Monthly Archives: febrero 1994

10.1 ESTAR CERCA

Diez de enero

Heb. 4:16

 El estar cerca de aquellos que son más importantes que nosotros es una constante humana. Por eso, muchas veces luchamos por acercarnos a los políticos, jefes, cantantes, famosos, etc., con la intención de chupar cámara, salir en la foto o, simplemente, beneficiarnos de su mediático poder de convocatoria.

Pues esto mismo es lo que debemos hacer con el Señor. Y por mejores y más sublimes motivos.

En primer lugar hemos de hacerlo de forma confiada, sabiendo que sólo a su lado alcanzaremos misericordia (a la que tenemos derecho por ser hermanos de Cristo, 1 Cor. 3:11, y por su propia voluntad, Rom. 9:16, y gracia (vocablo que explica la razón de nuestra salvación, Efe. 2:8). Ahora bien, nuestra actitud debe ser honesta y tener el corazón sincero y limpio, Heb. 10:22, pues no podemos acercarnos al Señor con éxito si no estamos santificados, Éxo. 3:5, o en vías de santificación.

Mas para eso, para acercarnos al santo trono del Eterno, conviene saber que debemos dar el primer paso ya que es la única forma de conseguirlo (al menos desde el punto de vista humano, Stg. 4:8). Y hacerlo como decíamos antes, con toda nuestra personalidad, Isa. 29:13, pues a plazos, a trozos o con poca intensidad, no sirve tampoco. Y es que Dios es un Dios santo y celoso, Éxo. 20:5, que quiere de nosotros todo o nada. Sabe que si el ser humano baja la guardia y se deja llevar por la corriente del mundo, aunque sea sólo un momento o de forma parcial, corre el peligro de parar, desorientarse y volver la vista atrás, circunstancia que si no lo convierte en estatua de sal, Gén. 19:26, lo hace indigno, Luc. 9:62, y, por lo tanto y en consecuencia, propenso a la perdición. De manera que se nos exige con razón una entrega total o, cuando menos, una marcada predisposición a la entrega total. Es decir, lo que se nos exige a cambio de gozar de la proximidad divina es una vida quemada en el servicio, una vida dedicada a los demás. Mas, cosa extraña, esto sólo se consigue, esto sólo es posible, estando cerca de Dios, oyendo su voz, haciendo su voluntad y, sobre todo, intentando ser cada día más puros y santos.

Lo único peligroso del sistema es que Dios no va a estar siempre a nuestro alcance, Isa. 55:6, que se acabará el rato de la gracia, y como ésta es la única fuente de poder que tenemos, pues sin Él quedaríamos desamparados. De ahí la urgencia del anuncio, de ahí la necesidad de dar el primer paso, de ahí la importancia de tomar una decisión en la buena dirección… Así pues, ahora nos conviene buscar la compañía del Señor, aunque sea desesperadamente, para ganar más fuerzas, 2 Tim. 4:17, y tener socorro, Heb. 4:16, pensando que, con su ayuda, lo podremos todo, Fil. 4:13, mientras llega el momento en que seamos uno de forma permanente con Cristo, circunstancia que no tardará mucho en ocurrir, Fil. 4:5.