 1963

———

59 DESPREOCUPACIÓN HUMANA

Navidad

 

Duerme el mundo en su agonía

por pecados consumido,

vagando en su celosía

del indiferente vahído.

Cree que por estar dormido

en horas de cruel dolor,

se evitará el colador

de un juicio tan rebatido

como no se ha conocido

otro del mismo valor.

 

Tapa su cuello en la arena

por no ver al enemigo,

anteponiendo su pena

al beneficio de amigo,

creyendo que su castigo

de esta forma queda absuelto,

pues creen que Jesús se ha vuelto

hacia aquellos derroteros

en que sólo los primeros

tienen el sino resuelto.

 

Y piensan que por no ver

al Cristo del nacimiento,

no tienen porque entender

el glorioso advenimiento.

Pues si vino en cumplimiento

de cuantiosas peticiones,

alegan que los sermones

tienen que ser mantenidos

por quiénes fueron pedidos

con bocas y corazones.

 

Y aceptan por Navidad

sólo los que les conviene,

pues pisan la caridad

gritando al año que viene:

¡Sólo vale quien más tiene!

Pobre mundo abandonado

en un oscuro espejismo,

por hallarte divorciado

de este pesebre encantado

te perderás a ti mismo.

 

———

            Los que por sal nos tenemos

de esta tierra empobrecida,

por amor al Fiel, debemos

encontrar una salida.

Mirar: ¡Andando tendremos

resultados positivos!

¡Salgamos al pueblo santo,

sin miedo ni paliativos

y hagamos que los más vivos

también ayuden al canto!

 

¡Aleluya en las alturas

y paz a toda la tierra,

un Niño abrió las costuras

que condenarán la guerra!

Por eso, y sin apreturas,

espera tu conversión

en su pobre cobertizo.

Piensa que da redención

a cambio de sumisión

de tu espíritu enfermizo.

 

 

 

 

030077

  Barcelona, 3 de enero de 1963

———

60 NAVIDAD EN EL MAR

Navidad

 

Boga la lancha potente

a golpes de fuerte remo,

mientras el mar indolente

se resiste a su avanzada.

Mas, el capitán valiente

firme en aquella estacada,

ordena a su brava gente

que sin parar para nada,

alcen muy alta la frente,

y que doblando la espalda,

deben jugarse la muerte

al genio de agua salada:

 

Muchachos, la Navidad

la pasaremos en casa.

Bogar con tranquilidad

sin dar descanso a los remos,

que más tarde, en la ciudad,

con gozo descansaremos.

Tenéis posibilidad

de ver a vuestras esposas

que aguardan con ansiedad

en el resguardo del puerto.

¡Bogar con seguridad

ocupando vuestro puesto!

 

Y el conjunto amalgamado

de lobos de mar con barba,

inca su deseo colmado

en la enfurecida espuma.

Uno, por todos amado

por buen timonel, se arrima

a velamen tan mojado

y con poderoso esfuerzo

lo lograr izar levantado,

y el barco lame las olas,

ante el nuevo impulso dado,

forzando muchas cabriolas.

 

Pero el mar no se resiste

a perder tranquilidad

y sin corazón, embiste

a la pobre embarcación.

Y se crea la lucha, existe

un pugilato tremendo

entre la barca, tan triste,

y un gran mar que, por horrendo,

la agria noche se convierte

en un verdadero infierno.

El fiel capitán insiste,

mas ya no tiene remedio.

 

Se desgarra la alta vela

con el peligro inminente,

ya que al caer palos y tela

esparce pronto la muerte.

¡A quien primero empapela

es al timonel valiente…!

Gritos en la pasarela,

sudor en todas las frentes…

La tregua no tiene espera

entre los hombres y el mar;

aquella lucha, por fiera,

les impide descansar.

 

Y a cada vaivén medido,

los remos oyen cantar:

¡Es Navidad socorrido!

¡Bah, no dejéis de remar!

contestan entre aquel ruido

los que aún intentan cantar.

Mas, el que es más comedido,

al ver que va a zozobrar

y sintiéndose perdido,

se encara con el altar

del Niño que está dormido

y se le pone a rezar:

 

¡Dios de la naturaleza,

de los hombres tan temido,

socórrenos con presteza

si no quieres nuestro fin!

A pesar de la maleza

que envuelve nuestra razón,

tienes poder y realeza

para hacer del corazón

un símbolo de nobleza.

Por tu Hijo de la canción,

por Aquel que dio tristeza

al nacer en un mesón.

 

Protestan sus compañeros:

¡Cállate y rema, holgazán!

¡Bogar bien fuerte remeros!

¡Luchar contra este Satán…!

Pero los que están primeros

en los banquillos de atrás,

quedan pronto prisioneros

del enfurecido mar.

Oleadas de gestos fieros

los arrancan por la borda.

¡Ya son menos los remeros

que quedan en la triste horda!

 

El buen capitán ordena

al ver que faltan los bríos:

¡Muchachos, quitaos la pena

cada cuál a su manera!

Quizá sea esta Noche Buena

la última que celebremos

con copa de vida llena…!

Y ante el verismo del dicho

los hombres forman cadena

con más o menos capricho

mientras el temor cangrena

hasta el fondo de su pecho.

 

Y empiezan a murmurar

con muy variado primor…

Uno, que sabía cantar

con flauta de ruiseñor,

empezó a decir y a narrar

dando al ambiente el calor

que iban a necesitar:

¡Noche de paz y de amor!

¡Noche de infinito hogar!

¡Todo duerme en derredor

en aquel bendito lugar

en homenaje al Señor!

 

Mueven los remos cantando,

mojados sus pobres pechos,

mientras el mar va llevando

a los que ya, por maltrechos,

no pueden seguir nadando.

La barca ha sido deshecha,

ya no sigue navegando…

Y aún cantan sobre las tablas

que se han quedado flotando

en la tormenta de espuma.

¡Es el fin que va llorando

la Navidad en el mar!

 

———

            La humanidad indolente

encuentra este resultado:

¡Se acerca más a la muerte

cuanto más vaya pecando!

Allí, donde el gozo siente

que debiera estar cantando,

se encuentra con la pendiente

que Satanás va forjando…

¡Hombre que oyes, sé valiente

y vete ya preparando

a presentar tu expediente

que la vida va dejando!

 

No temas, Cristo ha nacido.

Morirá si es necesario.

Y si Él, vencer ha podido

a la muerte y a su gregario,

te ayudará de corrido

a preparar tu breviario.

Vé a Él, y serás socorrido

trocándote en visionario.

¡Ves, que aún no tienes perdido

tu lugar en el rosario

del Huerto que ha florecido

con el sudor del Calvario!

 

 

 

 

030078

  Barcelona, 5 de enero de 1963

———

61 BALBUCEOS 3

Navidad

Una estrofa para cada párvulo.

 

El Santo Cordero

ha nacido en un collado,

 

y al Satanás fiero

de esta forma le ha ganado.

 

Yo, que en Él espero,

le doy por muy bien llegado,

 

y abro un cancionero

que pronto será sonado

 

puesto que primero

lo dejaré dedicado.

 

¡Loor, Santo Cordero,

por nacer en un collado!

 

 

 

 

030079

  Barcelona, 5 de enero de 1963

———

62 EL GRITO DEL ALMA

Navidad

 

Navidad, dulce fonema

del jardín de los anhelos,

háblame de los desvelos,

de tu Jesús floreciente,

envuélveme en tus fragancias,

imprégname en tus sustancias

porque me siento impotente

 

y me encuentro en un dilema.

Hazme sentir tu poder

para que pueda entender

un hecho tan sorprendente

y lleno de consecuencias

que ni con todas las ciencias

podría formar en mi mente.

 

Dame el secreto del tema

para que cuando te escriba,

pueda mirar hacia arriba

imitando a mucha gente.

Quítame las apariencias

incluso las conveniencias,

que me impiden ser valiente.

 

Hazme conocer tu gema

para que con optimismo

me encuentre pronto a mí mismo

y recupere la calma.

¡Injértame tu mensaje

para que, con otro traje,

encuentre el grito del alma!

 

Y si me cansa la flema

o el propio materialismo,

inyéctame el cristianismo

para que mi propia vista

quemada por el pecado,

vuelva a mirar por el lado

de cualquier evangelista.

 

 

 

 

030081

  Barcelona, 13 de enero de 1963

———

63 ANSIA POR LA NAVIDAD

Navidad

 

Como el canto del torrente

se oye exclamar a la gente:

¡Navidad!

Y es que cortas a cuchillo,

a la sombra de da brillo,

la verdad.

 

Entras en los corazones

a cubierto de razones

infrahumanas,

y te cambias desde entonces

en mil armoniosos bronces

de campanas.

 

Mas las necias mentes, vanas

por flotar en las desganas

de este mundo,

no ven como algo normal

que tu vientre virginal

sea fecundo.

 

¡Pobres seres indefensos!

Cada vez son más propensos

a la azada

y se pierden tu mensaje,

prefiriendo el vil ultraje

de la nada.

 

¡Crécete, vocablo santo!

¡Deja que tu noble canto,

y el Mesías,

convierta a los pecadores

en simples predicadores

de tus días!

 

Y cuando se cambie el mundo

en un Paraíso fecundo

sin asuntos

que distorsionen al hombre;

alabaremos tu nombre,

¡todos juntos!

 

 

 

 

030082

  Barcelona, 15 de enero de 1963

———

64 EL BANCO ETERNO

Navidad

 

Cuando el hombre arruinado en el pecado

tiene fuerzas para mirar tu cuna,

se desvanece en su interior la duna

que le impedía prosperar a tu lado.

 

Y ya, sin el cruel lastre embarazado

y sin tener pavor a quiebra alguna,

puede firmar en la Caja oportuna

la cancelación de su error pasado.

 

Y así es como el ser humano salvado

forma parte de la celestial tuna,

porque con Cristo encuentra el resultado

 

que le lanza a comenzar la fortuna

contra el Banco del cielo despejado

en que no quiebra cuenta alguna.

 

 

 

 

030083

  Barcelona, 17 de enero de 1963

———

65 FELIZ PUEBLO DE BELÉN

Navidad

 

¡Feliz pueblo de Belén!

Eres un lugar hermoso

desde aquel hecho precioso

que, por verdad del aserto,

hizo posible un Edén

donde antes era desierto.

 

Fuimos echados del cielo

por un infame pecado,

mas a Belén ha bajado

el Cristo, quien con sus manos

ha deshecho todo el hielo

entre Dios y los humanos.

 

Y a partir de ese momento

el mundo y su humanidad,

celebran la Navidad

como un logro conseguido

por quién, feliz y contento,

resultó ser Elegido.

 

¡Feliz pueblo festejado!

¡Fuiste príncipe del cuento

y testigo de un evento

que nunca más tendrá fin…!

¡Tu nombre será cantado

del uno al otro confín!

 

 

 

 

030084

  Barcelona, 19 de enero de 1963

———

66 SOLILOQUIO

Navidad

Todas las voces las hace la misma persona.

 

Caminaba solitario

por los campos de este mundo,

cuando un malestar binario

me causó un dolor inmundo:

Me vi en un valle profundo

con aguas tan cristalinas

que helaban cada segundo

lo mejor de las colinas.

Mil flores y aguamarinas

lo cubrían con una alfombra,

haciendo que hasta la ruinas

acariciasen la sombra…

Y en menos de que se nombra

el soliloquio completo,

me encontré con una alondra

con plumillas en el peto

que me dijo con respeto:

 

¿Qué buscas aquí, mortal?

¿No sabes que existe un veto

para el humano animal?

¿Piensas que lo terrenal

puede ubicarse en un valle

con perfume celestial?

 

Pues yo le encuentro detalle

para formar una calle

que pueda ser habitada.

 

Me obligarás a que estalle

en ira mal regulada…

¡Tu presencia está vedada!

 

¿Por qué? Veo árboles frutales

llenos de fruta dorada

que salpican los bancales.

Veo maíz, trigo y hasta rosales

que dan colorido al suelo…

(Podrían terminar mis males

si aquí acabase mi vuelo).

Mas, como intuyo algún velo

en tu extraña alocución,

callaré…

 

Bien.

 

¿Y en que celo

basas esta prohibición?

 

¿No sabes la maldición

que tenemos en el Huerto?

 

No, y estoy sin contestación

a pesar de estar despierto.

 

Mira, ya que estoy abierto

a tu corazón ansioso,

quiero explicarte lo cierto

y no pecar de tramposo:

Tiempo atrás, era dichoso

este campo ahora maldito.

 

¿Quieres decir?

 

Sí, era hermoso

porque nada era finito.

 

¿Cómo?

 

Dios, que es infinito,

creó todo lo que aquí ves.

 

Pues…

 

Y aún seguiría bendito

de no pasar el revés.

 

¿Cuál?

 

Con la primera mies,

fue engendrado un ser humano

que pensando con los pies

comió del árbol vedado.

Y al romper por el pecado

la celestial armonía,

del Huerto fue desterrado

cuando mejor convivía.

Y justo cuando salía

por las puertas de este encanto,

nuestro Dios, que conocía

al alma que quiso tanto,

cerró bien a cal y canto

el arbusto de la vida.

 

¿Y…?

 

¡Ya no podría ser santo

el hombre, jamás!

 

Querida,

si he perdido la partida

a causa de mi pecado,

¿con volverme a la salida

podría estar perdonado?

 

Esto es serio.

 

¿Y…?

 

Me ha extrañado

verte por esos parajes,

pues por siglos fue vedado

a todos vuestros linajes.

 

Fuertes serán los ultrajes

para tan serio castigo…

 

Sí.

 

Será mejor que bajes

y que camines conmigo.

 

No puedo hacerlo contigo

y menos dejarte paso,

así que cree lo que digo

y opta por hacerme caso;

pues de lo contrario, acaso

el de la espada desnuda,

quiera arreglar el fracaso

de esa actitud tan tozuda.

 

De acuerdo, no tengo duda

que tu pose es verdadera,

mas si el castigo se muda

pienso entrar a mi manera.

 

Pobre cancerbero fuera

si consintiera tu mal.

 

¡Quiero ver la primavera!

 

¡Estás perdido, mortal!

 

Una angustia sin igual

recorrió mi pobre pecho

tras una duda letal:

¡No quedaba ningún techo

que por el Creador fuera hecho

para poder habitar!

Y mi corazón maltrecho

supo lo que era dejar

un hito sin conquistar…

Y cuando por fin dudaba

en dejar aquel lugar,

un colibrí que miraba

me dijo mientras volaba:

 

¿Por qué estás tan preocupado?

 

Yo pensé que se burlaba

al verme desorientado,

pero él siguió por su lado:

 

¡Queda una forma de entrar

a este Jardín tan cerrado!

 

(Sentí como una punzada

en mi cabeza pesada,

pues tener una esperanza

es más que no tener nada

en el fiel de la balanza).

Anda, empieza tu romanza

y dime lo que hay que hacer.

 

De acuerdo, ¿aún tienes templanza?

 

¡Tengo la que hay que tener!

 

Pues mira, si quieres ver

la forma de entrar con tiento,

tienes antes que entender

la certeza de mi cuento.

 

Dime, que ya estoy contento,

y hazlo de forma sencilla

que las cosas con acento

siempre van de maravilla.

 

¿Y si levanto una astilla?

 

Mientras estés en lo cierto…

 

De pronto salió una ardilla

de un agujero cubierto,

y llena de desconcierto

me preguntó sorprendida:

 

¿Quieres entrar en el Huerto?

 

¡Lo quiero más que a mi vida!

 

¡Pues aquí sólo hay salida!

 

Mira, si ese es tu consuelo

dáselo a quien te lo pida.

 

¡Oye…!

 

¿Qué hay que oír?

 

Aquel duelo

hubiera marcado el suelo

de no mediar el alado:

 

Dios os expulsó del cielo,

pero también os ha dado

el caso solucionado.

 

¿Cómo?

 

¿Dios nos ama?

 

Y tanto.

 

Jesucristo fue engendrado

por el Espíritu Santo

y según lo narra el canto,

nació en Belén de Judea

creciendo lleno de encanto

al norte de Galilea…

 

Y ahora, ¿Tú quieres que crea

que un hecho semejante

puede vencer la marea

que tenemos por delante?

 

¡Espera!, dijo al instante

la ardilla ya convencida.

Pienso que no es elegante

dudar de forma seguida.

 

Perdona.

 

No estoy dolida

(en aquel mismo momento

estaban en la partida

los animales del cuento).

Recuéstate en ese asiento

y aprende del colibrí…

 

¡Eso!

 

Yo lo haría contento,

mas…

 

¿Me dejas hablar?

 

Di.

 

Tan pronto como te vi

empecé a pensar muy mal.

 

Pero, ¿quieres seguir?

 

Sí.

Después de crecer normal,

el Cristo del santoral,

se entregó por los humanos

y murió como un mortal

clavado de pies y manos.

 

Ya, ¿y por eso los cristianos

pueden entrar al Edén?

 

Sí, una vez limpios y sanos

por el Niño de Belén,

pueden conocer el bien

que Jesús nos ha previsto…

 

¿Y yo? ¿Puedo entrar también?

 

Sí, si crees que Jesucristo

salva.

 

¿Lo crees?

 

¡Estoy listo!

 

¡Bravo!

 

¡Esta es la solución!

 

¿Aún quieres entrar?

 

¡Insisto!

 

Muy bien, ¡pues por tu confesión

no sólo entrarás en Sion,

sino que serás un santo!

 

Esta es toda la canción

por la que marcaba el llanto:

El Señor nos amó tanto,

aun teniendo deficiencias,

que desalojó el espanto

de todas nuestras conciencias

y sin merecernos nada,

nos salvó de las dolencias

de una vida abandonada…

Esta es la historia cantada

en soliloquio rimado

el día que encontré la entrada

de aquel Jardín olvidado

y al Cristo crucificado

que salva de maravilla

aunque vaya disfrazado

de alondra, colibrí o ardilla.

 

 

 

 

030085

  Barcelona, 21 de enero de 1963

———

67 LA POTENCIA DE CRISTO

Navidad

 

Parece que el agua mansa

no tiene mucha potencia…

¿Qué dicen de la paciencia

de Cristo, que no se cansa

de bendecir a este mundo?

 

Sí, nació en una posada

y murió tranquilamente;

mas, ¿quién niega que su mente

no estaba desarrollada

para sanar lo infecundo?

 

¡El Señor es tan potente

y guarda tanta energía

que puede amar cada día…!

¿No es igual que la corriente

que va en litros por segundo?

 

 

 

 

030086

  Barcelona, 23 de enero de 1963

———

68 CRISTO GLORIOSO

Navidad

 

Cristo fue glorioso no sólo por haber muerto,

sino porque al nacer en un pesebre desnudo,

no tuvo en cuenta el gesto desalmado y ceñudo

de los que le juzgan por hacerlo en un desierto.

 

Además, venía preparado a morir naciendo

y con su nacer dejó demostrado tal celo

que sabemos que a partir de aquel momento,

el cielo,

a impulsos de su heroica batalla, se fue abriendo.

 

Con su muerte, el difícil camino de lo eterno

estaba abierto… ¡sólo hace falta creer en Él

y que los santos vistan con hojas de laurel

al valiente que consiga cerrar el averno!

 

De manera que el cambio del hombre es su victoria

y la salvación de nuestras almas, su corona.

¡Gracias, mi Señor! ¡Gracias por nacer en persona

y por dejarnos participar en tanta gloria!

 

 

 

 

030087

  Barcelona, 23 de enero de 1963

———

69 LA GRANDEZA DE CRISTO

Navidad

 

Piensa el sabio en su cabeza

que Cristo dejó de ser

cuando nos vino a nacer

en un antro de pobreza.

 

¿Es posible la bajeza

que llegamos a tener?

¿Es que no podemos ver

que allí ganó fortaleza?

 

Siempre fue de la realeza

y así se dio a conocer…

¡Haríamos bien en volver

a descubrir su grandeza,

 

pues igual que la belleza

no florece sin querer,

el humano ha de saber

dónde guarda su nobleza!

 

 

 

 

030088

  Barcelona, 24 de enero de 1963

———

70 JESÚS ESTÁ SIN CUNA

Navidad

 

Mira, el pobrecito,

no tiene una cuna…

¿vamos a darle una?

Pues, ¡corre! Repito

que Jesús espera

dormir en cualquiera.

 

Tiene tanto frío

y está tan dejado,

que estar a su lado

le da nuevo brío

para terminar

lo que va a empezar.

 

¡Corre hacia el pesebre,

llévale una muda,

que cualquier ayuda

hará que celebre

esta Navidad

con felicidad!

 

 

 

 

030089

  Barcelona, 25 de enero de 1963

———

71 EL DOLOR DE MI CRISTO

Navidad

 

Si experimentó dolor

mi Cristo para morir,

mucho más debió sentir

cuando dejó aquel calor

que en el cielo le mimaba.

 

(Se necesita valor

para nacer como un hombre

cuando se tiene renombre

de inmaculado Señor

en el cielo que dejaba).

 

Así, es una Navidad

tan buena como cualquiera,

pensemos en la primera

y añadamos de verdad

todo lo que le faltaba.

 

 

 

 

030090

  Barcelona, 26 de enero de 1963

———

72 ¡CANTA NIÑA HERMOSA!

Navidad

 

¡Canta niña hermosa,

cántale al Señor,

pues sintió dolor

al coger la rosa

que te dio la vida!

 

 

 

 

030091

  Barcelona, 26 de enero de 1963

———

73 LA GRACIA DE CRISTO

Navidad

 

¡Los que tildan de desgracia

el hecho de que Él naciera,

niegan de mala manera

el origen de su gracia!

 

 

 

 

030092

  Barcelona, 27 de enero de 1963

———

74 LA ELEGANCIA

Navidad

 

Dice el hombre en su ignorancia:

¿Para qué nacer un Cristo

si su Padre había previsto

que iba a morir sin sustancia?

 

No saben que la fragancia

de la cuna está en la muerte

y que, por tanto, la suerte

es que después de su infancia

 

se entregó sin arrogancia

y nos dio la salvación.

¿Existe otra solución

para darle relevancia?

 

¡No, afirmo sin petulancia

que Cristo es el Salvador

y que no hay otro Señor

que tenga tanta elegancia!

 

 

 

 

030093

  Barcelona, 28 de enero de 1963

———

75 NO FUE SENCILLO

Navidad

 

¡Quién crea que fue una simpleza

salvar a la humanidad,

que sopese con nobleza

la palabra Navidad!

 

 

 

 

030094

  Barcelona, 28 de enero de 1963

———

76 BALBUCEOS 4

Navidad

Una estrofa para cada párvulo

 

Mirar como duerme

el Santo Niño en la cuna,

 

parece que entiende

que carece de fortuna.

 

Y es que ya comprende

que viene a ser la laguna

 

entre aquel que ofende

y el Padre que está en la altura…

 

¡Oh mortal, aprende

dónde nace la hermosura!

 

 

 

 

030095

  Barcelona, 29 de enero de 1963

———

77 LA PRIMAVERA DE CRISTO

Navidad

 

Dicen que las golondrinas

volaban cuando nació;

claro, ¿no fue Él quien nos dio

las gloriosas vitaminas

 

de la vida verdadera?

¡Así que voló o cantó

todo aquel que comprendió

que estaba en la primavera!

 

 

 

 

030096

  Barcelona, 29 de enero de 1963

———

78 QUISIERA…

Navidad

 

Quisiera dar al Señor

mi maqueta preferida,

¿es que Él no me dio la vida

cuando murió de mayor?

 

¡Pues dejarme que devuelva

algo de lo que me ha dado

que a limpio, bueno y educado

nadie me gana en la selva!

 

 

 

 

030097

  Barcelona, 30 de enero de 1963

———

79 ILUSIÓN

Navidad

 

Yo tengo tanta ilusión

de que llegue Navidad,

que les digo de verdad

que me aguanto el corazón.

Y es que me sobra razón

para aguardar esta fecha…

¿saben que también tengo hecha

una bonita canción?

Si supieran la alegría

con la que ensayo de pronto

en el transcurso del día…

Si hasta les parezco tonto

a los chicos de la escuela…

Pero yo muy bien me sé

que cuando a Cristo le dé

esta canción de mi abuela,

le será como una alfombra.

Así que, quedo esperando

corriendo y medio cantando

tanto al sol como a la sombra.

 

 

 

 

030098

  Barcelona, 30 de enero de 1963

———

80 LAS CAMPANAS DE BELÉN

Navidad

 

Las campanas de Belén

nos dan una gran noticia:

¡Jesucristo es la primicia

que viene desde el Edén!

 

Yo no sé si habrán campanas

que sepan decir tan bien

que el Rey que nació en Belén

en un cuarto sin ventanas,

nos ha devuelto las ganas

de volver al buen camino

y que su trono divino

hace que muchos mortales

puedan resolver sus males

en mitad de su destino.

 

¡Las campanas de Belén

y su dulce melodía,

son la noticia del día

que esperaba yo también!

 

 

 

 

030099

  Barcelona, 30 de enero de 1963

———

81 ¡ANDA BORRIQUITO!

Navidad

 

¡Anda borriquito,

corre hacia mi casa,

corre que se pasa

la hora en que el Hijito

de Dios nos nació!

 

¡Anda borriquito,

corre hacia Belén,

corre antes que den

todos aquel grito

que le enmudeció!

 

 

 

 

030100

  Barcelona, 30 de enero de 1963

———

82 EL JARDÍN DE CRISTO

Navidad

 

Flor natural

es mi buen Cristo

en el jardín del amor,

 

pues es formal

con quien le ha visto

en el jardín del dolor;

 

le quita el mal

y le ha previsto,

en el jardín del candor,

 

algo normal:

¡Un sitio listo

en el jardín del Señor!

 

 

 

 

030101

  Barcelona, 30 de enero de 1963

———

83 EL CAMINO A BELÉN

Navidad

 

¿Quieres decirme, buen mozo,

por dónde se va a Belén?

 

A Belén, señora mía,

no se va… mas cada día

debe vivirlo tan bien

que ande por él trozo a trozo.

 

 

 

 

030102

  Barcelona, 31 de enero de 1963

———

84 EL CIEGUECITO

Navidad

 

Dime, cieguecito,

¿has visto la luz?

 

Pues claro, amiguito,

El Señor Jesús,

me la dio en la cruz.

 

 

 

 

030103

  Barcelona, 31 de enero de 1963

———

85 EL CAMINO DEL MESÓN

Navidad

 

Dígame, buen caminante,

¿por dónde se va al mesón

en que nació el Salvador?

 

¡Por el mismo corredor

de su propio corazón

arrepentido y vibrante!

 

 

 

 

030104

  Barcelona, 31 de enero de 1963

———

86 MUJER

a una amiga.

 

Eres una flor llena de hermosura

del jardín más hermoso de mi mundo,

pues juntas a tu natural soltura

el adorno del sentir mas fecundo.

 

Yo, que con las raras Musas me fundo

en el valle poético de estatura,

dedico mi aplauso real y rotundo

al genio que proyectó tu figura,

 

porque si todo lo hermoso perdura

por ser como sal a la buena tierra

y espíritu a los humanos sin mancha,

 

elevo este soneto con cordura

a la virtud que sin duda te aferra

y al humanismo que todo lo ensancha.

 

 

 

 

040112

  Barcelona, 18 de diciembre de 1962

———

87 EL SECRETO DE MAMÁ

a la madre

El párvulo, niño o niña,

hace una reverencia al salir a escena.

 

Mi mamá,

  (Señala al público).

que está por ahí,

me dijo ayer en voz alta

que siempre que hiciese falta

daría su vida por mí.

  (Se rasca la cabeza pensativo).

Pues para quererme así

alguien tuvo que enseñarla…

  (Decidido).

Mirar, para compensarla

le daré un beso en la frente

y le diré muy sonriente

que jamás pienso olvidarla.

  (Avanza un poco más y envía un beso hacia el público).

 

 

 

 

040113

  Barcelona, 15 de abril de 1962

———

88 MUJER ESPAÑOLA

a Olga Fernández…

 

A ti, morena mujer española,

que a pesar de ser eslavo tu nombre

existes y andas para que me asombre

por tu gracia y donaire de manola,

 

pues si eres trigo y a veces amapola

y miel silvestre y racimo de mimbre

y viento fresco y agua clara de cumbre

y flor salvaje de bella corola…

 

es por eso, por española innata.

Te canto con razón este soneto

pues el verte, hace la vida más grata

 

a todo el que te trata con respeto.

¡Loor a ti, canela y rosa escarlata!

¡Loor a ti, rara piedra de Mileto!

 

 

 

 

040114

  Barcelona, 15 de agosto de 1962

———

89 LAS DOS RANITAS

a la madre

El niño o la niña que la

recite debe hacer todas las voces.

 

Una ranita y su amiga

se encontraron en un prado,

cerca de un musgo mojado,

y tras comerse una espiga

trataron de sacar miga

a las cosas que pasaban

y a la ropa que llevaban:

 

-Dime, ¿por qué has estrenado

ese juego delicado?

 

-¡Curiosa!

 

Mientras hablaban

como si fueran dos lores,

daban saltitos con garbo:

 

-Me he vestido de largo,

con tela de mil colores,

para imitar a las flores

y a las perlas de Caldea…

 

-A ver si entiendo la idea

-inquirió la preguntona-,

¿Se trata de una persona?

 

-¡No!

 

-¿Es que quieres que te crea?

 

-¡Tú verás!

 

-¿Es por la muerte

de algún pariente lejano?

 

-¡Ca!

 

¡Ah! ¿Es que han pedido tu mano?

 

-¡Frío, frío! Tienes que moverte

o reclamar a tu suerte

para ser un adivino.

 

-Pero, ¿estoy en el camino?

 

-No es eso…

 

-¡Qué sí!

 

-¡Narices!

 

-¿No?

 

-¡No!

 

-Por lo que dices

se trata de tu destino,

¿verdad?

 

-Serás animal.

Por eso no iría con galas.

 

-¿Te han prometido las alas

de un príncipe celestial

o un palacio de cristal?

 

-¡Qué no, qué no, te equivocas…!

 

Y abriendo mucho las bocas,

las dos ranas amiguitas

suben y bajan ramitas

mientras hablan como pocas

mil temas en un instante.

Y sin dejar de saltar,

correr, comer y jugar

en un círculo constante,

dan muestras de buen talante

empatando la contienda

y engullendo la merienda

que se encuentran por doquier.

Y qué rincón del saber,

qué estante de su trastienda,

exploraría la primera,

que hasta sentirse vencida,

tubo que estar convencida

de que fuera lo que fuera,

no iba a dar con la manera

de adivinar la razón.

Entonces, en un rincón,

le preguntó por las buenas:

 

-¿Quieres quitarme las penas

que llenan mi corazón?

 

Su amiga, que por persona

la buscaba por la cañas,

enderezó las pestañas

y exclamó con voz burlona:

 

-No te inquietes más, campeona,

y no te enfades conmigo…

Mas mereces el castigo

que te acabo de imponer,

¿es que sólo quieres ver

el exterior del abrigo,

el birrete de los jueces

o las espigas de trigo?

(Y conste que no te digo

todo aquello que mereces).

Como has sufrido con creces

tu inquieta curiosidad,

escucho a la caridad

y te cuento lo que sigue:

Voy así, no por un ligue

ni por ninguna ciudad.

Has de saber, anormal,

que en mi casa se festeja

el día con más moraleja

que existe en el santoral.

Para darte idea cabal

de la importancia del hecho

te contaré, aun a despecho

de resultar muy pesada,

que si voy engalanada

desde la espalda hasta el pecho,

es consecuencia normal

de la fiesta que tenemos.

 

-A ver si nos entendemos,

¿es una fiesta especial?

 

-¡Para mí, no hay otra igual!

Has de saber que en mi casa,

y esto lo digo sin guasa,

a mi madre se respeta…

 

-Perdona que me entrometa,

¿no te sales de la masa?

-preguntó su compañera

en un pequeño respiro,

y tras lanzar un suspiro

continuó de esta manera-:

¿Es que de puertas afuera

los demás no la respetan?

 

-Tal vez sí… Pero, ¿se inquietan

cuando sienten algún daño?

 

-¡Mujer!

 

-Yo, una vez al año,

si antes no me lo vetan,

me dedico por completo

a obedecerla, de modo

que parecemos un todo

empujando un parapeto,

le doy paz, amor y asueto

y al menos en ese día

le hago sentir alegría.

 

-¿Cómo llaman a esa fiesta?

 

-¡Día de la Madre!

 

-Me cuesta

reconocer…

 

-¡Lo sabía,

a mí me pasa al revés!

Yo no me hecho de rogar

y con prisa he ido a buscar

el traje de tu interés,

pues vestida por los pies

y llevando mil olores,

te diré que mi amores

nunca se repartirán.

Así, todos le dirán

que los hijos somos flores.

 

-¿Sabes que suena muy bien

lo que tienes decidido?

Si limpiase mi vestido

y me adornase la sien,

podría juntarme también

al menos para la cena,

¿no?

 

-Pues, sí.

 

-Sería una pena

que la cosa resultara

sin que yo participara

en una ocasión tan buena.

Corramos a buscar cintas

y a hacer ramos con rosas

que siempre con estas cosas

se ven formas distintas

si se hace lo que pintas

o como siempre hemos hecho.

Ven, acompáñame un trecho

que voy en busca de gasa.

 

-De acuerdo, iré hasta tu casa

mientras buscamos helecho.

 

Y juntas, con emoción

se fueron llenas de gozo,

pues su cariño era un pozo

tan lleno de devoción,

que hicieron una canción

de sus madres respectivas.

Y las ranas decididas

devolvieron tanto amor,

que la fama de su ardor

alumbró cientos de vidas.

 

 

 

 

040115

  Prat de Llobregat, Barcelona, 19 de abril de 1962

———

90 PICARDÍA

a la madre

 

Cuando mamá me levanta,

(Dios mío, qué cosa tan rara),

me dice que el agua clara

purifica la garganta,

mas pienso de corazón

que la principal razón

es que me lava la cara.

 

 

 

 

040116

  Barcelona, 19 de marzo de 1962

———

91 MADRE

a la madre

 

Sé que sólo soy un niño

y que me falta experiencia,

pero viendo la evidencia

del tesoro de cariño

que mi madre representa,

quisiera, con alegría,

compararla con María.

La verdad, ya me doy cuenta

de todos los sufrimientos

que ella, por mí, padeció

y como me convenció

y tengo remordimientos,

deseo decir ante todos

que no sólo me ha dejado

su amor desinteresado,

el ser, el cuerpo y los modos,

sino la fuerza de un padre.

Señores… ¡Es evidente

que no hay nada que sustente

como el amor de una madre!

 

 

 

 

040118

  Barcelona, 6 de diciembre de 1960

———

92 DEL AMOR MUNDANO

al amor

 

Marchaba por la vida terrenal

queriendo disfrutar de mil amores,

padeciendo, no obstante, sinsabores

pues el roce con la calle hace mal…

 

¿Qué deseo, razón o emblema fatal

es aquel que inflama los corazones?

¿O aquél que destruye mis ilusiones,

me persigue, agota y apaga el fanal?

 

Sólo hay un amor en lo ancho del mundo

que es capaz de reclamar lo que he puesto:

Aquel mal lento, insistente y profundo,

 

aquel zozobrar sin luz de contexto,

aquel sentirme animal moribundo…

¡El amor mundano es siempre funesto!

 

 

 

 

040125

  Barcelona, 7 de abril de 1961

———

93 LA CREACIÓN

a la naturaleza

 

Un gorrión, que saltaba con destreza,

me preguntó picoteando unas flores:

-¿Has contado alguna vez los olores

que conjuga nuestra naturaleza?

 

Me quedé pasmado ante la belleza

que me indicaba en los cuatro rincones,

orgulloso de añadir con canciones

más realce y valor a tanta grandeza.

 

¿Es posible concebir otro mundo

que conjugue tan admirablemente

tacto, olor, vista, oído, gusto profundo,

 

amor, ansia, conciencia, deseo y mente?

¡Un mundo así, tan capaz y fecundo,

sólo Dios puede hacerlo únicamente!

 

 

 

 

040126

  Barcelona, 13 de abril de 1961

———

94 MATRIMONIO CRISTIANO

a la familia

 

El cielo parece darnos la mano

el día que tiene lugar vuestro enlace.

Hay un no sé, como un aura que nace,

porque el ser que queremos es cristiano.

 

Desgraciados son los hombres del mundo

que se casan con el alma cansada…

¿No es mucho mejor la que está avalada

por un Señor sano, vivo y fecundo?

 

Cualquier unión de dos seres tan trinos,

escucharme, es para todo la vida.

De ahí que los roces aguarden, felinos,

 

emboscados en el tiempo… ¡Enseguida!

¡El matrimonio cristiano, vecinos,

es la mejor solución conocida!

 

 

 

 

040128

  Barcelona, 22 de mayo de 1961

———

95 AL HIJO PRIMERO

a la familia,

con ocasión del nacimiento de Maribel.

 

De entre las cosas bellas de Natura

nada más bueno ni más lisonjero

que el nacimiento del hijo primero

fruto de un amor que siempre perdura.

 

¿Quién puede negar la sana dulzura

que emana su cara resplandeciente

o valorar su boquita sonriente

que transforma en contento la amargura?

 

La hermosa figura de la cunita

es promesa futura de consuelo

y su alma infantil, sencilla y bendita

 

es promesa de trabajo y de anhelo.

¡Sabio y real es el padre que medita

en el mensaje de su pequeñuelo!

 

 

 

 

040129

  Barcelona, 24 de junio de 1961

———

96 A LAS MALAS COMPAÑÍAS DE MI HIJO

a la educación cristiana

 

En la montaña oscura de mi mente

gusto charlar con el que ha de nacer

y así es como consigo comprender

la extraña obcecación de mucha gente.

 

Y es que dicen que la vida es el puente

entre la amplia tierra y la amarga nada,

que deben vivir de forma alocada

porque no existe la segunda muerte.

 

¡Necios que tropezáis con vuestra frente,

salir del cascarón! ¡Ver florecer

el nuevo día que nos da el Dios clemente!

 

¡Ver al Crucificado descender

en un gesto tan veraz y elocuente

que nos avala el nuevo amanecer!

 

 

 

 

040131

  Barcelona, 30 de junio de 1961

———

97 EL PADRE PERFECTO

a la familia

 

Tres cosas quiero hacer en el camino,

antes de que cruce el río de la vida:

¡Crear un hijo, afán de vejez temida,

escribir un libro y plantar un pino!

 

Si el inmortal Unamuno previno

forjar al hombre con esa medida,

es porque la experiencia conseguida

le hacía ver que era un mensaje divino.

 

El hombre perfecto es quien predica

este armonioso y veraz pensamiento,

aquél que lo desarrolla y practica

 

y le da verdadero esparcimiento…

¡Honor al terceto que justifica

nuestra existencia en este campamento!

 

 

 

 

040132

  Barcelona, 1 de julio de 1961

———

98 CONSEJO MATERNO

a la familia,

 

Seis días de trabajo por semana

y el séptimo dedicado al reposo,

es quizá el mandamiento más hermoso

que tiene en su poder la especie humana.

 

Dios lo estableció en una gris mañana

en la que el hombre pecó de orgulloso

salvándole así de caer en el foso

de una experiencia llena de desgana.

 

De ahí, quien pase por ser inteligente

debe cumplir este mandamiento

y guardar el domingo dignamente.

 

-¡Hijo mío, acuérdate en todo momento

de que el Día del Señor es diferente,

descansa y muestra tu agradecimiento!

 

 

 

 

040133

  Barcelona, 5 de julio de 1961

———

99 LA NOVIA

a la familia

y a Paquita Vicente y a David Hombre

con motivo de su boda.

 

Parece que esta mañana se crece

porque a matrimoniar vas enseguida

no ignorando que esa unión conseguida

por siglos y más siglos permanece.

 

¿Qué será que con casarse amanece

en toda mujer una feliz rosa?

¿No será quizá que al sentirse esposa

forma y destila amor que no perece?

 

Por tu marido vengo ahora a buscarte

cumpliendo gozoso orden tan hermosa,

y de pasada, déjame desearte

 

vuelo triunfal de blanca mariposa

para acabar mi embajada al cantarte:

Paquita, ¡qué seas princesa dichosa!

 

 

 

 

040134

  Barcelona, 8 de julio de 1961

———

100 PROFUNDIDAD DEL AMOR

al amor

 

Cuantas veces he pensado a tu lado

lo que el amor significa y conquista,

pero nunca pude acabar la lista

al tratar de juzgar lo que me has dado.

 

De todas formas me veo consolado

cuando juego a gusto, goloso y altruista,

catalogando y pasando revista

a los diamantes que te han coronado.

 

Mas, ¿por qué he de sentirme castigado

cuando trato de ser malabarista

intentando entender al ser amado?

 

La respuesta es una cosa imprevista:

¡Sancho, con el amor hemos topado

en nuestro peregrinar por la pista!

 

 

 

 

040135

  Barcelona, 11 de julio de 1961

———

101 EL ENAMORADO

al amor

 

¿Por qué te inquietas por mí, oh Padre

amado?

            ¿Qué temes? ¿Qué quizá pueda dejarte?

¿Qué acaso acabe por abandonarte

para huir por este yermo desolado?

 

¡Ah, no! Si me marcho de tu lado

engañado por las flores de mi arte,

trataré de volver para buscarte

llorando compasión por mi pecado.

 

Pues ya no puedo dejar de alabarte

después de valorar lo que me has dado.

Así pues Señor, deja de inquietarte

 

por hombre que tienes asegurado.

Ya lo sabes, sólo quiero adorarte

como lo haría un sincero enamorado.

 

 

 

 

040136

  Barcelona, 13 de julio de 1961

———

102 EL MAR

a la naturaleza

 

¡Espuma blanca! ¡Movimiento brioso!

¡Olas! ¡Mar de color verde profundo!

¡Agua azul que casi cubres el mundo,

déjame que te contemple orgulloso!

 

¡Mar…! ¡A tu lado se vuelve precioso

todo el tiempo que forjo, moldeo y fundo

en el crisol multiforme y fecundo

de tu enorme espíritu poderoso!

 

¡Rodeado de espuma, huelo delicioso

a veinte gaviotas de amplio plumaje

y un bou de pescador porfía nervioso

 

tratando de doblegar al oleaje!

¿Lo vencerá…? ¡Ya lo vence! ¡Y es curioso,

el mar parece aplaudir su coraje!

 

 

 

 

040137

  Barcelona, 19 de julio de 1961

———

103 AL AMOR MUNDANO

al amor

 

Cuando veo las rejas de tu ventana

que te separan de mí con egoísmo,

esos ojos verdes como el mar mismo,

esa fresca boca de uva temprana

 

que resucita siempre a la mañana

llena de un hermoso y fijo erotismo,

esos pelos de oro que hacen grafismo

y esa sonrisa noble, santa y humana.

 

me desespero: -¡Arranca la verja, Ana,

o dame paso franco hacia el abismo…!

¡Si de veras me amas no estés lejana

 

y háblame un poco, rompe tu mutismo,

déjame oír el bronce de tu campana

y rompe para siempre este espejismo!

 

 

 

 

040138

  Barcelona, 19 de julio de 1961

———

104 LA CUNA

a la familia

y a mi hija Maribel.

 

Más refulgente que la aurora misma,

con más color que un campo de amapolas,

con más secretos que las fuertes olas

y con mayor maravilla que el prisma

 

que recibe la blanca luz solar

y la lanza al éter en siete colas,

es la risa que flota a todas horas

en lo más íntimo de cada hogar.

 

Allí, donde tu cuna se levanta

y nacen las más inspiradas odas,

mil canciones maternas se te canta

 

porque es donde se preparan las bodas

y donde dando el ser se te amamanta…

¡Hija, santo es el lugar donde moras!

 

 

 

 

040143

  Barcelona, 4 de marzo de 1962

———

105 PUGILATO

a la madre

 

UN NIÑO.-

Si mi papá es un tesoro

en el cofre del hogar,

mi mamá tiene un lugar

  (Señala a su corazón).

más importante que el oro.

 

UNA NIÑA.-

También la mía representa

un arcángel de alas blancas,

pues me cobija con mantas

cuando me arrulla contenta.

  (Hace el gesto de arrullar).

 

OTRO NIÑO.-

Pues a la mía la comparo

con un claro amanecer,

ya que me ayuda a crecer

mucho más alto que un faro.

  (Hace la mímica correspondiente).

 

 

 

 

040146

  Barcelona, 22 de mayo de 1961

———

106 A LA NOVIA

a la familia

y a Isabel Bayona y Sindulfo Díez

con motivo de su boda.

 

Hoy aparece el cielo más despejado

porque sabe que te vas a casar

y es que el solo hecho de matrimoniar

da a la mujer un lugar muy soñado.

 

Yo vengo a buscarte para tu amado

que te espera justo al pie del altar,

confía en mí puesto que te voy a llevar

hasta donde te aguarda enamorado.

 

Isabel, hoy es el día tan esperado

en el que vas a formar un hogar

con el destino que hayáis señalado

 

aprendiendo juntos a bien amar.

¡Qué Dios te bendiga y haga que sea

honrado

            el camino que tengáis que pisar!

 

 

 

 

040147

  Barcelona, 11 de noviembre de 1962

———

107 PENSAMIENTOS

a la educación cristiana

y a mi hijo Miguel Angel.

 

 

(a) Tres cosas.

 

Las tres cosas más hermosas

de este bendito planeta,

son: la respuesta concreta,

el mensaje de las rosas

y la entrega verdadera

de la mujer casadera

al hombre que la respeta.

 

(b) El trabajo.

 

Quien dice que ama al trabajo

y siempre está litigando,

no sólo se está engañando,

sino que vive tan bajo

que cuando guarda reposo,

está siempre tan nervioso

como al estar trabajando.

 

(c) La buena moral.

 

No sé mejor pasaporte

para la mujer soltera

que la moral verdadera.

Le sirve de picaporte

para el mismo matrimonio

y hace que el mismo demonio

no la toque ni aunque quiera.

 

(d) Cada cosa a su tiempo.

 

Quince veces he intentado

empezar por el final

sin darme cuenta cabal

que no logro resultado…

¡Ni es de sabios preocuparse

por lo que aún ha de gestarse,

ni creer que todo es fatal!

 

(e) El alma humana.

 

¡Quién se olvida de una parte

de lo que es su trinidad,

condena a cautividad

la mejor porción del arte!

¿Cómo ignorar la misión

que el alma, sin excepción,

debe a la divinidad?

 

(f) Las estrellas.

 

Casi siempre que contemplo

las estrellas en el cielo,

me siento lleno de celo

y las tomo como ejemplo.

Están allí y aunque lejanas

ocupan su puesto, ufanas

de alumbrar a nuestro suelo.

 

(g) El trabajo cotidiano.

 

Hijo, aprende de la hormiga

el arte de laborar,

pues ella, por trabajar,

a pesar que no lo diga,

se desvive todo el día

y luego, en la época fría

se dedica a descansar.

 

(h) Malas pasiones

 

Quisiera estar en la luna

para poder apreciar

como debe terminar

quien, desde su misma cuna,

sólo piensa en las pasiones

de los malos corazones

que no se quieren salvar.

 

(i) La constancia.

 

La constancia es la mejor

de las ochenta virtudes.

Te ayudará cuando sudes

y cuando sientas dolor,

te ayudará a conocer,

te sostendrá en el crecer

y te guiará cuando dudes.

 

(j) La familia cristiana.

 

La familia es la encimera

de la mejor sociedad,

pues tiene a la caridad

como su escudo y bandera.

Y es que Dios es su guardián,

Jesucristo el capitán

y el hombre su autoridad.

 

(k) La soledad moral.

 

Es la soledad moral

el peor de los abandonos

y a pesar que hay varios tonos

de eso, por lo general,

cuando uno se encuentra solo,

es que anda en medio de un dolo

o perdido entre los monos.

 

(l) La vida cristiana.

 

Una existencia cristiana

es como una ola del mar,

si se quiere sujetar

toda fuerza será vana…

¡El agua, el viento y el amor

a Dios tienen por Señor

y no se pueden parar!

 

(ll) El cisma.

 

Cristo descendió a la tierra

para morir en un trono

y para volverse ronco

de gritar contra la guerra

y contra el odio del mundo.

¡Por qué hay un cisma profundo

entre el amor puro y el bronco?

 

(m) Reconocimiento hacia Dios.

 

El hombre debe saber

que del polvo se formó

y que Dios lo transformó

en la fuente del querer,

sólo así puede dar gracias

y burlar a las desgracias

que sin querer conformó.

 

(n) No hay contentamiento en los bienes materiales.

 

Cuántas veces he mirado

las propiedades ajenas,

me han parecido más buenas

que las que yo he conquistado.

Así de raro es el mundo:

¡Hasta el sentir más profundo

se llena de tristes penas!

 

(ñ) Necesidad de utilizar bien el tiempo.

 

Una vez una cigarra

le dijo a un grillo triguero:

-¡Sabemos el cancionero

que a la cabeza se agarra!

Y una hormiga que les vio,

así les amonestó:

-¡Vuestro canto es traicionero!

 

(o) Contra la pereza.

 

Quita de ti la pereza

que a los hombres embrutece

y busca lo que ennoblece

mientras guardas la tristeza,

pues el hombre que trabaja

se aleja de la mortaja

que la vagancia establece.

 

(p) Pureza de sentimientos.

 

La nobleza es la medida

que da fe a los sentimientos

y establece los cimientos

que dan valor a la vida.

Hijo, cumple esta razón

y harás que tu corazón

no tenga remordimientos.

 

(q) Para ayudar al prójimo.

 

¡Ten cuidado con la viga

que en tus ojos adivino…!

Sólo existe ese camino

para todo aquel que siga

las enseñanzas divinas

y vea cien pajas finas

en casa de su vecino.

 

(r) Menta clara.

 

Quién escala un altozano

tiene mucha más visión

que aquel que por ocasión

se conforma con el llano,

pues la mente despejada

necesita la escalada

para forjar la opinión.

 

(s) La maldad sobresale al fin.

 

Sabe el enorme elefante

que aquel que la hace la paga,

pues no existe quien mal haga

que no reciba bastante

y así como en agua flota

el aceite, así se nota

la maldad sobre la llaga.

 

(t) El domingo.

 

El domingo es del Señor

y debemos descansar

dejando de trabajar

para adorarle mejor,

pues durante la semana

andamos de mala gana

tratando de prosperar.

 

(u) La salvación.

 

Lo que Cristo necesita

para salvar a la gente

es que se le dé la mente,

la carne y el alma infinita.

Luego, Él mismo nos transforma

en seres de eterna forma

con una cruz en la frente.

 

(v) Los ancianos.

 

Hijo obedece a tu madre

y hónrala como es debido,

pues de todos es sabido

que envejece con tu padre.

(El cuidar a los ancianos

no concierne a los extraños,

sino al hijo más querido).

 

(x) Humildad cristiana.

 

No mires un espejismo

cuando busques la pobreza,

recuerda que la belleza

empieza por uno mismo

y que el orgullo trastoca

al mejor cristal de roca

y a la más pura nobleza.

 

(y) Paciencia cristiana.

 

Hijo, ten calma, recuerda

cuando la ira te acometa,

que tampoco la cometa

debe elevarse sin cuerda

y que si das rienda suelta

a tus instintos sin vuelta

puedes hacer la maleta.

 

(z) Los Mandamientos.

 

Ahora, llegando al final

de estos cortos pensamientos,

quiero realzar sus cimientos

por su parte principal:

¡Si a pesar de estar salvado

quieres ser recompensado,

practica los Mandamientos!

 

 

 

 

040148

  Barcelona, 16 de julio de 1961

———

108 LA ÚLTIMA CARTA

a la madre

 

Soy pecador, madre mía,

por marcharme de tu lado,

porque el corazón malvado

que tan sabio se creía,

se sintió fuerte aquel día

en que, abriendo las ventanas,

te arrojé palabras vanas

con acento despiadado

sin ver que el ser que me has dado

estrujaba mis entrañas…

Te dije que eran extrañas

tus caricias y tus canas

y que me moría de ganas

de romper lanzas y cañas

y escapar a las montañas

a buscar mi propia suerte.

…¡Necio! Te daba la muerte

pagando tan poco precio,

que ahora mismo me desprecio

porque ya no puedo verte.

Pero entonces no era fuerte

ni veneré tus despojos,

sin lágrimas en los ojos

y sin ver que iba a ofenderte,

dije que debías valerte

por ti misma, que cansado

de crecer siempre abrigado,

iba a buscar más cuidados

en otros brazos amados

que ocultasen mi pasado.

¡Tonto de mí! He caminado

mil horas para adorarte

y no supe venerarte

cuando estabas a mi lado…

Madre, perdona. He pecado

contra el cielo y contra ti

porque dejándote así,

no sólo te he molestado,

sino que he recolectado

la ignominia para mí,

pues sólo gusté rastrojos

y deseos inconfesables…

Prosperé entre miserables

y en vez de vivir de hinojos,

lo hice entre mancos y cojos

que me aguantaban la red

y en vez de apagar mi sed

se incrementaron mis ansias,

así que viví en estancias

que sólo tenían pared

para matar mi conciencia

y eliminar la fragancia

de los besos de la infancia,

y en vez de ver tu paciencia

o los brotes de prudencia

que no quise tantas veces,

tuve que aguantar con creces

las iras de una querida

que a lo largo de mi vida

me limpió como a los peces,

pues acabada la saga

se acabó el contentamiento.

¡Qué cierto es el mandamiento

que afirma como una daga

que quién resbala lo paga!

¡Y pensar que mi sustento,

mi vestido y mi alimento

eran seguros contigo!

Pero preferí el castigo

que ahora desprecio y lamento,

pues queriendo hacer el mal,

creyendo saberlo todo,

avancé en medio del lodo

sin pensar que la moral

se hace por lo general

a caballo del dolor.

Madre mía, soy pecador

porque te quité la calma

y porque te manché el alma

entregando mi calor

para comprar un capricho,

para encontrarme a mí mismo

a través de un espejismo,

pero quedé en entredicho

pues me emparejé a un mal bicho

que me llenó de zozobra.

También sé, madre, de sobra

que soy indigno de tratado así

por aquella hija de cobra,

me ofusqué con su desprecio

y sus continuas mentiras

y llevado por las iras,

no supe tasar el precio

y me porté como un necio.

En un momento maldito,

sin pensar ni dar un grito,

la maté… ¡Y ahora estoy llorando

porque me están aplicando

el pago de mi delito!

Soy pecador madre mía,

por no escapar al rellano,

pues al levantar la mano

que homicida se cernía,

tu voz muy bien me advertía

del peligro de mi gesto,

pues tu corazón honesto

con latidos me avisaba

cuando yo más sordo estaba

haciendo valer mi resto,

y los momentos preciosos

que contigo disfrutaba,

se han convertido en aldaba

y en eslabones roñosos,

pues el mal de los celosos

que pisan la caridad

es tan malo en la ciudad

como en las altas montañas,

igual destroza cabañas

que palacios de verdad.

Así la justicia humana

en aras de su enseñanza,

me pesó con su balanza

y el brazo de la romana

se inclinó de buena gana

por la causa de la zorra

y me puso en la mazmorra

donde la luz de los cielos

no pueden romper los hielos

de mi Sodoma y Gomorra;

mas, ¿puedo alegar maldad?

¡Qué necio se atrevería

a argumentar osadía

y a encontrar poca piedad?

¿Es que tuve caridad

cuando asesiné a mi amada?

¿No te dejé abandonada

y con deudas hasta el cuello?

¡Pues si estoy preso por ello

a nadie reclamo nada!

Ni reniego de los reyes

ni de los jueces me quejo,

pues todos ven el espejo

que delimita sus leyes,

mas tozudos como bueyes

me declararon culpable.

¿Lo soy…? ¡Sí, el más miserable

que pulula por la tierra!

Por eso, lo que me aterra

de este caso interminable,

es la soledad moral

y el tormento de una duda:

¿Puede una conciencia muda

llegar a ser inmortal

después de hacer tanto mal?

Madre, nunca he sido fuerte,

pero no temo a la muerte,

ni en este trance me fundo

para pedir a tu mundo

que modifique mi suerte.

Sólo el tener que saber

que no he vencido al destino

y que el entorno divino

no me puede recoger,

me obliga a padecer

un terrible pensamiento:

Sé que el arrepentimiento

para que pueda valer

necesita descender

a través de un escarmiento,

pero mi culpa es tan grande

que dudo que mi pecado

aspire a ser condonado

si no hay nadie que lo mande,

y como creo que nadie ande

si antes no está decidido,

comprendo que estoy perdido

y más cuando estas paredes

me sujetan como redes

al pescado conseguido…

¿Me tendrás en la memoria

querida madre del alma?

¡Sólo así tendré calma

para eliminar la escoria

y entrar de lleno en la historia!

¡Adiós! Tengo la esperanza

que hasta mi pobre alabanza

dará un final imprevisto,

pues aún espero que Cristo

contrapese mi balanza…

Recuerdo que me decías

que habría sufrido por todos;

entonces, de todos modos,

y haciendo caso a Isaías,

lo hizo por mí, ¿lo sabías?

Así que, madre querida,

aún puedo alargar mi vida

hasta después de la muerte…

¡Adiós! ¡Un beso muy fuerte

de tu hijo que no te olvida!

 

 

 

 

040149

  Barcelona, 22 de febrero de 1967

———

109 CHISPAS

a la familia

y a mi hija María Isabel.

 

(a) El trabajo honrado.

 

Riqueza bien amasada,

es la de aquel que trabaja

y que en azar no baraja

ni su suerte ni su espada.

 

(b) El escarmiento humano.

 

¡Vale más mal conocido

que bueno por conocer!

Así suele responder

quien los haya padecido.

 

(c) Preferencias hacia la mujer honesta.

 

Dicen que la que está en casa

no puede seguir la moda:

¡Pues yo prefiero la soda

a la ginebra que pasa!

 

(d) Indisolubilidad del matrimonio

 

Ya que de mujer hablamos

justo es hacer resaltar

que de llevarla al altar

para siempre nos atamos.

 

(e) Consecuencias de la falta de moral en el mundo.

 

Parece que la moral

es tan buena porque hay poca,

¿por qué una fuerza tan loca

hace del mundo un corral?

 

(f) La lucha entre el bien y el mal.

 

Creemos que todo lo bueno

es muy poco duradero,

¿no será que es verdadero

y el malo le pone freno?

 

(g) La gentileza normal del hombre.

 

Quiere el hombre ser gentil

con todo el sexo contrario…

¿Has algo de extraordinario

en este gesto viril?

 

(h) Necesidad de elevar es espíritu.

 

Quién de este valle es gregario

y no sube a la colina,

es como el que en la cocina

descuida lo necesario.

 

(i) Vanidad del poder mundano.

 

Dicen que muchas estrellas

mueren novas sin querer,

pues el ansia de poder

les va siguiendo las huellas.

 

(j) El alma cristiana.

 

Quién desee felicidad

tanto propia como ajena,

debe tener su alma llena

de modestia y caridad.

 

(k) Ansiedad de Dios.

 

Quisiera palpar el cielo

que me espera cuando muera,

pues al tener que estar fuera

me llena de desconsuelo.

 

(l) El hombre se completa en el matrimonio.

 

Lo mejor para un buen hombre

es llegar al matrimonio,

con ello aleja al demonio

y consigue mejor nombre.

 

(ll) Dolor de la naturaleza ante la necedad humana.

 

Al igual que las pasiones,

el mar, cien veces más noble,

se retuerce como un roble

cuando traga corazones.

 

(m) El hombre es un ser social.

 

Quién anda solo en la vida,

por extraño que parezca,

consigue que se merezca

un adiós sin despedida.

 

(n) El valor del tiempo.

 

El tiempo, que es relativo,

por usarlo exige un precio

que se transforma en desprecio

cuando se hace improductivo.

 

(ñ) La oración diaria.

 

Padre que estás en los cielos,

alabado sea tu nombre,

bendice el hogar de este hombre

que agradece tus desvelos.

 

(o) Entereza ante las contrariedades.

 

Casi siempre me pregunto

el por qué de la tristeza,

que redime la firmeza

del hierro forjado al punto.

 

(p) La soledad moral.

 

Más cruel que la muerte misma

es la soledad moral:

¿Qué piedra, flor o coral

puede entender este cisma?

 

(q) De la relación social.

 

Toda persona que sabe

convivir con sus vecinos,

abre puertas y caminos

sin necesidad de llave.

 

(r) El peligro de las malas compañías.

 

Se dice que quien mal anda

termina acabando mal.

Claro, es como muy normal

constiparse sin bufanda.

 

(s) La grandeza de Cristo.

 

Si el sándalo engrasa el hacha

del cruel leñador que le hiere,

¿qué es lo que no hará el que muere

para dejarnos sin tacha?

 

(t) Para evangelizar, hay que salir.

 

Si desde una cima vemos

más camino que en el valle,

sólo saliendo a la calle

a los demás salvaremos.

 

(u) Una nueva cosa.

 

Dicen que si no aprendemos

una cosa nueva al día,

nuestro cerebro se enfría

y pronto si eso sabremos.

 

(v) El dinero no hace la felicidad.

 

Si en el amor, madre mía,

tienen papel las riquezas,

prefiero las asperezas

de los cardos que tenía.

 

(x) Del hablar sensato.

 

Si el pez muere por la boca,

¡cuidado con lo que dices!

A veces verás perdices

y los demás una foca.

 

(y) Somos mayordomos de Dios.

 

Todos tenemos que dar

al César lo que merece,

pero a Dios le pertenece

el reino, el país y el hogar.

 

(z) La calidad nunca acaba.

 

Y puestos a terminar

este grupo de verdades,

diremos que en caridades

acabamos de empezar.

 

 

 

 

040150

  Barcelona, 25 de febrero de 1962

———

110 EL PARQUE

al problema social

 

El parque explota de flores

vestido de sangre fuerte

solo que, el olor a muerte,

aún provoca los sudores

de los perdidos amores

del que preside el gentío…

El día se levanta frío,

el cielo parece que arde

y el jardín llora en la tarde

mientras se queda vacío.

 

Cuando el lugar está lleno,

repleto de visitantes,

se viven unos instantes

de fiesta, clamor y trueno:

Nadie respeta el terreno

ni las flores ni los bancos.

Un abuelo de ojos blancos

apoyado en un bastón,

contempla desde el rincón

como un cojo y dos mancos

van reclamando a la gente

un poco de humanidad,

mas como la caridad

es una cosa inconsciente,

se les mira solamente

o se les da una moneda

de aquella que siempre queda

en el fondo del bolsillo.

También logra ver el brillo

y el reflejo de la seda

en diez damas elegantes

que sólo porque hay vecinas,

van haciendo las esquinas

enseñando bien los guantes

como si fueran amantes.

Dentro de aquella marea,

un viejo piensa y sestea

sentado en el puro suelo,

que ni cuaja como abuelo

ni como mastín de pelea;

las canas que le coronan,

en vez de hablar de franqueza

sólo reflejan tristeza,

pues parecen que pregonan

el pasado que abandonan.

Más allá, en medio de todos,

casi rozando los modos,

hay fundida una pareja:

Él le susurra en la oreja;

ella, abatidos los codos,

lucha con la soledad.

Él se marcha y como Dimas

no puede enlazar con rimas

el amor y la verdad.

Piensa que la caridad

empieza por uno mismo;

entonces, el terrorismo,

aparte de ser mentira,

sólo genera más ira

para ensanchar el abismo.

Más acá, bajo el calor,

una enorme y feliz ama

con sus brazos hace cama

al bebé de su señor,

demostrando más amor

que el que tiene su señora.

Después, a un chico que llora

por haber besado el suelo,

tratan de darle consuelo

con la caja de Pandora

que es el bolso de su hermana;

como por encantamiento

le da un lápiz, un cuento,

un dulce y una manzana,

y el chico de buena gana

se conforma por principio.

Luego, el alado columpio

sube y baja con fruición,

desgranando la canción

de un zagal, otrora limpio.

Más lejos, un tobogán

aguanta sin amargura

que una pecosa criatura

le tome, es un refrán,

como la lava al volcán,

y la cola de rapados

que aguardan entusiasmados

llena el parque de vivencias.

¡Nunca tantas experiencias

dieron tantos resultados!

La cola crece a su lado

y él aguarda medio ronco

pues recuerda, cuando tronco,

que ni fue solicitado

ni nunca estuvo mimado

mientras creció en las alturas.

A su lado, tres figuras

de hierros entrelazados,

sostienen esperanzados

a un racimo de ternuras

infantiles… Un soldado

acompaña a una sirvienta

que además que le alimenta

y le mantiene ocupado

de su casa se ha escapado…

Nos quedan los jubilados,

los golfos y los parados,

los guardias de pito estrecho

y los que esperan un techo

para dormir abrigados.

 

El día se levanta frío,

el cielo parece que arde

y el jardín llora en la tarde

mientras se queda vacío.

El día se levanta frío,

los bancos están desiertos

y los setos medio tuertos.

¡Ya no hay viejo ni pareja

ni ama…! Todo se asemeja

a una cantata de muertos.

El tobogán está solo

y el columpio si se mueve

a pesar de que ahora llueve

bajo las ráfagas de Eolo.

La atención cambia de polo

y hasta el silencio se agrava:

Suenas pasos en la grava

y un muchacho sin fortuna

salva la verja. Ninguna

voz le recibe… Lloraba

el sauce y el chico le imita

en su soledad. Parece

que hasta el silencio se crece

recibiendo a la visita

que no corre, ríe ni grita.

¡No tiene con quién jugar,

y sin dejar de llorar

recuerda que hace un momento

se ha quedado sin aliento

porque viene de enterrar

a su madre…! Los retiros

del alma besan la arena

mientras amasan la pena

envolviendo con sus giros

a los últimos suspiros

del niño que, siendo crío

y obligado por el frío,

vuelve a traspasar el muro

sin pensar que, en el futuro,

todo estará más vacío.

 

 

 

 

040155

  Barcelona, 25 de agosto de 1975

———

111 LAS “SIETE PALABRAS”

a la Semana Santa

…a mi querido pastor

Luis Hombre, agradeciéndole

todo lo que ha hecho por mí.

 

111a LA CRUCIFIXIÓN

Introducción

 

La tarde está cayendo en los collados

pero el pequeño grupo de curiosos

aún ve como unos soldados nerviosos

manipulan los clavos oxidados

 

que sirven de mortaja a los colgados

y puente a los maderos deshonrosos.

Cuando por fin terminan sudorosos,

y tras izar las cruces agotados,

 

tratan de jugarse el tiempo a los dados,

como huyendo de los ojos piadosos

de Cristo, quién con los labios cerrados

 

para las quejas y deseos odiosos,

intenta decirles que estén callados

si quieren oír siete dichos preciosos.

 

111b PADRE, PERDÓNALOS PORQUE NO SABEN LO QUE HACEN

Primera

 

La primera palabra del colgado

cuando estaba moralmente deshecho

en la cruz, debiera de haber bastado

a aquellos asesinos del derecho

 

y a muchos que lloraban a su lado

después de haberse embolsado el cohecho

cobrado por haberle traicionado.

Pero la frase caerá en el barbecho,

 

pues el primer suspiro del penado

viene a ser como un quejido del pecho

e ignoran que la cruz se ha levantado

 

para limpiarles de odio y de despecho:

-¡Padre, no les imputes su pecado,

perdónalos, no saben lo que han hecho!

 

111c DE CIERTO, DE CIERTO TE DIGO QUE HOY ESTARÁS CONMIGO EN EL PARAÍSO

Segunda

 

Sólo uno entre todos los asistentes

dejó de insultar al crucificado;

tenía menos amor, era un colgado,

pero notó algo en sus ojos clementes

 

que le animó a exclamar esperanzado:

-¡Señor, acuérdate de mí!

-¿Qué sientes?

-¡Miedo!

Entonces, el Rey de los valientes,

sin defraudar al primer ser ganado,

 

le contestó con acento preciso:

-¡Mira, de cierto, de cierto te digo

que hoy estarás conmigo en el Paraíso!

 

Esta es la historia veraz de un mendigo

que atendiendo por “El Buen Ladrón”, quiso

morir en paz al lado de un amigo.

 

111d MUJER, HE AHÍ A TU HIJO

Tercera

 

Pocos testigos han quedado al lado

del madero. Sólo Juan, un amigo

y discípulo, trae a María consigo

para que Jesús se sienta acompañado.

 

-¡Mujer, he ahí a tu hijo… Juan, tenla

contigo.

            Y al decirlo se siente confortado,

pues sabe que aquel discípulo amado

jamás dejará de ser buen testigo.

 

Es normal que al sentirse abandonado

y roto, su deber de hijo primero

quiera dejarlo todo bien atado.

 

Por eso, desde lo alto del madero

pide que su madre quede al cuidado

de los amores del primer romero.

 

111e DIOS MÍO, DIOS MÍO, ¿POR QUÉ ME HAS ABANDONADO?

Cuarta

 

Corre la tarde y en un momento dado,

el pecado del mundo se concentra

sobre aquel Salvador, que así se encuentra

hasta del propio Dios menospreciado.

 

Por eso, al sentir el dolor que le entra

tiene que murmurar desconcertado:

-¡Padre mío ¿por qué me has abandonado?

Pocos allegados notan que centra

 

la soledad, la miseria, el asedio,

el odio, la lujuria, la avaricia,

la gula, el deseo, la ambición, el tedio

 

y todo lo que engendra la malicia.

Pero lo acepta, ¡no hay otro remedio

para que pueda darnos su justicia!

 

111f SED TENGO

Quinta

 

No hay garganta que resista el ardor

que significa estar crucificado,

falta el aire y el corazón angustiado

parece que va a estallar de dolor.

 

No puede engañar el ajusticiado.

Es Cristo, pero también en un hombre

y sufre igual, a pesar de su nombre.

Inclinando la cabeza hacia un lado,

 

grita:

-¡Sed tengo!

                                    Y un soldado de Europa,

            de los que servían al César romano,

empapa en vinagre un trozo de estopa

 

y le moja los labios. Mas en vano,

nuestro Jesús debía apurar la copa

si quería salvar al género humano.

 

111g CONSUMADO ES

Sexta

 

El tiempo sigue arañando la tarde

que la hora tercia abrió como principio…

El Gólgota vibra con el suplicio,

el velo se rompe en dos, el cielo arde,

 

los truenos conmueven el precipicio,

la gente se encuentra desorientada,

corren sin rumbo, como una manada

sin pastor. Huyen ante el sacrificio

 

cruento… Mientras, los sepulcros dormidos

destrozan sus engarces impotentes

para oír los acusadores sonidos

 

de la cruz. Pero aún los oídos conscientes

tienen que oír:

-¡Consumado es…!

                                                ¡Los perdidos

            empiezan a abrir paso a los creyentes!

 

111h EN TUS MANOS ENCOMIENDO MI ESPÍRITU

Séptima

 

El clímax se adivina ya, se siente,

por lo que poca gente está corriendo;

todo lo más, se han quedado sintiendo

que el final empieza a ser evidente.

 

Las señales son claras y sufriendo

no merece estar eternamente.

Con un esfuerzo, levanta la frente

y su voz corta el aire al ir subiendo

 

ante la indiferencia de la gente:

-¡Padre…! ¡Padre, en tus manos me

encomiendo!

            Y el amor, como desbordante fuente

 

de la majestad de Dios, va saliendo

para envolver aquel cuerpo valiente

que, aunque muerto, parecía estar

durmiendo.

 

111i LA PROMESA DE LA RESURRECCIÓN

Conclusión

 

Al expirar, un silencio de invierno

parece que inmoviliza las mentes;

todos temen, incluso los valientes,

que su Cristo se quede en el infierno.

 

-¡No temáis –parecen decir las flores-,

Jesucristo dominará al averno.

Dentro de tres días, el príncipe eterno

revivirá en respuesta a los clamores

 

de millones y millones de humanos

que miraron la cruz desde la historia.

Pues bien, ¡ni uno solo de estos hermanos

 

que se pierden dentro de la memoria,

lo hubieran conseguido con sus manos

de no mediar esta muerte expiatoria!

 

 

 

 

040156

  Alicante, 22 de mayo de 1961

———

112 BALLOBAR

al recuerdo

y al pueblo que me vio nacer.

 

Rodeada de montes, huertas y ríos

enraizada con rocas colosales,

la aldea parece cobrar nuevos bríos

cuando el reloj de San Juan da señales

de un nuevo amanecer. En las afueras,

en el círculo informe de corrales,

donde empiezan a florecer las eras,

el gallo alborota a los animales

con cacareos cargados de dominio.

Gallinas, pollos, pavos y conejos,

parecen conjugar un escrutinio

revoloteando en busca de consejos.

Mas afuera, los pajares parecen

formar figuras grotescas de sombra

con un fondo de chopos que se mecen

a impulsos de la suave brisa. Asombra

ver como se abren tímidos portales

para dejar paso a madrugadores

que, con azada, cayado y morrales

inician la jornada. Labradores

de Aragón. Trabajadores curtidos

por la fuerza del cierzo de secano

y el gas del sol que, a rayos derretidos,

configura el aragonés verano.

Otras figuras de negro han quedado

en las pequeñas cocinas. Con fuego

de aliagas y sarmientos han formado

la chispeante lumbre para que, luego,

con las sobras de pan duro, hacer sopas

para los zagales que están durmiendo.

Aquellas otras, repasan sus ropas

antes de que se levanten corriendo.

Se preparan los detalles del día;

se palpan faltriqueras por si acaso,

se tienta la despensa y se confía

en taponar los huecos sin fracaso

de la economía familiar. Así, unas

tendrán que traspasar el Alcanadre

por donde se une al Cinca, de aguas puras,

y recoger en el huerto del padre

aquello que no pudieron comprar.

Las privilegiadas añadirán

a esta dieta, animales sin censar

que enriquecen el coto del Batán.

Sigue el tiempo. El sol en el horizonte

parece que está formando su hogar

mientras traza la vida para el monte,

la huerta, el río y la gente de Ballobar.

 

 

 

 

040158

  Barcelona, 6 de septiembre de 1975

———

113 EL PREGÓN DEL TROVADOR

a los hijos en general

y a mi hija Alicia en particular.

 

Vino cuando la costumbre

determina que no venga,

pues con hermanos mayores

no es corriente que se tenga.

Y más cuando tantos años

la separan del hermano

y los padres empezaban

a disfrutar del verano…

Una noche de tormenta

fue testigo del abrazo

que sus padres consintieron

sin pensar en embarazo.

Meses de angustia siguieron

y nervios mal contenidos,

pues ninguno se acordaba

de los rítmicos latidos.

Y cuando llegó el momento

por todos tan esperado,

por olvidar la costumbre

el padre estaba sentado.

Por fin a la madre llevan

al hospital con euforia

y al cabo de diez minutos

Alicia empezó su historia.

El nombre se lo pusieron

los tres hermanos a coro,

cuando sus padres la vieron

la quisieron más que al oro.

Y a partir de aquel momento,

viendo su piel tan morena

recordaron la tormenta

que no vio la Luna llena.

 

 

 

 

040159

  Barcelona, 8 de septiembre de 1975

———

114 DEL CONSEJO

a la vejez

 

Dicen que  el diablo sabe más por viejo

que por diablo.

Puede ser, la verdad es que el consejo

del anciano

es más consejo y penetra más hondo

que un puñal

toledano que esté templado a fondo.

 

 

 

 

040160

  Barcelona, 10 de septiembre de 1975

———

115 LA FUENTE

al recuerdo

 

Una esquina de mi casa

es una esquina con fuente…

 

Testigo de mil desgracias

por su buen enclavamiento,

sus ojos ven las distancias

desde que el Ayuntamiento

con mucha pompa y pitido

la plantó en aquella esquina.

No se asusta del chirrido

del freno. Ni la bocina

de los vehículos en ruta

le acelera los platinos.

Ni tan siquiera se inmuta

cuando aparcan los vecinos

dando saltos en la acera

que da miedo acometer.

Sola, impasible, ve y espera

quien la pueda menester.

 

Una esquina de mi casa

es una esquina con fuente…

 

¡Qué cosas habrá escuchado

mientras espaldas corvadas

bebían su caudal helado!

Las ventanas bien cerradas

ignoran los mil detalles

que ella ha saboreado altiva:

Zagales que corren calles,

muchachas de frente esquiva,

abuelas que andan con rampa,

taxistas con voz cansada,

vendedores con la trampa

y serenos sin espada…

El que menos le agradece

lo mejor de su valía,

pues sólo gloria merece

por la noche o por el día.

 

Una esquina de mi casa

es una esquina con fuente…

 

Cuentan las viejas del barrio

que antes de asfaltar la calle,

cuando se iban al rosario,

gustaban de ver su talle

rematado con corona

de puntas de hierro fundido.

Sí, el grifo que otea la zona

en de bronce muy pulido

y la peana taladrada,

rezuma el sobrante da agua

que la mantiene mojada

como el temple de una fragua.

Y llena de purpurina

hace la guardia valiente

cumpliendo con la rutina

que da servicio a la gente.

 

Una esquina de mi casa

es una esquina con fuente…

 

Y esta es la sencilla historia

de la fuente de la esquina.

Desde que tengo memoria

está allí. Gallarda y fina.

Siempre dispuesta a servir,

no es remisa a su misión

y un chorro deja salir

a la más débil presión.

Así, desde el pordiosero

al rico que tiene modos,

hay un dicho callejero

que está en la boca de todos

y que a todos ilumina

por su fuerza legendaria:

¡La fuente de nuestra esquina

es vieja… mas necesaria!

 

Una esquina de mi casa

es una esquina con fuente…

 

 

 

 

040161

  Barcelona, 12 de septiembre de 1975

———

116 IVÁN, MI PERRO

al recuerdo

 

Negro como una joven pantera

y más sedoso que el terciopelo,

le gusta aplastar su negro pelo

en la parte baja de mi pierna.

Así, cuando vuelvo del trabajo

me asalta gruñendo por lo bajo

en busca de una caricia tierna

 

y movido por su fuerza interna,

al más pequeño requerimiento,

corre y salta, feliz y contento

intentando comer en mi mano.

Y al dormir, siempre busca mis pies

para enroscarse enseguida. Después,

se pone a roncar como un humano.

 

Conoce el sonido del rellano

y el ruido del ascensor que para,

esté donde esté sube la cara

con alegría y me entrega un saludo;

en seguida, busca su cadena

y ladrando con fingida pena,

pide salir pisando el felpudo.

 

Y al volver, roto, cansado y mudo,

se aplasta en las losas de su asiento,

la lengua fuera, la cara al viento,

taladrando el aire, oliendo un resto…

Sus ojos brillan como carbones

vigilando puertas y rincones.

atento a cualquier orden o gesto.

 

Si abren la puerta, salta del cesto

y en dos brincos recorre el pasillo

hasta llegar al postrer ladrillo,

ladrando y haciendo ver que es valiente.

Desde allí vigila a la visita

sin dejarla entrar en la salita

hasta que se retira obediente

 

aunque coleando, enseñando un diente

y gruñendo con resentimiento,

mas saltará al menor movimiento

de ser necesario. Tiene aguante

por can, por fiel y por experiencia.

Sabe que se admite su presencia

si calla y se está quiero un instante.

 

Y eso es todo. Aunque no sea bastante

pues siempre se pierde en el tintero

lo mejor, lo nunca dicho… Espero

que se converse tan vigilante

hasta que un día, Dios quiera lejano,

se muera comiendo de mi mano

mientras le acaricio con un guante.

 

 

 

 

040162

  Barcelona, 13 de septiembre de 1975

———

117 DEL PECADO ORIGINAL

al Evangelio

 

En el pecado original tenemos

algo más que una amplia caída en

cascada.

            En primer lugar, al pronto, ya vemos

una situación harto desgraciada:

 

Adán y Eva pecaron; lo sabemos,

queriendo ser dioses, no fueron nada

al salir del Paraíso. Y les hacemos

justicia si, por temer la ígnea espada,

 

se fueron sin volver la vista atrás;

llevando, eso sí, la hermosa promesa

de volver para no marchar jamás

 

si creían en ella. Después, que a esa mesa

también estamos convidados, mas

para ir, debe haber decisión expresa.

 

———

 

Sólo los que vean en el Adán nuevo

causa, motivo, fin y salvación,

podrán disponer de una redención

que los capacitará para el vuelo

 

de los tiempos hacia el Edén perdido.

Liberados del lastre del pecado

por la fe en el Cristo resucitado,

hallarán de nuevo el valle querido

 

con el árbol de vida dominando

toda la escena. De haberlo sabido

cuando los padres iban caminando,

 

antes de pecar, nunca habrían salido

de tamaño vergel. Pensando, orando

y ayudados por Dios, habrían vencido.

 

 

 

 

040163

  Denia, Alicante, 16 de septiembre de 1975

———

118 TODO ES VANIDAD

a la vejez

 

Buscando la muerte ciega

hallo que la llevo encima.

(Qué inútil es ver la cima

si la ascensión se nos niega).

Vanas son las posesiones,

la prisa, el orgullo y la ira…

¡Si no afinamos la lira,

por tratarse de pasiones,

creyendo vivir, morimos;

queriendo guardar, perdemos…!

¡Oíd, sólo nos llevaremos

todo aquello que trajimos!

 

 

 

 

040164

  Valdepeñas, Ciudad Real, 17 de sept. de 1975

———

119 EL TRIÁNGULO PERFECTO

a la naturaleza

 

Los cielos cuentan la gloria de Dios;

el mar, su infinita misericordia

y la tierra bendice la memoria

mientras conforma con los otros dos

 

la figura de un triángulo perfecto.

Los tres lados se unen y completan

en la Creación. Los tres lados respetan

el nombre de Dios… Aunque a este

respecto

 

deberíamos añadir solamente

que el humano es la excepción de la regla:

¡Ni cuenta mi bendice dignamente!

 

Es más, por no confiar en Dios, se arregla

negándolo todo sistemáticamente

y así, claro, todo se desarregla.

 

 

 

 

040165

  Barcelona, 18 de septiembre de 1975

———

120 EL ENTIERRO

al Evangelio

y a Teresa Ripoll Anglada.

 

El túmulo era el centro del salón:

Quieta, negra, con adornos de plata,

en la mesa cubierta de escarlata,

estaba la caja abierta. Un jarrón

 

de crisantemos decora la escena,

en tanto que las coronas de flores

inflaman la áurea atmósfera de olores

mitigando, en lo que cabe, la pena

 

de la gente que ya llena la sala.

De pronto, se aprietan dejando paso

a tres números que, sin hacer caso

del gentío, cogen y clavan la tapa.

 

Los golpes resuenan como mazazos…

Mas, ¿qué es eso? El débil murmullo crece,

toma conciencia, y el templo se estremece

con las oraciones… Los martillazos

 

culminan su trabajo; mientras tanto,

los sinceros murmullos se definen,

se hacen comprensibles. No sólo siguen,

sino que se transforman en un canto

 

que lo envuelve todo y casi acompaña

a los tres empleados que la levantan.

De nuevo dejan paso, se adelantan

los familiares… Todos se dan maña

 

en saludarlos, pero sin tristeza,

como sabiendo que el finado vive

y que le verán de nuevo, inclusive,

brillando en su nueva naturaleza.

 

¿Qué clase de duelo es este que canta

en vez de ponerse a llorar? Lo explico:

¡Se trata de un entierro evangélico

y ellos lloran así a su gente santa!

 

 

 

 

040166

  Barcelona, 21 de septiembre de 1975

———

121 ¿SOY YO GUARDA DE MI HERMANO?

al problema social

 

Un día Caín andaba gacho

queriendo encontrar un gaje

en la tierra y halló el mensaje

que la sangre de su hermano

escribió de madrugada

cuando él, con una quijada,

le mató con una mano.

 

Hoy, desde cualquier despacho

se cometen tropelías

en nombre de Jeremías

y hasta en el del mismo Caín

(pues si aquel lloraba penas,

él, con su señal, apenas

le daba a todo buen fin.

 

No meditó que si Abel

ofrendaba la sazón,

era porque el corazón

le mandaba obedecer

con sana esperanza a un Dios

que él mismo dejara en pos

de seguir sólo al querer

 

de su conciencia abocada

al servicio personal.

Ignoraba que es normal

amar sin esperar horma.

¡No era la ofrenda animal

mejor que la vegetal!

¡No era el medio, era la forma!

 

Y desde que el mundo es mundo

hay un hecho incuestionable:

¡Será más oído el culpable

que el inocente varón!).

Así que el hombre es pisado,

escarnecido y matado

por no escuchar la razón

 

que Dios inquiere constante:

-¿Dónde estás tú?- Y Caín se esconde

una y otra vez. Se confunde,

no por el hecho asesino,

sino por la señal clara

que le trastoca la cara

y le enfrenta a su destino.

 

 

 

 

040167

  Barcelona, 10 de septiembre de 1975

———

122 FAMILIA NUMEROSA

a la familia

 

El rey David, que de eso sabía un rato,

dijo en un momento bastante grato:

-¡Bienaventurado el hombre con hijos,

pues no tendrá que andar con escondrijos

y vivirá feliz, rico y seguro!-

 

Pero las circunstancias han cambiado,

al menos en lo externo, hemos quedado

reducidos a un porvenir incierto

y toda aquella fuerza del aserto

se difumina en presencia del muro

 

de la vida, la razón y el Estado.

Sin embargo, Dios nos había legado

un mandamiento y una conciencia libre

para que cada familia calibre

y amase lo que será su futuro.

 

¿Qué queréis tener cinco? Pues tenerlos

sin olvidar que debéis mantenerlos.

¿Qué vuestra aspiración es tener uno?

Pues allá vosotros, aunque presumo

que vuestro apellido andará algo oscuro

 

en la futura historia de los hombres,

ya que por la ley popular, los hombres

se proyectan en los hijos habidos.

Así pues, son muy poco conocidos

los que no han tenido varón maduro

 

y mucho, los que siguiendo el precepto

divino pueblan el planeta. Excepto

por las molestias de la educación,

para los padres no hay mejor canción

que forjar un apellido bien duro.

 

De forma que la cuestión está clara:

¡O la gloria o la comodidad para

los padres! No existe término medio.

Además, aquella tiene el remedio

de seguir los dictados del Dios puro.

 

 

 

 

040168

  Barcelona, 25 de septiembre de 1975

———

123 EL DESPERTADOR

al recuerdo

 

Suena de mañana

el despertador

con voz medio humana

de trabajador,

aunque muchas veces

me parece un trueno

o un montón de nueces…

Sin embargo es bueno

puesto que vigila

nuestro despertar

y nos despabila

para trabajar.

Por eso este cuento

loa al despertador:

¡No hay mejor invento

del trabajador!

 

 

 

 

040169

  Ocaña, Toledo, 26 de septiembre de 1975

———

124 EL GALOPE DE LA MUERTE

a la educación cristiana

 

Galopa la muerte bregando

a lomos de un potro cansino,

cosechando la triste suerte

de aquellos que le da el destino:

A unos los encuentra dormidos,

a otros bebiendo vino,

a aquéllos de más allá, solos;

a éstos, contemplando al vecino…

 

Mas todos se extrañan lo mismo.

Todos se hacen los sorprendidos

por aquello de que el mañana

nunca llega y estar protegidos

en tanto existan sus amigos.

No conciben que están perdidos

a pesar de ver a la Parca

como avanza dando soplidos

 

a causa de su galopar.

¡Valientes necios! ¡Estáis locos

si intentáis escapar al cerco!

Aunque lo intentaron no pocos,

jamás escaparon… Tan sólo

en el teatro y bajo los focos

se puede dar otro supuesto.

¡Nunca entre mercados y zocos…!

 

¡Qué terror infunde Sibila

cuando al vadear el Aqueronte

nos tiende la mano amarilla

mientras que Cerbero, en el monte,

fuerza la barca del Estigio!

(Virgilio vio en el horizonte

lo que vemos todos del mundo:

¡Qué la muerte es un polizonte

 

que se introduce en el viajero

en lo más grato del camino.

No hay solución: ¡Todo el que nace

debe morir según su sino!

Mas, si después del mil afanes

la rosa brota de un espino,

quizá valga la pena ver

que hará nuestro ego diamantino.

 

Esta lección es evidente:

¡No echemos raíces en la arena

si nos ofrecen tanto cielo!

Querer la paja aunque sea buena

nos parece un poco consuelo,

pues ya que existe una condena

existirá alguna salida

para huir de la ira y su cadena.

 

-¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón?

-grita el que se siente cristiano-,

¿dónde, oh sepulcro, tu victoria…?

¡Cristo los venció de la mano

de su invicta divinidad!

Y por fe, el que se sienta sano

alcanza también ese estado

porque Jesús le hace su hermano

 

y herederos del mismo Reino.

¡Salve Eneas, grande y victorioso!

¡Gustaste la muerte y el infierno

y volviste más poderoso!

¡Sabes el camino y lo indicas

venciendo a un Satán horroroso

y a una muerte fría que galopa

en un caballo sudoroso!

 

 

 

 

040170

  Haro, Logroño, 1 de octubre de 1975

———

125 NO LLORES…

a la soledad

 

No llores, las lágrimas te impiden ver las estrellas.

Ten calma. Cuando la pena aprieta y el dolor

aumenta,

es fácil dejarse llevar por los llantos, pero ellas

son buenas consejeras, incluso, cuando hay

tormenta.

 

Nos acercan al cielo, nos alejan de la muerte,

nos hacen sentir eternos y livianos, con vida.

Millones de luces están ahí para darnos suerte…

¡No dejes de mirarlas, te calmarán enseguida!

 

 

 

 

040171

  Barcelona, 2 de octubre de 1975

———

126 LA GENTE MUERE DESPACIO

a la educación cristiana

 

La gente muere despacio

pensando que aún es posible

escapar en un momento

ayudamos de un invento

o de un Banco disponible.

 

Mas todos los del palacio,

y hasta los de la cabaña,

pasarán esa frontera

que va desde un país cualquiera

a los confines de España.

 

Y aunque cada cual es reacio

a abandonar este suelo,

se marchará como vino,

sólo que en este camino

se va delante del duelo

 

en tanto que el cartapacio,

aquello que se atesora,

en la tierra se hará fuerte

pues la criba de la muerte

es la caja de Pandora

 

que separa nuestro espacio.

Aunque impide tantos daños

y es de tanta utilidad,

que hasta suena a caridad

el morirse con los años.

 

(Un mundo de pelo lacio

seríamos de lo contrario).

Así que si ella nos llama

en el jardín o en la cama,

pensemos que es necesario

 

que aunque se muera despacio

es necesario morir.

De manera y concluyendo:

¡Sólo se sabe muriendo

lo que nos cuesta vivir!

 

De ahí que, tanto si eres dacio

o hispano, señor o criado,

te conviene descubrir

que puesto que hay que morir

no luchemos demasiado.

 

 

 

 

040172

  Barcelona, 4 de octubre de 1975

———

127 SOMOS HUMANOS

a la educación cristiana

 

Todos los relojes son diferentes,

sin embargo se mira en ellos la hora

exacta. Del mismo modo, las gentes

no reaccionan igual si el buque escora.

Y es natural, debemos escindir

la apariencia del sano sentimiento.

Con el uno se puede conseguir

tan solo un mediano requerimiento

que quizá tuerza la hora que publica,

el otro es siempre fiel, hermoso, sano,

que nunca se apaga, que siempre indica

la buena cuerda que uno tiene a mano…

 

¡Fiamos tanto en un fruto que repica

que esperamos lo mismo del humano!

 

 

 

 

040173

  Barcelona, 5 de octubre de 1975

———

128 CUATRO HIJOS

a los hijos

 

¿Yo? ¡Cuatro he tenido

en mi juventud!

Pienso que he cumplido

con lo estipulado.

 

De haber entendido

que uno ya bastaba,

lo habría concebido

sin esfuerzo alguno.

 

Ahora sólo pido

salud para verlos

mujer y marido,

marido y mujer.

 

No doy por perdido

sueño ni desgana,

no tendría sentido

negarles la cara,

 

hoy que he comprendido

que no tengo nada

(tan sólo un vestido

hay de la niñez…).

 

¡Sí! ¡Cuatro he tenido

y estoy orgulloso!

Y ya que han venido

me gusta decir:

 

¡Qué habiendo nacido,

ninguno me sobra

y de haber podido

habría tenido otro!

 

 

 

 

040174

  Barcelona, 8 de octubre de 1975

———

129 ABRAHAM

a las grandes figuras del Evangelio

 

Dicen que por fe Abraham hizo el camino.

Sí, dejó una casa a cambio de nada

mejor (puesto que tuvo por vecino

al cananeo feroz). Tierra quemada

 

heredó a cambio del Fértil Creciente,

inseguridad por tranquilidad.

No le importó abandonar a su gente

y poner la proa a la oscuridad.

 

Es cierto que Dios le llamó en Harán,

aunque en Ur sintiera ya campanadas,

y también que aun sin miedo al qué dirán

quemó sus naves, cocinas y almohadas

 

y tomando a su padre de la mano,

confiando en Aquel que le había llamado,

convenció a Sara y al hijo de su hermano

e inició un camino tan arriesgado

 

que sólo tendría comparación,

si cabe, varias centurias más tarde

con aquel que hiciera nuestro Colón

en mejores condiciones… Pronto arde

 

la hoguera en medio del campo escarchado

            y cuatro tiendas se izan enseguida…

De nuevo, otra noche más ha pasado

y el movimiento demuestra la vida

 

de aquella familia. Pasan los años

y la puerta de Canaán se traspasa

inyectando a la tierra con rebaños

que nacieron muy lejos de su casa.

 

Son visibles las piedras prometidas

pero, ¿dónde está el ansiado heredero?

¡Dónde está aquel que tendría por partidas

lo que su padre tuvo por madero?

 

La voz de Jehovah no se hace esperar:

-¡Abraham! ¡Desde ahora serás bendecido

por todos, desde un mar al otro mar

y desde el cielo al mundo conocido!

 

-¡Señor! Mi mujer y yo somos viejos…-

-¡Ella parirá un hijo, mal pensado,

has de saber que conmigo no hay lejos

ni cerca, ni imposible, ni vedado!-

 

A su tiempo y cumpliendo su destino,

nace el niño. Su presencia es tan real

que la confianza en el Ente divino

se acrecienta mientras crece el zagal.

 

Pero la prueba viene en el momento

que menos lo espera, aunque le aclara

y valoriza su fe al mil por ciento

pues llega a ofrendar a Isaac en la cara

 

de Dios. ¡Cierto! Abraham es para la fe

lo que la flor al estío caluroso:

¡Es su razón de ser, pues que prevé

vida, ejemplo y camino luminoso!

 

 

 

 

040175

  Barcelona, 25 de octubre de 1975

———

130 HIMNO A LA FE

a la fe

basado en el cap. 11 de Heb.

 

Heb. 11:1

Es pues la fe, la substancia

de las cosas que se esperan,

aquellas cuya fragancia

pueden verla quiénes quieran,

la demostración de aquellas

que si no podemos ver

como si fuesen estrellas,

las podemos entender.

 

Heb. 11:2

Porque por ella alcanzaron

testimonio los antiguos,

pues que incluso se dejaron

la razón en los ambiguos

recovecos de la vida.

¡Sólo que valía la pena,

pues la fe no compartida

no lubrica la cadena!

 

Heb. 11:3

Por fe entendemos que han sido

hechos el mar y las rocas

por el Logos bendecido.

Así que parecen locas

las otras teorías contrarias:

¡Lo que se ve ha sido creado

de invisibles luminarias

y no es producto de un dado!

 

Heb. 11:4

Por la fe Abel ofreció

a Dios mayor sacrificio

que Caín, por la cual creció

siendo justo por oficio…

Y fue tal su testimonio

que ha quedado como ejemplo

de como se echa al demonio

en el hogar y en el templo.

 

Heb. 11:5

Por ella Enoc fue traspuesto

para no gustar la muerte,

pero se estuvo en su puesto

hasta que Dios y la suerte

quisieron. Mas antes de irse,

pudo ver con complacencia

que a pesar de no morirse

su fe ganó en elocuencia.

 

Heb. 11:6

Y es que sin fe es imposible

agradar a Dios. de forma,

y en razón de lo posible,

que el que quiera buscar su horma

deberá creer que le ha visto

y que es galardonador

de los que le buscan. Insisto:

¡Ten fe y verás al Señor!

 

Heb. 11:7

Por la misma fe, Noé, habiendo

recibido una respuesta

a lo que aún estaba viendo,

hizo el arca. (Quedó expuesta

como un mensaje rotundo,

pues haciendo tabla rasa

por fe condenaba al mundo

y separaba a su casa).

 

Heb. 11:8

Por fe, Abraham, siendo llamado,

se aprestó para salir

hacia el paraíso soñado

que tendría que recibir

por heredad… ¡Qué confianza!

¡Desconociendo el destino

y sin tensar la balanza,

nos precedió en el camino!

 

Heb. 11:9

Por fe habitó aquella tierra

que le fuera prometida

sin disparar una guerra,

y restaurando su vida

comenzó a ocupar cabañas

con sus hijos, herederos

de llanuras, ríos, montañas,

cabras, asnos y corderos…

 

Heb. 11:10

Y es que quería una ciudad

con fundamentos divinos,

en la cual, la caridad

sobrepasara a los pinos

(Abraham confiaba vivir

en ella porque sabía

que Dios le iba a bendecir

por la noche y por el día).

 

Heb. 11:11

Por la fe, la misma Sara,

siendo estéril concibió

y a pesar de ser tan rara

fuera del tiempo parió,

y es que confiaba en quien dijo

que ella y su anciano marido

tendrían algún día aquel hijo

tantas veces prometido.

 

Heb. 11:12

sí que, también por uno,

y además ya amortecido,

en el momento oportuno

y a partir del bien nacido,

le siguieron como estrellas

y como los granos finos

de la playa… (Éstos y aquéllas

son sólo ejemplos divinos).

 

Heb. 11:13

Conforme a la fe murieron

todos y sin recibir

las promesas que creyeron…

Sólo las vieron venir

de lejos, y poco claras,

pero murieron creyendo

que el Señor de las mil caras

les esperaba sonriendo.

 

Heb. 11:14

La cosa es clara, evidente,

los que lo dicen, por suerte,

dan a entender a la gente

que buscan un país más fuerte,

que no confían en sus pasos

tan sólo, sino en Aquel

que al llamarlos, sus fracasos

fueron victorias en Él.

 

Heb. 11:15

Si se acordaban acaso

de la tierra en que vivieron,

tendrían tiempo, en cualquier caso,

de andar por donde vinieron,

pues es señal manifiesta

que aquel que no está contento

con la situación de fiesta

se procura un duelo lento.

 

Heb. 11:16

Empero, aquellos deseaban

lo mejor, es a saber,

la celestial (la buscaban

sin que la pudiesen ver).

Así Dios, en consecuencia,

no se avergüenza por ellos

y pone en acción su ciencia

para salvarles los cuellos.

 

Heb. 11:17

Por fe Abraham ofreció a su hijo

Isaac cuando fue probado:

Cargando con el alijo

de leña y fuego sagrado,

sin víctima, lo entregaba

sabiendo que no había más

y que en él amalgamaba

el amor de los demás,

 

Heb. 11:18

pues no se puede olvidar

que a él se le había asegurado

que tendría que convidar

a quien creciese a su lado

y que con su descendencia

se llenaría el universo.

¡Por eso tuvo paciencia

y por eso fue converso!

 

Heb. 11:19

Y es que él estaba pensando

que aun del reino de los muertos

Dios le haría volver andando

(pues tenía poderes ciertos

para hacerlo). Abraham, por tanto,

intuyendo el porvenir,

hizo caso del Dios Santo

y nos enseñó a vivir.

 

Heb. 11:20

De esta fe y de este saber,

Isaac a Jacob bendijo,

viendo lo que habían de ser

catalogó a Esaú como hijo

incluyéndolo en la mesa

que él mismo quiso dejar,

creyendo que la promesa

a los dos podía tapar.

 

Heb. 11:21

Y siguiendo de esta suerte,

por fe, Jacob, muriéndose,

sintiendo como la muerte

le llamaba, apoyándose

en la punta del bastón,

bendijo a José en sus nietos

y adorando en sumisión

encogió sus miembros quietos.

 

Heb. 11:22

Por fe José, al llegar su hora,

se acordó de la partida

de Israel y sin demora

quiso remachar su vida

ordenando con urgencia

que cuando todos volvieran,

se llevasen con decencia

sus huesos a donde fueran.

 

Heb. 11:23

Por fe Moisés, al nacer,

fue escondido con amor,

con orgullo y con deber.

Nadie demostró temor

al contravenir las normas,

pues amén de verlo hermoso

iban forjando las formas

de un sendero luminoso.

 

Heb. 11:24

Por fe Moisés, ya crecido

y fijados los extremos,

no quiso aceptar el nido

por razones que veremos.

Además, aquellos años

pasados en el desierto,

le enseñaron los apaños

para estar siempre despierto.

 

Heb. 11:25

Así que escogió antes ser

afligido con la casa

de Jehovah, que disponer

de ropas de seda y gasa

y de otras comodidades

en el palacio dorado

(pensó que eran realidades

temporales del pecado),

 

Heb. 11:26

teniendo por más riquezas

el vituperio de Cristo,

que la plata y las cerezas

de los egipcios. Previsto

que estuvo de esta razón,

aguantó porque miraba

la paga del corazón

que como siervo esperaba.

 

Heb. 11:27

Por fe, no temiendo la ira

del rey de Egipto, marchó,

pues le sostuvo la mira

de Aquel que le conquistó.

(El mirar al Invisible

le convirtió en fiel creyente,

de forma que fue sensible

a los gritos de la gente).

 

Heb. 11:28

Por fe celebró la Pascua

y pintó postes con sangre

que no los borrase el agua,

y en los dinteles de estambre

hizo la señal pedida,

para que Aquel que mataba

primogénitos en vida

no tocase a los que amaba.

 

Heb. 11:29

Por fe pasaron el mar

andando sobre la tierra,

pero al verlos escapar,

los egipcios de la guerra

les siguieron… Mas en vano,

¡las aguas les cubrirán

mientras levantan la mano

defendiendo el qué dirán!

 

Heb. 11:30

Por fe cayeron los muros

de la recia Jericó,

pues si por deseos oscuros,

que luego Josué explicó,

nunca la hubieran rodeado

o no hubieran hecho nada,

aquella no habría quedado

jamás tan bien conquistada.

 

Heb. 11:31

Y por fe, Rahab, la ramera,

ni fue pasada a cuchillo

ni quemada en una hoguera.

Ella creyó en el caudillo

mientras los demás dudaban,

ella creyó en la visita

mientras los demás pensaban

que era una fuerza maldita.

 

Heb. 11:32

¿Y qué puedo decir más,

si ya me falta canción

para Gedeón? Además,

quedan Barac y Sansón,

Jefté, David, Samuel… Luego,

todo un grupo de profetas

que tras pasar por el fuego

resucitaron trompetas,

 

Heb. 11:33

pues por fe ganaron plazas

y predicaron justicia,

prefiriendo ganar bazas

que soñar con la delicia

de andar al compás del mundo.

Luego, alcanzaron quimeras

y pozos de amor profundo,

cerraron bocas de fieras,

 

Heb. 11:34

apagaron las hogueras,

evitaron los cuchillos,

sanaron por las aceras

y levantaron castillos

en medio de las batallas,

trastocaron campamentos

y deshicieron murallas

desde arriba a los cimientos;

 

Heb. 11:35

las mujeres, por su parte,

recibieron a sus muertos

(sólo la fe, que es un arte,

puede hacer estos aciertos),

otros fueron estirados

no aceptando la razón

que alegaban los soldados

y clamaba el corazón

 

Heb. 11:36

(todos pretendían ganar

su propia resurrección),

otros más, y sin dudar,

acabaron en prisión

y aguantaron vituperios

con entereza constante,

otros rompieron misterios

llevando la voz cantante,

 

Heb 11:37

otros fueron lapidados

sin exclamar un quejido,

aserrados, provocados

y sacados de su nido;

anduvieron disfrazados

con piel de cabras y ovejas,

angustiados, maltratados,

pobres hasta las orejas…

 

Heb. 11:38

Ningún príncipe del mundo

era digno de tenerlos:

¡Ciegos de un sopor profundo

no eran capaces de verlos

gritando las Buenas Nuevas

por los valles, por los puertos,

por los montes, por las cuevas

y hasta en los mismos desiertos!

 

Heb. 11:39

Todos estos, aprobados

que fueron por testimonio

de la fe, han sido bloqueados,

a despecho del demonio,

no teniendo la promesa

a la que tanto quisieron

(mas la intuyeron impresa

en las almas que siguieron),

 

Heb. 11:40

pues Dios, proveyendo alguna

ley mucho mejor para ellos,

quiso darles la fortuna

de impedir que sus destellos

alcancen la perfección

hasta el preciso momento

de nuestra resurrección

y de su contentamiento…

 

Conclusión:

Heb. 12:1, 2

 

Por tanto, teniendo a nuestro alrededor

a tantos santos que hacen de testigos,

a tantos siervos de un mismo Señor

y a tantos miles y miles de amigos,

debemos desterrar todo el pecado

que nos envuelve y correr con paciencia

la carrera que en un momento dado

nos ha señalado la Providencia.

 

Todos ellos, del mayor al mediano,

aparte de vivir para sí mismos,

lo hicieron para alargarnos la mano

cuando luchamos contra los egoísmos

y para indicarnos claro, alto y fuerte

que, al igual que ellos, debemos mirar

al Rey de la fe, a Cristo, cuya muerte

es lo único que nos puede salvar.

 

El cual, habiéndole sido propuesto

gozo, sufrió la cruz y despreciando

tanta vergüenza, se sentó en el puesto

destinado por el Padre, ocupando

su diestra por derecho merecido

y cuidando de las almas ganadas

que no son sino joyas que han nacido

por estar de la cruz enamoradas.

 

Cobijar, pues, en vuestro pensamiento

a quien gustó de la contradicción

de ser pecado sin venir a cuento,

aunando en sí mismo la condición

de morir mientras estaba salvando.

Así que, hermanos, no os fatiguéis más

a pesar de que aún estáis caminando.

¡Tened fe y veréis su cara! ¡Además

 

le conoceréis como Él os conoce,

les publicaréis salmos y canciones

y le alabaréis junto con los Doce

por hacer realidad las oraciones…

La fe, pues, es la clave de las cosas

que se esperan y la demostración

de las cosas que no se ven… ¡Hermosas

promesas y hermosa proclamación!

 

 

 

 

040176

  Barcelona, 23 de noviembre de 1975

———

131 DOMINGO DE RAMOS

al Evangelio

 

-¡Cristo está crucificado

este año también!- exclaman

personas que sólo se aman

cuando esperan resultado

y, mientras dejan las palmas

en los balcones, sus almas

dan giros sin rumbo dado

en un mar tan comercial

que, por hacerlo especial,

la lección dejan de lado…

¡Ya no hay palmas en las manos!

¡Marchitos quedan los ramos!

¡Otro domingo ha volado

sin más huellas que sepamos

que las que dejó el pasado!

 

 

 

 

040177

  Barcelona, 15 de marzo de 1976

———

132 ¿ESTÁ MUERTA MI MADRE?

a la madre

 

¡Mi madre no ha muerto! Vive en la espuma

de mi sangre roja. Es un espejismo

que la gente crea que marchó a la bruma.

¡Ella está aquí y se proyecta en la suma

de mis células! Ella es… es… ¡yo mismo!

 

 

 

 

130503

  Barcelona, 22 de abril de 1978

———

133 NO HAY OVEJAS…

al problema social

 

En el centro de la plaza

no hay ovejas ni pastores…

 

Rasgan su silencio cien autobuses

que jadean llenos de seres humanos

que no se conocen, que están lejanos

a pesar de que se aprietan y molestan…

 

Duermen sin hablar, cogidas las manos

al latón de las barras de su encierro,

sudando las frías angustias del hierro

en vez de saltar libres por el campo.

 

Aún hay otros que, como en un entierro,

van por el oscuro túnel del Metro

viajando enlatados por el ruin cetro

de un trabajo inmoral y mal pagado…

 

¿No es mejor acampar como hizo Jetro

y ver las nubes, el sol y los rayos?

El ser deformado sufre desmayos

cuando debiera estar cantando salmos

 

en los bosques, vestido sin más sayos

que los que su limpia piel pueda darle.       No hay opción: ¿Alguien puede imaginarle

pululando entre hormigón y cemento

 

si fue elegido para entronizarle

en la cima de la naturaleza?

¿Es que se puede comparar la belleza

que esconde una ciudad pobre en palomas

 

a la de un caballo, cuya nobleza

ha sido miles de veces probada?

¿O a la de un serpenteante río en

cascada?

            ¿O a la sangre de un campo de amapolas?

 

Incluso, si alguna queda es matada

para que no manche sus monumentos.

Luego, tienen polvo en vez de excrementos

y ratones en vez de golondrinas…

 

En el centro de la plaza

no hay ovejas ni pastores…

 

Estamos abocados por momentos

a un destino de selva sin amores:

¡No encontramos a Dios entre las flores

y queremos hallarle entre las piedras!

 

 

 

 

130504

  Barcelona, 23 de septiembre de 1978

———

134 ¿QUÉ ES EL AMOR?

al amor

Tema de la novela

“Las noches de la espiral”

y del drama

“El Derecho de nacer”.

 

Amor significa gracia,

lágrimas, violencia, sangre,

temblor, recelo y calambre;

superar una desgracia,

 

disimular un pecado,

esperar un imposible,

glorificar lo punible

o luchar con desenfado

 

por aplicar el color.

El amor es sacrificio,

es darse, es querer vicio

donde no existe temor,

 

es adivinar bondad

donde tal vez hayan cardos,

es aprender a oler nardos

aun en plena oscuridad.

 

Es una franca sonrisa,

es un apretón de manos,

es un lenguaje de humanos

que refresca con la brisa

 

o convierte cualquier lecho

en un Etna desbocado;

es suspirar a su lado

y protegerse en el pecho,

 

es mirar ojos profundos

buscando fundirse en ellos,

es acariciar cabellos,

es trasladarse a otros mundos

 

si lo pide el ser amado.

O subirse a una montaña,

o descender a la entraña

del volcán más escarpado…

 

Hay, pues, tal disparidad

de facetas en su nombre,

como dispar es el hombre

y falto de caridad.

 

De ahí, para hacer un favor

en la altura donde estamos,

es mejor que concluyamos

pues ¡sólo Dios es amor!

 

 

 

 

130505

  Barcelona, 23 de septiembre de 1978

———

135 MUJER, HERMANA DEL VIENTO

a la mujer

y a una amiga.

 

Sales a la calle cada mañana

como la aurora sale en la dehesa:

Con ojos, pelo y labios de princesa

que quisiera conquistar mi ventana.

 

Vencida ya mi resistencia humana,

vencida ya mi voluntad expresa,

sólo puedo mirarte cuando cesa

de brillar tu aire moro de gitana.

 

María Angeles, eres del viento hermana

y heredera de un amor que no pesa,

que cabalga, que florece y se afana

 

en un aura espiritual y que besa

lo mejor que hay en ti de buena gana:

¡El candor de una fiel aragonesa!

 

 

 

 

130506

  Barcelona, 4 de octubre de 1978

———

136 EL OLOR DE LA MUERTE

a la educación cristiana

 

Vuelan alas de muerte

sobre todo hombre…

Ya naciendo, la suerte

es importante

y no debiera serlo.

Somos iguales,

pero nos cuesta creerlo.

La diferencia

está afuera, no dentro;

nuestra conciencia

es igual, nuestro centro

igual es común.

¿Es que al nacer, la estrella

se apaga o se enciende

si son padres de paella

o de caviar?

De ahí que, muerte y guadaña

sean disuasivas:

Rebañan la cabaña

y hasta el palacio.

¿Puede haber más justicia

que un mismo fin?

¿Hay distinta franquicia

en correo eterno?

Por ello, y por ser fuerte,

cada humano,

lleva encima a la muerte.

 

 

 

 

130507

  Barcelona, 13 de octubre de 1978

———

137 MAÑANA…

a la educación cristiana

 

Mañana será muy tarde

para volver a nacer…

(Porque suele suceder

que cada instante que pasa

es del otro diferente).

Es por eso que la gente

que se empecina en luchar

contra el río y su corriente,

no consigue más convenio

que la angustia del caballo

cuando da coces con genio

a un moscardón insolente.

¿Dónde, si por hablar, callo,

puedo encontrar otra fuente

fuera del que es su lugar?

¿No es mejor imaginar

que para hacer una masa

tenemos que moler grano?

Pues si siempre no es verano,

¿por qué queremos jugar

con un mañana tan fuerte

que llegamos a olvidar

que vivimos un presente

sin poderlo terminar?

¡Basta el afán del momento!

¡Bástenos el sufrimiento

del ayer sin madurar!

¡Vivamos cada segundo

como nuestro nacimiento:

Ayer no era yo y ahora siento

que soy el dueño del mundo!

Mañana… ¡Qué sé yo! Nada,

tan sólo ver juventud

que ya prepara la azada

para cubrir mi salud

y crear de paso el camino

que tendrán que abandonar

en otro corto mañana…

Mañana será tarde

para querer al vecino,

para poner perdonar,

darle la mano al amigo,

apagar un pecho que arde,

para aprender a llorar,

para querer consolar

a aquel obrero parado…

¡Corre ahora que estás al lado!

¡Corre a proyectar tu nombre

en un pez, una simiente,

una flor, un libro o un hombre,

y podrás ser recordado

un momento…! ¡Tal vez siempre!

 

 

 

 

130508

  Barcelona, 21 de octubre de 1978

———

138 A PEPITA FERRÁNDIZ

a las grandes figuras del Evangelio

y a la hermana indicada en el título.

 

-¡Cristo es la Roca de la eternidad!-,

decían cantando todos los creyentes

cuando juntos, de pie, limpias las frentes,

despedían a la hermana en amistad.

 

Sin llorar, como quien sabe de cierto

que aunque la caja envolviese su ser,

ya no estaba allí, había vuelto a nacer

en un Reino donde nadie se ha muerto.

 

Así, y aunque el dolor no nos lo permita,

cantamos con el amor en la boca

porque fuiste ejemplo de fe en la ermita,

 

en el hogar y en la calle. Tu boca

salud no impidió el que amaras… ¡Pepita,

nos volveremos a ver en la Roca!

 

 

 

 

130509

  Barcelona, 28 de octubre de 1978

———

139 LA NAVIDAD ES EL MOJÓN QUE SEÑALA EL CAMINO

a la Navidad

 

La Navidad está cerca

y los hombres se preparan

a festejarla, pues paran

en su vida y su trabajo…

¡Ah, si los hombres amaran

cada mañana a su hermano!

No haría falta tanta fiesta.

Navidad sería en verano

o en primavera… ¡La mano

del Niño nunca se acuesta!

 

Por eso su nacimiento

nunca fue condicionado,

tan sólo que fue llamado

para salvar a los hombres.

Y si en diciembre fue hallado,

pudo nacer en enero

también. No es la fecha, siendo,

lo que hay que mirar primero.

Es mucho más verdadero

el hecho de estar naciendo

 

que cuando está sucediendo.

Por eso, por haber fecha,

la hay, pero ¡atención!, no está hecha

para que se manipule.

¡No! Es fruto de mente estrecha

la fiesta que la encasilla.

¡Jesús es más que un momento!

¡Jesús es la maravilla

viva! ¡Por sí solo brilla

de la muerte al nacimiento!

 

No necesita favores

de ese tipo. A lo que aspira

es que las uvas de la ira

se amansen desde su base,

que se borre la mentira,

que se abracen los hermanos,

que los niños sean sinceros,

que los padres sean humanos,

que el obrero use las manos

para forjar sus aperos,

 

que el patrono no esclavice

como lo ha venido haciendo;

que el rico, al estar comiendo

se acuerde que pasan hambre

millones, que están muriendo

por carecer de sus medios.

Que no robe el comerciante,

que se apliquen los remedios,

que controlen los dispendios

y que el amor sea un baluarte

 

de los derechos del hombre.

Una buena Navidad

sería, si la caridad

fuera por todos querida,

cuando la felicidad

fuera en cestas repartida

y cuando, en todo momento,

se respetase la vida

tan en la misma medida

como lo es su nacimiento.

 

Mas, ¿dónde mina el pecado?

¡En el corazón del hombre!

Por eso, aunque nos asombre,

la Navidad verdadera

debiera servir de nombre,

o excusa, para buscar

en el sendero Divino,

a quien nos vino a salvar

gritando amor al pisar

mientras marcaba el camino.

 

-¿Qué es la Navidad, hermano?

-¡Una cascada de amor

del que, por ser tu Señor,

bajó al mundo a dar la mano

al ingrato pecador!

-Dime, pues, buen caminante:

¿Cómo puedo ir al cortejo?

-¡Caminando hacia adelante

el pos del que fue gigante,

niño, rey y veraz espejo!

 

-Y, ¿dónde puedo encontrarlo?

-En la mano de un mendigo,

en la cruz de su testigo,

en el amor de una madre

y en querer verse contigo-.

Sólo quien ama de muerte

a la humanidad perdida,

pudo nacer de esta suerte

denunciando con voz fuerte

que te quiere y no te olvida.

 

No nos engañemos más:

Esta fecha es un estado,

no una fiesta de mercado

en la que impera la gula,

la maldición y el pecado.

Hay que vivir, por ejemplo,

con ese espíritu divino

que, anulando el contratiempo

del pecado, nació a tiempo

de señalar el camino.

 

 

 

 

130510

  Barcelona, 2 de diciembre de 1978

———

140 EL AMOR, ¿ES DIVISIBLE POR DOS?

al amor

y a Alicia Omedes.

 

A veces, Alicia, la vida es dura

como duros son el amor y el viento;

pero aquél, a cada gota, diez o ciento,

pretende que le pagues su envoltura.

 

Es así, en vez de corregir al malo,

escarnece al que puso más calor;

mas no temas, tu tienes el valor

de ser la madre del mejor regalo.

 

Olvida tu aparente soledad

y mira al frente: allí, en el horizonte,

renace un Ave Fénix sin edad;

 

y como él, por diosa o por polizonte,

volverás a reír y tendrás piedad

del que camina solo por el monte.

 

 

 

 

130511

  Barcelona, 23 de diciembre de 1978

———

141 LO IMPORTANTE ES AMAR

al amor

y a Conchita Celma.

 

Golondrina a quien admiré de niño,

fuiste capaz de remontar el vuelo

dejando a tres amigos en el suelo

cuando estaban sorteando tu cariño;

 

pero volviste como aquélla, y pienso

que aunque estamos por el tiempo

marcados,

            no es tarde para que pasos mal dados

sublimen el amor con el incienso.

 

Y es que si hablamos del amor, querida,

tiene más valor la amistad que la ira,

más potencia cien deseos que un pecado:

 

¡Por aquellos secretos de la vida,

al final, y aunque parezca mentira,

importa más amar que ser amado!

 

 

 

 

130512

  Barcelona, 6 de enero de 1979

———

142 ¿QUÉ QUEDA DE LA NAVIDAD?

a la Navidad

 

Ya pasó la Navidad…

Atrás quedaron las fiestas

y es hora de preguntarnos,

¿qué hacen las calles desiertas?

 

¿No decíamos que nació

el Redentor de los hombres?

¿Dónde quedan nuestros deseos?

¿Dónde nuestros buenos hombres?

 

Es hora de hacer balance,

es hora de mirar promesas,

queríamos ir a la calle,

queríamos ir a las mesas,

 

pero las fiestas se fueron

y las promesas con ellas.

¡Solas se quedan las calles

y muy lejos las estrellas!

 

¿Qué quedó de Navidad?

¡Muchos cientos de esqueletos

y muy poco del mensaje

de lo que fueron abetos!

 

 

 

 

130513

  Barcelona, 20 de enero de 1979

———

143 EL VIEJO

a la vejez

 

¿Qué piensa aquel viejo de pelo blanco

en tanto toma el sol del mediodía?

¿Quién puede saberlo, si cada día

empieza y termina en el mismo banco?

 

¿Qué miran sus cansados ojos claros?

¿Al pasado que se le fue corriendo,

a este presente que vive muriendo

o a ese mañana que le trae reparos?

 

Se siente solo, huérfano de cariño…

Sólo a sus pies, un perro callejero

le mira con semblante lastimero

hasta que se va guiado por un niño.

 

Y su mirada se nubla al momento

con esas lágrimas secas de los viejos,

¿qué hay en esa cara de mil reflejos

que hasta el perro adivina su lamento?

 

Aquel viejo es un poeta de ciudad,

sabe leer en las piedras y en el humo;

y aunque fue la sociedad de consumo

quien le amortajó con habilidad,

 

él se aferra con uñas a la vida,

porque es muy amargo andar el camino

para quedar luego debajo un pino

sin entrar en la tierra prometida.

 

Y es que, habiendo trabajado en el puerto

y dormido cada día en un desván,

no le basta con mirar el Jordán,

quiere pasar, quiere entrar en el huerto,

 

quiere saborear su leche y su miel,

y recoger cosechas no sembradas,

bañarse en mil rutilantes cascadas

y olvidarse por siempre de la hiel

 

que genera el trabajo mal pagado

y el extraño abandono de sus hijos;

los cuales, con argumentos prolijos,

lo arrancaron de golpe de su lado.

 

Y es que es muy duro imitar a Moisés:

Uno viene a este mundo de cabeza,

lucha por su familia sin pereza

y al final lo despiden por los pies…

 

¿Qué piensa aquel viejo de pelo blanco

en tanto toma el sol del mediodía?

¿Quién puede saberlo, si cada día

espera a la muerte en el mismo banco?

 

 

 

 

130514

  Barcelona, 26 de enero de 1979

———

144 EL INVITADO AL CIELO

al Evangelio

 

Pensando cierta noche en el asiento

que tengo que ocupar en la nueva era,

me preocupaba que el mismo no fuera

de la alcurnia que espero tan contento.

 

Mas, ¡qué necio!, si en cuerpo incorruptible

ya no vale el dinero de los bancos;

tan sólo, que los vestidos sean blancos

y que el trono de Jesús sea visible.

 

Sé que me espera, sé que desde el centro,

de príncipes y apóstoles rodeado,

me reconocerá en aquel momento,

 

me mirará y me sentiré invitado

a darle gloria sin remordimiento

y a cantar eternamente a su lado.

 

 

 

 

130515

  Alicante, 15 de abril de 1979

———

145 LA MÚSICA DEL SILENCIO

a la soledad

 

Armonía y silencio hay en la maleza

de aquel río. Sus aguas de blancos rizos

son otras tantas promesas de hechizos

que arpegian loas a la naturaleza.

Y cuando en las noches claras de agosto,

la luna se mira entre las estrellas,

las piedras e hierbas que nacen con ellas

desfiguran de tal forma su rostro

que suben una catedral de arcilla

donde tan sólo había ribazo y cierno.

Todo habla de paz, perfección y sueño…

Y los chopos que conforman la orilla

son testigos de romances de ranas

y de amores de grillos y lechuzas.

También saben de las escaramuzas

que dejan todas las huellas humanas

al retozar en las matas perdidas.

Murmullos de aguas, promesas de amor,

cantos al mañana hechos con calor…

Es muy fácil amalgamar dos vidas

cuando es la naturaleza quien canta

y la sangre reverbera en las venas.

¿Qué música es capaz de llorar penas

si el amor hincha el pecho y la garganta?

Pero en aras de no sé cuál progreso

una central atómica aparece

en sus orillas, y así se oscurece

la clara Luna tras el humo espeso

y se callan las ranas y los grillos

y los peces se mueren en el agua

calentada en la fusión de la fragua…

Y el césped se secará, y hasta los pillos

olvidarán los chopos milenarios,

el amor eterno y hasta las promesas…

¿Energía? ¡Sí! ¡Pero sin que las dehesas

se cambien en desiertos incendiarios…!

Veneno y dolor lleva la corriente

en sus negras aguas contaminadas,

¿valió la pena tantas algaradas

si en el futuro hundimos el presente?

¿No era mejor vivir con una vela

pero sintiendo el canto de las ranas?

Pues, ¿por qué cruel razón tuvimos ganas

de escribir con sed nuestra propia esquela?

Mas nos valdría amar a Dios y a su gloria

que borrar de su creación su hermosura;

porque siguiendo así, nuestra basura

estrangulará al hombre y a su memoria.

-¡No tenéis ningún derecho! –nos gritan

aquellos que juzgan nuestra actitud-.

¡De Jehovah es la tierra y su plenitud,

el mundo y todos los que en él habitan!

Entonces, ¿por qué ese afán destructor?

Manipulando el entorno divino

tan sólo despreciamos al vecino

y vejamos al sabio constructor.

No hemos sabido usar nuestro consenso

y pronto tendremos el resultado:

¡El plástico y el cristal que hemos tirado

ahogarán la música del silencio!

Tal vez tengamos tiempo de salvarnos…

Si todos adquirimos la conciencia

que vale más una flor que la ciencia,

podremos medrar sin deshidratarnos

y hacer del mundo un reducto florido

en donde la fiera, el hombre y el cordero,

caminen por aquel mismo sendero

que los volverá al Paraíso perdido.

 

 

 

 

130516

  Barcelona, 15 de julio de 1979

———

146 YO TAMBIÉN SOY POETA

a Isabel Bayona

 

Yo también soy poeta

de los de antes,

porque no sólo se es haciendo versos,

sino también sudando cada día

en la labor anodina y vacía

que me deparan los planos diversos

en los que me encuentro inmerso ahora

mismo.

 

Hay, creo yo, tanta poesía en la oficina

como en una plantación de amapolas,

porque el valor de la dicotomía

del contorno, es un irreal aforismo.

 

Es más claro y veraz el daltonismo

del corazón que el de los ojos. Mira,

la fuerza no está tanto en las olas

como en el mar azul que las domina.

 

De ahí, es más poeta quien mira en la

mente

            que aquel que compone rimas sin tiento,

pues es más fácil escribir un cuento

que pasar por la vida dignamente.

 

Y así, en los recovecos de la vida,

en ese minuto, en ese segundo,

degustados o quemados realmente,

se encuentra toda la poesía del mundo.

 

De eso habla la oveja recién parida

y la mano que te tiende el mendigo

y la sonrisa del mejor amigo

cuando te habla con voz agradecida…

 

¿Qué poeta es quien hace poesía? Muy

cierto,

            pero déjame soñar un momento:

¡Tal vez sin quererlo, ni entrar a cuento,

sentiré la poesía aun estando muerto!

 

 

 

 

130517

  Granada, 20 de julio de 1979

———

147 PALABRAS…

a la educación cristiana

 

Si hay algo que mejor defina al hombre,

dejando aparte lo que aquí se cita,

es con mucho aquello que le da el nombre

 

desde la misma cuna hasta la ermita.

Es que el hombre puede hablar, ¡cosa

santa!,

            ya sea a través de la palabra escrita

 

o por la oral que forma su garganta.

Se explica por sus dichos de manera

que sin querer hacerlo se amamanta

 

de lo que su corazón se sincera.

Y es que de su abundancia habla la boca.

De manera que, aunque él no lo quisiera,

 

a pesar de que a veces lo provoca,

sus dichos son alegres si aquel canta

o suenan tristezas si la hiel le toca.

 

Por eso hay palabras que tienen tanta

vida, como otras desvarío sin cuento.

Hay otras más cuyo contenido espanta,

 

aún hay otras que se las lleva el viento

y otras que a su dueño dan loor y fama,

en tanto que otras, sólo cumplimiento.

 

Pero aún las hay de amor, de odio, de

trama,

            de candor, de paz, de envidia, de fiestas…

que enfrían o calientan como una llama,

 

que cambian las perdidas por honestas

y a honestas las transforman en perdidas.

Pueden concebir mil cosas funestas

 

o restañar las más crueles heridas,

o alabar al Señor tres veces santo.

Pueden llegar a salvar tantas vidas

 

como a hundirlas en el más cruel

quebranto.

            Puede la palabra, en fin, ser realista

o puede aparentar no serlo tanto.

 

Pero es cierto, en cualquier caso, la lista

que pudiéramos formar es hermosa

y siempre abunda en la canción prevista:

 

La palabra más que otra cualquier cosa

nos enseña a todos quien es su dueño,

como el fruto del rosal es la rosa

y lo mejor de la noche sea el sueño.

 

 

 

 

130518

  Alicante, 22 de agosto de 1979

———

148 PALABRAS DE VIDA

al Evangelio

 

En cierta ocasión, Jesús tuvo empeño

en preguntar a sus doce escogidos,

viendo que muchos marchaban sin dueño

 

por sus extrañas palabras dolidos:

-¿Queréis acaso iros también vosotros?

Dijo Pedro, el de los genios subidos,

 

aquel a quien respetaban los otros

por querer al Maestro de forma tierna

y sincera: -¡Señor no somos potros,

 

es cierto que tú no tienes caverna

ni alforja. Sin embargo, ¿quién iremos?

¡Tú tienes palabras de vida eterna!

 

Todos estamos de acuerdo, y sabemos

que tú eres el Cristo del Dios viviente.

Yo hablo y piensas éstos: ¿Qué más

queremos?

 

¿Acaso el sol cuando sólo es naciente

demuestra tener toda su potencia?

¡Ahora es cuando se valora al valiente!

 

Tiempo vendrá en que tu sola presencia

acapare multitudes sin cuento,

tiempo vendrá en que tu fragante esencia

 

dará a tu doctrina el contentamiento

que ahora encuentras a faltar. ¡Nos

quedamos

            y vamos a cambiar este momento

en la forma de vida que añoramos!

 

 

 

 

130519

  Alicante, 23 de agosto de 1979

———

149 PALABRAS DE AMOR

al amor

 

Si verdades existen en el mundo

que pueden definirse por sí mismas,

no las hay que, como el amor profundo,

de tantas caras, aristas y prismas,

sea por una vez veraz e iracundo,

abnegado, cruel, lleno de carismas,

o que se de sin soñar recompensa,

o querer del dador una dispensa

 

que vaya más allá de una sonrisa.

Por eso, el amor que más se sublima

es aquel de la madre que sumisa

se contempla en el hijo que ya estima

como parte de sí misma. Sin prisa,

lo amamanta y lo coloca encima

de su regazo. Con todo, adivino,

que sólo es un reflejo del divino.

 

Porque el amor, al hombre y a Dios

hermana

            aun a espaldas del Paraíso perdido.

Es ese amor rojo como la grana

que no da, sin haberlo merecido,

la alegría de encontrarnos que mañana,

por fe y por habernos arrepentido,

las puertas de ese Edén serán izadas

para jamás volver a estar cerradas.

 

Porque por causa de ese amor inmenso,

Dios entregó a su Hijo, como un cordero,

a morir y a salvarnos por consenso

de la ley, el pecado y la fe. ¡Quiero

pensar que la Creación quemó incienso

espantada del crimen del madero,

pues jamás se había visto otro rosario

que diese tan amor como el Calvario!

 

Palabras de amor que nos son de alimento:

-¡Pues de tal manera amó Dios al hombre

            que le entregó a su hijo, dueño del viento,

            de las nubes y el mar. Señor de nombre,

            para que si uno cree en Él, tenga asiento

            en el libro de la Vida! Aunque asombre

esta grandeza, es cierta: ¡Sólo amando,

Jesucristo, pudo morir salvando!

 

Su muerte es nuestra suprema esperanza;

su resurrección, la ola salvadora;

su victoria total, barra de lanza

que despedazó a la muerte traidora

y la arrojó al infierno sin tardanza;

su corona, su fuerza arrolladora;

su gloria, nuestras almas ya salvadas

y su honor, nuestras frentes humilladas.

 

¡Bendito sea el Señor! Nos quiso tanto

que nos ayudó aun estando perdidos.

¡Bendito sea el Señor, tres veces santo,

que nos amó como hijos preferidos,

aunque le causamos tanto quebranto

que no nos merecíamos ser queridos!

Palabras de amor, palabras de aliento,

por ellas soy salvo… ¡por ellas siento!

 

 

 

 

130520

  Alicante, 24 de agosto de 1979

———

150 PALABRAS DEL PADRE NUESTRO

a la oración

 

Padre y Salvador amado

que estás en los cielos ahora,

apiádate del que llora

a causa de su pecado.

Seas siempre santificado.

Venga ya mismo tu gloria

y tennos en tu memoria.

¡Qué tu voluntad sea un hecho

en el cielo, bajo techo

de la tierra y en su historia

 

universal! Te rogamos

nos des el pan cotidiano.

Y perdonando al hermano

tu buen perdón esperamos.

De tal manera buscamos

con afán tu comprensión,

que tenemos compasión

del mundo y sus habitantes.

Claro que deseamos antes

no caer en la tentación,

 

pues es suprema constante

el que nos libres del mal

ya que el pecado mundial

acabó en un solo instante

con la paz del Paraíso. Ante

la seguridad perdida,

hoy, en que la vida no es vida,

tan sólo Tú permaneces.

¡Es por eso que mereces

nuestra glosa agradecida!

 

¡Señor que estás en los cielos,

Creador y tres veces Santo,

líbranos de este quebranto

que nos lleva por los suelos!

Enséñanos que los vuelos

tienen más que ver, insisto,

con el cielo ya previsto

que con la tierra que amamos.

¡Señor que te lo rogamos

en el nombre de tu Cristo!

 

 

 

 

130521

  Alicante, 25 de agosto de 1979

———

151 PALABRAS DE SILENCIO

a la amistad

 

Cuando el dolor escarnece al amigo

con ese desgarro frío de la vida,

un abrazo y el silencio que convida

le hacen volver a encontrarse consigo.

 

Si el abrazo es de los que dan abrigo

y el silencio tapa la acción perdida,

ya no es posible que consuelo pida

porque nuestra amistad restó el castigo.

 

Si el silencio coral también publica,

y el color blanco del cielo es pintura…

¡Hasta el silencio pueden ser palabras!

 

Si el amor dice más que lo que indica

y las comas también son escritura…

¡Hasta en el silencio hablan las palabras!

 

 

 

 

130522

  Alicante, 27 de agosto de 1979

———

152 EL ENTIERRO DE LA HERMANA DE MI AMIGO

a la amistad

 

Ayer me invitaron a un entierro

y lo cierto es que no pude excusarme…

Pero no me gusta. Entiendo que el hierro

y la amistad, y no creo equivocarme,

deben ser puros para ser ejemplo,

pues si hay carbono o hipocresía…

Dejarme

              con el ocaso del sol que contemplo

que, al hacerlo, nos hará más provecho

que ser un número amorfo en el templo.

No. No creáis que hablo por la ira o el

despecho.

            Creo más bien, que el hecho de dar la

mano

            no es de valor si no sale del pecho.

Pero en fin, como uno se siente humano,

miembro de la sociedad de consumo

y amigo, muy amigo, del hermano,

tuve que irme con él, aunque presumo

que tal vez mi papel era mojado

y mi presencia tan real como el humo.

Ahora, eso sí, me quedé bien sentado

en aquel banco, como no estorbando,

por aquello que os llevo ya contado

y por lo que aún os seguiré explicando:

¡Qué si el mal es pequeño es menos malo

y si es corto se evapora volando!

Sentado pues, erguido como un palo,

oigo hablar a la gente de mi lado

queriendo ver donde ha guardado el halo

el sacerdote que ya, en el estrado,

intenta comenzar la ceremonia

arañando el silencio. Ya han entrado

a su señal, con falsa parsimonia,

cuatro hombrones llevando a la finada

y arrastrando de paso su memoria.

La dejan allí, un poco arrinconada,

entre el altar, las flores y la cera.

¡Pobre hermana de mi amigo! Olvidada

en la oscura humedad de la frontera

de la vida, no puede defenderse.

Casi sin esperar a que se muera

ya empieza, entre brumas, a perderse…

El hombre de Dios inicia la homilía

cantando y alabando sin detenerse

las grandes bondades de la familia

del cuento, cuyo mejor exponente,

desde luego, era la finada Emilia:

¡Qué no había otra en el mundo más

decente,

            qué toda su hacienda a los pobres daba,

qué aún anteayer mismo decía la gente

que ella sola, en su casa, sustentaba

a cuatro gatos, un loro y un perico

y qué, en fin, por no molestar callaba

aunque hubieran razones que no explico!

Cuando la loa quedó amplia y bien formada

siguieron los rezos en abanico:

¡Por los padres de la Iglesia laureada,

por sus cuantiosos y ejemplares santos,

por la Patria por todos suspirada,

por los que gobiernan y por cuantos

luchan y patean por la paz urbana,

intentando disminuir los quebrantos

de nuestra vida moderna y malsana;

por los fieles, joyas de la corona

de Cristo, Señor de la raza humana

por el dolor que al mundo desmorona

y porque el alma de Emilia, la muerta,

que jamás naufragó en una encerrona,

pudiese feliz traspasar la puerta

del cielo!, pues méritos no faltaban

(Ya quedó dicho como cosa cierta

que las obras de la mujer sobraban

para conseguirlo. Pero yo pienso

que aquellas ni sobraban ni faltaban,

que las obras no pueden ser consenso

para que pueda salvarse ni aun uno.

Una vez muertos, ni todo el incienso

del mundo puede salvar a ninguno.

Debemos tener en cuenta primero,

dejando aparte el reino de Neptuno,

que Jesucristo murió en el madero

a causa de nuestra equivocación;

entonces, a fuerza de ser sincero,

sólo hay un remedio, una solución

para nuestras almas: ¡Creer que su muerte

fue capaz de darnos la salvación!

Notar que estoy proclamando bien fuerte

que necesitamos creer que Cristo hizo

todo lo necesario. De esta suerte,

y sin querer ahora rizar el rizo,

¿puede una muerta creer sin tener mente?

¡No! No, la salvación no tiene hechizo.

Hay que creer en vida, sinceramente,

que Jesucristo nos salvó muriendo.

Entonces, salva la fe únicamente

y las obras la complementan. Viendo

a éstas se aprecia la bondad de aquélla.

Y si la belleza muere sonriendo

la fe más fiel lo hace si no hablan de ella.

Así, lo último que desaparece

y lo que de verdad nos hace mella

es la esperanza. Si la hay nos parece

que tenemos tiempo, pero acabada

ya no hay opción. Con la persona perece

la posibilidad de ser salvada.

Eso es todo…Mas sigue la enseñanza

en el punto donde quedó cortada).

El sacerdote hablaba sin tardanza,

y cuando acabaron los pobres rezos

los hombrones volvieron a la danza

y disimulando cuatro bostezos,

llevaron el ataúd hasta la puerta

donde lo dejaron entre aderezos

que son propios a un entierro y a una

muerta.

            Luego se formó el familiar cortejo

dejando la iglesia rota y desierta,

y les dimos la mano con gracejo

según la norma del caso ocurrido

y hasta osamos decirles un consejo

acerca de olvidar al ser querido

acompañándoles el sentimiento.

Pero hay silencio porque existe el ruido;

de manera que, pasado el momento,

y pensando en el triste experimento,

noté como cierto remordimiento

por no haberme sincerado en el cuento.

Es triste morir, sí, y su paso angosto,

pero la vida grita con acento

que aún es más triste morir en agosto

cuando el paro anual empieza a dorarnos

mientras degustamos el primer mosto.

¡Ah, la muerte no deja de buscarnos

ni en los lugares de mejor contorno!

Y cuando viene tiene que encontrarnos

sin mentalizar, pegados al torno

de la vida, como inocentes lapas,

no queriendo este viaje sin retorno

que por no tener, no tiene ni etapas

para quemar; que ni toda la ciencia

del mundo, puesta en capas sobre capas,

puede evitar o eludir su presencia.

Mejor haríamos en llenar alforjas

con grandes cantidades de paciencia

que dar golpes de cabeza en las forjas

de nuestro particular dios Vulcano

o en las mitras de nuestros crueles Borjas.

Es el sino que traemos en la mano:

Acabados de nacer, ya morimos.

Cada día que pasa hace más cercano

nuestro final. Cada hora que vivimos

nos acerca más a la frágil barca

que jamás está atracada. Estuvimos

vivos, pero llegamos a la charca

semirotos, porque mientras andamos

intentando mejorar nuestra marca,

en la misma cuneta abandonamos

trozos de nosotros mismos. Perdemos

a nuestros familiares… Y lloramos

por no tener compañía. Ya no vemos

ni a derecha ni a izquierda sus estelas

ondeando en el camino. Y tememos

sus mojones en esas duermevelas

del mediodía, cuando el sol de la vida

calienta más y sus blancas secuelas

nos acompañan hasta la salida

de la senda, como precediéndonos,

como aupando la esperanza perdida

en los que nos siguen, recogiéndonos

el testigo del apellido, andando

sobre nuestros pasos, imitándonos

en todo. Si cantamos, cantando;

si saltamos alegres, ellos van riendo

y si a lo mejor lloramos, llorando…

Siempre así. De manera que aun

muriendo

            unos y otros vamos cumpliendo el sino:

¡Qué todos nos morimos aun viviendo

y que, oh paradoja del destino,

aun muriendo tenemos esperanza!

(Ya dijimos que Cristo abrió el camino

y esta es nuestra capital enseñanza:

Si creemos en Él, siempre viviremos.

Si nos entregamos a Él con templanza

ni nos morimos ni nos moriremos,

pues nos llevará al Paraíso consigo

y para siempre con Él reinaremos).

No teniendo esa esperanza, mi amigo

lloraba con disimuladas ganas.

¡Su Emilia se quedaba sin abrigo,

sin salvación, sin familia y sin lanas!

Escuchar: No os importe que la muerte

venga en la niñez o peinando canas,

¡Cristo es vida! Gritémoslo bien fuerte

ahora mismo que aún podemos hacerlo.

Si lo hacemos desde ya, nuestra suerte

habrá cambiado, cuesta comprenderlo,

aun sin caer en el valle del olvido,

y a la postre, podremos conocerlo

cuando venga el ocaso tan temido.

 

 

 

 

130523

  Manzanares, Ciudad Real, 21 de sept. de 1979

———

153 EL ENTIERRO DE UN AMIGO

a la amistad

 

La hora es de una tristeza infinita…

Era una de aquellas grises mañanas

en las que tan sólo tenemos ganas

de dormir, en las que hasta el sol invita

 

a huir de las duras cargas cotidianas,

en las que la fría y agarbanzada bruma,

realmente, parecía cubrir de espuma

a las inocentes casas aldeanas.

 

El frío y el dolor anulaban el abrigo,

la humedad y el espanto la cabeza,

roto el corazón, roto ya el testigo

 

de aquella amistad llena de franqueza…

¡Cuando uno está enterrando a un buen

amigo

            hasta las malvas gritan su tristeza!

 

 

 

 

130524

  Logroño, 6 de octubre de 1979

———

154 A LA MUERTE DE JOSÉ

a la amistad

y a mi tío José Pascual.

 

En el pobre cementerio

local, lleno de cipreses,

malvas y pequeñas mieses

silvestres, nos encontramos.

 

No éramos muchos ni pocos,

como era siempre, los justos,

los que habíamos reído sustos,

los que habíamos sido fieles

 

a una amistad verdadera.

Los que habíamos sido amigos

y muy sinceros testigos

de su buen comportamiento,

 

que en eso de la amistad

pasa como con las olas

(son muy pocas amapolas

para dar color al trigo),

 

la espuma desaparece

al chocar con el rompiente,

así la amistad se siente

a la más pequeña prueba,

 

sólo quedan los amigos

que pasaron por la criba.

Los que apunto más arriba,

se fueron como la nieve

 

al contacto con el sol.

Y es que amigos de las juergas,

con idiomas de monsergas,

salen como caracoles

 

ante las primeras lluvias,

pero amigos verdaderos,

aquellos que son sinceros,

escasean como las joyas

 

en casa del panadero.

De manera que, aunque pocos,

éramos los menos locos

de los que andaron con él.

 

Y fieles. (Le acompañamos

desde el pueblo hasta la ermita).

Una tristeza infinita

se notaba en el ambiente

 

cuando al hoyo le bajamos.

La tierra inicial fue nuestra

como indicando la muestra

de lo que estamos contando:

 

Qué la muerte de los padres,

al fin y al cabo, es lógica

por la ley de la vida, e indica

que un ciclo está terminando.

 

Mas la muerte de un amigo

deja un inmenso vacío

en el alma, y como el frío,

se apodera de los huesos.

 

Ya es bien cierto que en la senda

de la vida, la cubierta

de la muerte es tan incierta

como incierto es el destino.

 

Nada más nacer, morimos;

y es por eso que, en esencia,

masticamos la presencia

de la muerte a cada paso.

 

No te preocupes José

antes o después iremos

contigo y nos reuniremos

para no dejarte más.

 

Prepáranos la morada

para cuando estemos todos;

aunque allí, de todos modos,

seguirás siendo un amigo.

 

 

 

 

130525

  Ballobar, Huesca, 10 de octubre de 1979

———

155 LA TRINIDAD HUMANA

a la educación cristiana

 

La vida es mucho más que el respirar

pues tiene que ver más con un estado

que con un accidente señalado

que empieza o acaba al caminar.

 

Somos eternos y con esta suerte

nacemos o morimos mismamente

con un cuerpo, un alma justa y una mente,

mas cuando nos sobreviene la muerte,

 

cuerpo y mente se ven, pero no el alma

que confía en que la bondad divina,

que otrora restableciera su calma,

 

la transforme como trigo en harina

o como un ligero dátil en palma

y una nueva trinidad la defina.

 

 

 

 

130526

  Haro, Logroño, 30 de octubre de 1979

———

156 LA LOCURA DE LA NAVIDAD

a la Navidad

 

De nuevo la Navidad va gritando

su mensaje preñado de locura:

¡Desde esos ángeles que hablan cantando

que por fin se termina la era oscura,

hasta esos pastores que oyen soñando

que el propio Cristo se ha puesto a su

altura,

              toda la creación estaba esperando,

sin creerse del todo que fuera cierto,

que Dios (que un día se desdoblara

creando

              y habilitando un Edén de un desierto)

quisiera ganar de nuevo al perdido

que por sus obras estaba bien muerto

e incapaz de levantar su partido

sin ayuda. Mas, ¿no es locura entonces?

¡Nos salva sin hacerlo merecido!

¿Por qué ese querer moldear agrios

bronces

            cuando tiene poder para crear oro?

¿Qué has visto en nosotros, Dios mío, que

de onces

              nos quisiste por millones? ¿Qué coro

quisiste hacer con nosotros, pregunto,

con nuestras voces de barro…? Te adoro

porque nos has amado hasta tal punto

que de nuevo nos diste la esperanza

de volver a formar aquel conjunto

a tu misma imagen y semejanza.

¡Alabado seas por querernos tanto!

¡Bendita sea tu Navidad que alcanza

al hombre arrepentido y le hace santo!

 

 

 

 

130527

  Chinchón, Madrid, 1 de diciembre de 1979

———

157 LA VIDA

al problema social

 

A veces, por un momento,

la vida se nos parece

a un barquito que se mece

al compás de cualquier viento.

Otras, tan sólo es un cuento

sin moraleja y sin fondo,

un cuento banal, poco hondo,

un cuento de esos sin seso

que no pueden dar el peso

ni cuadrado… ni redondo.

 

Otras veces, sin embargo,

parece un jardín florido,

un Edén recién perdido

o un día sin final, tan largo,

que cambia el dulce en amargo

y la arena en una fuente.

Y es que cada cual la siente

como le va en el convento,

por eso unos la creen cuento

y otros un simple accidente.

 

Así, el espectador clama

sólo lo que ha conocido:

No es lo mismo haber nacido

en una vetusta cama,

a la fría luz de una llama,

que en un enorme palacio.

¡No, digamos bien despacio

que el señor hace la cuna!

¿Si no, ¿por qué la fortuna

se alumbra con un topacio?

 

Mas, ¿es justo lo que pinto?

¿Es más un rey que un mendigo?

¿Es qué el cordón del ombligo,

en cada madre, es distinto?

Entonces, dice el instinto,

si la vida es semejante,

¿por qué hay quienes van delante

tocados de ricas telas

y otros detrás, a dos velas

y con ropa mendicante?

 

¿Así es la vida realmente

o es así como la hacemos?

Si lo cierto es que nacemos

teniendo cuerpo, una mente,

una nariz, una frente

y un espíritu infinito,

¿por qué razón o delito

nosotros la transformamos?

¿Quiénes somos? ¿Dónde vamos?

¿Por qué este sino maldito?

 

¿Por qué fruncimos el ceño

detectando diferencias?

¿Por qué intentar varias ciencias,

poniendo en ello el empeño,

si la vida, como el leño,

tiene tronco, hojas y ramas

que condicionan sus famas

y la hacen indivisible?

¡La vida se hace posible

por tener varias escamas!

 

Una vida, mujer y hombre

y el conjunto resultante,

es tanto más importante

como importante es su nombre.

Por lo tanto no os asombre

que esto nos de la medida,

pues la primera salida

de este misterio aparente

es que tan variada gente

caracteriza a la vida.

 

 

 

 

130528

  Bucarest, Rumania, 16 de abril de 1980

———

158 A LA MEMORIA DE JOSÉ GARCÍA

a las figuras del Evangelio

y a quien se indica en el título.

 

Por fe en Cristo, ¡la verdadera vida

            empieza en el momento de la muerte!

Tú lo decías… Y supiste ser fuerte

en el momento cruel de la partida.

 

Y aunque tu frente sufría dolorida

por ese mal que no quería perderte,

tus ojos nos hablaban de la suerte

que iba a coronar tu alma a la salida.

 

Será difícil cubrir la vacante

que tu marcha dejó en nuestra memoria,

pero sabiendo que tú vas delante

 

desbrozando el camino hacia la gloria,

vamos a suspirar por el instante

en que volvamos juntos a la historia.

 

 

 

 

130529

  Barcelona, 12 de mayo de 1980

———

159 LA LEYENDA DEL BUMERANG

a la familia

 

El hijo que abandona a la familia

como una rama rota de su tronco;

en su día, él mismo, se quedará ronco

frenando los impulsos de su Emilia.

 

Y es que la vida es un ciclo sin fondo

en el que, si bien no escogió nacer,

el dolor que ahora causa sin querer

le volverá a él mismo, pero más hondo.

 

Y es una pena, porque la existencia,

ya de por sí tan dura y complicada

por razón de su natural esencia,

 

se revuelve dejando en la estacada

a quien, sin atender a su conciencia

abandonó a su vez la casa amada.

 

 

 

 

130530

  Barcelona, 2 de noviembre de 1980

———

160 ¡ESTO ES LA GUERRA!

a la Navidad

 

A la voz del erguido capitán

que les da ejemplo con su valentía,

los soldados salen del barrizal

sin muestras de su antigua gallardía:

 

Rotos ya los grisáceos uniformes…

Rotas ya las ataduras humanas,

se perecen a unos monstruos deformes

que avanzan cansinos entre las cañas;

 

sucios y harapientos, almas enanas.

Van avanzando en la noche calmosa,

hombres que lucen sus pelos con canas

y zagales con orgullo de rosa;

 

éste, enredada la barba canosa

por muchos más días de los convenientes;

aquél, curvada la espalda, gravosa

por el peso de tantos ingredientes…

 

Andan juntos, rechinando los dientes

al conjuro de temores pasados

y la incógnita de miedos presentes…

¡Ellos saben que los tienen cercados!

 

Y por eso, más o menos cargados

con parásitos, pertrechos y vino,

añoran en sus pechos angustiados

aquel pueblo que les quitó el destino:

 

El de más acá, un joven campesino,

quiere volver a su tierra lejana

para seguir andando su camino

y casarse con su querida Juana.

 

Aquél de más allá, que la desgana

le atenaza y le impide caminar,

le gusta pensar que tal vez mañana

abrace para siempre a su Pilar.

 

Otro, a quien habían dejado casar

cuatro días antes del enrolamiento,

hablaba ya de querer desertar

sin temor al basto fusilamiento.

 

Y aquél otro, el guasón del regimiento,

cargado de bombas, metralla y muerte,

marchaba también en el seguimiento

de la trampa que les tendía la suerte.

 

Y así todos. Desde el débil al fuerte,

obedecieron, pues, sin rechistar,

aquella orden de marchar hacia el frente

sin saber que los iban a matar.

 

El capitán los dejaba pasar

reventando de orgullo el corazón,

sin pensar que aquel destino fatal

iba a unirlos con la misma razón.

 

Ya avanzan todos, mas la desazón

se adueña de sus mentes, cuerpos y almas

y la Luna, muy alta a la sazón,

ridiculiza a muchas de sus armas,

 

puesto que, al crear sombras huecas y

largas,

            lo irreal surge con furias desbocadas

y forja seres de caras amargas

donde sólo hay bayonetas caladas.

 

Así, nos parecen juguetes de hadas

en manos de muchachos inconscientes:

Acarician sus culatas gastadas

y ya se creen por ello más valientes…

 

Pero el nerviosismo rompe las fuentes

porque el fogonazo del cañón ríela…

Y empiezan una canción entre dientes

que les para y la sangre se les hiela:

 

-¡No tiréis…!

                        -¡Esta noche en Nochebuena

            y al amanecer será Navidad!

-¡Silencio!

-¿Olvidáis que estamos en guerra?

            -¡No disparéis!

-¡Callar, por caridad!

 

Y otra vez en la negra oscuridad

resuenan las pisadas de nobleza,

pero avanzan llorando de verdad:

-¿Por qué la guerra?- y mueven la

cabeza…

 

De pronto, la misma naturaleza

queda por unos momentos en vilo

y cien gargantas llenas de extrañeza

gritan al unísono y sin sigilo:

 

-¡No disparéis, por el Cristo bendito!

-¡Por favor, en Navidad!- mas el fuego

de la metralla enemiga es contrito,

pero deja a la patrulla en el suelo.

 

Y más sombras se adueñan de aquel cielo

que les sirve a los hombres de mortaja

y las aves nocturnas abren vuelo

ante aquella visión que las ultraja.

 

Mientras Cristo nace en cuna de paja,

nuestros patrulleros son rematados…

Mas rotas las gargantas con navaja

aún exclaman por la furia ofuscados:

 

-¡Qué es Navidad…!- y quedan abrazados

el soldado de la barba canosa,

el capitán, el de hombros tan cargados

y el muchacho de la cara pecosa…

 

Todos juntos componen una rosa

que legan a la necia humanidad.

¡Esto es la guerra…! ¡Esta es la triste cosa

que obligó a engendrar una Navidad!

 

 

 

 

130531

  Barcelona, 29 de noviembre de 1980

———

161 TRAS LA TAPIA DEL PARAÍSO

al problema social

 

Desde siglos el hombre ha sufrido

horrores para ganar su sustento:

Desde un cansancio por él no pedido

hasta dolor y amargura sin cuento,

desde el sueño frío que lo va matando

hasta el caliente sudor de su asiento.

Todo lo tiene en contra, ni aun amando

es feliz. El trabajo lo limita

de tal forma que siempre está deseando

hacer lo contrario de lo que se cita,

de manera que si es listo irá viendo

que nada hay que por su gusto repita:

Si despierto, quisiera estar durmiendo;

si echado, quisiera estar levantado,

si está sentado quisiera ir corriendo

y si corre se encuentra tan cansado

que no sabe si es mejor, de esta suerte,

dormir, andar, correr o estar sentado.

Y es que lleva tan encima a la muerte

por el error del pecado prohibido,

que el trabajo que antes le hacía tan fuerte

ahora mismo le tiene tan cogido

que es incapaz de levantar el vuelo

tras la tapia del Paraíso perdido.

Por eso vive clavado en el suelo,

por eso su alma sufre desencanto

y no por eso no tiene más consuelo

que picar, labrar y trabajar tanto

que con gusto se quema las pestañas

si con ello se olvida del quebranto.

Pobre hombre, es infeliz entre las cañas,

los bosques, las rocas y enredaderas.

Teme a los leones, tigres y pirañas

y no se acuerda que fue en las praderas,

cuando ganar el pan no le cansaba,

que lo era entre las flores y panteras.

Por pecado salió de donde estaba

y trastocó el entorno de su vida.

por su error llora cuando antes cantaba

y se cansa al andar cualquier subida.

Además, por su estado ya no ignora

que naciendo ha perdido la partida:

Siendo joven quiere que llegue la hora

de ser anciano y cuando peina canas,

piensa en la juventud pasada. Añora

el minuto anterior y tiene ganas

de volver a caminar el sendero

que acaba de dejar, pero son vanas

sus rabietas para ser el primero,

es finito por causa de su sino

y morirá cansado y sin dinero.

Ya no es capaz de cambiar el destino

con su esfuerzo torcido y limitado,

perdió el poder queriendo ser divino

y desde entonces anda atormentado,

pobre, cansado, roto y mal viviendo.

Mas no todo está perdido y acabado:

¡El Dios de amor se le acercó muriendo

para que pueda otra vez descansar

en el Jardín que abandonó corriendo

aquel día en que no supo reaccionar!

 

 

 

 

130533

  Barcelona, 11 de marzo de 1981

———

162 SOLEDAD…

a la soledad

 

Solo en el pobre mesón del camino

sin más cielo que su techo blanqueado,

las estrellas que forjas en tu sino

parecen apartarse de su lado;

 

los sueños que uno funde en su destino

cuando el aplauso te tiene rodeado,

aquí valen tanto como el molino

que sin aspas se yergue abandonado;

 

las ansias por la suerte del vecino,

los planes de trabajo que has dejado

y hasta el dolor del amor más divino,

 

adquieren aquí, en el pensar callado

del ignorado mesón del camino,

el gusto amargo del calor pasado.

 

 

 

 

130534

  Cieza, Murcia, 14 de mayo de 1981

———

163 NO HAY PAZ ESTANDO SOLO

a la soledad

 

Si empujados por la propia ansiedad

vamos buscando paz en el desierto,

si impelidos por nuestro sino incierto

nos adentramos en la sequedad,

 

si guiados por la amarga terquedad

dejamos la casa, el amor y el huerto

por encontrar paz, parece cierto,

como cierta es la ley de gravedad,

 

que sin quererlo (vaya novedad),

nos toparemos con el real aserto

que el rebaño de Dios llama verdad

 

cuando tiene el espíritu despierto:

¡No hay paz estando solo, hay soledad

y soledad como cuando estás muerto!

 

 

 

 

130535

  Muel, Zaragoza, 27 de enero de 1982

———

164 EL ANCIANO AMIGO

a la vejez

 

La enorme transcendencia del anciano,

esa gente tan poco comprendida,

aumenta de valor según se mida

con probadas pisadas de cristiano.

 

Esos amigos que nos dan la mano

callosa, de tanta verdad vivida;

esas canas, que no tienen salida

más que gritando su final cercano;

 

esas arrugas de sudor humano,

ese dolor que da la edad sufrida,

esa experiencia de tiempo lejano…

 

Hoy debieran servirnos de medida

para gritar con toda el alma: ¡Hermano,

guíanos por el camino de la vida!

 

 

 

 

130536

  Zaragoza, 28 de enero de 1982

———

165 SOLEDAD DEL HOMBRE

a la soledad

 

Solo, en el dolor del amor perdido,

allí donde el camino se hace llanto,

recuerdo muy bien que te quise tanto

que reviví al haberte conocido.

 

Sin embargo, debiera de haber sabido

que el amor primero causa quebranto,

si se pierde como pierdes un manto

quedas desnudo, enfermo y deprimido.

 

La soledad del que es incomprendido,

del capitán, del pastor o del santo,

siempre es mayor, si cabe, si ha sufrido

 

como Moisés, en el amargo canto

en que, brazos el alto, fue asistido

en el mando, la palabra y el espanto.

 

 

 

 

130537

  Valladolid, 11 de febrero de 1982

———

166 AL FALSO PASTOR DE ALMAS

al Evangelio

 

Muy pocos pueden sentir tanto espanto

como aquel pastor que suma despojos,

que con la mirada llena de enojos,

no sabe secar el ajeno llanto.

 

Pastor, si no fuera pedirte tanto,

te pediría que viviesen de hinojos,

pues cuando te piden pan das rastrojos

y cuando amor, les niegas hasta el manto.

 

Ojalá que este mi pequeño canto,

convierta en verdes tus secos matojos…

Sólo así podrías hablar sin quebranto

 

e imitando al Señor, sanarías cojos,

tullidos, mancos, algún que otro santo

y tal vez alegrar tus tristes ojos.

 

 

 

 

130538

  Valencia, 18 de febrero de 1982

———

167 A LA MADRE…

a la madre

 

Si en la vida te causé algún quebranto

por obedecer mis locos antojos,

si te devolví alguna vez rastrojos

cuando me cubrías, madre, con tu manto,

 

si no te dije que te quería tanto

cuando por mi causa vivías de hinojos,

si convertí tus luces en despojos

llenas por mi culpa de amargo llanto,

 

si jamás supe comprender tu espanto

cuando me veías andar entre los cojos…

Madre mía, ahora añoro tu dulce canto

 

y niego de igual modo mis enojos

cuando al regalarme un cariño santo

parecías bendecirme con los ojos.

 

 

 

 

130539

  Logroño, 8 de febrero de 1982

———

168 AMOR TARDÍO

a la madre

 

Si alguna vez te hice daño en la vida,

madre mía, no me lo tengas en cuesta.

Lo hice sin querer, como aquel que tienta

una puerta que no tiene salida.

 

¡Cuánta razón tenías, madre querida,

devolviendo cariño a cada afrenta,

pues pagando mil besos por setenta

conseguiste por fin ser comprendida!

 

Jamás estuviste bien atendida

y aun así siempre parecías contenta,

y es que dabas con honor la medida

 

del amor que toda madre sustenta

a pesar que sólo ante su partida

se valora el amor que representa.

 

 

 

 

130599

  Valencia, 28 de abril de 1982

———

169 EL CÍRCULO

a la madre

 

En aquellos momentos de la vida

en que los hijos se van de tu lado,

uno piensa que en el tiempo pasado

también escogió la misma salida

 

sin pensar que quedabas abatida.

Ahora sé que tú también has llorado,

madre, ahora sé que también has luchado

en esta lid que tenemos perdida….

 

Por eso no me lo tengas en cuenta,

que los hijos, del más débil al fuerte,

se acuerdan tan sólo de la tormenta

 

cuando te ven en los brazos de la muerte.

Entonces… tu amor se añora y comenta,

pero ya es muy tarde para quererte.

 

 

 

 

130600

  Valencia, 29 de abril de 1982

———

170 ARPEGIOS SOBRE EL DESTINO

a la educación cristiana

 

Nunca los pasos perdidos

sirven para hacer camino,

sólo forjan el destino

los que, con cinco sentidos,

se apoyan bien convencidos

en conformar el futuro.

Sólo el que avanza seguro

en tanto va caminando,

puede vivir, aun dejando

trozos de piel en un muro.

 

Nunca las horas perdidas

vuelven a marcar segundos,

y ni aun queriendo, los mundos

no tienen otras salidas

que las que vienen medidas

por las leyes naturales.

Así, las reglas normales

tienen tan fija su meta

que todo nuestro planeta

gira con pautas normales.

 

Pues la ley del universo

nos dice de buena gana

que antes de la mañana

viene la noche. Y que el verso

que encierra todo converso,

al menos así lo pienso,

no tiene que ser extenso

para que tenga mensaje:

¡El creyente no es el traje

pero ayuda a su consenso!

 

De manera que el creyente,

imitando a su Señor,

debe imitar lo mejor

y mirar siempre de frente,

pues no será más valiente

llorando el tiempo perdido

que intentar ser comprendido

por sus gestos de futuro.

Sí, sabemos que es más duro,

pero es su único vestido.

 

Así Cristo, el Salvador,

del pasado hizo futuro,

murió en la cruz siendo puro,

queriendo ser Mediador

entre el hombre pecador

y el Dios, Señor del planeta.

Con la fuerza de un profeta

cambió el sentido del mundo

de tal forma, que un segundo

vuelve a ser la era completa.

 

Avanzar, pues, es motivo

de madurez en el hombre;

paso a paso, nombre a nombre,

avanzar es formativo

y siempre definitivo.

Avanzar es crecimiento,

es transformar el aliento

en la potencia futura,

es una energía que dura

hasta el último momento.

 

Porque llegada la muerte,

y con ella el juicio cierto,

todo aquel conocimiento

es comprobado y la suerte

ya no es sólo del más fuerte,

del más rico o del soldado.

¡Sólo el que ha sido salvado

por la sangre de este Cristo,

tiene su lugar previsto

en un cielo tan soñado!

 

De manera que esta claro:

Una vida licenciosa

no puede dar otra cosa

que un desenlace muy caro.

Y eso es así, porque es raro

ver la excepción del aserto

y el que vive estando muerto

no puede, por más que quiera,

escaparse de la tierra

sin pasar por su desierto.

 

Por eso mañana es tarde

para volver a vivir,

y no se puede salir

entrando, ni hacer alarde

de estar helado si uno arde.

De nuevo está muy claro:

Nuestro tiempo, como el aro,

no tiene fin, pues pasado

jamás es recuperado

ni aun con el precio más caro.

 

Todo el que nace arropado

y crece de silla en silla,

de viejo se maravilla

tener que morir cansado.

Pero este es el resultado

del más moderno estandarte:

¡No puede ser juez y parte

quien no trabaja en la vida,

pues el pecado no olvida

que trabajar es un arte!

 

Buscar poesía en el cemento

es de tan pobre aventura,

como encontrar la fortuna

en las princesas de un cuento.

Mas parece buen momento

recordar que aquí nos trajo

una falta de trabajo

en los campos y en las huertas

y que cambiamos por puertas

el calor, el viento y el Tajo.

 

Pretender rehacer camino

intentando ser un niño

tapado por el cariño

de la madre, es un destino

irreal, falso y tan dañino,

que el problema resultante

es tanto más denigrante

que el que se quería evitar.

¡Sólo se puede avanzar

caminando hacia adelante!

 

De siglos el mandamiento

que impide mirar atrás,

fue señal para Jonás

y causó el estancamiento

de la mujer de Lot. Viento

de sal en vez de esperanza

paraliza a quien alcanza

la tentación del pasado,

pues está bien demostrado

que el ayer a nadie ensalza.

 

Una cosa es que la ciencia

que se adquiere con vivir

la podamos convertir

en un pozo de experiencia

aun a fuerza de paciencia,

y otra cosa muy distinta

es no quemar nuestra Pinta

pensando que a su cuidado

volveremos al pasado

a escribir con mejor tinta.

 

El río que sigue su curso

sin que sea modificado

no puede cambiar lo andado,

pues no tiene otro recurso

que terminar su concurso

en ese mar tan soñado.

Por esa ley, el pecado

acompaña con la muerte

a quien no tiene la suerte

de morir ya rescatado.

 

Andando, pues, el camino

con amor y honestidad,

se halla la felicidad

que marca nuestro destino

según el dedo divino.

No lo echemos al olvido,

parece un contrasentido

pero es una realidad,

la vida con caridad

es la que siempre ha valido.

 

Porque la vida más cierta

empieza en la misma muerte

y el que ha tenido la suerte

de abonar y regar su huerta

no la encontrará desierta

cuando haya resucitado.

Es más, Cristo ha asegurado

con su redención consciente,

tenerlo siempre presente

en un hogar tan soñado.

 

Así pues, y terminando

los arpegios del destino,

diremos que nuestro sino

se prepara caminando,

amando y trabajando.

Y para tener cabida

más allá de la salida

de este mundo que hemos visto,

necesitamos a Cristo

para prolongar la vida.

 

 

 

 

130609

  Logroño, 11 de diciembre de 1982

———

171 LOS PRIMEROS CIEN AÑOS DE UNA IGLESIA

a los aniversarios

y a la Iglesia de Bona Nova.

 

Cuando miramos despacio al pasado

y vemos que lo eterno no perece,

sentimos como nuestro ánimo crece

por confiar en el mismo postulado.

 

En cien años muchos nos ha dejado

pero la Iglesia local permanece;

es más, cada día que pasa, parece

más seguro y cercano su reinado.

 

Y es que Cristo dejó muy bien sentado

que su Iglesia es la Esposa que merece

y como tal, el tiempo ya señalado

 

no puede hacer nada, sólo establece

lo que es obvio: ¡Qué crecerá a su lado

mientras el resto del mundo envejece!

 

 

 

 

130612

  Alicante, 15 de octubre de 1983

———

172 LA SOLEDAD DE LA VEJEZ

a la vejez

 

Aquel abuelo levantó la vista

con un golpe de su arrugada frente,

intentando ver algo diferente

en un mundo cruel, hostil y egoísta.

 

Y allí, en el banco, repasó la lista

de amigos, familiares… la otra gente,

pero por más que se estrujó la mente

a nadie encontró… Y lloró pesimista.

 

¿Dónde quedó aquella fuerza prevista

de su juventud? ¿No era tan valiente?

¿No era como un rey al pasar revista

 

a tanto amigo que acudía a su fuente?

Está solo. Aquello pasó, y es solista

sin querer del desamor inconsciente.

 

 

 

 

130613

  Alicante, 23 de octubre de 1983

———

173 EL ASILO

a la vejez

 

Sé que tu abuelo mira ya a su suerte

como quien la acaricia con la mano,

que no le importa morir en verano

cuando el griterío del sol es más fuerte

 

o en el silencio del frío más inerte.

Sólo quiere acordarse que es humano…

Sólo quiere abrazarse con su hermano

antes de que la Parca le despierte

 

con los chatos clarines de la muerte.

Respeta, pues, las canas del anciano

mientras sientas que pueden conmoverte,

 

piensa que tu mañana está cercano

y donde ahora le ves puedes verte

cuando el tiempo te vuelva veterano.

 

 

 

 

130614

  Alicante, 11 de noviembre de 1983

———

174 LA ABUELA

a la vejez

 

Quién quiera investigar lo que es la vida,

aunque por hacerlo el alma le duela,

que mire bien la cara de una abuela

cuando se ve en su nieta más querida.

 

Sus arrugas nos dicen enseguida

con mensaje de la mejor escuela,

que siente como su recuerdo vuela

a una infancia oscura, cruel y sufrida,

 

a unos estudios sin otra salida

que el matrimonio forzado de suela

de esparto, cuerdas y cama reunida,

 

a un esconderse tras su hombre, espejuela

de su persona anulada y destruida

por los hijos, el trabajo y la espuela.

 

 

 

 

130615

  Denia, Alicante, 17 de noviembre de 1983

———

175 LA ABUELA PROPIA

a la vejez

 

Una abuela es el mejor monumento

que podemos encontrar en la vida,

pues su figura mantiene reunida

lo que quisimos ser en su momento.

 

Si soñábamos, nos contaba un cuento;

si traviesos, nos daba una salida;

si ignorantes, nos daba la medida

con un consejo del mejor acento;

 

si valientes, nos hacía andar con tiento;

si anémicos, orlaba la comida

con tanto mimo, amor y condimento

 

que siempre la comíamos enseguida,

y si, en fin, detectaba algún lamento

lo hacía suyo sonriendo decidida.

 

 

 

 

130616

  Castellón, 18 de noviembre de 1983

———

176 LOS ABUELOS

a la vejez

 

Ver a un grupo de abuelos esperando

bajo el reluciente sol de la mañana,

debiera ser, en esa hora temprana,

el impulso que estamos anhelando.

 

Mas, ¿qué esperan? ¿Acaso están

buscando

            sin querer el milagro del Guadiana?

¿Quién puede decirlo? ¿De buena gana

volverían a nacer…? Sólo ignorando

 

la noble característica humana

podríamos pensar lo que están hablando:

¡Cada vez que repica una campana

 

el final que temen se va acercando!

Por eso sus labios ríen con desgana

mientras su corazón está llorando.

 

 

 

 

130617

  Barcelona, 19 de noviembre de 1983

———

177 PREGÓN

Guión en forma de diálogo

para presentar la Fiesta de Navidad.

Dos primarios.

Un niño y una niña vestidos como personas

mayores: Ella traje largo de fiesta

y él con smoking.

Aparecen en escena uno por cada lado del

escenario llevando sendos

micrófonos inalámbricos.

 

NIÑA.-

  (Saluda al público).

¡Señoras y señores…!

 

NIÑO.-

  (Idem).

¡Ladies and gentlemen…!

 

NIÑA.-

¡Madames et messieurs…!

 

NIÑO.-

¡Meine damen und herren…!

 

NIÑA.-

¡Bienvenidos a esta fiesta

que con gusto presentamos,

pues sólo les deseamos

un rato de diversión!

 

NIÑO.-

Piensen que nada les cuesta

y que con el corazón

y el esfuerzo despejado,

todos hemos trabajado

para darle solución.

 

NIÑA.-

En ella, podrán ver cosas

buenas, claras y sencillas

y hasta digo de puntillas

que también son muy hermosas.

¡Siempre pensamos en rosas

cuando hablamos del Señor!

 

NIÑO.-

¡Es verdad! El Redentor

nos promete su presencia

cuando tiene la evidencia

que pensamos en su Nombre.

 

NIÑA.-

Mirar que esto no os asombre

pues Él lo dijo bien alto:

¡Daré el Espíritu Santo

a todo ser, mujer u hombre,

que con cariño lo invoque!

 

NIÑO.-

Así, los niños en bloque

contarán las excelencias

que con tantas diligencias

y con tan veraz enfoque

tiene nuestra Navidad.

 

NIÑA.-

Quédense, pues, bien sentados

que ya sin versos forzados

y un poco de caridad,

empezaremos el cuento

desde este mismo momento

y con toda la humildad.

 

NIÑO.-

Os pedimos comprensión

natural en estas fechas,

olvidar las frases hechas

y mirar el corazón,

porque a veces la razón

es bastante generosa.

 

NIÑA.-

Y la intención es hermosa

en toda nuestra función,

lo podemos confirmar.

 

NIÑO.-

Mira, para no cansar…

¡Empieza la relación!

 

  (Empezando por la niña se ponen a leer todo el programa, presentando de forma alternativa a cada artista, cuadro o participante, quedando a un lado de la escena mientras dura la presentación. Al terminar la fiesta, suben de nuevo al escenario para despedir la velada).

 

NIÑO.-

  (O la niña según sea el que haya presentado la última actuación).

Deseamos que la velada

haya sido de su agrado,

y si algo hemos dejado

sin celebrar de pasada,

en la nueva temporada

lo dejaremos zanjado.

 

NIÑA.-

Sobran, pues, más comentarios

para acabar el programa…

 

NIÑO.-

Y traspasamos la llama

sin pecar de temerarios.

 

NIÑA.-

Abrir bien vuestros himnarios

para cantar con los poetas

como sencillas Julietas

o complicados Tenorios.

 

NIÑO.-

Te equivocas de momento…

 

NIÑA.-

Pues, nada más. El contento

alegrará nuestra vida

si todos a la salida

nos aplauden este cuento.

 

  (Saludan los dos y se van cada uno por un lado del escenario).

 

 

 

 

130618

  030064

Alicante, 21 de noviembre de 1983

———

178 LA TERCERA EDAD

a la vejez

 

A los abuelos de la edad presente

los han encerrado en la “edad tercera”,

como si el darles la etiqueta fuera

para tantos problemas suficiente.

 

¿Ha pensado el de la preclara mente

que inventó ayer su término cualquiera,

que a muchos ancianos más les valiera

menos hablar y más plato caliente?

 

¡Buen hombre, no seas tan inconsecuente

caminando detrás de una quimera,

si recoges la paja solamente

 

abandonando todo el trigo en la era,

llegará tu vejez, tenlo presente,

y no tendrás a nadie que te quiera!

 

 

 

 

130621

  Alicante, 6 de diciembre de 1983

———

179 LA EXPERIENCIA DEL ABUELO

a la vejez

 

A un abuelo que andaba murmurando

le pregunté hace poco por la muerte;

y el buen hombre, hablándome con voz

fuerte,

            como el que sabe lo que está contando,

 

me dijo que la Parca va marchando

a tu encuentro tratando de envolverte

e impidiendo que puedas defenderte

a pesar de que la estás esperando…

 

Por eso, a unos les sorprende cantando

cuando más les favorece la suerte,

en tanto que a otros los coge llorando

 

su desgracia. ¡Hijo mío: Si viene a verte

es mejor que te encuentre trabajando

que tener que luchar por convencerte!

 

 

 

 

130622

  Alicante, 7 de diciembre de 1983

———

180 LA NAVIDAD VACÍA

a la Navidad

 

¿La Navidad puede ser diferente

sin variar los mojones del camino?

¡No! El hombre no comprende a su vecino

y es infeliz en medio de la gente,

 

la Iglesia vive un yugo reverente,

la guerra arma su paz con desatino,

la ciencia pretende ver el destino

y la materia intenta ser coherente…

 

Un año más, este mundo demente

la celebrará comiendo sin tino

y bebiendo de manera inconsciente

 

hasta el olvido. Por ello adivino,

sin hacer grandes esfuerzos de mente,

que el Niño Dios se irá por donde vino.

 

 

 

 

130623

  Denia, Alicante, 24 de diciembre de 1983

———

181 ANCIANOS MARGINADOS

a la vejez

 

¿Quién ha inventado la “tercera edad”

para etiquetar a nuestros ancianos?

¿Los ricos? ¿Estos que esconden las

manos

            en sus cuentas repletas de suciedad?

 

¿Los políticos, cuya falsedad

corre pareja con hechos malsanos?

¿Las milicias, que hacen esfuerzos vanos

en reforzar una paz sin piedad?

 

¿La Iglesia…? ¡Si tiene a la sociedad

dormida en su miedo! ¡Cuatro tiranos!

¡Cuatro forjadores de soledad

 

que pisotean los derechos humanos

cuando les explican con seriedad

que mañana ayudarán como hermanos!

 

 

 

 

130624

  Denia, Alicante, 3 de enero de 1984

———

182 SOLO

a la vejez

 

Cuando uno mastica su soledad

aunque viva en el asilo de enfrente,

cuando a su pesar lo hacen diferente

y su alma se constriñe de ansiedad,

 

dolor, comprensión, amor y piedad,

y está gritando con toda su mente

que mitiguen el sudor de su frente,

que le dejen sitio en la sociedad,

 

es que a pesar de su “tercera edad”

y sus canas, quisiera estar presente

en ella por su nervio y seriedad:

 

¡El anciano es útil e inteligente,

y padece cuando con falsedad

se le quiere separar de la gente!

 

 

 

 

130625

  Alicante, 5 de enero de 1984

———

183 EL OCASO DEL POBRE

al problema social

 

En el banco más tranquilo de mi huerto,

aquel que el sol reblandece y calienta,

el abuelo está soñando. Se sienta

tranquilo, intentando pensar despierto

 

que su derrota está llegando al puerto

prácticamente sin que se de cuenta…

Recuerda como nació, y luego intenta

rememorar como pasó el desierto

 

de la vida, un día gris y el otro incierto,

creciendo y trabajando por cincuenta,

dando fe de la verdad del aserto

 

que nos dice que el pobre se alimenta

con la esperanza real de caerse muerto

para escapar del cerco que le afrenta.

 

 

 

 

130626

  Elda, Alicante, 10 de enero de 1984

———

184 EL PARO

al problema social

 

Adán salió del Edén castigado

a trabajar, debiendo pagar caro

su deseo de caminar sin amparo

en vez de estar viviendo descansado.

 

Pronto supo lo que es estar mojado

de sudor frío, molido con descaro

por los distintos dueños, sin más faro

que un jornal insuficiente… Vejado

 

por un plato de lentejas… Dejado

a su suerte… Pasado por el aro

y añorando aquel Paraíso dorado

 

pues ahora ni trabaja, mas no es raro:

¡Debido a las premisas del pecado,

se acabó el trabajo y apareció el paro!

 

 

 

 

130627

  Denia, Alicante, 11 de enero de 1984

———

185 LA ANGUSTIA DEL PARO

al problema social

 

Cuando un amigo parado transita

agobiado por un paro humillante

y no encuentra trabajo edificante

a pesar de que así lo solicita,

 

se desespera, patalea y hasta grita.

Y es que no hay nada tan triste y aberrante

como buscar trabajo en un instante

y no encontrar lo que uno necesita

 

por más que agota y acude a cada cita.

¿Por qué no hay trabajo? Por la constante

del error. ¿Por qué la angustia descrita?

 

Por la razón que anotamos adelante:

¡El paro es la circunstancia maldita

del fracaso del sistema imperante!

 

 

 

 

130628

  Alicante, 17 de enero de 1984

———

186 EL HOMBRE SIN TRABAJO

al problema social

 

La figura del hombre sin trabajo

cuando más lo necesita en la vida,

viene a ser como la imagen perdida

de aquel ayer que trabajó a destajo

 

como castigo a su soberbia. Trajo

del Edén la maldición prometida

y durante eras no tuvo más salida

que trabajar por pan, cebollas y ajo.

 

Pero llegó la ciencia y le sustrajo

hasta el poder trabajar a medida,

y el castigo cayó mucho más bajo

 

pues hizo del descanso tal parida,

que muchos añoraron cualquier tajo

para escapar de una era tan temida.

 

 

 

 

130630

  Denia, Alicante, 19 de enero de 1984

———

187 LA REVELACIÓN DE DIOS

al Evangelio

 

El que quiera ver al Dios que camina

en medio del estupor e ignorancia

de un universo que vive a distancia

de la propia revelación divina,

 

no tiene más que doblar la esquina

y buscar los restos de tolerancia

en sus seguidores, y en la abundancia

de dones y prodigios que ilumina

 

la creación, los profetas y culmina

en su Cristo, cuya fuerza y elegancia

se comprende, se sabe y se adivina

 

por ser, por firmeza y perseverancia,

el resplandor de la gloria más fina

y la misma imagen de su substancia.

 

 

 

 

130632

  Alicante, 23 de enero de 1984

———

188 A ROBERTO VELERT CHISVERT

a las grandes figuras del Evangelio

 

Hoy la Iglesia te acepta como ofrenda,

como se acepta el agua en el desierto,

pensando que llevados de la rienda

te podremos seguir hasta el puerto

 

que desde hoy será nuestra vivienda.

Puestos en pie, tuvimos el acierto

de querer un Pastor que nos entienda

y nos ayude a pasar el Mar Muerto,

 

te preferimos a ti, sin enmienda

y por mayoría absoluta. Por cierto,

si acertamos al elegir la prenda

 

tu consejo será bueno: ¡Roberto,

veremos a Dios andar en la senda

como antes ya le vimos en el Huerto!

 

 

 

 

130633

  Barcelona, 3 de junio de 1984

———

189 TRES BESOS

a la madre

 

Con tres besos sentidos y pueriles

me entrego cada noche a mi descanso,

tres besos que transforman el remanso

mis ansias y problema juveniles,

 

tres besos que tienen sabor de miles,

tres besos que me obligan a ser manso

y a los que por su valor no me canso

de admirar sus facetas y perfiles.

 

Mas sé que con estos besos febriles

crucifico tu alma, que se te enciende

el corazón con los clavos hostiles

 

de mi desobediencia… ¡Madre, atiende,

oye, a todos los que te ofendan, diles

que un trozo de ti misma te defiende!

 

 

 

 

160637

  040117

Barcelona, 22 de julio de 1984

———

190 EL TIMÓN MATERNO

a la madre

 

Las almas que creen que pueden vagar

solas en este angosto y estrecho mundo,

no se dan cuenta que el amor fecundo

de la madre sustenta cada hogar,

 

que es ella quien inca en el mar profundo

el timón de la canoa de la vida,

quien seca el sudor, quien cura una herida,

quien consigue orientar al moribundo…

 

Que es, en fin, el cimiento de la casa.

Por eso, cuantos sientan desazón

o se encuentren ahogados en la masa,

 

que miren a su propio corazón,

donde la huella de su timón rebasa

los largos límites de la razón.

 

 

 

 

160638

040119

Barcelona, 29 de julio de 1984

———

191 EL ÚLTIMO PENSAMIENTO

a la madre

 

Desde el reo culpable, solo y maldito

que pide clemencia en cualquier penal,

hasta el más santo varón terrenal,

todos pronuncian tu nombre bendito

 

a las puertas de la muerte temida.

No sabemos que tiene ese momento,

mas lo cierto es que el postrer pensamiento

que podemos disfrutar en la vida

 

lo empleamos para formar en la mente

la imagen de una madre que nos muestra

la verdadera senda de la muerte…

 

En ese último chispazo, la maestra

que nos dio la vida apostando fuerte

hasta parece que es como más nuestra.

 

 

 

 

160643

040120

Barcelona, 2 de agosto de 1984

———

192 LA MADRE, ES NUESTRA

a la madre

 

Desde el reo culpable, solo y maldito

hasta el más santo varón terrenal,

no hay nadie, entre los de cuerpo mortal,

que no pronuncie tu nombre bendito.

 

Una hora, un segundo, quizá un momento,

durante los caminos de la vida

o en las puertas de la muerte temida,

todos te llevan en el pensamiento.

 

Y es que el postrer destello de la mente

se dedica a quien es la mejor muestra

de una creación perfecta, sana y fuerte…

 

No hay otra criatura igual. Ella es nuestra.

Y en el arte de darnos vida, suerte

y amor, es una verdadera maestra.

 

 

 

 

160644

040120

Barcelona, 3 de agosto de 1984

———

193 EL VOCABLO MATERNO

a la madre

 

Si un nombre en la tierra merece loor

este es sin duda el vocablo materno.

Y es que una madre transforma el infierno

en un hogar donde todo es candor.

 

Además, desde la cuna a la cana

su mano siempre se ve manifiesta,

porque todo el dolor lo cambia en fiesta

con tesón y habilidad más que humana.

 

¡Ah, madre! ¿Qué premio te espera allá

en la gloriosa y celestial mansión?

¿Será el coronarte reina quizá

 

o será la internacional canción

que en todo el planeta resonará

al darte los hijos su bendición?

 

 

 

 

160648

040121

Barcelona, 7 de agosto de 1984

———

194 BENDICIÓN A LAS MADRES

a la madre

 

Si un hombre es la tierra merece loor

este es sin duda el vocablo materno.

Y es que la madre transforma el infierno

en un hogar donde todo es candor

 

y armonía. Desde la cuna a la cama

su mano siempre se ve manifiesta;

es más, todo el dolor lo cambia en fiesta

con amor y tesón. Usa la llama

 

de la paciencia siempre como aviso,

sus labios dibujan una oración

mientras lava, quita el polvo o hace un

guiso.

 

Todas son iguales, sin variación.

Por eso, madres del alma, es preciso

que los hijos os den su bendición.

 

 

 

 

160649

040121

Barcelona, 9 de agosto de 1984

———

195 LA ÚLTIMA ESPERANZA

a la madre

 

Si hay un nombre que merezca alabanza

en este mundo tan cruel y moderno,

tendría que ser el vocablo materno

porque es con mucho la última esperanza.

 

Sólo nuestra madre rompe una lanza

a nuestro favor con sentido tierno,

sólo ella nos hace ver que el infierno

degenera y embrutece a quien alcanza,

 

sólo ella encamina nuestra pujanza,

sólo ella, en fin, anota en un cuaderno

lo que siempre será nuestra esperanza:

 

¡Qué a pesar de que nos venza el invierno

o veamos ya la muerte en lontananza,

nos está esperando junto al Eterno!

 

 

 

 

160650

040121

Barcelona, 10 de agosto de 1984

———

196 BELLEZA MATERNA

a la madre

 

Un día se presentaron a concurso

muchos de los seres que fueron creados,

los más hermosos y raros, buscados

de entre la inicial selección en curso.

 

Se trataba de escoger la belleza

que a Dios más y mejor representaba…

Mas, ¿por qué causa o razón resultaba

que nadie, nada, vencía con nobleza?

 

De pronto, una madre se presentó

con un niñito dormido en sus manos…

Y ahora sí que la multitud cantó.

 

Todos, rocas, plantas, fieras, humanos

y hasta un ángel de luz se levantó

gritando: ¡Nos han ganado, hermanos!

 

 

 

 

160654

040122

Barcelona, 14 de agosto de 1984

———

197 EL CONCURSO DE BELLEZA

a la madre

 

Un día se presentaron a concurso

todas las criaturas que fueron creadas,

las más hermosas y raras, buscadas

de entre la dura selección en curso.

 

Se trataba de escoger la belleza

que a Dios más y mejor representaba;

pues bien, ¿se podría creer que resultaba

que nadie podía vencer con nobleza’

 

De pronto, una madre se presentó

llevando un niño pequeño en las manos…

Y entonces la muchedumbre cantó,

 

rocas, plantas, animales, humanos

y hasta un arcángel de luz exclamó:

¡Esta madre nos ha ganado, hermanos!

 

 

 

 

160655

040122

Barcelona, 14 de agosto de 1984

———

198 LA BELLEZA DE LA MADRE

a la madre

 

Un día se presentaron a concurso

muchos de los seres que fueron creados,

los más hermosos y raros, buscados

de entre la inicial selección en curso.

 

Se trataba de escoger la belleza

que a Dios más y mejor representaba;

pues bien, ¿se podrá creer que resultaba

que nadie podía vencer con nobleza?

 

Pero hubo una madre que amamantó

a un pequeño adormilado en sus manos…

Y entonces la muchedumbre cantó

 

como nunca hicieran labios humanos,

y hasta un ángel de luz se levantó

para decir: ¡Nos han ganado, hermanos!

 

 

 

 

160656

040122

Barcelona, 14 de agosto de 1984

———

199 ÁNGEL DEL HOGAR

a la madre

 

-¡Gloria a Dios!- parecen decir los hijos

cuando reciben aquel diario beso

que cada madre, con claro embeleso,

les da sin atenerse a horarios fijos.

 

-¡Gloria a Dios!- parece decir el padre

cuando al repartir el pan en la mesa,

orgulloso, saboreando el aire, besa

la cara refulgente de la madre.

 

Y si en el mejor altar de la casa

el nombre de ella siempre está patente,

es porque la madre nuestra traspasa

 

todas las barreras de amor decente,

y con sus callosas manos amasa

la corona del Dios Omnipotente.

 

 

 

 

160657

040123

Alicante, 18 de agosto de 1984

———

200 EL ÁNGEL DE LA CASA

a la madre

 

Muchas veces se pregunta la gente

cuando se detiene, piensa o repasa,

quién es el ángel guardián de la casa.

Si la respuesta no fuese patente

 

o se pensase que alzamos un puente

para eludir la duda que nos asa,

que investigue a su madre cuando pasa

para darle mil besos en la frente.

 

Y es que una madre rodeada de gasa

o de cardos, tiene ángel. Si es creyente,

muchas veces en su vida traspasa

 

varios ríos de amor, pues es evidente

que con sus manos callosas amasa

la corona del Dios Omnipotente.

 

 

 

 

160658

040123

Alicante, 21 de agosto de 1984

———

201 EL ÁNGEL CUSTODIO

a la madre

 

Si pienso que te tengo en el olvido

cuando tú me regalaste la vida,

sin querer estoy abriendo una herida

en el rincón para mí más querido.

 

Madre mía, debiera de haber sabido

que andabas en mi corazón perdida,

mas si esculpí tu nombre en la salida

usando un pincel de trazo torcido,

 

lo más normal es que te haya perdido

donde debiste ser obedecida…

Por si acaso estoy a tiempo, te pido

 

que me vuelvas a mandar, convertida

en el ángel custodio de mi nido,

aun a riesgo de otra cruel despedida.

 

 

 

 

160659

Alicante, 24 de agosto de 1984

———

202 EL RECUERDO DE LA MADRE

a la madre

 

Cada vez que sin querer recordarte

vienes a dominar mi pensamiento,

me acuerdo muy bien que en otro momento

prometí que jamás iba a olvidarte.

 

¿Cómo pude a conciencia abandonarte

sin sentir dolor ni arrepentimiento?

¿Por qué no me avisó el conocimiento

cuando mi estupor comenzó a dejarte?

 

Mas cuando ocurre, me acuerdo enseguida

que el corazón no quiso que te fueras,

ni que tuviera amores repartidos.

 

Por eso y porque te debo la vida,

madre, prometo amarte aunque te mueras

con cada uno de los cinco sentidos.

 

 

 

 

160660

Barcelona, 1 de septiembre de 1984

———

203 EL RECUERDO DE CRISTO

a Cristo

 

Cada vez que sin querer recordarte

vienes a dominar mi pensamiento,

me acuerdo muy bien que en otro momento

prometí que jamás iba a olvidarte.

 

¿Cómo pude a conciencia abandonarte

sin sentir dolor ni arrepentimiento?

¿Por qué no me avisó el conocimiento

cuando el pecado me instaba a dejarte?

 

Mas cuando ocurre, me acuerdo enseguida

que el corazón no quiso que te fueras

buscando a los que están menos

perdidos…

 

Señor, puesto que te debo la vida,

prometo que te amaré aunque no quieras

con toda la fuerza de mis sentidos.

 

 

 

 

160661

Barcelona, 1 de septiembre de 1984

———

204 MUERTE EN LA CRUZ

a Cristo

 

Cada vez que veo tus brazos alzados

tratando de abrazarme aunque no quiera,

me dan ganas de coger la escalera,

arrancar esos clavos oxidados,

 

alisar esos pelos despeinados,

aliviar esa dolida cadera

y arrojar para siempre esa madera

que recogiste por nuestros pecados.

 

Mas, como sólo así somos salvados

de la terrible pena venidera,

¡vengan esos brazos crucificados,

 

venga esa puñalada traicionera

y vengan esos aceros clavados

que te hicieron morir de esa manera!

 

 

 

 

160662

Barcelona, 3 de septiembre de 1984

———

205 LA CASA DEL CORAZÓN

a Cristo

 

Cuando veo tus brazos crucificados

incapaces de levantar la balda

que me impide recibir tus cuidados

ahora, siento haberte dado la espalda

 

engañado por mis propios pecados…

Si pudiera tener una esmeralda

para arrancar esos clavos forjados,

esa lanza y esa espinosa guirnalda

 

que te retienen inmóvil ahí afuera,

podrían abrir mi puerta al Universo

y entrar en esta casa sin ventanas.

 

¡Señor, mientras encuentro la manera,

acepta por favor mi humilde verso

hecho con amor, sencillez y ganas!

 

 

 

 

160663

Barcelona, 4 de septiembre de 1984

———

206 INCREDULIDAD

a Cristo

 

Yo, al igual que Tomás, quisiera verte,

tocar tus heridas, tus miembros sanos,

tu costado… Y como él, tener la suerte

de oír esa voz de timbres tan humanos

 

que son capaces de reñir bien fuerte

para edificación de los hermanos

y de amar, sin que puedan detenerte

ni mis púas ni mis clavos toledanos.

 

Perdona, pues no quisiera ofenderte

ni remover recuerdos tan lejanos…

Lo que quiero es tratar de conocerte

 

antes de que mis pelos, por ser canos,

preludien la justicia de la muerte

y no tenga la ayuda de las manos.

 

 

 

 

160664

Barcelona, 20 de septiembre de 1984

———

207 ATARDECER

a la vejez

 

Siento ya que las fuerzas me abandonan,

pues que a veces, lo que no quiero, eso

hago

            y lo que no puedo coger, lo halago

encuadrándolo por verde… Razonan

 

mis pensamientos más de lo que pido

transformar en energía… La entereza

fluye a borbotones, mas en pereza

se convierte al pronto de haber nacido…

 

Me acobarda la fuerza arrolladora

de la juventud que sigue… Perdonan

lo que desprecié ayer y condeno ahora

 

y no entienden las causas que destronan,

pues no ven que la noche tendrá aurora…

Ya siento que las fuerzas me abandonan…

 

 

 

 

160665

040157

Barcelona, 21 de septiembre de 1984

———

208 EL SUDOR PROMETIDO

al problema social

 

Me piden que defina el sentimiento

y la angustia del obrero parado,

como si pudiera ser sopesado

la impotencia, el dolor y el sufrimiento.

 

Es verdad que el trabajo fue escarmiento

y consecuencia de nuestro pecado;

mas, ¿se puede saber lo que ha pasado

para que no sea ni remordimiento?

 

¿Tanto ha cambiado el feroz mandamiento

que oímos al salir del Edén perdido

mareados por encima y por debajo?

 

¡Ahora mismo tengo el convencimiento

que el castigo ya no es el prometido

sino la increíble falta de trabajo!

 

 

 

 

160666

Barcelona, 22 de septiembre de 1984

———

209 LA CONFIANZA EN CRISTO

al Evangelio

 

Cuando estábamos más desorientados

dejaste tu reinado para amarnos,

sabiendo que nadie podría salvarnos

del yugo de nuestros propios pecados;

 

y es que viendo que estábamos cercados

por Satán, en vez de desheredarnos

preferiste descender a buscarnos

pensando que en tanto éramos buscados

 

como trigo entre la paja segada

confiando en encontrar buena simiente,

podíamos huir de la condenación

 

que por méritos teníamos ganada

con sólo creer que nos es suficiente

Calvario, Sepulcro y Resurrección.

 

 

 

 

160667

Barcelona, 23 de septiembre de 1984

———

210 TOMÁS, EL DÍDIMO

a las grandes figuras del Evangelio

 

Triste es pasar a la historia moderna

como el hombre que para creer en Cristo

resucitado, pide haberle visto

caminar a la luz de una linterna,

 

comer, tocar, aunque de forma tierna,

las marcas de los clavos y la lanza,

y oír su voz, ¿puede ser eso esperanza?

¿Se puede creer en una vida eterna

 

basándose en hechos materiales?

¡No! Es otra esfera, otra cosa… Además,

está claro, sólo los animales

 

necesitan ver el pienso. Jamás,

podéis creerlo, seremos inmortales

de pensar como el amigo Tomás.

 

 

 

 

160675

Barcelona, 29 de septiembre de 1984

———

211 SUSPIROS A CRISTO

a Cristo

 

Si fuera un genial y hábil escultor

capaz de crear y producir un busto…

Si tuviera la habilidad y el gusto

que derrocha trabajando un pintor…

 

Si las flores me diesen su color,

o las abejas su arte incomparable,

o el agua su potencia inigualable,

o el sol su maravilloso calor,

 

o la aurora boreal su resplandor,

o las estrellas su correr alterno,

o la madre su natural candor…

 

¡Todo te lo daría, mi amigo tierno!

Pero como carezco de valor,

acepta mi corazón, ¡qué es eterno!

 

 

 

 

160676

040145

Barcelona, 29 de septiembre de 1984

———

212 CRISTO CONSOLADOR

al Evangelio

 

Pese a que todo hombre sufre y padece

el fin que por sí mismo se ha buscado,

Cristo bajó a la tierra y le ha salvado,

y le ayuda, bendice y fortalece,

 

y acabado con lo que le entristece,

enterrado su torcido pecado,

y enseñado que ya está consumado

por Él, que para siempre permanece.

 

Y así, el hombre que tenía calculado

perecer con todo lo que perece,

se sentirá muy pronto aleccionado

 

con este sentimiento que se crece

cada vez que se siente consolado

a pesar de que no se lo merece.

 

 

 

 

160686

040144

Barcelona, 5 de enero de 1985

———

213 EL CONSUELO DE VIVIR

al Evangelio

 

Pese a que todo hombre sufre y padece

el fin que por sí mismo se ha buscado,

debe saber que Cristo le ha salvado

a pesar de que no se lo merece.

 

Mas para que el milagro permanezca

y no sentirse esclavo del pecado,

debe creer que Jesús le ha rescatado,

por extraño e ilógico que parezca

 

y vivir sin pensar que su pasado

le tendrá para siempre en este suelo,

anclado en una tierra tan finita

 

que procura mantenerlo enterrado.

¡Cristo ha vencido a la muerte y el consuelo

que nos da es una realidad bendita!

 

 

 

 

160687

040144

Barcelona, 5 de enero de 1985

———

214 LA SANGRE DE CRISTO

al Evangelio

 

Pese a que todo hombre sufre y padece

el fin que por sí mismo se ha buscado,

debe saber que Cristo le ha salvado

a pesar de que no se lo merece.

 

Mas para que el consuelo permanezca

y no sentir el miedo del pasado,

debe creer que Jesús ha consumado

de un golpe, por extraño que parezca,

 

el pago del rescate estipulado

que nos mantenía anclados en el suelo

lastrados por el peso del pecado.

 

Este es el misterio real del consuelo:

¡Sólo su sangre nos ha rescatado

y nos ayuda a levantar el vuelo!

 

 

 

 

160688

040144

Barcelona, 5 de enero de 1985

———

215 EL CONSUELO DE CRISTO

al Evangelio

 

Pese a que todo hombre sufre y padece

el fin que por sí mismo se ha buscado,

Cristo bajó a la tierra y le ha salvado.

Esta es una idea que nos fortalece:

 

¡Sabemos que con Él nada perece

pues si bien murió por nuestro pecado,

de un golpe y para siempre ha eliminado

todo aquello que nos hunde y entristece!

 

Este es el misterio real del consuelo

que nos hace caminar por el suelo

sin temor al castigo abrasador:

 

¡Cristo nos guarda un trocito de cielo

si somos capaces de izar el vuelo

gracias a su poder consolador!

 

 

 

 

160689

040144

Barcelona, 5 de enero de 1985

———

216 ORACIÓN MATUTINA

a la educación cristiana

 

Padre nuestro, que el cielo es tu camino,

concédenos hoy el pan cotidiano,

enséñanos a ayudar al anciano

y a alabar al que de las nubes vino.

 

Ayúdanos a amar más al vecino

con ese amor entero de cristiano,

a ser un claro ejemplo a nuestro hermano

y a imitarte en lo honesto y lo divino.

 

Perdónanos los posibles pecados

que quizá sin querer cometemos

en el chocar del mundo y sus cuidados.

 

Y si al final de la jornada vemos

muchos de los problemas superados,

gracias con el corazón te daremos.

 

 

 

 

160695

040139

Jerez de la Frontera, Cádiz, 21 de febrero de 1985

———

217 EL “PADRE NUESTRO”

a la educación cristiana

 

Padre nuestro que moras en los cielos,

santificado sea tu santo nombre.

Venga tu reino a conseguir que el hombre

no confíe tanto en sus fuerzas y anhelos

 

y haga tu voluntad aquí en los suelos

como se hace en el reino de los santos.

Danos nuestro pan sin tantos quebrantos.

Perdona tantas dudas y recelos

 

porque también nosotros perdonamos

a los que se han hecho nuestros deudores,

tal y como nos dejó dicho el Maestro.

 

Líbranos de tentación mientras vamos

y del mal mientras sintamos dolores.

Por tu Hijo Jesucristo, Señor nuestro.

 

 

 

 

160696

040139

Linares, Jaén, 22 de febrero de 1985

———

218 LA CRUZ

al Evangelio

“Ven sígueme tomando tu cruz” (Mar. 10:21).

 

Cuántas veces, Señor, quise acercarme

a esa cruz que se yergue suplicante,

y otras tantas me volví en el instante

en que supe que debía levantarme.

 

¿Por qué escogiste la cruz para amarme

teniendo tantas cosas por delante?

¿Cómo pudiste tener tanto aguante

para morir de esa forma sin darme

 

otra opción para vivir? ¿Por qué hablarme

de subir a una cruz tan humillante?

Señor, no dejes nunca de llamarme

 

pues sé que aunque la cruz fue denigrante,

tuviste que morir para salvarme

¡y eso es lo que al final es importante!

 

 

 

 

160697

Barcelona, 22 de febrero de 1985

———

219 EL CRISTO UNIVERSAL

a Cristo

 

No sé que diera, Señor, por tenerte

cada día a mi lado mientras camino,

por retener tu corazón divino

hasta los postreros días de mi muerte.

 

Para mí, Señor, el poder perderte

mientras estás atendiendo al vecino,

me hace pensar en que tendré un destino

peor al que tuve antes de conocerte.

 

Mas, ¡necio de mí! ¿Cómo retenerte

para mis solos cuidados? Tu sino

es cambiar al mundo y pretender verte

 

limitado a un solo hombre, me imagino

que aparte de ser un error, es ofenderte.

¡Perdóname, Señor, tal desatino!

 

 

 

 

160698

Barcelona, 23 de febrero de 1985

———

220 IMITACIÓN A CRISTO

a Cristo

 

Cada vez que me contemplo delante

de esa cruz que me da tanto respeto,

veo como el corazón se queda quieto

ahogado por su luz edificante.

 

Y mi voluntad se anula al instante,

pues entiendo que al aceptar tu reto,

debo saltar también un parapeto

como si fuese un enorme gigante.

 

¿Dónde quieres que saque tanto aguante

para que de un pobre trozo de abeto

forje una cruz y la suba jadeante

 

a lo más alto de mi propio Aneto?

¡Sólo Tú, real sacerdote ofertante,

nos diste un sacrificio tan completo!

 

 

 

 

160699

Barcelona, 25 de febrero de 1985

———

221 EL CIELO

a la educación cristiana

 

¿Cómo será el cielo que nos espera?

¿Estará situado el oasis divino

en un palmeral de cañas de lino

o en el aire de un planeta cualquiera?

 

¿Lo rodeará una agreste cordillera

alfombrada por agujas de pino

o se esconderá en un seno marino

vigilado por una horrenda fiera?

 

¿Tendremos la dicha, siempre primera,

de oír a los ángeles cantar con tino

a la gloria de Cristo en primavera?

 

Sea lo que sea, una cosa es el camino:

¡El Dios Padre no se quedará fuera

y tendremos a su Hijo por vecino!

 

 

 

 

160700

040140

Hellín, Murcia, 1 de marzo de 1985

———

222 ANSIEDAD

a la soledad

 

Cuantas veces he deseado, Señor,

no gustar el frío vaso de la muerte

y volar en un carro sin dolor

hasta el lugar donde al fin pueda verte.

 

Mas sé que para que nazca una flor

o una ágil espiga, no hay otra suerte

que hundir el grano y apagar el color.

Así, para preservar lo más fuerte

 

y lo que realmente tiene valor,

debo aceptar sin querer ofenderte

el sueño mortal purificador

 

que todo lo cambia, gira y convierte.

¡Señor, límpiame ya con el frescor

de ese agua eterna que nunca está inerte!

 

 

 

 

160701

040141

Barcelona, 6 de marzo de 1985

———

223 EL LASTRE DE LOS PECADOS

a la educación cristiana

 

Si la lógica afirma la razón

de nuestra humana existencia terrena,

es que la cruel y visible cadena

de la carne, confunde al corazón.

 

Pero no es menos cierta la canción

que Cristo afirmó en aquella condena:

¡Qué sólo sentía engrandecer su pena

cuando el mundo limitaba su acción

 

a esa poca y carcomida visión

que le da la carne! ¡No sólo frena

lo santo sino que rompe la unión!

 

¡Oh, hombre! ¡Mira arriba con ilusión

y tu alma, lavada y dada por buena,

podrá volar para siempre hasta Sion!

 

 

 

 

160702

040142

Barcelona, 7 de marzo de 1985

———

224 A LUIS HOMBRE NABOREL

a las figuras del Evangelio

 

Fuiste mi maestro en la etapa primera,

en esa donde uno adquiere cordura,

en donde a fuerza de golpes madura

haciendo florecer su primavera.

 

Luego, en la juventud de la quimera,

me ayudaste a recorrer la andadura,

enseñándome que hay más hermosura

en la Palabra de Dios que en cualquiera.

 

Y ahora en que el resto de mi cabellera

me indica que entro en la etapa más dura,

en donde el canto se vuelve ronquera,

 

saber que aún vas vistiendo la armadura

del pastorado en forma tan certera,

debe ayudarme hasta la sepultura.

 

 

 

 

160703

Barcelona, 8 de marzo de 1985

———

225 SONETO AL RECIÉN NACIDO

a la Navidad

 

Sobre una rústica cuna de encina

y sobre mantas hechas con las manos,

vino al mundo el mejor de los humanos

para andar contra el mal que se avecina,

 

pues sólo andando en la tierra culmina

el pensamiento paterno de hermanos

que iguala a los enfermos, a los sanos

y a los que comen pescado o la espina.

 

Por eso no estás solo, ente divina,

en tu pesebre cantan los ancianos

y reyes… Y es que contigo termina

 

la negra noche de vientos arcanos.

¡Gracias por tu salvación que ilumina

tanto a los tirios como a los troyanos!

 

 

 

 

160705

030029

Barcelona, 10 de marzo de 1985

———

226 LIBERTAD PARA EL HOMBRE

a la Navidad

 

Gracias Jesús, pues por tu nacimiento

se conmovieron las negras cavernas

y el diablo perdió sus ansias eternas

de ser rey sin ningún impedimento.

 

Y tras haber cambiado el pensamiento

de muchas almas presas en cisternas,

Satanás ha encontrado, que de tiernas

en potentes, le han dado un escarmiento.

 

Por esto su aparición suena a canto,

porque has vencido a la muerte y al reinado

de ese Lucifer que gritaba tanto.

 

Y al pobre hombre que yacía encadenado,

le das la ocasión para ser un santo

y que entre a depender de tu cuidado.

 

 

 

 

160706

030037

Puebla de Guzmán, Huelva, 13 de marzo de 1985

———

227 GRATITUD HUMANA

a la Navidad

 

En el mismo momento en que el pecado

entró resquebrajando el Huerto santo,

se supo que estaba ya preparado

el Salvador que vencería al espanto.

 

Así que el hombre no fue abandonado

a pesar de merecérselo tanto,

a su tiempo, Dios envió al Hijo amado

a nacer, y a iniciar de nuevo el canto

 

que el cruel pecado tenía amordazado:

¡Y saltaron los grillos por quebranto

de un niñito recién santificado

 

y los hombres enjugaron su llanto

por izar el espíritu salvado

a la morada de Dios sacrosanto!

 

 

 

 

160707

030050

Barcelona, 20 de marzo de 1985

———

228 LOS CINCUENTA AÑOS

a los aniversarios

y a mi medio siglo de existencia.

 

Cuando uno llega a los años cincuenta

y recuerda lo mucho que ha vivido,

se da cuenta que no tiene sentido

avanzar en contra de la tormenta.

 

Es verdad que la fuerza que aparenta

es menor, y que ha perdido mucho oído,

mas dicen que de todos es sabido

aquel refrán que no salió de imprenta:

 

“Qué sabe más el diablo por anciano

que por diablo”, así pues y concluyendo,

una cosa está bien clara: ¡Se cuenta,

 

que a pesar de cruzar el meridiano

de la vida, puede seguir viviendo

como si sólo tuviese cuarenta!

 

 

 

 

160708

Barcelona, 11 de marzo de 1985

———

229 AL PASTOR DE “BONA NOVA”

a las figuras del Evangelio

y a Pedro Bonet

 

Durante años llevaste la cureña

de una iglesia con luz resplandeciente,

tuviste que aguantar a mucha gente

con amor y paciencia bien risueña,

 

nos diste a Jesucristo por enseña

y a Barcelona entera como frente,

tuviste que luchar con la corriente,

nos diste buena imagen hogareña…

 

Contigo supimos lo que es un cedro

y lo que puede corregir la escoba

pues hiciste del redil un poliedro

 

y fuiste como un león ante la loba.

¡Por eso, y otras cosas, querido Pedro,

has sido y eres pastor de “Bona Nova”!

 

 

 

 

160709

Barcelona, 27 de marzo de 1985

———

230 EL MISTERIO DE LA SOLEDAD

a la soledad

 

Muchas veces, Señor, me encuentro solo

en medio de la gente que me aprieta,

y otras tantas la soledad me inquieta

como lo haría si fuese por el Polo.

 

¿Por qué será que ni aunque fuera Apolo

y en el Olimpo tuviera mi banqueta

o que haciendo gala de alguna treta

pudiera cambiar de sitio como Eolo,

 

podría estar en compañía? Aun el gladiolo

crece por parejas en la maceta,

sin embargo el hombre, llámese Manolo

 

o Manuel, vaya en coche o en bicicleta,

si está perdido se encontrará solo

aun rodeado de gente que le aprieta.

 

 

 

 

160710

Barcelona, 13 de abril de 1985

———

231 LA CUNA VACÍA

a la Navidad

 

Cristo nació en un establo templado

por ansias de mil almas que quería,

pues aparte de José y de María,

el orbe entero se hallaba a su lado.

 

Y es que un nacimiento tan esperado

como aquel que nuestro Cristo cumplía,

no lo hubo desde que el mundo, en su día,

por el mismo Redentor fue creado.

 

Por eso las almas se habían juntado:

¡Querían ver al Santo Dios que nacía

en medio de luces, agua y ganado…!

 

Y es que sabían que aquel Niño ocuparía

una cruz en medio de un descampado

cuando olvidase la cuna vacía.

 

 

 

 

160713

030052

Barcelona, 17 de mayo de 1985

———

232 EL SECRETO DE LA SOLEDAD

a la soledad

 

¿Qué secreto encierra la soledad

que cuando sentimos sus mordeduras

hasta las horas parecen más duras

y queremos merecer más piedad?

 

¿No será que al dejar la mocedad

y estar libres de muchas ataduras,

nos imaginamos ver amarguras

dónde muchos otros ven ansiedad?

 

El ser que con salud o enfermedad

se imagina solo y ve todo a oscuras,

tiene un mal que sólo irá conociendo

 

cuando de veras le importe la edad:

¡Qué el hombre sólo siente estas locuras

al saber que vivir… es ir muriendo!

 

 

 

 

160714

Barcelona, 17 de mayo de 1985

———

233 EL PESEBRE

a la Navidad

 

Pesebre de leña y pajas usadas:

Encierras tal nacimiento en tu seno

que ya para sí quisieran en pleno

los palacios de paredes lijadas.

 

Guardas tanto honor en tablas y arcadas

que cualquier hombre que quiera ser bueno

tendrá que respetar todo aquel heno

que Cristo gastó para hacer almohadas.

 

Cambiaste tu acento por varas de hadas

que te proyectaron hacia la historia…

Y es que gracias a ti, cualquier humano

 

puede tener a Jesús como hermano.

¡Bendita sea, pues, tu santa memoria

por ayudar a las almas salvadas!

 

 

 

 

160715

030105

Amposta, Tarragona, 28 de mayo de 1985

———

234 JOSÉ, EL CARPINTERO

a las grandes figuras del Evangelio

 

Se dice que José, el fiel carpintero,

pesa menos que María en aquel canto

gracias al cual, el Espíritu Santo

iba a engendrar Cristo, el hijo primero.

 

Mas si bien ella aceptó al mensajero

y a su mensaje, José hizo otro tanto;

es más, la recibió bajo su manto

cuando debió dejarla en el alero.

 

Entonces quede claro el romancero:

María y José son iguales, por cuanto

si una puso su cuerpo en el sendero

 

que trajo al Salvador sin adelanto,

el otro la amparó siendo soltero

y sin que se le notase el espanto.

 

 

 

 

160716

Mora de Ebro, Tarragona, 29 de mayo de 1985

———

235 EL EBRO

a la naturaleza

 

Viendo pasar el Ebro silencioso

bajo los arcos del puente de Mora

la Nueva, pienso que ya va siendo hora

que el hombre, que crece tan orgulloso,

 

se de cuenta que lo más bueno y hermoso

lo ha hecho Dios, el cual sin duda deplora

que todos nosotros andemos ahora

intentando que se vuelva horroroso.

 

¿Por qué elegir el cemento lujoso

que encierra cualquier caja de Pandora,

si el mensaje de este río caudaloso

 

es tan fuerte, que parece que llora

al ver como un cauce tan poderoso

ha de aguantar otra fauna y otra flora?

 

 

 

 

160717

Mora la Nueva, Tarragona, 14 de junio de 1985

———

236 EL INCOMPRENDIDO

a la soledad

 

Quise servir para maestro de niños

y la política me dio un portazo,

quise servir para guiar a las almas

y la iglesia me apartó de un zarpazo,

 

quise servir para escribir novelas

y en casa me sujetaron el brazo,

quise servir para estar separado

y la ley me condenó con su mazo…

 

Decirme buenas gentes, ¿qué hay que

hacer

            para ser uno mismo? Humildemente,

sin acritud, pienso que si al nacer

 

uno se da cuenta que es diferente

y no le dejan serlo, con crecer

ya grita con el cuerpo y con la mente.

 

 

 

 

160718

Barcelona, 22 de junio de 1985

———

237 NOVIA

a la mujer

y a Salomé García y Daniel Lostaló.

 

Presiento como esta mañana crece

porque te vas a casar enseguida

y es que una unión que ha sido bendecida

por siglos y más siglos permanece.

 

¿Por qué será que al casarse florece

en toda mujer cristiana una rosa?

¿No será quizá que al sentirse esposa

puede aplicar su amor? ¡Sí, eso parece!

 

Pues bien, tu marido me envía a buscarte

y aprovechando una orden tan hermosa,

aparte de que quisiera desearte

 

desde ahora que seas feliz y dichosa,

quiero ser sino el primero en besarte,

¡sí el primero el decir que está preciosa!

 

 

 

 

160719

040134

Barcelona, 22 de junio de 1985

———

238 MI MUJER

a la familia

y a Ángeles Bayona Hombre.

 

Como lirio entre las crueles espinas,

como amanecer templado y tranquilo,

como mariposa de seda en su hilo,

hueles a brisas de conchas marinas…

 

Mujer, sé que te queda más belleza

que ahora mismo no puedo describir

y es que no basta con solo vivir

para explicar de una vez tu grandeza.

 

Más de cien vidas necesitaría

para empezar quizás a comprender

una parte solo de tu valía…

 

Aunque esto, al final, podrá suceder

si gustamos los dos la Noche y el Día

de la nueva vida del amanecer.

 

 

 

 

160720

040127

Barcelona, 29 de junio de 1985

———

239 MI ESPOSA

a la familia

 

Eres como un lirio entre las espinas,

como un amanecer claro y tranquilo,

como mariposa de seda en su hilo,

como el color de las perlas marinas

 

y otros cúmulos de tanta belleza

que son difíciles de transcribir,

pues no me basta con solo vivir

para conocer toda tu grandeza.

 

Y es que cien vidas necesitaría

para empezar tan solo a comprender,

cariño mío, un poco de tu valía.

 

Claro que al final podrá suceder

tras vencer a la muerte. El aquel día,

lo intuyo, te llegaré a conocer.

 

 

 

 

160721

040127

Barcelona, 22 de junio de 1985

———

240 AMOR NO CORRESPONDIDO

al amor

 

Al beber mi silencio entre los tejos

del jardín de la soledad, ¡oh ingrata!,

el sabor de mis lágrimas me mata

porque me recuerdan que andas muy lejos.

 

¿Por qué será que en todos los espejos

te reflejas sin que pueda evitarlo?

¿Qué me diste que al tratar de olvidarlo

olvido todo menos tus reflejos?

 

Pensé cambiar de cariño… ¡Mentira!

Pensé, incluso, disimular mi llanto

en el pincel, en la pluma y en la lira,

 

mas pronto me di cuenta con espanto

que estoy tan lleno de ti que, mira,

¡prefiero llorar a no amarte tanto!

 

 

 

 

160722

Sitges, Barcelona, 27 de junio de 1985

———

241 LA SUBSTANCIA

a la madre en general

y a la mía en particular.

 

A poco que me esfuerza aún te recuerdo

en medio de las brumas de la infancia,

creo que nunca olvidaré la fragancia

que sembrabas al caminar. Me pierdo

 

a lo largo de los años, de acuerdo,

pero no podré olvidar la elegancia

que como un caro perfume de Francia

llenabas mi vida. Me hiciste cuerdo

 

buscando el equilibrio entre lo izquierdo

y lo derecho, sin más militancia

que mi propio destino. Sería un lerdo

 

y un mal hijo si no diese importancia

a lo que hiciste por mí… ¡Te recuerdo

madre, porque te llevó en mi substancia!

 

 

 

 

160723

Barcelona, 1 de julio de 1985

———

242 AL AMIGO DE LA INFANCIA

a las figuras del Evangelio

y a Félix Fontanet.

 

A poco que me esfuerce aún te recuerdo

en medio de las brumas de la infancia,

y es que nunca olvidaré la fragancia

con que adornabas tu oración. Me pierdo.

 

a lo largo de los años, de acuerdo,

pero no podré olvidar tu elegancia

cuando en Velilla, Ballobar o Francia

orabas por mí… Así me hiciste cuerdo

 

buscando el equilibrio entre lo izquierdo

y lo derecho, sin más militancia

que la del Evangelio. Sería un lerdo,

 

buen amigo, si no diese importancia

a los que hiciste por mí… ¡Te recuerdo

Félix, porque te llevo en mi substancia!

 

 

 

 

160724

Zaragoza, 1 de julio de 1985

———

243 EL PAGO DE LOS PASTORES

a las figuras del Evangelio

y a Adolfo de Silva.

 

Siempre que pienso en los pastores de

almas

            que al igual que tú queman existencia,

tiempo y voz, se me mueve la conciencia

a la vez que quisiera batir palmas…

 

No hay trabajo, servicio ni carrera

que necesitando tanta paciencia,

sea menos maltratado por la ciencia,

el demonio y la sociedad entera.

 

Menos mal que ni el aplauso ni el pago

tienen que ver con semejante audiencia

y que cuando se produzca el halago

 

por vuestra entrega, servicio y decencia,

estaréis ya al otro lado del lago

y hablando ante la Divina presencia.

 

 

 

 

160725

Barcelona, 6 de julio de 1985

———

244 TRES FECHAS

a la educación cristiana

y a Ana Monsó.

 

Se dice que hay tres fechas en la vida

que nos marcan de muy diversa suerte:

El nacimiento, la boda y la muerte,

que es tal vez de las tres la más temida,

 

pero como no quisiera ofenderte

paso a hablar de la segunda enseguida.

El matrimonio cristiano, querida,

es con mucho el mandamiento más fuerte

 

que tras restaurar la armonía perdida,

en amigos del Creador nos convierte.

¡Hazme caso, sé feliz de salida

 

por raro que esto pueda parecerte

y al final, cuando se da la medida

del amor, feliz volverás a verte!

 

 

 

 

160726

Barcelona, 2 de julio de 1985

———

245 LAS VIRTUDES TEOLOGALES

a la educación cristiana

 

Dicen que hay tres virtudes teologales

que, puestas juntas en una balanza,

llegan a condicionar la pujanza

y el valor de los hombres terrenales.

 

Bien. Si la fe nos hace ser normales

en tanto que la caridad alcanza

cotas muy altas, yo rompo una lanza

por la que falta y nos hace ideales,

 

pues desde bosquimanos a esquimales

y desde Don Quijote a Sancho Panza,

lo único que puede con nuestros males

 

mientras nos toque bailar esta danza,

es confiar en las fuerzas celestiales…

¡Para mí, creerme, es mejor la esperanza!

 

 

 

 

160727

Barcelona, 6 de julio de 1985

———

246 LA SOLEDAD DEL PROSCRITO

a Cristo

 

Muchos de los que estaban a su lado

y que le siguieron al oír su grito,

ahora piensan que fueron tras un mito

y que la sinrazón ha terminado.

 

¡Qué emoción sintieron en el llamado

y cuándo les calmaba el apetito!

¡Cómo supo indicar que era el Bendito,

el redentor y el Mesías esperado…!

 

-¡Mas ahora, los detalles han cambiado

-se decían-. Ahora mismo está maldito.

Sus palabras y gestos han colmado

 

todo lo que estaba previsto y escrito.

¡Mirar! ¡Ahí está el Cristo crucificado!

¡Vamos, que no nos vean con el proscrito!

 

 

 

 

160733

040156

Alicante, 8 de agosto de 1986

———

247 EL CRISTO CÓSMICO

a Cristo

 

El Cristo que creó el universo entero

tuvo que romper el silencio humano

porque el hombre iba siguiendo un sendero

que le hacía estar cada vez más lejano.

 

Tuvo que ser quien hablara primero

porque el hombre, a pesar de andar ufano,

le iba dando la espalda, prisionero

y ahogado por las luchas con su hermano…

 

Y el Cristo cósmico subió al madero

en una hermosa tarde de verano,

para decir al mundo venidero

 

que su sacrificio no sería en vano

en el momento en que un hombre sincero

le entregase el corazón con la mano.

 

 

 

 

160734

Alicante,12 de agosto de 1986

———

248 NADA

conclusión al libro:

Arpegios de un soneto

160736

 

Explicar una vida en cien sonetos

es como explicar una idea cualquiera,

se empieza por escribir los cuartetos

y el desenlace sale a la primera.

 

Claro que a veces, en muchos tercetos,

uno se lía y no encuentra la manera

de demostrar que simples parapetos

son peldaños de la misma escalera.

 

¿Cómo llamar “Episodios Completos”

a una existencia llena de quimera?

Yo no lo sé. Con todos los respetos

 

os confesaré que lo que quisiera

es dar fin a estos versos tan inquietos

antes de que os canse más… o me muera.

 

 

 

 

160735

Alicante, 15 de agosto de 1986

———

249 EL VINAGRE REPARADOR

a Cristo

 

No hay garganta que aguante es escozor

que significa estar crucificado,

falta el aire al corazón angustiado

y hasta la saliva entre con ardor.

 

Por eso, aquel vencido Redentor

que ha sido injustamente condenado,

inclinando la cabeza hacia un lado,

murmura en un gemido de dolor:

 

-¡Sed tengo!

Y un pobre soldado de honor,

            viéndole padecer desamparado,

le da a beber vinagre… ¡Qué sabor

 

para reanimar a un deshidratado!

Mas no hay nada que tenga más valor

que ayudar al que está necesitado.

 

 

 

 

160746

040156

Alicante, 16 de agosto de 1986

———

250 LA SED DEL CRUCIFICADO

a Cristo

 

No hay garganta que resista aquel trance,

pues al estar el cuerpo levantado,

falta el aire al corazón angustiado

y la saliva limita su alcance.

 

No puede engañar el crucificado.

Es Cristo, pero también es humano

y sufre. Tiene sangre en una mano…

Inclinando la cabeza hacia un lado,

 

exclama:

-¡Tengo sed!

Y tras el susto,

un romano empapa un trozo de estopa

y la sube hasta los labios del justo,

 

pero Jesús quería apurar la copa

de la cruz, justificando lo injusto,

sin importarle el mal sabor de boca.

 

 

 

 

160747

040156

Alicante, 17 de agosto de 1986

 

 

 

 

321904

Barcelona, 30 de noviembre de 2001

1 La salvación 1 (030010)

2 La celebración de la Navidad 1 (030011)

3 La oración y la Navidad 1 (030012)

4 Mi Navidad es eterna 1 (030013)

5 La leyenda 1 (030014)

6 La verdadera celebración de la Navidad 2 (030015)

7 Los campos están nevados 2 (030016)

8 La noche de Navidad 2 (030017)

9 El pobre de la esquina 3 (030018)

10 La historia del niño Jesús 3 (030019)

11 Cristo nos trajo el consuelo 4 (030020)

12 El sufrimiento de Jesús 4 (030021)

13 Una existencia gloriosa 4 (030022)

14 Murió maldito 4 (030023)

15 El pesebre floreció 4 (030024)

16 La certeza del nacimiento de Cristo 4 (030026)

17 Canto al niño Jesús 5 (030027)

18 El nacimiento de Cristo fue así 5 (030028)

19 Un broche para el Niño Dios 10 (030030)

20 Oración de Navidad 11 (030031)

21 El ángel cansado 11 (030032)

22 Adoración mundial 14 (030033)

23 La muerte vencida 14 (030034)

24 Nombre de Redentor 14 (030035)

25 Oro, incienso y mirra 14 (030036)

26 ¿Cristo nacerá otra vez? 17 (030038)

27 Día de fraternidad 17 (030039)

28 Ya lo sabía 17 (030040)

29 Amor de Dios 17 (030041)

30 Oración matutina 17 (030042)

31 Navidad para Cristo 18 (030043)

32 Tres fechas 18 (030044)

33 El sentir de los padres 18 (030045)

34 Navidad 18 (030046)

35 Navidad hermosa 18 (030047)

36 Duerme el Bebé divino 19 (030048)

37 El río Jordán 19 (030049)

38 La nueva Belén 19 (030051)

39 Estribillos 19 (030054)

40 Los dolores de Cristo 20 (030055)

41 El revoltoso 21 (030057)

42 La cuna de madera 21 (030058)

43 Silencio en el mundo 22 (030059)

44 Romance de pastorcillos 22 (030060)

45 Estaba dormido 26 (030061)

46 A José 27 (030062)

47 Ofrendas en Navidad 28 (030065)

48 Noche Buena 28 (030066)

49 ¿Humildad o realeza? 29 (030067)

50 Regalos al recién nacido 29 (030068)

51 El pregonero 30 (030069)

52 Balbuceos 31 (030070)

53 Historia de la Redención 31 (030071)

54 Balbuceos II 33 (030072)

55 Nana de Belén 33(030073)

56 Noche de Navidad 34 (030074)

57 El Niño de los desamparados 34 (030075)

58 Alegría en Navidad 34 (030076)

59 Despreocupación humana 34 (030077)

60 Navidad en el mar 35 (030078)

61 Balbuceos 3 36 (030079)

62 El grito del ama 36 (030081)

63 Ansia por la Navidad 37 (030082)

64 El banco eterno 37 (030083)

65 Feliz pueblo de Belén 37 (030084)

66 Soliloquio 38 (030085)

67 La potencia de Cristo 40 (030086)

68 Cristo glorioso 40 (030087)

69 La grandeza de Cristo 40 (030088)

70 Jesús está sin cuna 41 (030089)

71 El dolor de mi Cristo 41 (030090)

72 ¡Canta niña hermosa! 41 (030091)

73 La gracia de Cristo 41 (030092)

74 La elegancia 41 (030093)

75 No fue sencillo 41 (030094)

76 Balbuceos IV 42 (030095)

77 La primavera de Cristo 42 (030096)

78 Quisiera… 42 (030097)

79 Ilusión 42 (030098)

80 Las campanas de Belén 42 (030099)

81 ¡Anda, borriquito! 42 (030100)

82 El jardín de Cristo 43 (030101)

83 El camino a Belén 43 (030102)

84 El cieguecito 43 (030103)

85 El camino del mesón 43 (030104)

86 Mujer 43 (040112)

87 El secreto de mamá 43 (040113)

88 Mujer española 44 (040114)

89 Las dos ranitas 44 (040115)

90 Picardía 45 (040116)

91 Madre 46 (040118)

92 Del amor mundano 46 (040125)

93 La creación 46 (040126)

94 Matrimonio cristiano 46 (040128)

95 Al hijo primero 46 (040129)

96 A las malas compañías de mi hijo 47 (040131)

97 El padre perfecto 47 (040132)

98 Consejo materno 47 (040133)

99 La novia 47 (040134)

100 Profundidad del amor 47 (040136)

101 El enamorado 48 (040136)

102 El mar 48 (040137)

103 Al amor mundano 48 (040138)

104 La cuna 48 (040143)

105 Pugilato 48 (040146)

106 A la novia 49 (040147)

107 Pensamientos 49 (040148)

108 La última carta 51 (040149)

109 Chispas 52 (040150)

110 El parque 54 (040155)

111 Las “Siete Palabras” 55 (040156)

112 Ballobar 57 (040158)

113 El pregón del trovador 57 (040159)

114 Del consejo 57 (040160)

115 La fuente 57 (040161)

116 Iván, mi perro 58 (040162)

117 Del pecado original 59 (040163)

118 Todo es vanidad 59 (040164)

119 El triángulo perfecto 59 (040165)

120 El entierro 59 (040166)

121 ¿Soy yo guarda de mi hermano? 60 (040167)

122 Familia numerosa 60 (040168)

123 El despertador 61 (040169)

124 El galope de la muerte 61 (040170)

125 No llores… 61 (040171)

126 La gente muere despacio 61 (040172)

127 Somos humanos 62 (040173)

128 Cuatro hijos 62 (040174)

129 Abraham 62 (040175)

130 Himno a la fe 63 (040176)

131 Domingo de Ramos 66 (040177)

132 ¿Está muerta mi madre? 66 (130503)

133 No hay ovejas… 66 (130504)

134 ¿Qué es el amor? 67 (130505)

135 Mujer, hermana del viento 67 (130506)

136 El olor de la muerte 68 (130507)

137 Mañana… 68 (130508)

138 A Pepita Ferrándiz 68 (130509)

139 Navidad es el mojón que señala el camino 68 (130510)

140 El amor, ¿es divisible por dos? 69 (130511)

141 Lo importante es amar 70 (130512)

142 ¿Qué queda de la Navidad? 70 (130513)

143 El viejo 70 (130514)

144 El invitado al cielo 71 (130515)

145 La música del silencio 71 (130516)

146 Yo también soy poeta 71 (130517)

147 Palabras… 72 (130518)

148 Palabras de vida 72 (130519)

149 Palabras de amor 72 (130520)

150 Palabras del Padre Nuestro 73 (130521)

151 Palabras de silencio 73 (130522)

152 El entierro de la hermana de mi amigo 74 (130523)

153 El entierro de un amigo 75 (130524)

154 A la muerte de José 75 (130525)

155 La trinidad humana 76 (130526)

156 La locura de la Navidad 76 (130527)

157 La vida 76 (130528)

158 A la memoria de José García 77 (130529)

159 La leyenda del bumerang 77 (130530)

160 ¡Esto es la guerra! 78 (130531)

161 Tras la tapia del Paraíso 78 (130533)

162 Soledad… 79 (130534)

163 No hay paz estando solo 79 (130535)

164 Al anciano amigo 79 (130536)

165 Soledad del hombre 80 (130537)

166 Al falso pastor de almas 80 (130538)

167 A la madre… 80 (130539)

168 Amor tardío 80 (130599)

169 El círculo 80 (130600)

170 Arpegios sobre el destino 81(130609)

171 Los primeros cien años de una Iglesia 82 (130612)

172 La soledad de la vejez 82 (130613)

173 El asilo 83 (130614)

174 La abuela 83 (130615)

175 La abuela propia 83 (130616)

176 Los abuelos 83 (130617)

177 Pregón 83 (130618)

178 La tercera edad 84 (130621)

179 La experiencia del abuelo 85 (130622)

180 La Navidad vacía 85 (130623)

181 Ancianos marginados 85 (130624)

182 Solo 85 (130625)

183 El ocaso del pobre 85 (130626)

184 El paro 86 (130627)

185 La angustia del paro 86 (130628)

186 El hombre sin trabajo 86 (130630)

187 La revelación de Dios 86 (130632)

188 A Roberto Velert Chisvert 86 (130633)

189 Tres besos 87 (160637)

190 El timón materno 87 (160638)

191 El último pensamiento 87 (160643)

192 La madre, es nuestra 87 (160644)

193 El vocablo materno 87 (160648)

194 Bendición a las madres 88 (160649)

195 La última esperanza 88 (160650)

196 Belleza materna 88 (160654)

197 El concurso de belleza 88 (160655)

198 La belleza de la madre 88 (160656)

199 Ángel del hogar 89 (160657)

200 El ángel de la casa 89 (160658)

201 El ángel custodio 89 (160659)

202 El recuerdo de la madre 89 (160660)

203 El recuerdo de Cristo 90 (160661)

204 Muerte en la cruz 90 (160662)

205 La casa del corazón 90 (160663)

206 Incredulidad 90 (160664)

207 Atardecer 90 (160665)

208 El sudor prometido 91 (160666)

209 La confianza en Cristo 91 (160667)

210 Tomás, el Dídimo 91 (160675)

211 Suspiros a Cristo 91 (160676)

212 Cristo consolador 91 (160686)

213 El consuelo de vivir 92 (160687)

214 La sangre de Cristo 92 (160688)

215 El consuelo de Cristo 92 (160689)

216 Oración matutina 92 (160695)

217 El “Padre nuestro” 92 (160696)

218 La cruz 93 (160607)

219 El Cristo universal 93 (160698)

220 Imitación a Cristo 93 (160699)

221 El cielo 93 (160700)

222 Ansiedad 94 (160701)

223 El lastre de los pecados 94 (160702)

224 A Luis Hombre Naborel 94 (160703)

225 Soneto al recién nacido 94 (160705)

226 Libertad para el hombre 94 (160706)

227 Gratitud humana 95 (160707)

228 Los cincuenta años 95 (160708)

229 Al pastor de “Bona Nova” 95 (160709)

230 El misterio de la soledad 95 (160710)

231 La cuna vacía 95 (160713)

232 El secreto de la soledad 96 (160714)

233 El pesebre 96 (160715)

234 José, el carpintero 96 (160716)

235 El Ebro 96 (160717)

236 El incomprendido 96 (160718)

237 Novia 97 (160719)

238 Mi mujer 97 (160720)

239 Mi esposa 97 (160721)

240 Amor no correspondido 97 (160722)

241 La substancia 98 (160723)

242 Al amigo de la infancia 98 (160724)

243 El pago de los pastores 98 (160725)

244 Tres fechas 98 (160726)

245 Las virtudes teologales 98 (160727)

246 La soledad del proscrito 99 (160733)

247 El Cristo cósmico 99 (160734)

248 Nada 99 (160735)

249 El vinagre reparador 99 (160746)

250 La sed del crucificado 99 (160747)

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NOTA:

Debido a la gran cantidad de material a transcribir de los libros mecanografiados “Balbuceos” (130811, “A la sombra de un soneto” (171108) y “Balbuceos navideños” (180825), a partir del trabajo doscientos cincuenta y uno inclusive, pasan a incluirse en el libro “Una fuente viva” (191109, bou8).

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BALBUCEOS

POÉTICOS

321904

bou1

30.11.01