BALBUCEOS POÉTICOS
Copia electrónica de la recopilación poética
que se encuentra en los libros
mecanografiados siguientes:
Balbuceos (130811, agosto de 1986),
Arpegios de un soneto (160736, agosto de 1986),
A la sombra de un soneto (171108, julio de 1991) y
Balbuceos navideños (180825, diciembre de 1987).
Este libro no es más que un
archivo de varias
poesías de diferentes
estilos, épocas y fechas.
Las matrículas que
aparecen al final
de algunos trabajos
son simplemente
las referencias de aquellos
que nos sirvieron
de inspiración.
La mayoría de ellos llevan indicación temática.
321904
bou1
Barcelona, 8 de noviembre de 2001
———
1 LA SALVACIÓN
Navidad
Hay quien dice que en la noche
en que los cielos cantaron,
la salvación anunciaron
a todos los pecadores.
030010
Barcelona, 14 de octubre de 1962
———
2 LA CELEBRACIÓN DE LA NAVIDAD
Navidad
Una vez vi a un pajarito
que triste y apesadumbrado
volaba de un lugar a otro
desde mi acera al tejado.
-¡Pobre pájaro –pensé,
y suspiré acongojado,
pues el viento aletargaba
su cuerpecito mojado-.
Mira mamá, pobrecito,
hasta parece apenado.
¿Es que no tiene mamita
para correr a su lado?
-No hijito, ha muerto de frío
mientras buscaba un bocado.
-¡Pobrecito pajarito,
sin casa y desamparado!
-Así estábamos nosotros
en este mundo cansado,
antes que Jesús bajase…
-¿Y cómo nos ha salvado?
-Mira, nació en Navidad
en un campo desolado,
nos levantó y nos guardó
en un jardín estrellado.
-¿Así es nuestra salvación?
-Sí, hijito. Cristo ha cambiado
nuestra triste condición.
-Y así, ¿con ese cuidado,
Jesús trata a los perdidos?
-¡Sí, y de perdido en salvado
nos transforma con su muerte!
-¡Ya! ¿Sabes que me ha gustado
como salva nuestro Dios?
Y una vez en este estado,
¿yo también puedo salvar?
-¡Claro, corazón amado!
Mas, ¿por qué me lo preguntas?
-¡Por un gorrión muy mojado!
-Comprendo, corre a buscarlo
y si lo encuentras helado,
te lo llevas a tu cuarto
y tras haberlo secado
con doce pares de besos
le das este pan rallado,
¡sólo así la Navidad
ganará significado!
-Pues, ¡hasta luego mamá,
que la noche ya ha empezado
y la quiero celebrar
como Él lo dejó mandado!
030011
Barcelona, 14 de octubre de 1962
———
3 LA ORACIÓN Y LA NAVIDAD
Navidad
Como yo siempre doy guerra,
sólo diré en la ocasión
que gracias a la oración
el Señor nació en la tierra.
030012
Barcelona, 14 de octubre de 1962
———
4 MI NAVIDAD ES ETERNA
Navidad
La Navidad que aquí ves
es eterna, celestial,
sana, alegre, musical…
Dime, la tuya, ¿cómo es?
030013
Barcelona, 14 de octubre de 1962
———
5 LA LEYENDA
Navidad
Todos los años, mamá me cuenta
la leyenda del niño Jesús,
por eso sé que trajo la luz
en una Navidad muy contenta.
030014
Barcelona, 14 de octubre de 1962
———
6 LA VERDADERA CELEBRACIÓN DE LA NAVIDAD
Navidad
Dicen que la Navidad
es para comer turrones…
¡Qué va! ¡Muchos corazones
la pasan en humildad
repartiendo bendiciones
y hablando de las razones
del Cristo de la verdad!
030015
Barcelona, 14 de octubre de 1962
———
7 LOS CAMPOS ESTÁN NEVADOS
Navidad
Los campos están nevados,
el aire murmura helado…
Silencio en los corazones
porque Cristo aún no ha venido
pese a que fue prometido
por muchas de las canciones.
Los campos están nevados,
el aire murmura helado…
Sólo tienen esperanza
los que lo esperan ansiosos,
pero el resto de curioso
no resisten la tardanza.
Los campos están helados,
el aire murmura helado…
Crece la burla en la gente
a la par que su despecho:
-¿Es vuestro Dios tan estrecho
que sólo reina en su ambiente?
Los campos están nevados,
el aire murmura helado…
-¡Confiar –replica el rebaño-,
Cristo nacerá esta noche,
dispuesto a poner el broche
a las profecías de antaño!
Los campos están nevados,
el aire murmura helado…
-¿Cómo aguardar un evento
capaz de salvar al mundo,
si en este valle profundo
se termina nuestro cuento?
Los campos están nevados,
el aire murmura helado…
La respuesta tiene acento
tras el campo angelical:
-¡Cristo nace en un portal
y en el preciso momento!
Los campos están nevados,
el aire murmura helado…
Al sentir estos sermones,
muchos de los fariseos
se esconden con los ateos
forzados por sus razones.
Los campos están nevados,
el aire murmura helado…
Su derrota es evidente:
Cristo ha nacido y el humano
ya sueña con el verano
en que se salve la gente.
Los campos están nevados,
el aire murmura helado…
¡Gloria a Dios en las alturas,
paz y buena voluntad
a los hombres de verdad
que quieren ser sus criaturas!
Los campos están nevados,
el aire murmura helado,
mas el calor ha llegado
para licuar los pecados
y son muchos los salvados
que purifican sus almas
aprovechando las calmas
de cientos de maravillas,
pues muertas ya las rencillas
sólo se mueven las palmas.
¡Gloria a Dios en las alturas!
¡Vivan las gentes sencillas!
¡Dejar de golpe las sillas
y cantar buenaventuras!
¡Derretir las amarguras,
pues desde el campo a la sierra,
queda abolida la guerra
y ensalzada la verdad…!
¡Viva, pues, la Navidad
que nos devuelve la tierra!
030016
Barcelona, 15 de octubre de 1962
———
8 LA NOCHE DE NAVIDAD
Navidad
La noche de Navidad
es para mí muy hermosa,
pues amén de ser gloriosa
nos enseña caridad.
030017
Barcelona, 15 de octubre de 1962
———
9 EL POBRE DE LA ESQUINA
Navidad
-Hoy he visto un pobrecito
reclinado en una esquina…
Di mamá, ¿la Navidad
no es institución divina?
-Sí, en una noche de luna
de la alegre Palestina,
Cristo nació muy despacio
en un pesebre de encina.
-¿No tenía casa?
-No.
-Pobre…
Así, ¿todo el que camina
en la senda que Él trazó,
le glorifica y culmina
el mensaje que nos dio?
-Sí.
-Mamá…
-Dime, Sabrina.
-Dame frutas y turrones.
-¿Ya?
-¡Sí!
-Están en la cocina.
Pero, ¿para que los quieres?
-¡Son para el que está en la esquina!
030018
Barcelona, 15 de octubre de 1962
———
10 LA HISTORIA DEL NIÑO JESÚS
Navidad
Si quieren saber señores
la historia del buen Jesús,
se la contaré gustosa
pues me precio de saberla.
Miren: Casi sin quererla
vino a mis oídos un día
en que mi abuela Lucía
nos la contó presurosa.
Resulta que en soluciones
mi abuelita es un portento,
ya que como complemento
a su vida presurosa,
conoce muchos más cuentos
que una simple mariposa.
Así, en tal noche como esta
en que toda la familia
pasa junta los momentos
en que llaman Navidad
para vaciar nuestra cesta
y alegrar sus corazones
con pollo, pasta y turrón,
nos dio por cantar canciones
a los que, por ser pequeños,
nos tenían apartados,
con tan malos resultados
que, enojados los mayores,
nos lanzaron sendos leños.
Llorosos y cabizbajos
aguantamos los sermones
y mal habríamos parado
a no ser porque la abuela,
con gesto de picardía,
nos reclamó a su regazo;
y así, uno con un porrazo
y el otro más malparado,
oímos el cuento citado
frente a aquel fuego que ardía
en un rincón del hogar.
Y quietos ante el anuncio,
quietos hasta de jugar,
oímos lucir a la abuela
sus dotes de narradora,
pues cual caja de Pandora
empezó tan como sigue:
Había cierta vez un hombre
que por José se atendía
que de Galilea salía
camino de su lugar,
pues tenía que ir a buscar
su lugar de nacimiento
después de su casamiento
con la preciosa María.
Y en anda que te andarás,
llegaron hasta su aldea
que era un pueblo de Judea
como muchos ya sabréis.
Como la moza esposada
estaba… un poco malita,
y como no encontró
un lugar más apropiado
que un pesebre abandonado,
allí mismo pernoctó.
Y en esa noche bendita
tuvo lugar el prodigio
que tantos han comentado:
¡Qué Jesús nos vino al mundo,
qué por estas desnudito
en una noche tan fría,
el regazo de María
constituyó su nidito.
Pero que al ser mayor
transformó hasta el infinito
este valle terrenal…
Y aquí anda el punto final
de este formidable cuento.
Y aprovechando el momento
que tengo para contarlo,
me gustaría dedicarlo
a los muchachos presentes,
pues para ser más valientes
en el Reino del Señor,
hace falta más candor
y menos inconvenientes.
030019
Barcelona, 15 de octubre de 1962
———
11 CRISTO NOS TRAJO EL CONSUELO
Navidad
Mi mamá me ha comentado
que Cristo bajó del cielo
para acercar el consuelo
al mundo enfermo y malvado.
030020
Barcelona, 15 de octubre de 1962
———
12 EL SUFRIMIENTO DE JESÚS
Navidad
Dicen que Jesús nació
en un establo con nieve…
A vosotros, ¿no os conmueve
todo lo que Él padeció?
030021
Barcelona, 15 de octubre de 1962
———
13 UNA EXISTENCIA GLORIOSA
Navidad
Qué Navidad tan preciosa
nos regaló el buen Jesús:
¡Vino para darnos luz
y una existencia gloriosa!
030022
Barcelona, 15 de octubre de 1962
———
14 MURIÓ MALDITO
Navidad
Recuerdo haber visto escrito
que este Jesús del cantar,
sólo nos pudo salvar
muriendo como un maldito…
030023
Barcelona, 16 de octubre de 1962
———
15 EL PESEBRE FLORECIÓ
Navidad
Si Jesús nació en Belén
no fue por andar con miedo;
es que, al no tener sostén
en los ricos de este mundo,
se vio obligado a nacer
en un corralón inmundo
tras hacerlo florecer
con dos geranios y un bulbo.
030024
Barcelona, 16 de octubre de 1962
———
16 LA CERTEZA DEL NACIMIENTO DE CRISTO
Navidad
La serena noche de Navidad,
salpicada de aromas diferentes,
nos habla de más hechos elocuentes
que palabras juntó la humanidad.
Y es que por simple que sea la verdad,
si se encara a las mentiras patentes,
puede dejarlas solas e impotentes
blanqueadas por su propia necedad.
Los que apelan a la casualidad
para razonar los hechos fehacientes,
no dan fe de más milagros presentes
que los que brinda su necesidad.
Y si por quiebros de mentalidad
asimilan la vida con los dientes,
es porque tras titularse valientes
se confunden con su debilidad.
Si aquella noche trajo la hermandad
para todo un pueblo y demás parientes,
es porque Dios, con sus ojos clementes,
decidió borrar de una la maldad.
Y emergió nuestro Cristo en Navidad
rodeado de unos padres muy fervientes,
sencillamente, y sin que otros salientes
burlaran a la negra oscuridad.
Y no busquemos otra realidad
si nos tenemos por entes conscientes,
porque las cuestiones entre las gentes
destruyen cualquier posibilidad.
Y si pensáis que en Dios no hay igualdad
por ser Señor de cascadas y fuentes,
es cierto que entre mil pajas calientes
se negó a sí mismo por caridad.
Entonces, es una barbaridad
no aceptar tantos signos evidentes,
¡Cristo nació sin más inconvenientes
que los que generó su humanidad!
Ni existe más infalibilidad
ni existen levantados otros puentes:
¡El Señor dio la paz a sus creyentes
cuando estableció que la Navidad
serviría para salvar a las gentes
que creyesen de buena voluntad!
030026
Barcelona, 30 de octubre de 1962
———
17 CANTO AL NIÑO JESÚS
Navidad
Mi canto al niño Jesús
es como veis bien sencillo:
¡Qué siempre me maravillo
al hablar de tanta luz!
030027
Barcelona, 31 de octubre de 1962
———
18 EL NACIMIENTO DE CRISTO FUE ASÍ:
Navidad
Diálogo para dos niñas.
La acción tiene lugar en la calle.
Un banco hacia el foro.
Un buzón de correos.
ALICIA.-
(Al iniciarse la escena deben dar la impresión de que ya llevan hablando un buen rato).
Si vieras Ana, que hermoso
es el cuento de Jesús,
si pudieras ver la luz
de su trono poderoso
o sentir su amor precioso
tan sólo fuera un momento,
seguro que harían del cuento
una historia sin más trabas
que las que siempre contabas
con tu peculiar acento.
ANA.-
¡Eso son ajos arrieros!
ALICIA.-
Pues seguro que cambiadas.
ANA.-
¡Vaya! Si sé que marchabas
por tan finos derroteros,
te hubiera puesto mil peros
cuando vi que me llamabas.
ALICIA.-
(Extrañada).
¡Anda, creí que me buscabas!
ANA.-
¿Yo?
ALICIA.-
Claro.
ANA.-
¡Esta si que es buena!
¡Va, no me hagas una escena!
Dudaba cuando me hablabas,
pero desde que domino
el son de tu pensamiento,
estoy soñando el momento
de seguir con mi camino.
ALICIA.-
¡Ay chica, eres un espino!
ANA.-
¡Tenme ya por despedida!
(Hace ademán de irse).
ALICIA.-
(La retiene).
Espera un poco, querida.
Si te hablo de esta manera,
es porque también quisiera
intentar salvar tu vida.
ANA.-
¡Gracias, mas tenla por salva!
(Trata de irse de nuevo).
ALICIA.-
(Suplicante).
¡Mujer…!
ANA.-
¿Está decidida?
ALICIA.-
¡Sí!
ANA.-
(Se sienta en el banco del fondo del escenario).
Pues termina enseguida
que la ocasión no es tan calva
para pintarla de malva
después de darme este susto.
Y conste que por dar gusto
espabilo a un cementerio.
ALICIA.-
Confiaba en tu buen criterio
valorando lo que es justo.
ANA.-
Bueno…
ALICIA.-
(Se sienta a su lado).
Amiga, no hay salida
para un pecado tan serio.
El signo del cautiverio
que aferra al alma perdida,
se retuerce dolorida
al hablar de libertad.
Esta es la pura verdad
y las excusas humanas
no son más que unas ventanas
rotas en la oscuridad.
ANA.-
Alicia, yo no veo tanto…
ALICIA.-
¿No te va la calidad?
ANA.-
Un poco de caridad
que nadie es puro ni santo
y si me ganas por canto,
a mí me sobran palabras
para ver que mientras labras
no destilas santidad.
¡Eso de la honestidad
es más cosas de las cabras
que de los hombres decentes!
ALICIA.-
Tolero toda tu guasa
porque aún me parece escasa
si con ella te arrepientes…
Deja de hablar entre dientes
y escucha con atención.
ANA.-
¡Soy toda oídos!
ALICIA.-
Pues la acción
comienza por la mañana
en una casa lejana
del carismático Sion.
Bueno, más que comenzar
la historia que yo te cuento,
se formó en el firmamento
cuando Dios quiso salvar
al hombre que, tras pecar,
le mirase arrepentido.
ANA.-
A ver si l o he comprendido:
¿Alguien nos quiso ayudar
antes de echarnos a andar
en este mundo perdido?
ALICIA.-
Sí, mas vayamos por partes.
Quedamos en que Jesús
después de mil años de luz
y de formar a las artes,
decidió, tal vez un martes,
que había llegado el momento
de lograr el nacimiento,
pues era tan esperado
como un velero encallado
espera el aura del viento.
ANA.-
Vale… Y yo, ¿qué pinto aquí?
ALICIA.-
Ten un poco de paciencia
que los temas de conciencia
no son cosa baladí.
(Pausa).
Su nacimiento fue así:
¡Qué estando José casado,
mejor dicho, desposado,
con María, su mujer,
les vino sin comprender
un embarazo sagrado.
ANA.-
¿Qué?
ALICIA.-
Bueno, estaban casados
pero sin fase final,
pues el manto patriarcal
los guardaba separados
bajo distintos tejados.
ANA.-
(Irónica).
Vaya una escena tan tierna,
¿dónde está la fuerza eterna?
ALICIA.-
Ahora viene, despechada…
Estaba María sentada
en la cámara paterna,
cuando tuvo la visión
de todos bien conocida:
¡Había sido la elegida
para cumplir la misión
que haría que cualquier nación
pudiera por fin salvarse!
ANA.-
Pero, ¿y José?
ALICIA.-
Al enterarse
del divino privilegio,
escapó del sacrilegio
retardando el acostarse…
Imagino que me entiendes.
ANA.-
Muy espeso me parece,
pero sigue, que me crece
la atención por lo que vendes.
ALICIA.-
Tranquila, ya no me ofendes.
ANA.-
Bueno, ¿quieres continuar?
ALICIA.-
Como había que empadronar
a todos los palestinos
según los cauces divinos,
los dos fueron a buscar
aquel pueblo de Judea
con palmeras escarlata.
Y tras larga caminata
a través de Galilea,
llegaron a nuestra aldea
cansados y desmayados.
Y medio desengañados
entre aquella gente ingrata,
hicieron una fogata
en un corral sin cercados,
pues tras andar por arenas
y por oscuras callejas,
no encontraron otras tejas
que no fueran las ajenas.
Por eso, y tras varias penas,
nuestros buenos refugiados
se vieron aposentados
en un desnudo pesebre
montado por un orfebre
para guardar sus ganados.
Pero nunca sobre pajas
se juntó tanta belleza,
pues los brotes de pobreza
propios de mansiones bajas,
se cambiaron por alhajas
de rubí, perla y topacio.
ANA.-
Alicia, ves más despacio,
pues así no hay quién te siga.
Perdona que te lo diga,
siempre pensé que un palacio
no sería aquel establo,
pero lo pintas de un modo
que hace que parezca todo
el campo santo de Pablo.
Sin embargo, en un retablo
también lo he visto nacer
y aún así no puedo ver
donde radica el milagro.
ALICIA.-
¿Necesitas otro Almagro
para tu Perú?
ANA.-
Mujer,
razona por un momento
sin pecar de fantasiosa:
¿Cómo es que pintas gloriosa
toda la escena del cuento
que narra este nacimiento?
ALICIA.-
Es que era un bebé muy sano…
ANA.-
(Irónica).
¿No te excedes en la mano?
ALICIA.-
Bueno, también se ha sabido
que nuestro recién nacido,
a pesar de ser humano,
tenía el corazón divino.
ANA.-
(Se levanta).
‘Ahora sí que te has pasado!
ALICIA.-
Pero si te lo he explicado.
ANA.-
Bien, como no hilo tan fino
voy a seguir mi camino…
(Hace ademán de irse).
ALICIA.-
(Se levanta también y la retiene).
¿Ya no cumples tus promesas?
ANA.-
Oye, no salgas con esas
que aunque te estoy escuchando,
no tengo por qué ir tragando
las cosas que me confiesas.
ALICIA.-
(Ligeramente enfadada).
¡No sabes cuánto lamento
que dudes de mi memoria,
así que acabo mi historia
en este mismo momento!
ANA.-
(Se sienta otra vez haciendo gestos conciliadores).
Bueno, termina tu cuento
que luego discutiremos.
ALICIA.-
Me parece bien. Veremos
si tras escucharlo todo
te convences de algún modo
de que los dos te queremos.
(Se sienta junto a su amiga).
ANA.-
Claro, algo así me temía…
Pero sigue, que te espero.
ALICIA.-
Dicen que aquel mesonero,
famoso desde aquel día,
tuvo piedad de María
al verla tan angustiada
cuando buscaba posada
con su señor carpintero,
y que fue tanto su esmero,
que sin cobrar para nada
les dio dos mulas muy listas
y una cuadra abandonada,
que es la que ha sido pintada
por muchos de los artistas.
Tratados, pues, de turistas
y sin lanzar una queja,
aquella santa pareja
elegida del Señor,
se quedó sin más calor
que el que les daba una reja
calentada con sarmiento,
y la paja regalada
tras haber sido pisada
por los cuatro regimientos
que vigilaban los vientos,
las casonas y las redes.
Y ellos, a quien las mercedes
divinas y humanas miman,
miran como se aproximan,
a través de las paredes,
las horas del desenlace
que tanto habían esperado.
Y nace el Ser anunciado
que no sólo les complace,
sino que igual satisface
a la demás concurrencia.
Y nace el que por herencia
es Señor de los humanos,
el que, con sus propias manos,
sembrará tanta clemencia
cuando sea crucificado,
que nos abrirá el camino
hacia el remanso divino
tantas veces añorado
a partir de aquel pecado
que dejó tanta secuela…
¡Por eso, María consuela
el primer llanto divino
y por eso, me imagino
que con alguna cautela,
le llamaron Emanuel
para decir a unos y a otros
que Dios está con nosotros
desde el desierto el vergel
y desde Nepal a Israel!
ANA.-
¡Anda! ¡Pues yo siempre he visto
que a ese a quien tú llamas Cristo
todos le llaman Jesús!
¡Creo que confundes la luz
con la llamita de un mixto!
ALICIA.-
Pues es lo mismo, querida,
no varía el significado.
Este Niño consagrado
con el halo de la vida,
era Dios en la partida
y Dios en el nacimiento.
ANA.-
A ver, descansa un momento.
Mira lo que son las cosas
porque no todas las rosas
sirven como condimento.
ALICIA.-
(Algo picada).
¡Tú dirás, pues yo no miento!
ANA.-
Paso en el recién nacido
santamente concebido,
pero lo que no consiento
es que para mi escarmiento
digas tal barbaridad.
ALICIA.-
Pues insisto en que es verdad.
ANA.-
Será una parte del drama
que tras reforzar la trama
se llena de oscuridad.
ALICIA.-
Huelo un recelo infundado…
ANA.-
(Se levanta).
¡Es que el asunto es muy magro!
Afirmas que ese milagro
magistralmente hilvanado,
consiste en que el bien amado
Señor todopoderoso,
dio a una madre sin esposo
un ser recién engendrado.
¿Voy bien?
ALICIA.-
Sí.
ANA.-
Queda aceptado,
aunque lo veo muy hermoso
para entenderlo sin fe.
Bien. Quedamos en que el Niño
por exceso de cariño
o por ciencias que no sé,
fue adoptado por José
en una noche lunar
a todas luces sin par.
¿Es eso lo que has contado?
ALICIA.-
Más o menos hilvanado,
¿a dónde vas a parar?
ANA.-
Lo verás en un momento
si aprendes a estar callada.
ALICIA.-
Está bien, no diré nada.
ANA.-
Pues hay algo en este cuento
que me suena más a invento
y a consulta de mercado
que a un suceso constatado.
ALICIA.-
A ver, ¿qué quieres decir?
ANA.-
Oye, no es por discutir,
pero ese Niño sagrado,
¿es Dios?
ALICIA.-
¡Sin lugar a dudas!
ANA.-
Pues si aún sabemos contar
tendremos que comparar,
con el permiso de Judas,
a su madre con las mudas
que genera con destreza
la propia naturaleza
en su procesión mutante,
pues si Rey era el infante,
¡su madre de la realeza!
De no ser resultaría
sin pensar el primer cante
que no fueran consonante
el Niño Dios y María.
ALICIA.-
Eso ya me lo temía.
ANA.-
¿Por qué?
ALICIA.-
Eres tan sensiblera
que…
ANA.-
Un momento Alicia, espera
que formule la pregunta,
¿cómo poder sacar punta
en el borde de una esfera?
¿Cómo, si Dios es eterno,
puede nacer en la tierra,
trabajar con una sierra
y estar expuesto al infierno?
¿Por qué aguantar un invierno,
y muchos otros peligros,
si desde más de mil siglos
ya dominaba al averno?
¿Por qué dejar un gobierno
mucho mejor que el de Migros?
Mas, ¿deja su eternidad
convirtiéndose en finito
o ensalza hasta el infinito
su propia maternidad?
ALICIA.-
Casi das con la verdad.
ANA.-
Explícame tus razones.
ALICIA.-
(Se levanta y muy juntas, cogidas del brazo, se adelantan a las candilejas, hacia el primer plano).
Mira, todas las cuestiones
suelen tener las dos caras…
ANA.-
¡Déjate de cosas raras
y enséñame tus versiones!
ALICIA.-
Difícil será la cosa,
mas trataré de explicarme
y como no quiero liarme
con una acción tediosa
que me convierta en odiosa,
intentaré ser sencilla
ya que cualquier maravilla
se vuelve más comprensiva
cuándo sabes que está viva,
cuándo ves que al final brilla
y cuándo más se aproxima
al lenguaje más corriente.
Sólo así, con este ambiente
llegaremos a la cima…
ANA.-
(Burlona).
¡Si ves que algo no te rima,
busca palabras más recias!
ALICIA.-
(Sin hacer caso).
Ese problema que aprecias
en toda mi explicación,
encierra la solución
no en cuatro palabras necias,
sino en las mil sutilezas
que configuran la gente,
pues debes tener presente
que, aparte de otras bellezas,
nuestras dos naturalezas
se juntan y complementan.
ANA.-
¿Así que eso es lo que cuentan?
ALICIA.-
Sí, alma y cuerpo van unidos
y entrelazando los nidos
que conforman y alimentan
a cualquier persona humana.
ANA.-
¿Y a eso lo llamas sencillo?
Yo lo veo como un castillo
de la estepa castellana
que perdida su campana
tiene que tocar a muertos
con las tejas de los huertos
y los palos de pastores.
¡Venga ya, cambia de flores
que si tus dichos son ciertos,
me dejan tan preocupada
que ya no sé si la calma
me viene por tener alma
(Señala a su cuerpo).
o por tener su fachada!
ALICIA.-
¡Es que no te esfuerzas nada!
ANA.-
¿A dónde vas a parar?
Si no me dejas hablar
siempre tendrás la razón…
Además, mi corazón,
aparte de palpitar,
no entiende de sutilezas.
ALICIA.-
Bien. Desde el primer momento
se fraguó el comportamiento
de las dos naturalezas.
Y es ahí donde muchas piezas
encajan con precisión,
pues con la separación
de tan firmes elementos
tengo que acabar los cuentos
del Restaurador de Sion
y su santo nacimiento.
ANA.-
Pues venga la conclusión
que pienso que la ocasión
no sólo nos viene a cuento,
sino que es nuestro alimento.
ALICIA.-
Estupendo.
ANA.-
¿Lo repito?
ALICIA.-
¡No…! Al ser de cuerpo finito
nacemos y nos morimos.
Bien. Mas, ¿sabes si subimos
enteros al infinito?
ANA.-
Yo…
ALICIA.-
El espíritu es el viento
con una vida especial.
Así, si no es material,
ni pasó por nacimiento
ni le afecta el crecimiento.
Por lo que queda aclarado
que los padres sólo han dado
el cuerpo y su movimiento.
ANA.-
¿Y el espíritu?
ALICIA.-
¡Es el viento
que Jesús nos ha entregado!
Y a partir de este momento
podemos decir con calma
que su madre no nos salva
y que sólo fue instrumento
del glorioso advenimiento.
ANA.-
Comprendo el significado…
ALICIA.-
Sí, Cristo nos ha salvado
de las iras del infierno,
porque siendo un Dios eterno
así lo tenía pensado.
ANA.-
Bien, ¡gracias por tu llaneza
y por tus ganas de ayuda!
¡Nunca más seré tan ruda…!
Y hablando ya con franqueza,
hasta entiendo la nobleza
del Cristo de las naciones.
ALICIA.-
Ya veo que mis oraciones
están siendo contestadas.
Ana, ¡bienaventuradas
las querencias e ilusiones
que al principio confesamos!
ANA.-
Oye entiendo, mas no creo
y no es fácil de creer.
ALICIA.-
Ya veo,
pues seguiré orando…
(Se van yendo hacia la izquierda).
¡Vamos,
vé tranquila!
ANA.-
¿Nos llamamos?
ALICIA.-
¡Claro!
ANA.-
¿Orarás?
ALICIA.-
¡Desde el alba!
ANA.-
(La besa).
Bien…
(Medio mutis).
¿Cómo puedo ser salva?
ALICIA.-
¡Creyendo que Jesucristo,
amén de haberlo previsto,
subió a una ladera calva
y murió por tus pecados…!
¡Quiera Dios darte el acento
que guíe tu arrepentimiento
hacia el sol de los salvados!
ANA.-
Te agradezco tus cuidados.
ALICIA.-
Yo siempre te ayudaré.
ANA.-
¡Gracias amiga, lo sé!
¡Adiós!
ALICIA.-
Oraré por ti, Ana.
ANA.-
¡Gracias otra vez, hermana!
¡Adiós!
ALICIA.-
¡Cuídate… y ten fe!
ANA.-
¡La tendré…! ¡Adiós!
(Se va por la izquierda).
ALICIA.-
¡Adiós, Ana!
(La mira desaparecer y exclama pensativamente):
Quisiera que mis palabras
saltasen como las cabras
por los riscos de Doñana
para abrir una ventana
en un valle tan perdido,
que sólo un recién nacido
puede hacerlo florecer
por el hecho de nacer
y por ser tan desprendido…
¡Sólo si fuera mi hermana
sería posible emprender,
en el mismo atardecer,
el camino del mañana!
¡Quiera Dios que aunque sin gana
haga suyo este refrán
y se escape del Satán
que la tiene encadenada,
pues es alma muy amada
para tan mal capitán!
(Se vuelve hacia los espectadores y adopta una actitud de oración, manos unidas y mirada dirigida al cielo).
¡Señor, que tu nacimiento
la mueva a salir del lodo,
pues es el único modo
de abandonarse en el viento
que da el arrepentimiento!
¡Señor, que tu bendición
alcance a toda la nación,
reino, país y continente,
para que toda la gente
acepte tu salvación,
tu mansedumbre y tu bien!
¡Qué tu paz y tu nobleza
nos devuelvan la grandeza
y nos sirvan de sostén!
Por tu hijo Jesús… ¡Amén!
(Va a irse por la derecha, pero parece darse cuenta de la existencia del público y avanza hacia él llena de extrañeza).
¡Anda! ¿Cuándo habéis llegado?
¡Sabéis que Cristo ha bajado
y que puede estar aquí?
(Se adelanta hasta las candilejas y se siente encima de ellas, acomodándose como si fuese a empezar el cuento de nuevo).
Su nacimiento fue así:
¡Qué estando José casado…!
030028
Barcelona, 8 de noviembre de 1962
———
19 UN BROCHE PARA EL NIÑO DIOS
Navidad
¡Mamá me dice, y es verdad,
que si soy buena esta noche,
sería como dar un broche
al Rey de la Navidad!
030030
Barcelona, 12 de noviembre de 1962
———
20 ORACIÓN DE NAVIDAD
Navidad
Santo Niño de Belén,
¡gracias por haber bajado!
Te pedimos el sostén
que nos tienes preparado
para que al decir ¡amén!,
te sientas tan encantado
que quieras darnos también
el cielo recién comprado.
030031
Barcelona, 12 de noviembre de 1962
———
21 EL ÁNGEL CANSADO
Navidad
Diálogo para dos niños.
NIÑO.-
(El mayor niño de los dos. Va vestido pobremente y está sentado en una piedra de la calle. Árboles, buzón de correos y quiosco. Manos y ojos al cielo en actitud de súplica).
¡Ayúdame, Niño mío!
Te daré mi gratitud
si me guardas la salud
y me sacas de este lío.
Y no me olvides… ¡Confío
en que por haber nacido
conocerás de corrido
lo pobre de mi niñez!
Si en casa somos diez
para tener un vestido
y recibir alimento,
imagínate el partido
que se forma en ese nido
a poco que suene el viento
con aroma de alimento
del puchero del cocido.
(En una actitud más desenfadada).
Si te sientes ofendido
por lo impropio de mi queja,
dales de comer y deja
mi caso para un barrido
o un fregado algo más fausto.
(Pausa. Se lleva la mano a la oreja para hacer ver que está escuchando).
No contesta… Y se hace tarde.
A lo mejor es que no arde
la leña de mi holocausto
o que corro tan exhausto
que sólo percibo el humo…
(Pausa en la que adopta la actitud inicial).
¡Padre mío…! Si no presumo
de ser una buena pieza…
Sólo que me da tristeza
que unos almuercen con zumo
y otros chupan la corteza.
Anda, deja de abrir sobres
y baja a ver a los pobres
pues tu profunda grandeza
puede aliviar la pobreza.
(Espera de nuevo la respuesta).
¿No dices nada? Ya entiendo,
mi caso te está aburriendo
o tienes tantos pendientes
que los mismos expedientes
te impiden seguir queriendo.
(Inclina la cabeza lleno de pesar y se recuesta en la pared como si estuviese esperando algo o a alguien. De pronto, bruscamente, aparece un ángel pequeño por la izquierda, caracterizado al efecto. Entra en escena como si alguien le hubiese dado un empujón).
ÁNGEL.-
(Hablando hacia la izquierda).
¡Se lo diré de tu parte!
(Al público en un aparte).
¡Hay que ver cuánto trabajo!
(Se planta delante del niño y le dice con cierta gracia):
¡Eh, arriba ese desparpajo,
que estoy aquí para ayudarte!
NIÑO.-
(Levanta la cabeza).
¿Qué…? ¿Es que tratas de mofarte?
¡Si no te tienes derecho!
ÁNGEL.-
Mira, pese a tu despecho,
¡soy un ángel del Señor!
NIÑO.-
¿Tú? ¡Anda ya, que con ese color
también lo tengo en mi techo…!
Cambia de timo, maleta,
o vas a pasar más hambre
que las moscas del enjambre
que crece en una maceta.
¡Anda y cambia de chaqueta
que así pareces un gato,
y pronto, que tu retrato
no coincide con un ángel!
ÁNGEL.-
(Ofendido).
¡Pues mi padre es un arcángel
y controla el aparato
de la sexta galería
y del octavo pasillo!
NIÑO.-
¡Ya, y yo que soy poco pillo
hago ver que lo sabía!
ÁNGEL.-
Si no lo fuese, ¿sabría
que estás pasando un mal rato?
NIÑO.-
Es verdad. ¡Con ese plato
me acabas de convencer!
Además, ya puedo ver
ese nimbo medio chato
y el proyecto de dos alas
que corren desde tu espalda
hasta esa especie de falda
cosida con hebras ralas.
Por otra parte, a las malas
(Se levanta).
Te puedo en una paliza.
ÁRGEL.-
Desde luego, ser nodriza
de un niño desamparado,
es algo tan mal pagado
que el descanso ya me hechiza.
Así que vuelvo a los cielos,
pues anulada esta liza
tal vez me manden a Ibiza
como premio a mis desvelos.
(Empieza a irse hacia la izquierda a la par que habla dolorosamente).
Recorro cientos de suelos
en bien del necesitado
para quedar humillado
por el primer descosido
que duda de mi partido.
(Se vuelve hacia el niño).
¡Bah, tenme por no llegado!
NIÑO.-
(Le coge por el brazo y lo retiene mientras levanta su mano libre de forma amenazadora).
Como abandones el suelo
sin haberme comentado
el mensaje que te han dado,
no sólo no irás al cielo,
sino que no habrá otro vuelo,
puesto que de una pedrada
volverás a hacer tu entrada
por la puerta de la izquierda.
(Lo suelta y le arregla el pelo y la ropa que haya podido arrugarle).
¡Bueno, no hagas que me pierda
y explícame tu embajada!
ÁNGEL.-
¡Lo intentaré si me dejas!
NIÑO.-
(Insiste en sus amenazas para que se de prisa y claridad).
¡Pero con voz de tenor!
ÁNGEL.-
(Sin hacer caso de sus gestos).
Resulta que mi Señor
ha recibido tus quejas
casi sin mover las cejas
y las ha solucionado.
Por eso estoy a tu lado
y por eso vas a ver
que en asuntos del querer
eres un aficionado,
pues pedir a mano alzada
no es muy buena solución.
NIÑO.-
¡Anda, peor es la canción
que promete y no da nada!
ÁNGEL.-
Bueno, dejemos la espada
y escucha con atención
puesto que la salvación
puede darle algún sentido
a una vida de perdido
que busca su remisión:
Resulta que se ha sabido
que igual tuvo que nacer
de una sencilla mujer
y de su pobre marido,
y si por haber nacido
en un pesebre de paja
tuviese la moral baja,
¿dónde iríamos a parar?
NIÑO.-
Pero, ¿te quieres callar?
¡Tu cabeza no trabaja
si no es a base de gritos!
ÁNGEL.-
¿Qué?
NIÑO.-
¡Qué yo no quiero nada!
¡Qué si pido una fabada,
pan y calamares fritos,
es para mis hermanitos!
¡Qué no es por mi condición
el fondo de la oración!
(Muy digno).
¡Yo pido por mi familia!
ÁNGEL.-
Me gusta tanto amor filia.
Bien, sigo sin dilación:
Puedes marcharte contento
ya que dentro de unas horas,
aquellos a quienes lloras
habrán hallado sustento…
(Hace ver que oye una voz que le viene por la izquierda).
Me dicen que en un momento
pueden llegar a tu casa
diez cestas de rica masa,
fresas, ensaladas, sopas,
sillas, carteras y ropas…
NIÑO.-
(Lo coge por las solapas).
Oye tú, ¡basta de guasa!
ÁNGEL.-
¡Espera…!
NIÑO.-
(Lo suelta).
¿Es cierto eso?
ÁNGEL.-
Pues mira, de ti depende.
NIÑO.-
No me digas. ¿Por qué?
ÁNGEL.-
Aprende,
y no te quedes tan tieso:
Sé que si te vas expreso
dando muestras de haber creído,
Dios te lo habrá concedido
aun antes de haber llegado.
NIÑO.-
¿No me engañas?
ÁNGEL.-
(Se hace el ofendido).
¡No he bajado
para jugar un partido
con tu bendita inocencia!
NIÑO.-
Pareces tener razón.
ÁNGEL.-
¡Ya…!
NIÑO.-
¡Me voy, que el corazón
ya no aguanta la impaciencia
y carece de paciencia
para llegar al final!
ÁNGEL.-
¡Ves y no te portes mal!
NIÑO.-
Descuida, que ya me tienes
convencido…
ÁNGEL.-
¡Qué bien!
NIÑO.-
¿Vienes?
ÁNGEL.-
(Señalando hacia la izquierda).
Tengo que ir a un hospital…
NIÑO.-
(Se va hacia el medio mutis de la derecha, pero antes de llegar se vuelve).
Pues, ¡adiós…! Oye, ¿no mientes?
No claro, eres un celeste.
Bien, pues aunque me cueste
me voy a mover los dientes
con mis queridos parientes.
(Va a desaparecer).
ÁNGEL.-
¿No das gracias al Señor?
NIÑO.-
Se hace tarde y a lo mejor
no sé ni como expresarme.
¡Ea, tú puedes excusarme
aunque me conozcas peor!
ÁNGEL.-
Pues…
NIÑO.-
Lo dicho: ¡Voy lanzado
para ver como es tu anuncio!
(Se va corriendo por la derecha).
ÁNGEL.-
(Defraudado).
¡Vaya, yo de esta renuncio
aunque lo tenga vedado!
(Pausa en la que se sienta en la piedra que había ocupado el niño).
Bueno… Cumplido el recado
y superada esta fase,
me reportaré a la base
en busca de otros destinos
que si no fueran divinos
no habría quién los aceptase,
pues ni nos dan vacaciones
ni nos pagan de verdad…
Claro que la caridad
me hace ver muchos rincones,
aumentar las relaciones
y andar…
VOZ EN OFF.-
(Por la izquierda).
¡Gabrielito!
ÁNGEL.-
(Se levanta).
¡Cielos,
parece que mis anhelos
ni siquiera le han gustado!
(Mirando hacia la izquierda).
Padre, no estés enfadado
que no me quejo por celos…
Ha sido como un desmayo
en un momento algo tonto.
Sí, ya lo sé, por lo pronto
he acabado este ensayo
como una lluvia de mayo
en un campo de secano…
(Hace ver que espera una respuesta por el lado de siempre, la izquierda).
¿Qué dices? ¿Qué vaya al grano?
¿Qué eso es lo que hacemos todos?
Sí, pero de todos modos…
Bien, tú eres el decano,
mas no quiero ir a los cielos
si no puedo despedirme…
(Se adelanta hasta las candilejas).
Muchachos que podéis oírme
y que entendéis mis recelos:
¡No dejéis que vuestros celos
os hagan cerrar la mano,
pues ayudar al hermano
con total desprendimiento,
es el nuevo mandamiento
de este Señor tan humano!
Y si tenéis una tarta
debéis partirla con ellos,
pues si Dios pone los sellos
el hombre tira la carta
tanto si se llama Marta
como Miguel Alvarado…
(Al cielo de la izquierda).
¿Qué, papá? ¡A que te ha gustado…!
De acuerdo y de mil amores.
(Al público).
¡Hasta la vista, señores!
(Hace ademán de irse, pero se lo piensa mejor y se encara con el público).
¡Caso de necesitarme,
no tienen más que llamarme
a la mansión de las flores!
(Hace una reverencia y desaparece corriendo por la izquierda).
030032
Barcelona, 14 de noviembre de 1962
———
22 ADORACIÓN MUNDIAL
Navidad
Cinco niñas principiantes.
ADORACIÓN de los pastores.-
Estando ciertos pastores
vigilando a sus corderos,
vieron a tres mensajeros
que después de saludar
no dejaron de cantar:
¡Cristo ha nacido entre flores…!
Por eso, tras merendar,
fueron juntos a adorar
al mejor de los señores.
ADORACIÓN de los reyes.-
Los reyes, llenos de halagos,
desde oriente se vinieron
y con astucia supieron
donde estaba en Bien Nacido.
Y una vez ya conocido,
y asegurados los pagos,
le ofrecieron tantos dones
que el tema de las canciones
siempre los ve como Magos.
ADORACIÓN de los padres.-
También los padres del Niño
optaron por adorarle
y después de agasajarle
con pan y leche de ovejas,
aún sobraron tres bandejas
con dos quesos y un pestiño.
Y es que era para adorar
saber que podía salvar
a base de su cariño.
ADORACIÓN de los ángeles.-
Los ángeles que alabaron
con escogidas canciones,
también dieron bendiciones
al Niño de nuestro cuento,
pues después del nacimiento
el tema que señalaron
volvió a ser el ya sabido:
¡Qué Jesús había nacido
para quiénes lo llamaron!
ADORACIÓN del mundo.-
Y los nacidos del mundo
también vamos a adorarle
porque queremos amarle
con el mejor sentimiento,
pues sólo su nacimiento
y su cariño profundo,
nos puede ser de consuelo
hasta el día en que nuestro vuelo
nos lleve a un país más fecundo.
030033
Barcelona, 15 de noviembre de 1962
———
23 LA MUERTE VENCIDA
Navidad
¡Cristo supo encadenar a la muerte
en el mismo momento de nacer
y nos demostró, para nuestra suerte,
que igualmente la podríamos vencer!
030034
Barcelona, 16 de noviembre de 1962
———
24 NOMBRE DE REDENTOR
Navidad
El pecado vino por un hombre
que se comparó con el Creador,
obligando a nuestro Redentor
a desenredar ovillo y entuerto,
pues no había nadie más en el Huerto
que tuviese el suficiente nombre.
030035
Barcelona, 16 de noviembre de 1962
———
25 ORO, INCIENSO Y MIRRA
Navidad
Juguete escénico para tres
muchachos vestidos de época,
sentados alrededor de un fuego.
MELCHOR.-
Me llamo Melchor, señores,
amo de vidas y haciendas,
pues soy quien lleva las riendas
del mercado de las flores
que visten de mil colores
a mi pequeña nación.
Y puesto que una canción
tiene varias consonantes,
volveré a decir lo de antes:
¡Por mi regia condición
y el escudo de mi casa,
dejé país, ciudad y templo
para sembrar el ejemplo
a quien sin querer amasa
entre la leña y la brasa
de los buenos corazones…!
Bueno, y dichas mis razones
justo es que, por ser más diestras,
pasemos a ver las vuestras.
GASPAR.-
Tal vez no llegue a tus dones,
pues en letras de canciones
mis pueblos son más modestos,
pero al ver sus ojos puestos
en mis continuos sermones,
encuentro las soluciones
a cualquier caso espinoso.
Soy creyente poderoso
de soles y de galaxias
por ver si acallo las ansias
de este siglo tenebroso
que da la espalda a lo hermoso
a causa de su arrogancia.
También me sobra elegancia
para deciros gozoso
que me siento más esposo
de las cortes celestiales
que de los malos mortales,
mas si alguna cosa tengo
es más del pueblo que vengo
que de mis artes marciales.
BALTASAR.-
Pues puestos a quitar males,
a rebajar sufrimiento
y a luchar contra el tormento
de los amos animales,
puedo citar con modales
al pueblo que represento
y hasta cargar el acento
aplaudiendo con las manos,
pues en derechos humanos,
aparte de dar aliento,
nos sentimos los señores
que tras inventar el texto
nos quedamos con lo puesto.
Bueno, después de estas flores,
apunto que mis amores
son las personas humanas,
pues sólo amando con ganas
se aprende sabiduría;
así, al terminar el día,
puedo cuidar de mis canas.
MELCHOR.-
Bien, pero ¿a qué te dedicas?
BALTASAR.-
¡No hago más que asesorar!
GASPAR.-
¿Y qué has venido a buscar
con estas ropas tan ricas?
BALTASAR.-
Enseguida abro mis plicas
pues algo tienen de extraño:
Esperaba el fin del año
en mi reinado de Oriente,
cuando algo sobresaliente,
por importancia y tamaño,
se me presentó en la mente.
La idea era tan singular
que ya no pude dudar
que, amén de ser excelente,
iba a salvar a la gente
de la amargura de Mara…
Soñé que una estrella clara
me llevaba hasta un lugar
donde todo era cantar
y melodiosa algazara.
MELCHOR.-
¿Quieres decir?
BALTASAR.-
¡Yo no miento!
MELCHOR.-
Tranquilo, no es que me cueste
lo del mensaje celeste,
pero el resto del invento…
BALTASAR.-
¡La fiesta era un nacimiento!
MELCHOR.-
¡Ah…!
GASPAR.-
(A Baltasar).
¿Tú también lo sabías?
(A Melchor).
Desde Adán a Malaquías
y desde el este hasta el oeste,
ningún suceso como este
cumple tantas profecías.
BALTASAR.-
Sí, este Dios del sufrimiento
era esperado con ansia,
por eso dejé mi estancia
y sin parar un momento,
me fui a un desierto con viento
y ya en esta encrucijada
en la que no se cría nada,
(Señalando al y al otro).
me encuentro con un asceta
y a un sabio medio profeta
marchando tras la llamada.
Decirme, ¿también buscáis
al Niño de mi cantar?
MELCHOR.-
¡Yo sí!
GASPAR.-
¡Y yo!
BALTASAR.-
¡Contar, contar…!
¡Decirme lo que pensáis!
¿Vosotros también soñáis?
MELCHOR.-
Sí…
GASPAR.-
¡Alto, dejarme un pasillo!
(A Baltasar).
Lo que pides es sencillo
ya que esa misma experiencia
tiene que ver con la ciencia
de la que me maravillo…
También yacía meditando
al recibir la visión:
Miraba la colisión
de dos astros muy cercanos,
cuando sones infrahumanos
sin nada de polución,
me explicaron la canción
que estamos considerando:
¡Qué todos vamos marchando
por encontrar la nación
que los astros han marcado
y que el Niño que ha nacido
es el Mesías prometido
al mundo desesperado!
Por eso dejé el ganado,
la lente, el pan y el florero,
y corrí tras el lucero,
una estrella muy brillante,
hasta pararme delante
de esa especie de sendero
que marca la encrucijada.
Y al traspasar esa duna,
me encuentro con la fortuna
que ya ha sido señalada:
¡Qué sin saber casi nada
y sin conocerlos de antes,
me encuentro a dos caminantes
que sin rumbo definido,
parece ser que han seguido
señales tan importantes!
BALTASAR.-
¡Alabado sea el Señor
ante tanta coincidencia!
MELCHOR.-
Alto, espera, ten paciencia
y reprime tu candor,
pues alabarás mejor
cuando oigas mi experiencia…
Ya veo que Dios y su ciencia
van más allá de mi casa
y que su fama traspasa
fronteras con resistencia,
espesuras con maleza
y las vallas de un pinar.
Ved: También vi sin buscar
por mi continua pereza,
ese sueño de grandeza
que no trato de explicar
por no doblar el cantar.
Sólo diré con llaneza
que vi en él tanta belleza
que no la podría pintar
ni el paisajista más listo
ni el autor con más destreza,
pues no existe más nobleza
que la de Dios y su Cristo.
Bien. Pienso que ya habéis visto
la razón que me ha movido.
Y para que el Bien Nacido
tenga el trono asegurado,
ayudaré a su reinado
con el oro que he molido.
(Saca una bolsa de su bolsillo y la deja en el suelo, delante suyo).
GASPAR.-
Pues mira, a mí me ha gustado
ese detalle estilista,
mas como le veo un artista
y un Santo sacrificado,
aquí le traigo tapado
(Saca un tarro de su bolsillo y lo deja en el suelo, igual que su compañero).
este incienso de primera,
pues pienso que su bandera
es blanca por la pureza
y roja por la nobleza
de una entrega tan sincera.
BALTASAR.-
Me gustan las dos medidas
y a los dos daría la mano,
mas como le veo un hermano
de las almas doloridas,
yo le traigo dos medidas
de mirra purificada.
(Saca un frasco de su bolsillo y lo deja en el suelo, delante suyo al igual que los demás).
¡Así queda bien marcada
la misión del Rey nacido!
MELCHOR.-
Sí, los tres hemos sabido
que reforzará la azada
y de lanzas hará cañas,
que su amor será el ungüento,
la moraleja del cuento,
la paz de gentes extrañas,
el querer de las entrañas
y muchas más cualidades…
Claro que en estas verdades
ahora no hemos coincidido.
BALTASAR.-
Bueno, nada se ha perdido,
pues en cuestiones de dar,
importa más entregar
que engrosar las cantidades.
GASPAR.-
Dices una gran verdad.
(Se levanta, recoge su tarro y se adelanta un tanto hacia el público).
Ahora quiero resaltar
lo que dice Baltasar:
¡En cuestión de caridad
cualquier mes es Navidad!
Así, si queréis venir,
ninguno podrá impedir
que engroséis la comitiva
y si veis que es excesiva
la carga para salir,
pensar que hasta tenéis coches
de poderoso encendido
y que para haber venido
yo he cabalgado cien noches.
(Se retira hacia la derecha de la escena esperando a sus compañeros).
BALTASAR.-
(Se levanta también, recoge su pequeño frasco y se adelanta un tanto, dirigiéndose a Gaspar)
Deja en paz a los reproches
que sólo valen de arriba
y piensa que aquel que priva
a un alma de libertad,
no verá la eternidad
por más que ande, muera o viva.
Además, por bien divino,
y al menos por esta zona,
¡Belén es toda persona
que vemos en el camino!
(Al público).
Entonces, yo me imagino
que pueden ir cuando quieran
y que, ¡sólo con que no hieran
al resto de caminantes,
pueden marchar consonantes
con los que ya nos esperan!
(Se retira también hacia la derecha, hasta parar junto a Gaspar).
MELCHOR.-
(Se levanta, coge su bolsa y se adelanta también hasta la concha del apuntador).
Dice bien mi compañero,
mas si a Belén, mis amados,
se va por todos los lados,
es justo saber primero
las notas del cancionero
que se conjugan con gozo:
¡Quién quiera salir del pozo
que le causa su pecado,
debe dejar el tejado
que se construyó de mozo
y mirar al Salvador,
que después de haber nacido
murió en el Monte Perdido
por salvar al pecador!
¡Vamos a ver al Señor!
¡Vayamos en procesión
a cantar al rey de Sion
con mente limpia y contrita,
pues la vida se limita
y después no habrá ocasión!
(Se va hacia la derecha y cuando llega al lugar donde están sus compañeros, saludan a la vez y salen los tres en fila india dejando la escena vacía).
030036
Barcelona, 21 de noviembre de 1962
———
26 ¿CRISTO NACERÁ OTRA VEZ?
Navidad
¿Sabéis por qué resulta tan fría
la larga noche de la Navidad?
¡Pues, por qué no existe caridad
para con el hijo de María!
Ver: Resulta que cuando ascendía
con ángeles y brumas envuelto,
mandó a los discípulos del huerto
que hablasen de su eterna verdad
desde el corazón de la ciudad
al rincón más duro del desierto.
Y aunque los doce le hicieron caso,
muchos otros, por comodidad,
celebran esta festividad
comiendo pan y durmiendo al raso,
bebiendo vino y tirando el vaso,
ignorando que la profecía,
aparte de señalar un día,
nos habla de tantos nacimientos
como razones y pensamientos
van del Adviento a la Epifanía
y que Cristo siempre repetía
que a pesar de ignorar el momento,
su segundo y nuevo advenimiento
también al final se cumpliría
y que más tarde separaría
a la simiente de la cizaña…
¿No es mejor el corte de guadaña
que ser arrancados por despojos?
¡Pues dejarlos cómodos rastrojos
y luchar por los campos de España!
¡Ir y comprometer vuestros ases!
¡Va, no temáis salir a la mies,
pues si el Niño Dios os da los pies,
también os ayudará en las frases!
¡Va, salir a confirmar sus bases
y a ensanchar las cuerdas de sus dehesas,
pues dice en una de sus promesas
que si ayudáis a salvar el mundo,
no habrá ese nacimiento segundo
pero volverá con más sorpresas!
030038
Barcelona, 23 de noviembre de 1962
———
27 DÍA DE FRATERNIDAD
Navidad
Dicen que este día, señores,
es día de fraternidad…
¡Sí, pensando en Navidad
hasta los cardos dan flores!
030039
Barcelona, 29 de noviembre de 1962
———
28 YA LO SABÍA
Navidad
Mamá tuvo que explicarme
que Jesús fue pobrecito,
pero no que, mayorcito,
tuviera a bien el salvarme.
030040
Barcelona, 29 de noviembre de 1962
———
29 AMOR DE DIOS
Navidad
¡Quién quiera saber de amor
bien exento de tristeza,
que se fije en la grandeza
del que usó nuestro Señor!
030041
Barcelona, 29 de noviembre de 1962
———
30 ORACIÓN MATUTINA
Navidad
Poco antes de levantarme
pienso en el Niño Jesús
y así recibo la luz
que me ayuda a espabilarme.
030042
Barcelona, 29 de noviembre de 1962
———
31 NAVIDAD PARA CRISTO
Navidad
Ya que en Navidad estamos
y prontos a celebrarla,
debiéramos dedicarla
al Cristo que descuidamos.
030043
Barcelona, 29 de noviembre de 1962
———
32 TRES FECHAS
Navidad
Hay tres fechas de verdad:
¡El día aquel en que nací,
el que a Cristo conocí
y el de su Natividad!
030044
Barcelona, 29 de noviembre de 1962
———
33 EL SENTIR DE LOS PADRES
Navidad
Los hijos, como las perlas,
forman parte del tesoro
que guardamos con decoro
en el mismo corazón.
Además, son bendición
del mismo Dios de los cielos,
pues completan los anhelos
de los padres más humanos.
Y si esto nos hace hermanos,
¿qué no hará del Dios celeste?
¿Existe algo que nos cueste
más que nuestra negación?
Naciendo fue salvación
para cientos de criaturas;
mas, ¿fue a cambio de amarguras
para su Padre glorioso?
Sí. Así que el mortal ansioso
que se precie de entendido,
para ser correspondido,
debe cantar al Señor,
pues sólo a base de amor
hombre y Dios se complementan
y entre los dos alimentan
la cuna del Redentor.
030045
Barcelona, 30 de noviembre de 1962
———
34 NAVIDAD
Navidad
Juguete escénico para siete niños/as,
llevando cada uno de
ellos una gran letra
en el pecho.
N.- Con esta N represento
la negación de Jesús,
quien para daros la luz
consintió en el nacimiento.
A.- Yo, con esta A haciendo broche
simbolizo el gran amor
que Cristo, nuestro Señor,
nos regaló aquella noche.
V.- Aun puesto en tercer lugar
no soy menor que las otras,
pues la Virtud, con vosotras,
muy bien se puede juntar.
I.- Como I me tenéis que ver
formando tablas con Hijo…
¿Es que hay mejor escondrijo
dónde me puedan poner?
D.- Pues la D tiene el honor
de decir con voz celeste,
que no hay Dádiva que cueste
más que la de mi Señor.
A.- Aun siendo una A segundona
Alabanza simbolizo,
pues Él, con su nacer, hizo
que el malo fuera persona.
D.- Como D final presiento
muy fuerte Dolor de boca,
pues la gente se equivoca
no apreciando el Nacimiento.
030046
Barcelona, 30 de noviembre de 1962
———
35 NAVIDAD HERMOSA
Navidad
¡Esta noche es tan hermosa
que, por el hecho de serlo,
puede ser hasta famosa
a los que, sin merecerlo,
esperan la paz gloriosa!
030047
Barcelona, 1 de diciembre de 1962
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36 DUERME EL BEBÉ DIVINO
Navidad
Piensa la virgen, esposa
del carpintero José,
que debe salir airosa
al cuidar de aquel bebé
que por Divino reposa.
030048
Barcelona, 1 de diciembre de 1962
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37 EL RIO JORDÁN
Navidad
Caminante, si te acercas algún día al Jordán
o andas por Palestina,
te llamará la atención que tan poco caudal
anule a la calina,
que sus feraces riberas parezca que están
para aquel que camina
y que, a pesar de ser la divisoria fatal
de una nación sojuzgada por su propio mal,
su belleza ilumina.
Mas si piensas que sus tranquilas aguas enseñan
aquel drama divino,
las verás igualmente hermosas, aunque condenan
a todo palestino,
pues por propia maldición de sangre, se despeñan
en el caos libertino,
ya que al igual que aquellas tras su marcha terminan
en un mar tan Muerto, que sus playas intimidad
al animal dañino.
Claro que si llegamos a juzgar por la ciencia
de aguas poco febriles,
resulta que estamos unidos por la evidencia
de entrar también por viles,
pues si condenaron a Cristo por su presencia,
nosotros por serviles.
Ambos dejamos olvidada aquella potencia
en aras de caer en la invisible omnisciencia
de diez en vez de miles.
De ahí, que si queremos ver un buen complemento
que elimine el pecado,
debemos volver a su natural nacimiento
como nos fue legado,
pues si en el mar de Galilea inicia el movimiento
de continuo regado,
el émulo Cristo, nos viene por cumplimiento
en un Belén de Judea, que en aquel momento
es lugar señalado.
Ahora, avancemos olvidando antiguos rencores
que lo tenían perdido,
veámosle en su frágil cuna rodeado de amores
y bien recogido,
esperando ansioso que te unas a las canciones
que lo harán conocido.
Así, resolverá mejor sus crueles cuestiones
cuando a manos de la masa y de los centuriones
sea por ti escarnecido.
Piensa que Cristo no acaba como el Jordán nuestro,
en ese mar Salado,
muere, sí, lo asesinan estando en nuestro puesto
por pecados malvado,
pero muere alegremente, por salvar al resto
que tenía encomendado.
Y por esta razón, nuestro destino funesto
se trueca en sano oasis donde antes había desierto
por Satán habitado.
030049
Barcelona, 5 de diciembre de 1962
———
38 LA NUEVA BELÉN
Navidad
Amargada está la muerte por tu nacimiento
y arrebatado su poder para dar tormento…
Nos enseñas a correr hacia la gloria ansiada
sin temor al funesto y desgraciado reinado
de ese Satanás tan creído, falaz y amañado
para aquellos que hasta ahora formaban su
manada.
Y ante una sencilla cuna de paja enredada
el rey caído, en su rebeldía, quedó en la estacada
teniendo que desechar aquello que pensara
en el transcurso de siglos y siglos enteros,
pues al nacer Cristo, terminó con los anhelos
que el fondo de su corazón acariciara.
Y es que la Navidad de Cristo tan aguardada,
a la vez de levantar al hombre que se ahogaba,
elimina al perverso maligno y, en consecuencia,
Satanás y su abnegada muerte son vencidos
con las mismas armas en que somos socorridos
para poder estar cerca de la Providencia…
Así pues, fieles agradecidos de esta ciencia,
te damos mil gracias, oh Señor, por tu presencia
en aquella extraordinaria noche de la aldea
en la que viniste al mundo lleno de poder.
¡Y rogamos que hagas posible que tu nacer
nos dirija hacia la nueva Belén de Judea!
030051
Barcelona, 6 de diciembre de 1962
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39 ESTRIBILLOS
Navidad
Juguete escénico
para un grupo de niños
con zambombas y panderetas
al ritmo de villancicos.
¡Dicen que la Virgen pura
buscando la caridad,
se encontró con la hermosura
de una buena Navidad!
¡Silencio, que el Niño duerme
y vamos a despertarlo…!
También, que el santo José
se encontraba tan nervioso,
que hasta rezaba de pie
mientras nacía el Precioso.
¡Silencio, que el Niño duerme
y vamos a despertarlo…!
Y cuando acostaron al Niño
aún pudieron comprobar
que su piel era de armiño
del lejano Malabar.
¡Silencio, que el Niño duerme
y vamos a despertarlo…!
Y mecieron la cunita
llenos de santa emoción,
pues aquella hora bendita
marcaba la Redención.
¡Silencio, que el Niño duerme
y vamos a despertarlo…!
Pronto, a los padres, se unieron
los angelitos del cielo,
pues después de que le vieron
se quedaron en el suelo.
¡Silencio, que el Niño duerme
y vamos a despertarlo…!
Y los pastores, curiosos,
corrieron hacia el establo,
pues también iban ansiosos
para formar el retablo.
¡Silencio, que el Niño duerme
y vamos a despertarlo…!
Así que todos cantaban
llevados por la alegría
sin pensar que molestaban
a la buena de María.
¡Silencio, que el Niño duerme
y vamos a despertarlo…!
Mas el pequeño, nacido
para salvarnos a tantos,
suspira medio dormido
arrullado por los cantos.
¡Silencio, que el Niño duerme
y vamos a despertarlo…!
Por eso su madre, al verme
dijo: ¡Si quieres cantarle,
hazlo más bajo, que duerme
y no quiero despertarle!
¡Silencio, que el Niño duerme
y vamos a despertarlo…!
030054
Barcelona, 10 de diciembre de 1962
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40 LOS DOLORES DE CRISTO
Navidad
Si en la cruz encontramos el camino
que nos conduce al encuentro divino
por propia negación,
en la cuna se inicia tal criterio
que hace que desde el púlpito al bautisterio
se hable de redención;
pues, si en el Gólgota tuvo el tormento
físico y moral, que arrancó el lamento
de todos conocido,
en Belén tuvimos conocimiento
de lo que fue capaz, en sufrimiento,
el Jesús prometido.
No sólo fueron lanzas las que hirieron,
ni tampoco los clavos los que hicieron
el puente del dolor,
sino el rebajarse hasta el infinito,
el transformarse de eterno en finito
movido por amor.
Y si la hiel de la soledad moral
el envolvió en una sábana mortal
por propia voluntad,
mucho más, y por la misma razón,
el establo asoló su corazón
en una Navidad,
pues si sintió el desgarro de abandono
del mismo Padre, que desde su trono
le tenía acongojado,
también experimentó de verdad
lo que es querer nacer de caridad
y hacerlo desterrado.
Y puesto que en ese monte maldito
nuestro Salvador se volvió delito
por todos los pecados
y por todas las negras consecuencias,
y que por la cuna sin apariencias
pudimos ser salvados,
debemos unirnos al salto coro
que aquellos ángeles con rostros de oro
cantaron en el cielo
la noche en que el Salvador renunció
a la seguridad que renunció
para propio consuelo.
Así, mitigaremos su dolor
y haremos nuestro el precioso sudor
por nosotros gastado,
y así, daremos su justo valor
a un nacimiento sin otro calor
que el que ya hemos cantado.
¡Haznos partícipes, pues, Señor nuestro,
del dolor que padeció el Hijo vuestro
en la cruz maldecida,
y de la horrenda renuncia en el huerto,
y del escarnio del mañana incierto
de una cuadra perdida…!
¡Sólo así arrancaremos una espina
de la corona que por nos culmina
en el cuerpo y en el alma,
y de esta forma no estará tan solo
cuando vuelva otra vez a nuestro polo
a recoger su palma!
030055
Barcelona, 10 de diciembre de 1962
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41 EL REVOLTOSO
Navidad
Recuerdo que cierto día
en que estaba castigado,
vino mi abuela Lucía
y al verme desesperado
y con algo de insolencia,
quiso sentarse a mi lado
para ver si en consecuencia
podía ser consolado.
Empezó, la muy ladina,
diciendo que era un pesado,
pero que aun con esa espina
podía ser aprovechado.
Así me enteré gozoso
que a pesar de haber llorado,
debía sentirme orgulloso
de poder ser escuchado.
y lo que es más importante:
¡Ser querido y perdonado!
A partir de aquel instante
ya me tuvo tan callado
que mi fama de celoso,
y hasta de niño mimado
se transformó en revoltoso
sin malicia ni pecado.
Y es que mi abuela me dijo
que amase a Dios de buen grado,
porque me había dado a su Hijo
para ser crucificado
por mis culpas y delitos.
No, no creáis que me he pasado,
al menos eran los hitos
de un cuento tan bien contado
que empezando como todos
los que hasta aquí se han narrado,
por una cuestión de modos
acabará mejorado.
Ver, habló de esta manera:
Hubo un Niño tan honrado,
y con sangre de primera
que aún no ha sido superado
por marqueses ni princesas.
Había sido señalado
por las divinas promesas
como el Señor esperado
por los hombres de paciencia.
Me dijo que había bajado
para que cada conciencia
y cada lomo cargado
que quisieran descansar,
supieran que había llegado
para cuidar y salvar
a tanto desesperado.
Y que nos nació en Judea,
casi en pleno descampado,
en una especie de aldea
y en un mes muy celebrado.
Y que Jesús fue su nombre,
como habréis adivinado,
que nació para que el hombre
no camine descarriado,
que vivió como un lucero
y que al ser crucificado
a causa del mundo entero,
aún pudo dejar sentado
que iba a estar viendo a la gente
tras haber resucitado
y que no sería decente
tenerlo por engañado.
Me quedé tan convencido,
por no decir asombrado,
que si lo hubiera sabido
no le hubiera molestado.
Pedí que me perdonasen,
y al verme tan apenado,
consiguió que me librasen
del castigo señalado.
Y cuando me vi corriendo,
en vez de estarme sentado,
recuerdo que fui diciendo
que era hermoso ser amado
por el buen Dios de los cielos
y que ya que me había dado
tanto amor y tantos vuelos
tenía ser aplicado,
serio, formal y estudioso.
Así que dejo aclarado
que en vez de ser revoltoso
pasé por ser educado.
Y todo gracias al cuento
del Cristo recién bajado,
no sólo me dio el acento,
sino el verbo declinado.
Bien, y para despedirme
de verso tan enredado,
que quede a salvo mi honra, oídme:
¡Tal y cómo lo he contado
me lo contaron el día
en que, estando castigado,
mi tierna abuela Lucía
vino a sentarse a mi lado!
030057
Barcelona, 13 de diciembre de 1962
———
42 LA CUNA DE MADERA
Navidad
Corrían malos tiempos para Judea…
Hombres de varias legiones romanas
hollaban cada pueblo y cada aldea
profanando las reliquias arcanas
salvadas de las iras de Caldea.
Tanto es así, que este estado de cosas,
obligaba a los judíos más cerriles
a agachar sus cabezas desdeñosas
en espera de que días más sutiles
trajesen ocasiones ventajosas.
Por esto, y por otros hechos puntuales,
creyeron que el reinado de este Cristo
les quitaría de golpe aquellos males
y volverían a ser lo nunca visto
o la flor y nata de los mortales.
Así que no entendieron los caminos
del pequeño y débil recién nacido,
esperaban soldados como pinos
que, tras haberlos visto y bendecido,
sojuzgasen a los pueblos vecinos
y expulsasen a griegos y a romanos
del suelo que pisaron los patriarcas,
los jueces, los reyes y los ancianos.
Así, después de haber visto las marcas
de un Redentor de cortes tan humanos,
no pudieron aceptar su presencia
al no encajar en el cuadro indicado
hecho a base de sal y penitencia.
(Consultaron las leyes del pasado
y no vieron las raíces de su herencia
a pesar de llenar el mundo entero).
Por eso, nuestro Dios, algo confuso,
empezó a examinar al extranjero
que perdido, desechado y en desuso,
sesteaba por un bosque sin sendero.
Y sin dejar de amar a los primeros
o querer más a los segundos, dijo:
¡Sólo el que busque al Dios de los sinceros
podrá ver en la persona de mi Hijo
al Rey de los creyentes verdaderos!
Así sabemos que: ¡De tal manera
amó Dios a la humanidad mezclada,
que dio a su Hijo una cuna de madera
para que quien atienda a su llamada
pueda tener un país y una bandera!
030058
Barcelona, 13 de diciembre de 1962
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43 SILENCIO EN EL MUNDO
Navidad
¡Silencio en el mundo, la hora se acerca
en que el Cordero de Dios se hará un
hombre,
y ante un cambio tan caro y decisivo
el griterío resultaría nocivo
para el Santo que, tras saltar la cerca
tendrá que luchar por darnos un nombre!
Silencio en el mundo, la hora se acerca
en que el Cordero de Dios se hará un
hombre,
y es en calma que se gestan los planes,
pues la gula, gritos y otros desmanes
es una práctica de gente terca
que no le importa caminar sin nombre…
Silencio en el mundo, la hora se acerca
en que el Cordero de Dios se hará un
hombre,
por eso hay que vivir la Navidad
aprendiendo a repartir caridad
en esta especie de mortal alberca
que no conoce ni a su propio nombre.
Silencio en el mundo, la hora se acerca
en que el Cordero de Dios se hará un
hombre,
y sería precioso que nuestra vida
consiguiera, aunque fuese a su salida,
ayudarle a que viviera más cerca
de los que confían y guardan su Nombre.
030059
Barcelona, 15 de diciembre de 1962
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44 ROMANCE DE PASTORCILLOS
Navidad
Diálogo entre una niña y un niño,
vestidos de época actual, pero a la
usanza de los pastores de cualquier pueblo.
NIÑO.-
(Sale por la derecha llevando zurrón y cayado y al ver a la Niña, que sale al mismo tiempo que él por la izquierda, cargada con una gran cesta de adornos navideños, la interpela):
¿A dónde vas pastorcita
tan deprisa y tan cargada?
NIÑA.-
(Sorprendida ante el encuentro inesperado).
¡Hola, zagal! Pues…
NIÑO.-
¿Qué?
NIÑA.-
Nada,
voy a casa de Juanita,
aquella que es pecosita,
a ayudarla a preparar
un rincón de su pajar.
NIÑO.-
Pues ya es tener humorada.
NIÑA.-
¡Qué va, voy ilusionada,
pues en esto de ayudar
es dónde se ven los modos!
¡Además, como el rascar
sólo es cuestión de empezar!
NIÑO.-
Ya puedes bajar los codos,
que ayudar lo hacemos todos!
NIÑA.-
¡Aquí, no! ¡Es un privilegio!
Ya sabes que mi colegio
nos ha elegido a nosotras…
NIÑO.-
(Burlón).
¡Claro, cómo que no hay otras!
NIÑA.-
(Medio enfadada).
¡Tonto…!
NIÑO.-
Bueno, era un arpegio
de mis dotes de bromista.
Perdona mi mala pata…
Comprendo que es una lata,
pero te tengo por lista
y…
NIÑA.-
(Idem).
¡Pues, sí que tienes vista!
NIÑO.-
Eso pienso.
NIÑA.-
(Trata de irse por la derecha).
¡Hasta más ver!
NIÑO.-
(La retiene).
Alto, aún no llego a entender,
dejando aparte el arpegio,
el por qué del privilegio
ni lo que tenéis que hacer.
ANA.-
Pues la cosa es muy sencilla
¿Qué pasa esta semana?
NIÑO.-
¿Qué se va a casar tu hermana?
NIÑA.-
(Irónica).
¿Y tú eres el de la silla
del concejo de Velilla?
¿Serás tonto?
NIÑO.-
¡Pues no entiendo!
NIÑA.-
Pero, ¿cómo es que sabiendo
la fecha que celebramos
no te das cuenta que hablamos
de Jesús?
NIÑO.-
Ya veo…
NIÑA.-
Queriendo
colaborar de algún modo,
¿no te viene la ocurrencia
que toda esta diligencia
es para el Señor de todo?
NIÑO.-
¡Qué sí, qué veo, qué mi apodo
no es el de “patata frita”,
sino el de un lobo que grita.
NIÑA.-
Pues aún así te repito
que hemos puesto un arbolito
en el pajar de Juanita.
NIÑO.-
¡Por el burro de mi abuelo,
mira que eres retorcida!
De haberlo dicho enseguida,
la mitad de este revuelo
se hubiera ido por el suelo
de piedras de este sendero.
NIÑA.-
Creí que lo sabías… Espero
que vengas a visitarlo.
NIÑO.-
Claro.
NIÑA.-
Pues, voy a adornarlo
poniendo todo mi esmero.
NIÑO.-
Y lo vais a conseguir.
¡No hay artistas conocidas
como las dos elegidas!
NIÑA.-
Muy fino… ¿Vas a venir?
NIÑO.-
¿Cómo lo voy a decir?
Iré después del mercado,
quiero ver como el cercado
que siempre ha sido la aldea,
cambia a Belén de Judea
por un árbol bien ornado.
NIÑA.-
Eso espero.
NIÑO.-
Mas, repito:
¿Sabes el significado
del evento señalado
y del dichoso arbolito?
NIÑA.-
¡Creo que cualquier corderito
lo sabe ya de corrido!
NIÑO.-
Puede, pero su valido
no pienso que me conteste.
NIÑA.-
Bueno, pues aunque me cueste
luchar a brazo partido
y llegar tarde al establo,
no quiero que tengas duda
de un hecho por cuya ayuda,
y fíjate bien como hablo,
hizo posible el retablo.
NIÑO.-
Tu dirás el complemento.
NIÑA.-
(Otra vez medio enfadada).
Oye, que esto no es un cuento,
escucha con atención:
Nos dice la tradición,
y sabes que yo no miento
como puedes comprender,
que el Santo Dios de los cielos
quiso calmar los anhelos
del mundo echado a perder
y mando a su Hijo a nacer
para que todo el que crea
no se pierda, sino vea
el cielo que antes perdió.
NIÑO.-
Claro… Por eso nació
en un pueblo de Judea…
NIÑA.-
Sí, para ser el orfebre
que transformase el Calvario,
tuvo que ser necesario
que naciese en un pesebre.
De ahí viene que hoy se celebre
la fecha del nacimiento
en santo recogimiento
y en la forma acostumbrada.
NIÑO.-
Paso por la celebrada,
pero no por el invento
de adornar un arbolito.
NIÑA.-
Hombre, la naturaleza
aporta algo de belleza
para el Salvador bendito.
NIÑO.-
Sí, bueno, pero repito,
y no te quiero ofender,
que no consigo entender
el objeto discutido.
Según tú, hubiera servido
todo lo que es de buen ver.
NIÑA.-
Sí, lo importante del caso
no es el árbol ni el adorno,
sino el pan listo del horno
y los manjares que, acaso,
después de puestos al raso,
daremos a los ahijados
de los más necesitados.
NIÑO.-
Ahora si que he comprendido,
es una ofrenda al nacido
y un cantar a sus cuidados.
NIÑA.-
Sí, es la forma más humana
de pasar la Navidad.
NIÑO.-
Es cierto, la caridad
es una forma muy sana
de guardar para mañana
las joyas del monedero.
NIÑA.-
Lo es. Así que, ¿te espero
esta tarde en el pajar?
NIÑO.-
Sí, dejaré de jugar
y hasta os llevaré un cordero.
NIÑA.-
(Se despide).
¡Queda con Dios, buen pastor!
NIÑO.-
¡Qué Él te proteja y bendiga!
NIÑA.-
(Va a irse y se vuelve).
¿Vendrás?
NIÑO.-
¡Iré!
NIÑA.-
Tal vez diga…
NIÑO.-
(Muy cerca).
¿El qué?
NIÑA.-
¡Uf, qué tengo calor!
NIÑO.-
(Con picardía).
¿No será un poco de amor?
NIÑA.-
¿Qué? ¡Oye, que hemos de crecer!
NIÑO.-
¡Creceré! Por merecer
tu corazón de buen grado,
me vestiré de soldado
o de gordo brigadier,
me cambiaré en hombre entero
o intentaré ser cantante…
¡Voy a ser tan importante
como el mejor misionero!
NIÑA.-
Pues si ocurre lo que espero,
yo también te esperaré,
y… ¡a lo mejor te querré!
NIÑO.-
¡Gloria al Santo milagroso!
¡Si consigo ser tu esposo
nunca más te dejaré!
NIÑA.-
Pues… ¡yo también creceré
y…!
NIÑO.-
(Meloso).
¿Me quieres?
NIÑA.-
Sí… Ahora, ¡adiós!
NIÑO.-
¿Te vas?
NIÑA.-
¡Pues, claro!
NIÑO.-
Por Dios,
que si te vas… ¡lloraré!
NIÑA.-
Pues si quieres, te veré
después, al atardecer.
NIÑO.-
Claro que sí, obedecer
será para mí un placer.
NIÑA.-
¿Y ahora que quieres hacer?
NIÑO.-
¡Qué vuelva el amanecer
para doblar mi moral!
NIÑA.-
¡Adiós, pues, hasta la tarde!
NIÑO.-
(Trata de retenerla).
Pero, ¿no ves como me arde
el dolor?
NIÑA.-
(Se separa).
Adiós, zagal.
NIÑO.-
Está bien, junto al nogal
del corral de la pastora,
te nombraré mi señora.
Ve tranquila, vida mía,
pues el hijo de María
con su gracia redentora,
bendecirá nuestro caso
y guardará nuestros ojos.
NIÑA.-
Eso es verdad.
NIÑO.-
Los rastrojos
que siempre son un atraso,
no me contarán el paso
cuando te lleve mi ofrenda;
al tiempo que el sol encienda
las montañas vecinales,
marcharé hacia los corrales
y te daré mi merienda,
y luego, con el fresquito,
los dos juntos cantaremos
que si hoy por hoy nos queremos
es por el Cristo bendito.
NIÑA.-
(Melosa).
¿Me quieres?
NIÑO.-
¿Te lo repito?
¡Eres la Venus de Lemos!
NIÑA.-
Pues entonces ya tenemos
con que ofrendar al Señor.
¿Quieres?
NIÑO.-
¡Quiero!
NIÑA.-
¿Y mi pudor?
NIÑO.-
¡Pues también se lo daremos!
NIÑA.-
¡Vaya! No prometas tanto
que luego… debes cumplir.
NIÑO.-
¿Cómo lo voy a decir?
Es verdad que no soy santo,
pero quiero que mi canto
se tenga por ejemplar,
y aunque lo van a llamar
romance de pastorcillos,
debemos ser unos pillos
y no dejarnos cazar
como cualquier ruiseñor.
NIÑA.-
Pues, ¡qué sea como tu dices!
NIÑO.-
Sí, y seremos tan felices
que quisiera ser mayor.
Anda, que nuestro Señor
cuidará de la promesa.
Ves, y adorna hasta la mesa
que ya que debemos tanto
justo es que demos al Santo
tu habilidad de princesa
y mis dotes de pastor.
(Trata de coger sus manos).
¿Te ha gustado?
NIÑA.-
(Se escapa).
¡Estáte quieto!
(Separada, pero melosa).
¿Te acordarás?
NIÑO.-
¡Lo prometo!
(Se cruzan y los dos hacen medio mutis por el lado contrario al que llegaron).
NIÑA.-
Bien…
NIÑO.-
¡Adiós, hermosa flor!
NIÑA.-
¡Acuérdate de mi amor!
NIÑO.-
¡Lo haré, tienes mi respeto!
NIÑA.-
¡Adiós!
NIÑO.-
(Viéndola desaparecer).
Me quedo repleto
de tu profunda mirada.
¡Adiós, rosa delicada!
¡Adiós, rosa de Mileto!
(Hace una reverencia al público y desaparece por el sitio indicado).
030060
Barcelona, 17 de diciembre de 1962
———
45 ESTABA DORMIDO
Navidad
Corren los pastores
hacia el buen mesón,
pues unos cantores
con celeste son.
los han despertado
en la era lejana,
cuando lo indicado
era la galbana…
Una vez lavado
el más remolón,
le dan un bocado
al pastor gruñón.
Y ya más calmados,
es de suponer,
se aprestan calzados,
trajes de buen ver
y mantas de lana
porque era de noche.
Los que llevan pana
se dejan el broche
y los de la alforja
se dejan al fuego
la carne de Borja
diciendo que luego,
al volver a la era,
la podrían cenar,
pues no había quien fuera
capaz de almorzar.
Así que se fueron
dejando meriendas,
pues todos dijeron
que ya que las tiendas
las daba el Señor,
cuidaría su enseña
desde la mayor
a la más pequeña,
y de la más pobre
a la más alzada.
Dejaron el cobre,
la escoba y la azada,
y hasta se olvidaron
trescientos ganados…
Sólo se llevaron
sus pobres cayados
por si aquellas moscas
de fieros romanos,
se volvieran toscas
en tan rudas manos.
Así que, saliendo
de ciertas cabañas,
fueron descendiendo
las secas montañas.
Cantaban bajando
y triando los cantos,
pues iban pensando
que el Dios de los santos,
después de nacer,
estaría dormido.
Mas querer correr
sin haber comido,
es mala divisa
y entre canto y canto
tragaban deprisa
algún palosanto
de los que crecían
por aquel camino.
Algunos bebían
un poco de vino,
porque los pesares
con vino son menos,
y aquellos andares
no siempre eran buenos…
Mas no se quejaban
por la caminata,
muchos aún cantaban
con voces de plata.
Querían adorar
con los mesoneros
y querían llegar,
sino los primeros
los que iban detrás.
Así que, en dos saltos,
de menos a más,
pasaron los altos
portando su ofrenda
de nueces y pasta,
aquellas por prenda
y el resto por casta.
Llegando al corral
de aquel mesonero,
pasan el umbral
siguiendo al primero
y encuentran al Niño
un poco dormido.
Tal vez el cariño
de los que le adoran
le siente muy bien,
pero ellos ignoran
que tiene en la sien
todo el plan del mundo,
lo que ha de pasar,
y el cisma profundo
que viene a arreglar.
Ellos sólo saben
que es el Salvador
y acaso le alaben
por ser redentor,
pero nada más.
Entregan sus cestos
y uno, un tal Tomás,
haciendo dos gestos,
les pide que adoren
pensando en el dueño
y que no demoren
pues le viene el sueño.
Ellos, ya son diez,
y al son de rodillas,
cantan otra vez
nuevas maravillas:
¡Gloria en las alturas
al Dios de verdad!
¡Paz a sus criaturas
y fiel voluntad!
(Por lo que se vé,
las gentes sencillas,
por bien de la fe,
dejan sus rencillas
y se hacen hermanos).
Así, tras cantar,
se aprietan las manos
sin dejar de hablar.
Y con el permiso
del padre del Niño,
salen de aquel piso
llenos de cariño…
Llaman a las puertas,
y a todos con ganas
les dan sus ofertas
y abren las ventanas
para exclamar a una
que han visto al Cordero
dormir en la cuna
con gusto a madero.
Y un grito sagrado
recorre Judea:
¡Jesús ha bajado!
Y desde la aldea
hasta la ciudad,
todos los humanos
ven la Navidad
como unos hermanos;
luego, no se acuerdan,
pero mientras dura
los sanos recuerdan
que el amor perdura…
Pero, mientras tanto,
el Niño dormita,
sabe que es un Santo
y que quien le imita,
celebra la fiesta
como más conviene.
Así que esa siesta
demuestra que tiene
la buena medida,
sabe que su suerte
está decidida,
pero que la muerte
tan sólo es un paso
para dar la vida
al mundo que, acaso,
la tenía perdida…
De ahí que los pastores,
es archisabido,
le dieron sus flores
¡estando dormido!
030061
Barcelona, 15 de diciembre de 1962
———
46 A JOSÉ
Navidad
Por las cosas que yo sé,
y por las que me han contado,
ninguna pluma a cantado
las bondades de José.
Es cierto que María fue
la que concibió al Señor
y que tiene más valor,
¡pero no tuvo más fe!
Si monta tanto Isabel
como el Fernando del dicho,
pienso que no es un capricho
que nos acordemos de él.
El fue quien, al consentir
a una esposa embarazada,
hizo que fuese salvada
la gente que iba a morir.
El fue quien dio alojamiento
a una mujer tan cansada,
que casi se queda en nada
el glorioso nacimiento.
El fue quien, con diligencia,
preparó los utensilios
y consiguió los auxilios
que les negaba la ciencia,
y una vez nacido el Niño,
y sin poder descansar,
adecentó aquel pajar
con tal muestras de cariño,
que cuentan las buenas gentes,
que hasta las recias posadas
envidiaban sus arcadas
de piedras resplandecientes.
El atendió a los pastores,
a los reyes y a los sabios,
estuvo en todos los labios
y tocó todas las flores.
Y cuando tuvo conciencia
del peligro traicionero,
se los llevó al extranjero
prefiriendo la impotencia
a aguantar la penitencia
de una vida equivocada.
Así que se fue sin nada.
Mas su varonil presencia
cuidó de aquella familia
de tal modo y poderío,
que ni Persia ni Darío
ni la Italia con Emilia
lo hubieran hecho mejor
ni de forma más airosa.
(Claro que una era su esposa
y el otro el propio Señor).
El fue quien volvió a la aldea
y consolidó el hogar
en el que debía jugar
el Santo Rey de Judea…
José, pues, fue el primero
en cuidarlo con fortuna
desde que llenó la cuna
hasta que subió al madero.
Por eso, buen carpintero,
por ser un hombre especial,
ahora te quiero cantar,
y cantarte con esmero.
Dejo la senda marcada
y hasta establezco una pauta
para los que, o bien con flauta
o con pluma bien cargada,
me imiten en el futuro
y te hagan tantos cantares
que alabando tus bondades
ganes tu fama de puro.
030062
Barcelona, 18 de diciembre de 1962
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47 OFRENDAS EN NAVIDAD
Navidad
Venir pastorcillos,
venir al corral.
Dejar de ser pillos
y con el morral
cosido y repleto
acercaos al trono
con paz y respeto
y veréis el tono
de su majestad.
Luego, entregar dones
al Rey de los cielos
y cantar canciones
de picos y vuelos
para que se alegre
en noche tan fría
y al final celebre,
junto con María,
su Natividad.
Y así, el pobrecito,
estará contento.
Bien abrigadito
y con el sustento
que le habréis llevado,
formará un paquete
que, muy bien guardado,
será su juguete
en la caridad.
Debemos saber
que fueron los pobres
quienes, al nacer
el Rey de los hombres,
se beneficiaron
de ricos presentes,
pues todos entraron
en nuevos ambientes
de felicidad.
Y así todos juntos,
en buena armonía,
ganaremos puntos
celebrando el día
de este Nacimiento…
¡Qué Dios quiera darnos
buen entendimiento
para procurarnos
mejor santidad!
030065
Barcelona, 25 de diciembre de 1962
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48 NOCHE BUENA
Navidad
Cantan los hombres, borrachos,
con panderos y guitarras,
mientras se cursan despachos
para soltar las amarras
que bajaban del Dios Santo:
¡Noche de paz,
noche de amor…!
Y gritan los desalmados
entrechocando las copas
con secos gestos cansados
mientras se mesan las ropas
por las que han llorado tanto:
¡Noche de paz,
noche de amor…!
Y comen los que por gula
transforman la Navidad,
en un caso que estrangula
a la propia caridad
con un signo de quebranto:
¡Noche de paz,
noche de amor…!
Y aprietan los usureros
a los pobres desvalidos,
ayudando a los braceros
a sentirse más perdidos
sin esperanza y sin manto:
¡Noche de paz,
noche de amor…!
Y se ensucian las perdidas
en su propia podredumbre
sin pensar que un día sus vidas
alimentarán la lumbre
del reinado del espanto:
¡Noche de paz,
noche de amor…!
Y se llenan las tabernas
con seres tan miserables
que transforman en cavernas
techos antes habitables
llenos de luz, paz y encanto:
¡Noche de paz,
noche de amor…!
Giran las mesas de juego
derrochando su alegría,
mientras muy lejos del fuego,
el pobre hijo de María
no tiene ni un adelanto:
¡Noche de paz,
noche de amor…!
Y los hombres se apretujan
en los antros maldecidos,
donde los honrados pujan
por encontrarse escondidos
y llenos de desencanto:
¡Noche de paz,
noche de amor…!
Y las guerras escarnecen
a las miserias humanas,
pues muchas almas perecen
entre sones de campanas
y flores de Camposanto:
¡Noche de paz,
noche de amor…!
Mas los cristianos salvados
de esta cisma tan profundo,
murmuran entusiasmados
que el Salvador de este mundo
hizo posible que el canto:
¡Noche de paz,
noche de amor…!
fuera de veras calor
a tantas almas con pena.
¡Bendito es nuestro Señor,
y santa la Noche Buena
que describe nuestro canto!
030066
Barcelona, 25 de diciembre de 1962
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49 ¿HUMILDAD O REALEZA?
Navidad
Cuando la nieve lavaba la cara
de la Sagrada Familia en Belén,
encontraron un cálido sostén
en el pesebre que les aguardaba,
pues, proféticamente culminaba
todos los sabios designios eternos
para que, ante la humildad, los infiernos
no tuvieran poder para hacer nada.
Y Cristo, príncipe por excelencia,
en vez de presentarse en un palacio
como concernía a su naturaleza,
nos nace en un establo sin presencia
marcándonos su pauta bien despacio:
¡Qué a más humildad y amor, más realeza!
030067
Barcelona, 26 de diciembre de 1962
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50 REGALOS AL RECIÉN NACIDO
Navidad
Un niño para cada estrofa.
Quisiera tener dinero
para poder regalar
al Niño de este cantar
un mono de carpintero
y un forro de pura lana
para su cuna de roble,
pues nunca hubo más noble
ni persona más humana.
Yo le regalaría un coche
con cinco buenos asientos
para que hiciese los cuentos
que se cuentan por la noche
y pudiera presentarse
en donde, con humildad,
celebran su Navidad,
sin que llegara a cansarse.
Pues yo, para su regalo,
buscaría en las islas Medas
y entre los tules y sedas,
dejando todo lo malo,
le haría un montón de cariños
para que en noches como esta,
pudiese gozar la fiesta
como el resto de los niños.
Yo buscaría los manjares
más deliciosos del mundo
en cualquier valle profundo
o en medio de los glaciares,
y una vez que los tuviera,
confeccionaría mi ofrenda.
Sí, sí, esta sería la prenda
para que el Niño comiera.
Yo le llevaría la coca
que se hace por estas fechas;
de esta forma, recién hechas,
serán miel para su boca
y así podría hablar con tino
y cantar con elegancia
bendiciendo la fragancia
de su original destino.
Pues yo le daría mil flores
de las más altas montañas;
luego, con juncos y cañas
y algunos contenedores,
le forjaría una campana
para alegrarle la vista
mientras pasa la revista
a toda la raza humana.
Yo le mandaría un soneto
para cantar sus bondades
a ver si con las verdades
le tenemos más respeto.
¡Pobre y lozano zagal,
cantando desde la cuna
con más o menos fortuna,
le presagian mal final!
Yo, menos palabras digo,
pero me gustaría darle
leche para alimentarle
rociada con pan de trigo,
una alforja con manzanas,
dos docenas de aguacates
y una cesta de tomates…
¡y esto, todas las semanas!
Pues lamento con razón
que entre todos los regalos,
buenos, medianos y malos,
no haya ningún corazón.
Claro, él lo agradece todo,
mas de buenas a primeras,
una entrega sin barreras
es su mejor acomodo.
030068
Barcelona, 25 de diciembre de 1962
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51 EL PREGONERO
Navidad
Una misma persona hace las dos voces.
¡Eh, ven aquí pregonero!
¡Ven, mira lo que ha pasado
en casa del mesonero
de la punta del mercado!
Pues, ¿qué ha pasado, zagal?
¿Por qué gesticulas tanto?
Pues…
¿Sí?
Qué en ese corral,
justo donde sale el canto,
donde abriga más la cuadra,
hay restos de paja y leña
nieve que tapa la escuadra
y florecillas de peña.
¿Y qué? ¡Yo también las tengo
y a mí no me pasa nada!
¿Es que es cuestión de abolengo
o es un asunto de espada?
No, no, santo Jeremías.
Me tenéis por mal de boca,
mas hasta el juez Zacarías
conoce que no está loca.
Esta bien, tienes razón.
Guarda ya tu desparpajo
y abre pronto el corazón
que me vuelvo a mi trabajo.
Le cuento sin dilación
la maravilla vivida
para que me haga el pregón
más hermoso de su vida.
Veamos si vale la pena.
¡Lo valdrá!
Venga, pues.
¡Va!
iba en busca de la cena
al estanque de Jehová…
¿Qué dices?
Perdón, decía
al estanque de mi casa.
¡Eso está mejor!
¿Quería
molestarme?
¡Menos guasa!
Pues, al pasar por la acera
del mesonero antedicho
la gente sale hacia afuera
rememorando este dicho:
¡Nos ha nacido el Mesías
que tanto hemos esperado!
Ya lo ve, buen Jeremías,
ya ve porque le he llamado.
¿Es verdad eso, zagal?
¡Cómo que existo! Luego entro
hasta el fondo del corral
y con más gente me encuentro.
Todos miran al pesebre
tratando de ver mejor;
yo, que creo ser una liebre
más que conejo cantor,
aparto a los testarudos,
y allí, entre dos animales,
que miran la escena mudos,
estaba el Niño…
¿Animales,
escuadra, pesebre, Niño
y otras flores del invierno?
Sí, Él me mira con cariño
y con corazón tierno.
¿Y qué iba a hacer? ¡Adorarle
como querían los demás!
Al rato me avine a darle
hasta el zurrón de Tomás.
¡Bravo, mi buen zagalejo!
Me voy corriendo al mesón,
si para luego lo dejo
ya no saldrá en el pregón.
¡Muy bien dicho, pregonero!
¿Dices que no tiene cuna?
No, por lo que vi, no.
Pero,
¿es que no tienen fortuna?
No, sé que son carpinteros
de una ciudad muy lejana…
Pues les daré tres carneros
para que tengan su lana,
cuatro costales de harina
y dos cántaras de leche.
Yo, unos peces sin espina
y unas cuentas de azabache…
Bien, adiós, que la impaciencia
es muy mala consejera.
Me voy ante la presencia
del Rey de la primavera.
Luego, ¿lo pregonará?
¡Con mi voz más escogida!
Pues toda la ciudad vendrá
a darle la bienvenida!
Bueno, me voy a cenar
aunque se haya hecho muy tarde,
pues si tengo que velar
es mejor que Dios me guarde.
Luego, me marcho contento
a proseguir con mi cena
pues las “papas” con pimiento
también nos quitan la pena.
Adiós, zagal diligente.
Quiero que sepas, chaval,
que me encontraba presente
cuando viniste al corral.
Adiós, santo Jeremías.
Y afine bien la trompeta
para anunciar al Mesías.
Descuida, que la retreta
sonará en el monte Moriah.
Será tan firme y sonada
que hasta los libros de historia
explicarán su tonada.
¡Hasta luego! Da recuerdos
a tu sosegado padre.
Dile que el Rey de los cuerdos
ha nacido de una madre.
Sí, se lo diré. ¡Hasta luego
que se está haciendo muy tarde!
Ve con Dios. ¡Qué el santo fuego
te bendiga!
¡Qué Él te guarde!
———
Bueno, señores que miran:
Hagan suyo este pregón,
y si con esto se inspiran
olvídense del jergón
y prediquen que el Señor
les acaba de nacer
para que vivan mejor,
que tenemos que aprender
que para entrar en los cielos
hemos de creer en su sino
y orientar todos los vuelos
en confirmar el destino:
¡Qué más vale caminar
siendo simples pregoneros,
que dejarse anquilosar
queriendo ser los primeros
en este mundo traidor
que cobra de quien somete
y exige del pecador
más interés que promete!
030069
Barcelona, 27 de diciembre de 1962
———
52 BALBUCEOS
Navidad
Una estrofa cada párvulo.
Dicen que la luna
también estuvo presente.
Claro, por ser tuna
aparece tan valiente.
Pues yo conozco a una
que lo miró fijamente.
¿Quién tuvo fortuna?
¡Su madre, naturalmente!
¡Ah, quién fuese cuna
que meciera suavemente!
O simple laguna
que lavara limpiamente.
O gigante duna
que corriera siempre al frente.
O manta moruna
que lo tuviera caliente…
030070
Barcelona, 28 de diciembre de 1962
———
53 HISTORIA DE LA REDENCIÓN
Navidad
Poema compuesto por doce sonetos,
dedicado al pastor Roberto Velert.
1 EL PARAÍSO
El Dios Creador terminó toda su obra
en los llamados siete días primero
y para deleitar a sus pioneros
les dio un país sin trabajo, en el que sobra
el agua y la comida. Esta es la historia.
El hombre se posesionó de un Huerto
en el que nada que pueda estar muerto
podía crecer y manchar su memoria.
Allí, Dios se paseaba con el hombre…
Y Adán, príncipe recién coronado,
halló una esposa en esa Eva primera
que colaboró en llenar con su nombre
las esquinas del recinto sagrado
y en hacer del futuro primavera.
2 EL PECADO
Mas tenían a Satanás por vecino;
el cual, queriéndose sacar la espina,
hacia aquel jardín santo se encamina
con andares de traidor del destino.
Pensando en la forma de hallar camino
hasta el hombre felizmente reinante,
comprueba que no hay mejor consonante
que la que deja una esposa sin tino.
Se acerca a la mujer empalagoso,
cauto, disfrazado y con malas artes,
y le dice que pueden ser creadores
en vez de creados… Y engaña al esposo,
y por su pecado, arruinan las partes
del alto contrato de moradores.
3 LA PROMESA
Y Dios abre las murallas del Huerto
dolido en el centro de su justicia;
mas al marchar, les deja una franquicia
por si quieren volver al mismo puerto.
Así, al vestir a los pobres humanos
en aquella tarde gris de la historia,
les dice que no usará su memoria
cuando le eleven, humildes, las manos.
Promete a la destrozada pareja
que Cristo vendría a nacer a la larga;
el cual, con su sacrosanta destreza
podría destrozar de un golpe la reja
que Satanás les puso como carga
el día en que engañó a la naturaleza.
4 LA PROFECÍA
Luego pasaron años angustiosos
arañando la impenetrable sierra,
conquistando el mar, poblando la tierra
y doblegando a los ríos impetuosos.
¡Pobres! Luchan porque cardos y espinas
no crezcan en medio de sus sembrados,
se destrozan tras aperos y arados
y se pierden por valles y colinas.
Sudan con un sol que antes daba vida,
se baten con fieras que antes jugaban…
Sólo la esperanza de los santones
cautiva sus cansados corazones:
¡El Mesías, que nuestros padres cantaban,
iniciará muy pronto su venida!
5 LA ANUNCIACIÓN
Cuando el Cordero de Dios se impacienta
al ver como el hombre pierde la piel,
la mente y el alma, envía al ángel Gabriel
a descubrir a una virgen atenta.
Y cuando la encuentra en una ciudad
del norte de Palestina, comprende
que aquella decisión de Dios enciende
mil esperanzas en la humanidad.
Por eso dice: ¡Salve y bendecida,
el Señor del Universo es contigo!
Escucha: ¡De acuerdo con lo que digo,
acabas de ser probada y elegida
para gestar al que traerá consigo
la salvación al pudiente y al mendigo!
6 EL NACIMIENTO
Y pasado el plazo reglamentario
se vuelve realidad el nacimiento
en Belén, un poblado secundario
elegido también para el momento.
Pero no importa el lugar, ¡ha nacido!
¡Y a pesar de venir con sufrimiento
a través de un parto muy discutido,
Jesús hace tangible nuestro cuento!
Por eso tañen las viejas campanas…
El hombre abocado a un destino incierto
con mal sabor de boca en las mañanas,
ya puede huir del azote de estar muerto
con sólo creer que Jesús tiene ganas
de que vuelva a vivir en aquel Huerto.
7 LOS PASTORES
Claro que un detalle tan conocido
no era de público conocimiento.
Muchos pensaban que el recién nacido
serviría para dar un escarmiento
a las odiadas legiones romanas.
Mas lo cierto es que por una u otra cosa
hay alegría en las gargantas humanas
cuando corren de forma tan curiosa
hacia un Belén donde muchos pastores
están adorando al hermoso Niño.
Todos le traen ofrendas de colores
y vestidos de seda, lana y armiño…
Mas los pastores piensan que unas flores
explican mucho mejor su cariño.
8 EL MUNDO
Pero pronto se evapora la euforia
y el mundo se olvida que es necesario
retroceder al punto en que la historia
transformó todo el Huerto en un Calvario.
Los unos se burlan del calendario
filtrando su celestial oratoria,
los otros alegando de ordinario
que nadie puede volver a la Gloria.
¡Necia humanidad! ¿En que tu memoria
no recuerda aquel acto voluntario?
¡Negar a Cristo en medio de la escoria
es tener a Satanás de relicario,
girar con la música de su noria
y quedar para siempre en su inventario!
9 EL CALVARIO
Por eso, y porque el hombre anda
engañado,
puede entrar en el Calvario famoso
y arrastrar al Cordero bondadoso
para tenerlo siempre amordazado.
Así que tras un juicio escandaloso
con veredicto final amañado,
le hace andar con la cruz encadenado
hasta ese descampado tenebroso.
Allí, con clavos de acero oxidado,
le suelda a un poste recto y proceloso,
le entierra aquella lanza en un costado
y le da a beber un bodrio apestoso…
¡Esta es la historia de un crucificado
que aun muriendo, hizo el mundo más
hermoso!
10 LA RESURRECCIÓN
Mas no podía estar mucho tiempo muerto…
En efecto, al tercer día de enterrado,
rompe la roca y la puerta del huerto
que con cariño le tenían guardado
y se presenta ante sus escogidos
en el camino de su ministerio.
Y allí, después de verlos convencidos,
les manda que prediquen su Evangelio.
Palestinos: ¡Cristo ha resucitado!
¡El varón que visteis crucificado
a resuelto recuperar la gloria
que por nuestra culpa había abandonado!
¡Ahora cada uno puede ser salvado
con sólo creer e invocar su memoria!
11 LA ASCENSIÓN
Una vez acabadas las lecciones
y mientras todos le están contemplando,
se dirige al infinito volando
seguro de que todos sus campeones
se dedicarán a abrir sus misiones
mientras se dejan la piel caminando.
Y mientras ellos se quedan pensando
en lo pobres que serán sus sermones,
he aquí que unas bellísimas canciones
les recuerda, mientras están llorando,
que Cristo volverá con sus legiones
a recoger a los que andan amando,
a los que practican sus oraciones
a los que, sin voz, le están predicando.
12 LA GLORIA
Todos los que crean el anuncio dado
están a salvo del castigo eterno,
pues las torcidas iras del averno
nada pueden contra ese resultado.
De nuevo el Paraíso se abre corriendo
al sufrido pecador expulsado…
¡Es cierto! ¡El moderno Adán lo ha ganado
al vencer a la muerte del infierno!
Y otra vez el tigre mima al carnero
y otra vez el sol calienta la almohada
de los que, por creer en aquel madero,
tienen su parte de cielo ganada.
¡Aleluya! ¡Loor al Santo Cordero!
¡Gloria y honor al de la frente marcada!
030071
Barcelona, 26 de octubre de 1986
———
54 BALBUCEOS 2
Navidad
Una estrofa cada párvulo.
Dicen que María
amaba mucho a Jesús.
Claro, ella sabía
de donde vino su luz.
Sólo que temía
que muriese en una cruz.
Por eso subía
tanto al templo a contraluz.
Y es que presentía
el dolor del avestruz,
quien nos salvaría
inclinando la testuz.
Así era María
y así trataba a Jesús.
030072
Barcelona, 30 de diciembre de 1962
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55 NANA DE BELÉN
Navidad
Duerme niño,
duerme niño
que tu padre está velando.
Duerme niño,
duerme niño
que tu padre está adorando.
Duerme niño,
duerme niño
que tu padre está cantando.
Duerme niño,
duerme niño
que tu padre está rezando.
Duerme niño,
duerme niño
que tu padre está rogando.
Duerme niño,
duerme niño
que tu padre está viajando.
Duerme niño,
duerme niño
que tu padre está curando.
Duerme niño,
duerme niño
que tu padre está rimando.
Duerme niño,
duerme niño
que tu padre está mirando.
Duerme niño,
duerme niño
que tu padre está velando.
030073
Barcelona, 31 de diciembre de 1962
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56 NOCHE DE NAVIDAD
Navidad
Noche de Navidad… ¡Noche sin par!
Noche que nos traes recuerdos amados,
noche que engendras seres encantados
en los que, por pequeños, dan lugar
a que se cumplan deseos tan soñados
que sólo en los momentos señalados
atraviesan por mente, nuestro hogar.
¡Noche con cien minutos alargados…!
¡Noche feliz en que somos salvados!
¡Noche de Navidad! ¡Noche sin par!
030074
Barcelona, 30 de diciembre de 1962
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57 EL NIÑO DE LOS DESAMPARADOS
Navidad
Aquel pastor atraviesa los prados
cantando, a pesar de tener mojados
los pies de tanto correr en la nieve:
¡Despertar, despertar, que ya se mueve
el fiel Niño de los desamparados!
030075
Barcelona, 30 de diciembre de 1962
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58 ALEGRÍA EN NAVIDAD
Navidad
Las estrellas se suman al concierto
que el mundo organiza con santidad,
¡el Cristo nos ha nacido despierto
en esta Navidad!
Los pastores gritan alborozados
en la montaña, el campo o la ciudad:
¡Venid y cantad, que estamos salvados
por esta Navidad!
Pobres y ricos, en santo conjunto,
corren al pesebre con amistad,
forman un todo sin fin y sin punto
ante esta Navidad.
Todos le llevan regalos sin cuento
al Niño que reinará de verdad,
todos le llevan especias y ungüento
por ser su Navidad.
Todos se sienten sumisos y estrechos
en vista de tan enorme humildad,
todos mantienen clavada en sus pechos
aquella Navidad
¡Qué noche tan llena de sortilegios!
¡No existirá otra con más realidad!
¡Ninguna que iguale los privilegios
de nuestra Navidad!
Los mayores se convierten en niños…
Los niños, gozosos de libertad,
entregan sus conciencias y cariños
al Rey de la Navidad.
Y todos perdonan, entienden y aman
transportados por la felicidad.
Y todos, con celo divino, exclaman:
¡Viva la Navidad!
Corales, cantad con acento tierno
a la gran noche de la humanidad
que se convirtió, por mandato eterno,
en una Navidad.
Grandes y pequeños, miles o cientos,
vecinos del campo o de la ciudad,
sentir, agradecidos y contentos,
¡alegría en Navidad!
030076
Barcelona, 2 de enero de 1963
———
59 DESPREOCUPACIÓN HUMANA
Navidad
Duerme el mundo en su agonía
por pecados consumido,
vagando en su celosía
del indiferente vahído.
Cree que por estar dormido
en horas de cruel dolor,
se evitará el colador
de un juicio tan rebatido
como no se ha conocido
otro del mismo valor.
Tapa su cuello en la arena
por no ver al enemigo,
anteponiendo su pena
al beneficio de amigo,
creyendo que su castigo
de esta forma queda absuelto,
pues creen que Jesús se ha vuelto
hacia aquellos derroteros
en que sólo los primeros
tienen el sino resuelto.
Y piensan que por no ver
al Cristo del nacimiento,
no tienen porque entender
el glorioso advenimiento.
Pues si vino en cumplimiento
de cuantiosas peticiones,
alegan que los sermones
tienen que ser mantenidos
por quiénes fueron pedidos
con bocas y corazones.
Y aceptan por Navidad
sólo los que les conviene,
pues pisan la caridad
gritando al año que viene:
¡Sólo vale quien más tiene!
Pobre mundo abandonado
en un oscuro espejismo,
por hallarte divorciado
de este pesebre encantado
te perderás a ti mismo.
———
Los que por sal nos tenemos
de esta tierra empobrecida,
por amor al Fiel, debemos
encontrar una salida.
Mirar: ¡Andando tendremos
resultados positivos!
¡Salgamos al pueblo santo,
sin miedo ni paliativos
y hagamos que los más vivos
también ayuden al canto!
¡Aleluya en las alturas
y paz a toda la tierra,
un Niño abrió las costuras
que condenarán la guerra!
Por eso, y sin apreturas,
espera tu conversión
en su pobre cobertizo.
Piensa que da redención
a cambio de sumisión
de tu espíritu enfermizo.
030077
Barcelona, 3 de enero de 1963
———
60 NAVIDAD EN EL MAR
Navidad
Boga la lancha potente
a golpes de fuerte remo,
mientras el mar indolente
se resiste a su avanzada.
Mas, el capitán valiente
firme en aquella estacada,
ordena a su brava gente
que sin parar para nada,
alcen muy alta la frente,
y que doblando la espalda,
deben jugarse la muerte
al genio de agua salada:
Muchachos, la Navidad
la pasaremos en casa.
Bogar con tranquilidad
sin dar descanso a los remos,
que más tarde, en la ciudad,
con gozo descansaremos.
Tenéis posibilidad
de ver a vuestras esposas
que aguardan con ansiedad
en el resguardo del puerto.
¡Bogar con seguridad
ocupando vuestro puesto!
Y el conjunto amalgamado
de lobos de mar con barba,
inca su deseo colmado
en la enfurecida espuma.
Uno, por todos amado
por buen timonel, se arrima
a velamen tan mojado
y con poderoso esfuerzo
lo lograr izar levantado,
y el barco lame las olas,
ante el nuevo impulso dado,
forzando muchas cabriolas.
Pero el mar no se resiste
a perder tranquilidad
y sin corazón, embiste
a la pobre embarcación.
Y se crea la lucha, existe
un pugilato tremendo
entre la barca, tan triste,
y un gran mar que, por horrendo,
la agria noche se convierte
en un verdadero infierno.
El fiel capitán insiste,
mas ya no tiene remedio.
Se desgarra la alta vela
con el peligro inminente,
ya que al caer palos y tela
esparce pronto la muerte.
¡A quien primero empapela
es al timonel valiente…!
Gritos en la pasarela,
sudor en todas las frentes…
La tregua no tiene espera
entre los hombres y el mar;
aquella lucha, por fiera,
les impide descansar.
Y a cada vaivén medido,
los remos oyen cantar:
¡Es Navidad socorrido!
¡Bah, no dejéis de remar!
contestan entre aquel ruido
los que aún intentan cantar.
Mas, el que es más comedido,
al ver que va a zozobrar
y sintiéndose perdido,
se encara con el altar
del Niño que está dormido
y se le pone a rezar:
¡Dios de la naturaleza,
de los hombres tan temido,
socórrenos con presteza
si no quieres nuestro fin!
A pesar de la maleza
que envuelve nuestra razón,
tienes poder y realeza
para hacer del corazón
un símbolo de nobleza.
Por tu Hijo de la canción,
por Aquel que dio tristeza
al nacer en un mesón.
Protestan sus compañeros:
¡Cállate y rema, holgazán!
¡Bogar bien fuerte remeros!
¡Luchar contra este Satán…!
Pero los que están primeros
en los banquillos de atrás,
quedan pronto prisioneros
del enfurecido mar.
Oleadas de gestos fieros
los arrancan por la borda.
¡Ya son menos los remeros
que quedan en la triste horda!
El buen capitán ordena
al ver que faltan los bríos:
¡Muchachos, quitaos la pena
cada cuál a su manera!
Quizá sea esta Noche Buena
la última que celebremos
con copa de vida llena…!
Y ante el verismo del dicho
los hombres forman cadena
con más o menos capricho
mientras el temor cangrena
hasta el fondo de su pecho.
Y empiezan a murmurar
con muy variado primor…
Uno, que sabía cantar
con flauta de ruiseñor,
empezó a decir y a narrar
dando al ambiente el calor
que iban a necesitar:
¡Noche de paz y de amor!
¡Noche de infinito hogar!
¡Todo duerme en derredor
en aquel bendito lugar
en homenaje al Señor!
Mueven los remos cantando,
mojados sus pobres pechos,
mientras el mar va llevando
a los que ya, por maltrechos,
no pueden seguir nadando.
La barca ha sido deshecha,
ya no sigue navegando…
Y aún cantan sobre las tablas
que se han quedado flotando
en la tormenta de espuma.
¡Es el fin que va llorando
la Navidad en el mar!
———
La humanidad indolente
encuentra este resultado:
¡Se acerca más a la muerte
cuanto más vaya pecando!
Allí, donde el gozo siente
que debiera estar cantando,
se encuentra con la pendiente
que Satanás va forjando…
¡Hombre que oyes, sé valiente
y vete ya preparando
a presentar tu expediente
que la vida va dejando!
No temas, Cristo ha nacido.
Morirá si es necesario.
Y si Él, vencer ha podido
a la muerte y a su gregario,
te ayudará de corrido
a preparar tu breviario.
Vé a Él, y serás socorrido
trocándote en visionario.
¡Ves, que aún no tienes perdido
tu lugar en el rosario
del Huerto que ha florecido
con el sudor del Calvario!
030078
Barcelona, 5 de enero de 1963
———
61 BALBUCEOS 3
Navidad
Una estrofa para cada párvulo.
El Santo Cordero
ha nacido en un collado,
y al Satanás fiero
de esta forma le ha ganado.
Yo, que en Él espero,
le doy por muy bien llegado,
y abro un cancionero
que pronto será sonado
puesto que primero
lo dejaré dedicado.
¡Loor, Santo Cordero,
por nacer en un collado!
030079
Barcelona, 5 de enero de 1963
———
62 EL GRITO DEL ALMA
Navidad
Navidad, dulce fonema
del jardín de los anhelos,
háblame de los desvelos,
de tu Jesús floreciente,
envuélveme en tus fragancias,
imprégname en tus sustancias
porque me siento impotente
y me encuentro en un dilema.
Hazme sentir tu poder
para que pueda entender
un hecho tan sorprendente
y lleno de consecuencias
que ni con todas las ciencias
podría formar en mi mente.
Dame el secreto del tema
para que cuando te escriba,
pueda mirar hacia arriba
imitando a mucha gente.
Quítame las apariencias
incluso las conveniencias,
que me impiden ser valiente.
Hazme conocer tu gema
para que con optimismo
me encuentre pronto a mí mismo
y recupere la calma.
¡Injértame tu mensaje
para que, con otro traje,
encuentre el grito del alma!
Y si me cansa la flema
o el propio materialismo,
inyéctame el cristianismo
para que mi propia vista
quemada por el pecado,
vuelva a mirar por el lado
de cualquier evangelista.
030081
Barcelona, 13 de enero de 1963
———
63 ANSIA POR LA NAVIDAD
Navidad
Como el canto del torrente
se oye exclamar a la gente:
¡Navidad!
Y es que cortas a cuchillo,
a la sombra de da brillo,
la verdad.
Entras en los corazones
a cubierto de razones
infrahumanas,
y te cambias desde entonces
en mil armoniosos bronces
de campanas.
Mas las necias mentes, vanas
por flotar en las desganas
de este mundo,
no ven como algo normal
que tu vientre virginal
sea fecundo.
¡Pobres seres indefensos!
Cada vez son más propensos
a la azada
y se pierden tu mensaje,
prefiriendo el vil ultraje
de la nada.
¡Crécete, vocablo santo!
¡Deja que tu noble canto,
y el Mesías,
convierta a los pecadores
en simples predicadores
de tus días!
Y cuando se cambie el mundo
en un Paraíso fecundo
sin asuntos
que distorsionen al hombre;
alabaremos tu nombre,
¡todos juntos!
030082
Barcelona, 15 de enero de 1963
———
64 EL BANCO ETERNO
Navidad
Cuando el hombre arruinado en el pecado
tiene fuerzas para mirar tu cuna,
se desvanece en su interior la duna
que le impedía prosperar a tu lado.
Y ya, sin el cruel lastre embarazado
y sin tener pavor a quiebra alguna,
puede firmar en la Caja oportuna
la cancelación de su error pasado.
Y así es como el ser humano salvado
forma parte de la celestial tuna,
porque con Cristo encuentra el resultado
que le lanza a comenzar la fortuna
contra el Banco del cielo despejado
en que no quiebra cuenta alguna.
030083
Barcelona, 17 de enero de 1963
———
65 FELIZ PUEBLO DE BELÉN
Navidad
¡Feliz pueblo de Belén!
Eres un lugar hermoso
desde aquel hecho precioso
que, por verdad del aserto,
hizo posible un Edén
donde antes era desierto.
Fuimos echados del cielo
por un infame pecado,
mas a Belén ha bajado
el Cristo, quien con sus manos
ha deshecho todo el hielo
entre Dios y los humanos.
Y a partir de ese momento
el mundo y su humanidad,
celebran la Navidad
como un logro conseguido
por quién, feliz y contento,
resultó ser Elegido.
¡Feliz pueblo festejado!
¡Fuiste príncipe del cuento
y testigo de un evento
que nunca más tendrá fin…!
¡Tu nombre será cantado
del uno al otro confín!
030084
Barcelona, 19 de enero de 1963
———
66 SOLILOQUIO
Navidad
Todas las voces las hace la misma persona.
Caminaba solitario
por los campos de este mundo,
cuando un malestar binario
me causó un dolor inmundo:
Me vi en un valle profundo
con aguas tan cristalinas
que helaban cada segundo
lo mejor de las colinas.
Mil flores y aguamarinas
lo cubrían con una alfombra,
haciendo que hasta la ruinas
acariciasen la sombra…
Y en menos de que se nombra
el soliloquio completo,
me encontré con una alondra
con plumillas en el peto
que me dijo con respeto:
¿Qué buscas aquí, mortal?
¿No sabes que existe un veto
para el humano animal?
¿Piensas que lo terrenal
puede ubicarse en un valle
con perfume celestial?
Pues yo le encuentro detalle
para formar una calle
que pueda ser habitada.
Me obligarás a que estalle
en ira mal regulada…
¡Tu presencia está vedada!
¿Por qué? Veo árboles frutales
llenos de fruta dorada
que salpican los bancales.
Veo maíz, trigo y hasta rosales
que dan colorido al suelo…
(Podrían terminar mis males
si aquí acabase mi vuelo).
Mas, como intuyo algún velo
en tu extraña alocución,
callaré…
Bien.
¿Y en que celo
basas esta prohibición?
¿No sabes la maldición
que tenemos en el Huerto?
No, y estoy sin contestación
a pesar de estar despierto.
Mira, ya que estoy abierto
a tu corazón ansioso,
quiero explicarte lo cierto
y no pecar de tramposo:
Tiempo atrás, era dichoso
este campo ahora maldito.
¿Quieres decir?
Sí, era hermoso
porque nada era finito.
¿Cómo?
Dios, que es infinito,
creó todo lo que aquí ves.
Pues…
Y aún seguiría bendito
de no pasar el revés.
¿Cuál?
Con la primera mies,
fue engendrado un ser humano
que pensando con los pies
comió del árbol vedado.
Y al romper por el pecado
la celestial armonía,
del Huerto fue desterrado
cuando mejor convivía.
Y justo cuando salía
por las puertas de este encanto,
nuestro Dios, que conocía
al alma que quiso tanto,
cerró bien a cal y canto
el arbusto de la vida.
¿Y…?
¡Ya no podría ser santo
el hombre, jamás!
Querida,
si he perdido la partida
a causa de mi pecado,
¿con volverme a la salida
podría estar perdonado?
Esto es serio.
¿Y…?
Me ha extrañado
verte por esos parajes,
pues por siglos fue vedado
a todos vuestros linajes.
Fuertes serán los ultrajes
para tan serio castigo…
Sí.
Será mejor que bajes
y que camines conmigo.
No puedo hacerlo contigo
y menos dejarte paso,
así que cree lo que digo
y opta por hacerme caso;
pues de lo contrario, acaso
el de la espada desnuda,
quiera arreglar el fracaso
de esa actitud tan tozuda.
De acuerdo, no tengo duda
que tu pose es verdadera,
mas si el castigo se muda
pienso entrar a mi manera.
Pobre cancerbero fuera
si consintiera tu mal.
¡Quiero ver la primavera!
¡Estás perdido, mortal!
Una angustia sin igual
recorrió mi pobre pecho
tras una duda letal:
¡No quedaba ningún techo
que por el Creador fuera hecho
para poder habitar!
Y mi corazón maltrecho
supo lo que era dejar
un hito sin conquistar…
Y cuando por fin dudaba
en dejar aquel lugar,
un colibrí que miraba
me dijo mientras volaba:
¿Por qué estás tan preocupado?
Yo pensé que se burlaba
al verme desorientado,
pero él siguió por su lado:
¡Queda una forma de entrar
a este Jardín tan cerrado!
(Sentí como una punzada
en mi cabeza pesada,
pues tener una esperanza
es más que no tener nada
en el fiel de la balanza).
Anda, empieza tu romanza
y dime lo que hay que hacer.
De acuerdo, ¿aún tienes templanza?
¡Tengo la que hay que tener!
Pues mira, si quieres ver
la forma de entrar con tiento,
tienes antes que entender
la certeza de mi cuento.
Dime, que ya estoy contento,
y hazlo de forma sencilla
que las cosas con acento
siempre van de maravilla.
¿Y si levanto una astilla?
Mientras estés en lo cierto…
De pronto salió una ardilla
de un agujero cubierto,
y llena de desconcierto
me preguntó sorprendida:
¿Quieres entrar en el Huerto?
¡Lo quiero más que a mi vida!
¡Pues aquí sólo hay salida!
Mira, si ese es tu consuelo
dáselo a quien te lo pida.
¡Oye…!
¿Qué hay que oír?
Aquel duelo
hubiera marcado el suelo
de no mediar el alado:
Dios os expulsó del cielo,
pero también os ha dado
el caso solucionado.
¿Cómo?
¿Dios nos ama?
Y tanto.
Jesucristo fue engendrado
por el Espíritu Santo
y según lo narra el canto,
nació en Belén de Judea
creciendo lleno de encanto
al norte de Galilea…
Y ahora, ¿Tú quieres que crea
que un hecho semejante
puede vencer la marea
que tenemos por delante?
¡Espera!, dijo al instante
la ardilla ya convencida.
Pienso que no es elegante
dudar de forma seguida.
Perdona.
No estoy dolida
(en aquel mismo momento
estaban en la partida
los animales del cuento).
Recuéstate en ese asiento
y aprende del colibrí…
¡Eso!
Yo lo haría contento,
mas…
¿Me dejas hablar?
Di.
Tan pronto como te vi
empecé a pensar muy mal.
Pero, ¿quieres seguir?
Sí.
Después de crecer normal,
el Cristo del santoral,
se entregó por los humanos
y murió como un mortal
clavado de pies y manos.
Ya, ¿y por eso los cristianos
pueden entrar al Edén?
Sí, una vez limpios y sanos
por el Niño de Belén,
pueden conocer el bien
que Jesús nos ha previsto…
¿Y yo? ¿Puedo entrar también?
Sí, si crees que Jesucristo
salva.
¿Lo crees?
¡Estoy listo!
¡Bravo!
¡Esta es la solución!
¿Aún quieres entrar?
¡Insisto!
Muy bien, ¡pues por tu confesión
no sólo entrarás en Sion,
sino que serás un santo!
Esta es toda la canción
por la que marcaba el llanto:
El Señor nos amó tanto,
aun teniendo deficiencias,
que desalojó el espanto
de todas nuestras conciencias
y sin merecernos nada,
nos salvó de las dolencias
de una vida abandonada…
Esta es la historia cantada
en soliloquio rimado
el día que encontré la entrada
de aquel Jardín olvidado
y al Cristo crucificado
que salva de maravilla
aunque vaya disfrazado
de alondra, colibrí o ardilla.
030085
Barcelona, 21 de enero de 1963
———
67 LA POTENCIA DE CRISTO
Navidad
Parece que el agua mansa
no tiene mucha potencia…
¿Qué dicen de la paciencia
de Cristo, que no se cansa
de bendecir a este mundo?
Sí, nació en una posada
y murió tranquilamente;
mas, ¿quién niega que su mente
no estaba desarrollada
para sanar lo infecundo?
¡El Señor es tan potente
y guarda tanta energía
que puede amar cada día…!
¿No es igual que la corriente
que va en litros por segundo?
030086
Barcelona, 23 de enero de 1963
———
68 CRISTO GLORIOSO
Navidad
Cristo fue glorioso no sólo por haber muerto,
sino porque al nacer en un pesebre desnudo,
no tuvo en cuenta el gesto desalmado y ceñudo
de los que le juzgan por hacerlo en un desierto.
Además, venía preparado a morir naciendo
y con su nacer dejó demostrado tal celo
que sabemos que a partir de aquel momento,
el cielo,
a impulsos de su heroica batalla, se fue abriendo.
Con su muerte, el difícil camino de lo eterno
estaba abierto… ¡sólo hace falta creer en Él
y que los santos vistan con hojas de laurel
al valiente que consiga cerrar el averno!
De manera que el cambio del hombre es su victoria
y la salvación de nuestras almas, su corona.
¡Gracias, mi Señor! ¡Gracias por nacer en persona
y por dejarnos participar en tanta gloria!
030087
Barcelona, 23 de enero de 1963
———
69 LA GRANDEZA DE CRISTO
Navidad
Piensa el sabio en su cabeza
que Cristo dejó de ser
cuando nos vino a nacer
en un antro de pobreza.
¿Es posible la bajeza
que llegamos a tener?
¿Es que no podemos ver
que allí ganó fortaleza?
Siempre fue de la realeza
y así se dio a conocer…
¡Haríamos bien en volver
a descubrir su grandeza,
pues igual que la belleza
no florece sin querer,
el humano ha de saber
dónde guarda su nobleza!
030088
Barcelona, 24 de enero de 1963
———
70 JESÚS ESTÁ SIN CUNA
Navidad
Mira, el pobrecito,
no tiene una cuna…
¿vamos a darle una?
Pues, ¡corre! Repito
que Jesús espera
dormir en cualquiera.
Tiene tanto frío
y está tan dejado,
que estar a su lado
le da nuevo brío
para terminar
lo que va a empezar.
¡Corre hacia el pesebre,
llévale una muda,
que cualquier ayuda
hará que celebre
esta Navidad
con felicidad!
030089
Barcelona, 25 de enero de 1963
———
71 EL DOLOR DE MI CRISTO
Navidad
Si experimentó dolor
mi Cristo para morir,
mucho más debió sentir
cuando dejó aquel calor
que en el cielo le mimaba.
(Se necesita valor
para nacer como un hombre
cuando se tiene renombre
de inmaculado Señor
en el cielo que dejaba).
Así, es una Navidad
tan buena como cualquiera,
pensemos en la primera
y añadamos de verdad
todo lo que le faltaba.
030090
Barcelona, 26 de enero de 1963
———
72 ¡CANTA NIÑA HERMOSA!
Navidad
¡Canta niña hermosa,
cántale al Señor,
pues sintió dolor
al coger la rosa
que te dio la vida!
030091
Barcelona, 26 de enero de 1963
———
73 LA GRACIA DE CRISTO
Navidad
¡Los que tildan de desgracia
el hecho de que Él naciera,
niegan de mala manera
el origen de su gracia!
030092
Barcelona, 27 de enero de 1963
———
74 LA ELEGANCIA
Navidad
Dice el hombre en su ignorancia:
¿Para qué nacer un Cristo
si su Padre había previsto
que iba a morir sin sustancia?
No saben que la fragancia
de la cuna está en la muerte
y que, por tanto, la suerte
es que después de su infancia
se entregó sin arrogancia
y nos dio la salvación.
¿Existe otra solución
para darle relevancia?
¡No, afirmo sin petulancia
que Cristo es el Salvador
y que no hay otro Señor
que tenga tanta elegancia!
030093
Barcelona, 28 de enero de 1963
———
75 NO FUE SENCILLO
Navidad
¡Quién crea que fue una simpleza
salvar a la humanidad,
que sopese con nobleza
la palabra Navidad!
030094
Barcelona, 28 de enero de 1963
———
76 BALBUCEOS 4
Navidad
Una estrofa para cada párvulo
Mirar como duerme
el Santo Niño en la cuna,
parece que entiende
que carece de fortuna.
Y es que ya comprende
que viene a ser la laguna
entre aquel que ofende
y el Padre que está en la altura…
¡Oh mortal, aprende
dónde nace la hermosura!
030095
Barcelona, 29 de enero de 1963
———
77 LA PRIMAVERA DE CRISTO
Navidad
Dicen que las golondrinas
volaban cuando nació;
claro, ¿no fue Él quien nos dio
las gloriosas vitaminas
de la vida verdadera?
¡Así que voló o cantó
todo aquel que comprendió
que estaba en la primavera!
030096
Barcelona, 29 de enero de 1963
———
78 QUISIERA…
Navidad
Quisiera dar al Señor
mi maqueta preferida,
¿es que Él no me dio la vida
cuando murió de mayor?
¡Pues dejarme que devuelva
algo de lo que me ha dado
que a limpio, bueno y educado
nadie me gana en la selva!
030097
Barcelona, 30 de enero de 1963
———
79 ILUSIÓN
Navidad
Yo tengo tanta ilusión
de que llegue Navidad,
que les digo de verdad
que me aguanto el corazón.
Y es que me sobra razón
para aguardar esta fecha…
¿saben que también tengo hecha
una bonita canción?
Si supieran la alegría
con la que ensayo de pronto
en el transcurso del día…
Si hasta les parezco tonto
a los chicos de la escuela…
Pero yo muy bien me sé
que cuando a Cristo le dé
esta canción de mi abuela,
le será como una alfombra.
Así que, quedo esperando
corriendo y medio cantando
tanto al sol como a la sombra.
030098
Barcelona, 30 de enero de 1963
———
80 LAS CAMPANAS DE BELÉN
Navidad
Las campanas de Belén
nos dan una gran noticia:
¡Jesucristo es la primicia
que viene desde el Edén!
Yo no sé si habrán campanas
que sepan decir tan bien
que el Rey que nació en Belén
en un cuarto sin ventanas,
nos ha devuelto las ganas
de volver al buen camino
y que su trono divino
hace que muchos mortales
puedan resolver sus males
en mitad de su destino.
¡Las campanas de Belén
y su dulce melodía,
son la noticia del día
que esperaba yo también!
030099
Barcelona, 30 de enero de 1963
———
81 ¡ANDA BORRIQUITO!
Navidad
¡Anda borriquito,
corre hacia mi casa,
corre que se pasa
la hora en que el Hijito
de Dios nos nació!
¡Anda borriquito,
corre hacia Belén,
corre antes que den
todos aquel grito
que le enmudeció!
030100
Barcelona, 30 de enero de 1963
———
82 EL JARDÍN DE CRISTO
Navidad
Flor natural
es mi buen Cristo
en el jardín del amor,
pues es formal
con quien le ha visto
en el jardín del dolor;
le quita el mal
y le ha previsto,
en el jardín del candor,
algo normal:
¡Un sitio listo
en el jardín del Señor!
030101
Barcelona, 30 de enero de 1963
———
83 EL CAMINO A BELÉN
Navidad
¿Quieres decirme, buen mozo,
por dónde se va a Belén?
A Belén, señora mía,
no se va… mas cada día
debe vivirlo tan bien
que ande por él trozo a trozo.
030102
Barcelona, 31 de enero de 1963
———
84 EL CIEGUECITO
Navidad
Dime, cieguecito,
¿has visto la luz?
Pues claro, amiguito,
El Señor Jesús,
me la dio en la cruz.
030103
Barcelona, 31 de enero de 1963
———
85 EL CAMINO DEL MESÓN
Navidad
Dígame, buen caminante,
¿por dónde se va al mesón
en que nació el Salvador?
¡Por el mismo corredor
de su propio corazón
arrepentido y vibrante!
030104
Barcelona, 31 de enero de 1963
———
86 MUJER
a una amiga.
Eres una flor llena de hermosura
del jardín más hermoso de mi mundo,
pues juntas a tu natural soltura
el adorno del sentir mas fecundo.
Yo, que con las raras Musas me fundo
en el valle poético de estatura,
dedico mi aplauso real y rotundo
al genio que proyectó tu figura,
porque si todo lo hermoso perdura
por ser como sal a la buena tierra
y espíritu a los humanos sin mancha,
elevo este soneto con cordura
a la virtud que sin duda te aferra
y al humanismo que todo lo ensancha.
040112
Barcelona, 18 de diciembre de 1962
———
87 EL SECRETO DE MAMÁ
a la madre
El párvulo, niño o niña,
hace una reverencia al salir a escena.
Mi mamá,
(Señala al público).
que está por ahí,
me dijo ayer en voz alta
que siempre que hiciese falta
daría su vida por mí.
(Se rasca la cabeza pensativo).
Pues para quererme así
alguien tuvo que enseñarla…
(Decidido).
Mirar, para compensarla
le daré un beso en la frente
y le diré muy sonriente
que jamás pienso olvidarla.
(Avanza un poco más y envía un beso hacia el público).
040113
Barcelona, 15 de abril de 1962
———
88 MUJER ESPAÑOLA
a Olga Fernández…
A ti, morena mujer española,
que a pesar de ser eslavo tu nombre
existes y andas para que me asombre
por tu gracia y donaire de manola,
pues si eres trigo y a veces amapola
y miel silvestre y racimo de mimbre
y viento fresco y agua clara de cumbre
y flor salvaje de bella corola…
es por eso, por española innata.
Te canto con razón este soneto
pues el verte, hace la vida más grata
a todo el que te trata con respeto.
¡Loor a ti, canela y rosa escarlata!
¡Loor a ti, rara piedra de Mileto!
040114
Barcelona, 15 de agosto de 1962
———
89 LAS DOS RANITAS
a la madre
El niño o la niña que la
recite debe hacer todas las voces.
Una ranita y su amiga
se encontraron en un prado,
cerca de un musgo mojado,
y tras comerse una espiga
trataron de sacar miga
a las cosas que pasaban
y a la ropa que llevaban:
-Dime, ¿por qué has estrenado
ese juego delicado?
-¡Curiosa!
Mientras hablaban
como si fueran dos lores,
daban saltitos con garbo:
-Me he vestido de largo,
con tela de mil colores,
para imitar a las flores
y a las perlas de Caldea…
-A ver si entiendo la idea
-inquirió la preguntona-,
¿Se trata de una persona?
-¡No!
-¿Es que quieres que te crea?
-¡Tú verás!
-¿Es por la muerte
de algún pariente lejano?
-¡Ca!
¡Ah! ¿Es que han pedido tu mano?
-¡Frío, frío! Tienes que moverte
o reclamar a tu suerte
para ser un adivino.
-Pero, ¿estoy en el camino?
-No es eso…
-¡Qué sí!
-¡Narices!
-¿No?
-¡No!
-Por lo que dices
se trata de tu destino,
¿verdad?
-Serás animal.
Por eso no iría con galas.
-¿Te han prometido las alas
de un príncipe celestial
o un palacio de cristal?
-¡Qué no, qué no, te equivocas…!
Y abriendo mucho las bocas,
las dos ranas amiguitas
suben y bajan ramitas
mientras hablan como pocas
mil temas en un instante.
Y sin dejar de saltar,
correr, comer y jugar
en un círculo constante,
dan muestras de buen talante
empatando la contienda
y engullendo la merienda
que se encuentran por doquier.
Y qué rincón del saber,
qué estante de su trastienda,
exploraría la primera,
que hasta sentirse vencida,
tubo que estar convencida
de que fuera lo que fuera,
no iba a dar con la manera
de adivinar la razón.
Entonces, en un rincón,
le preguntó por las buenas:
-¿Quieres quitarme las penas
que llenan mi corazón?
Su amiga, que por persona
la buscaba por la cañas,
enderezó las pestañas
y exclamó con voz burlona:
-No te inquietes más, campeona,
y no te enfades conmigo…
Mas mereces el castigo
que te acabo de imponer,
¿es que sólo quieres ver
el exterior del abrigo,
el birrete de los jueces
o las espigas de trigo?
(Y conste que no te digo
todo aquello que mereces).
Como has sufrido con creces
tu inquieta curiosidad,
escucho a la caridad
y te cuento lo que sigue:
Voy así, no por un ligue
ni por ninguna ciudad.
Has de saber, anormal,
que en mi casa se festeja
el día con más moraleja
que existe en el santoral.
Para darte idea cabal
de la importancia del hecho
te contaré, aun a despecho
de resultar muy pesada,
que si voy engalanada
desde la espalda hasta el pecho,
es consecuencia normal
de la fiesta que tenemos.
-A ver si nos entendemos,
¿es una fiesta especial?
-¡Para mí, no hay otra igual!
Has de saber que en mi casa,
y esto lo digo sin guasa,
a mi madre se respeta…
-Perdona que me entrometa,
¿no te sales de la masa?
-preguntó su compañera
en un pequeño respiro,
y tras lanzar un suspiro
continuó de esta manera-:
¿Es que de puertas afuera
los demás no la respetan?
-Tal vez sí… Pero, ¿se inquietan
cuando sienten algún daño?
-¡Mujer!
-Yo, una vez al año,
si antes no me lo vetan,
me dedico por completo
a obedecerla, de modo
que parecemos un todo
empujando un parapeto,
le doy paz, amor y asueto
y al menos en ese día
le hago sentir alegría.
-¿Cómo llaman a esa fiesta?
-¡Día de la Madre!
-Me cuesta
reconocer…
-¡Lo sabía,
a mí me pasa al revés!
Yo no me hecho de rogar
y con prisa he ido a buscar
el traje de tu interés,
pues vestida por los pies
y llevando mil olores,
te diré que mi amores
nunca se repartirán.
Así, todos le dirán
que los hijos somos flores.
-¿Sabes que suena muy bien
lo que tienes decidido?
Si limpiase mi vestido
y me adornase la sien,
podría juntarme también
al menos para la cena,
¿no?
-Pues, sí.
-Sería una pena
que la cosa resultara
sin que yo participara
en una ocasión tan buena.
Corramos a buscar cintas
y a hacer ramos con rosas
que siempre con estas cosas
se ven formas distintas
si se hace lo que pintas
o como siempre hemos hecho.
Ven, acompáñame un trecho
que voy en busca de gasa.
-De acuerdo, iré hasta tu casa
mientras buscamos helecho.
Y juntas, con emoción
se fueron llenas de gozo,
pues su cariño era un pozo
tan lleno de devoción,
que hicieron una canción
de sus madres respectivas.
Y las ranas decididas
devolvieron tanto amor,
que la fama de su ardor
alumbró cientos de vidas.
040115
Prat de Llobregat, Barcelona, 19 de abril de 1962
———
90 PICARDÍA
a la madre
Cuando mamá me levanta,
(Dios mío, qué cosa tan rara),
me dice que el agua clara
purifica la garganta,
mas pienso de corazón
que la principal razón
es que me lava la cara.
040116
Barcelona, 19 de marzo de 1962
———
91 MADRE
a la madre
Sé que sólo soy un niño
y que me falta experiencia,
pero viendo la evidencia
del tesoro de cariño
que mi madre representa,
quisiera, con alegría,
compararla con María.
La verdad, ya me doy cuenta
de todos los sufrimientos
que ella, por mí, padeció
y como me convenció
y tengo remordimientos,
deseo decir ante todos
que no sólo me ha dejado
su amor desinteresado,
el ser, el cuerpo y los modos,
sino la fuerza de un padre.
Señores… ¡Es evidente
que no hay nada que sustente
como el amor de una madre!
040118
Barcelona, 6 de diciembre de 1960
———
92 DEL AMOR MUNDANO
al amor
Marchaba por la vida terrenal
queriendo disfrutar de mil amores,
padeciendo, no obstante, sinsabores
pues el roce con la calle hace mal…
¿Qué deseo, razón o emblema fatal
es aquel que inflama los corazones?
¿O aquél que destruye mis ilusiones,
me persigue, agota y apaga el fanal?
Sólo hay un amor en lo ancho del mundo
que es capaz de reclamar lo que he puesto:
Aquel mal lento, insistente y profundo,
aquel zozobrar sin luz de contexto,
aquel sentirme animal moribundo…
¡El amor mundano es siempre funesto!
040125
Barcelona, 7 de abril de 1961
———
93 LA CREACIÓN
a la naturaleza
Un gorrión, que saltaba con destreza,
me preguntó picoteando unas flores:
-¿Has contado alguna vez los olores
que conjuga nuestra naturaleza?
Me quedé pasmado ante la belleza
que me indicaba en los cuatro rincones,
orgulloso de añadir con canciones
más realce y valor a tanta grandeza.
¿Es posible concebir otro mundo
que conjugue tan admirablemente
tacto, olor, vista, oído, gusto profundo,
amor, ansia, conciencia, deseo y mente?
¡Un mundo así, tan capaz y fecundo,
sólo Dios puede hacerlo únicamente!
040126
Barcelona, 13 de abril de 1961
———
94 MATRIMONIO CRISTIANO
a la familia
El cielo parece darnos la mano
el día que tiene lugar vuestro enlace.
Hay un no sé, como un aura que nace,
porque el ser que queremos es cristiano.
Desgraciados son los hombres del mundo
que se casan con el alma cansada…
¿No es mucho mejor la que está avalada
por un Señor sano, vivo y fecundo?
Cualquier unión de dos seres tan trinos,
escucharme, es para todo la vida.
De ahí que los roces aguarden, felinos,
emboscados en el tiempo… ¡Enseguida!
¡El matrimonio cristiano, vecinos,
es la mejor solución conocida!
040128
Barcelona, 22 de mayo de 1961
———
95 AL HIJO PRIMERO
a la familia,
con ocasión del nacimiento de Maribel.
De entre las cosas bellas de Natura
nada más bueno ni más lisonjero
que el nacimiento del hijo primero
fruto de un amor que siempre perdura.
¿Quién puede negar la sana dulzura
que emana su cara resplandeciente
o valorar su boquita sonriente
que transforma en contento la amargura?
La hermosa figura de la cunita
es promesa futura de consuelo
y su alma infantil, sencilla y bendita
es promesa de trabajo y de anhelo.
¡Sabio y real es el padre que medita
en el mensaje de su pequeñuelo!
040129
Barcelona, 24 de junio de 1961
———
96 A LAS MALAS COMPAÑÍAS DE MI HIJO
a la educación cristiana
En la montaña oscura de mi mente
gusto charlar con el que ha de nacer
y así es como consigo comprender
la extraña obcecación de mucha gente.
Y es que dicen que la vida es el puente
entre la amplia tierra y la amarga nada,
que deben vivir de forma alocada
porque no existe la segunda muerte.
¡Necios que tropezáis con vuestra frente,
salir del cascarón! ¡Ver florecer
el nuevo día que nos da el Dios clemente!
¡Ver al Crucificado descender
en un gesto tan veraz y elocuente
que nos avala el nuevo amanecer!
040131
Barcelona, 30 de junio de 1961
———
97 EL PADRE PERFECTO
a la familia
Tres cosas quiero hacer en el camino,
antes de que cruce el río de la vida:
¡Crear un hijo, afán de vejez temida,
escribir un libro y plantar un pino!
Si el inmortal Unamuno previno
forjar al hombre con esa medida,
es porque la experiencia conseguida
le hacía ver que era un mensaje divino.
El hombre perfecto es quien predica
este armonioso y veraz pensamiento,
aquél que lo desarrolla y practica
y le da verdadero esparcimiento…
¡Honor al terceto que justifica
nuestra existencia en este campamento!
040132
Barcelona, 1 de julio de 1961
———
98 CONSEJO MATERNO
a la familia,
Seis días de trabajo por semana
y el séptimo dedicado al reposo,
es quizá el mandamiento más hermoso
que tiene en su poder la especie humana.
Dios lo estableció en una gris mañana
en la que el hombre pecó de orgulloso
salvándole así de caer en el foso
de una experiencia llena de desgana.
De ahí, quien pase por ser inteligente
debe cumplir este mandamiento
y guardar el domingo dignamente.
-¡Hijo mío, acuérdate en todo momento
de que el Día del Señor es diferente,
descansa y muestra tu agradecimiento!
040133
Barcelona, 5 de julio de 1961
———
99 LA NOVIA
a la familia
y a Paquita Vicente y a David Hombre
con motivo de su boda.
Parece que esta mañana se crece
porque a matrimoniar vas enseguida
no ignorando que esa unión conseguida
por siglos y más siglos permanece.
¿Qué será que con casarse amanece
en toda mujer una feliz rosa?
¿No será quizá que al sentirse esposa
forma y destila amor que no perece?
Por tu marido vengo ahora a buscarte
cumpliendo gozoso orden tan hermosa,
y de pasada, déjame desearte
vuelo triunfal de blanca mariposa
para acabar mi embajada al cantarte:
Paquita, ¡qué seas princesa dichosa!
040134
Barcelona, 8 de julio de 1961
———
100 PROFUNDIDAD DEL AMOR
al amor
Cuantas veces he pensado a tu lado
lo que el amor significa y conquista,
pero nunca pude acabar la lista
al tratar de juzgar lo que me has dado.
De todas formas me veo consolado
cuando juego a gusto, goloso y altruista,
catalogando y pasando revista
a los diamantes que te han coronado.
Mas, ¿por qué he de sentirme castigado
cuando trato de ser malabarista
intentando entender al ser amado?
La respuesta es una cosa imprevista:
¡Sancho, con el amor hemos topado
en nuestro peregrinar por la pista!
040135
Barcelona, 11 de julio de 1961
———
101 EL ENAMORADO
al amor
¿Por qué te inquietas por mí, oh Padre
amado?
¿Qué temes? ¿Qué quizá pueda dejarte?
¿Qué acaso acabe por abandonarte
para huir por este yermo desolado?
¡Ah, no! Si me marcho de tu lado
engañado por las flores de mi arte,
trataré de volver para buscarte
llorando compasión por mi pecado.
Pues ya no puedo dejar de alabarte
después de valorar lo que me has dado.
Así pues Señor, deja de inquietarte
por hombre que tienes asegurado.
Ya lo sabes, sólo quiero adorarte
como lo haría un sincero enamorado.
040136
Barcelona, 13 de julio de 1961
———
102 EL MAR
a la naturaleza
¡Espuma blanca! ¡Movimiento brioso!
¡Olas! ¡Mar de color verde profundo!
¡Agua azul que casi cubres el mundo,
déjame que te contemple orgulloso!
¡Mar…! ¡A tu lado se vuelve precioso
todo el tiempo que forjo, moldeo y fundo
en el crisol multiforme y fecundo
de tu enorme espíritu poderoso!
¡Rodeado de espuma, huelo delicioso
a veinte gaviotas de amplio plumaje
y un bou de pescador porfía nervioso
tratando de doblegar al oleaje!
¿Lo vencerá…? ¡Ya lo vence! ¡Y es curioso,
el mar parece aplaudir su coraje!
040137
Barcelona, 19 de julio de 1961
———
103 AL AMOR MUNDANO
al amor
Cuando veo las rejas de tu ventana
que te separan de mí con egoísmo,
esos ojos verdes como el mar mismo,
esa fresca boca de uva temprana
que resucita siempre a la mañana
llena de un hermoso y fijo erotismo,
esos pelos de oro que hacen grafismo
y esa sonrisa noble, santa y humana.
me desespero: -¡Arranca la verja, Ana,
o dame paso franco hacia el abismo…!
¡Si de veras me amas no estés lejana
y háblame un poco, rompe tu mutismo,
déjame oír el bronce de tu campana
y rompe para siempre este espejismo!
040138
Barcelona, 19 de julio de 1961
———
104 LA CUNA
a la familia
y a mi hija Maribel.
Más refulgente que la aurora misma,
con más color que un campo de amapolas,
con más secretos que las fuertes olas
y con mayor maravilla que el prisma
que recibe la blanca luz solar
y la lanza al éter en siete colas,
es la risa que flota a todas horas
en lo más íntimo de cada hogar.
Allí, donde tu cuna se levanta
y nacen las más inspiradas odas,
mil canciones maternas se te canta
porque es donde se preparan las bodas
y donde dando el ser se te amamanta…
¡Hija, santo es el lugar donde moras!
040143
Barcelona, 4 de marzo de 1962
———
105 PUGILATO
a la madre
UN NIÑO.-
Si mi papá es un tesoro
en el cofre del hogar,
mi mamá tiene un lugar
(Señala a su corazón).
más importante que el oro.
UNA NIÑA.-
También la mía representa
un arcángel de alas blancas,
pues me cobija con mantas
cuando me arrulla contenta.
(Hace el gesto de arrullar).
OTRO NIÑO.-
Pues a la mía la comparo
con un claro amanecer,
ya que me ayuda a crecer
mucho más alto que un faro.
(Hace la mímica correspondiente).
040146
Barcelona, 22 de mayo de 1961
———
106 A LA NOVIA
a la familia
y a Isabel Bayona y Sindulfo Díez
con motivo de su boda.
Hoy aparece el cielo más despejado
porque sabe que te vas a casar
y es que el solo hecho de matrimoniar
da a la mujer un lugar muy soñado.
Yo vengo a buscarte para tu amado
que te espera justo al pie del altar,
confía en mí puesto que te voy a llevar
hasta donde te aguarda enamorado.
Isabel, hoy es el día tan esperado
en el que vas a formar un hogar
con el destino que hayáis señalado
aprendiendo juntos a bien amar.
¡Qué Dios te bendiga y haga que sea
honrado
el camino que tengáis que pisar!
040147
Barcelona, 11 de noviembre de 1962
———
107 PENSAMIENTOS
a la educación cristiana
y a mi hijo Miguel Angel.
(a) Tres cosas.
Las tres cosas más hermosas
de este bendito planeta,
son: la respuesta concreta,
el mensaje de las rosas
y la entrega verdadera
de la mujer casadera
al hombre que la respeta.
(b) El trabajo.
Quien dice que ama al trabajo
y siempre está litigando,
no sólo se está engañando,
sino que vive tan bajo
que cuando guarda reposo,
está siempre tan nervioso
como al estar trabajando.
(c) La buena moral.
No sé mejor pasaporte
para la mujer soltera
que la moral verdadera.
Le sirve de picaporte
para el mismo matrimonio
y hace que el mismo demonio
no la toque ni aunque quiera.
(d) Cada cosa a su tiempo.
Quince veces he intentado
empezar por el final
sin darme cuenta cabal
que no logro resultado…
¡Ni es de sabios preocuparse
por lo que aún ha de gestarse,
ni creer que todo es fatal!
(e) El alma humana.
¡Quién se olvida de una parte
de lo que es su trinidad,
condena a cautividad
la mejor porción del arte!
¿Cómo ignorar la misión
que el alma, sin excepción,
debe a la divinidad?
(f) Las estrellas.
Casi siempre que contemplo
las estrellas en el cielo,
me siento lleno de celo
y las tomo como ejemplo.
Están allí y aunque lejanas
ocupan su puesto, ufanas
de alumbrar a nuestro suelo.
(g) El trabajo cotidiano.
Hijo, aprende de la hormiga
el arte de laborar,
pues ella, por trabajar,
a pesar que no lo diga,
se desvive todo el día
y luego, en la época fría
se dedica a descansar.
(h) Malas pasiones
Quisiera estar en la luna
para poder apreciar
como debe terminar
quien, desde su misma cuna,
sólo piensa en las pasiones
de los malos corazones
que no se quieren salvar.
(i) La constancia.
La constancia es la mejor
de las ochenta virtudes.
Te ayudará cuando sudes
y cuando sientas dolor,
te ayudará a conocer,
te sostendrá en el crecer
y te guiará cuando dudes.
(j) La familia cristiana.
La familia es la encimera
de la mejor sociedad,
pues tiene a la caridad
como su escudo y bandera.
Y es que Dios es su guardián,
Jesucristo el capitán
y el hombre su autoridad.
(k) La soledad moral.
Es la soledad moral
el peor de los abandonos
y a pesar que hay varios tonos
de eso, por lo general,
cuando uno se encuentra solo,
es que anda en medio de un dolo
o perdido entre los monos.
(l) La vida cristiana.
Una existencia cristiana
es como una ola del mar,
si se quiere sujetar
toda fuerza será vana…
¡El agua, el viento y el amor
a Dios tienen por Señor
y no se pueden parar!
(ll) El cisma.
Cristo descendió a la tierra
para morir en un trono
y para volverse ronco
de gritar contra la guerra
y contra el odio del mundo.
¡Por qué hay un cisma profundo
entre el amor puro y el bronco?
(m) Reconocimiento hacia Dios.
El hombre debe saber
que del polvo se formó
y que Dios lo transformó
en la fuente del querer,
sólo así puede dar gracias
y burlar a las desgracias
que sin querer conformó.
(n) No hay contentamiento en los bienes materiales.
Cuántas veces he mirado
las propiedades ajenas,
me han parecido más buenas
que las que yo he conquistado.
Así de raro es el mundo:
¡Hasta el sentir más profundo
se llena de tristes penas!
(ñ) Necesidad de utilizar bien el tiempo.
Una vez una cigarra
le dijo a un grillo triguero:
-¡Sabemos el cancionero
que a la cabeza se agarra!
Y una hormiga que les vio,
así les amonestó:
-¡Vuestro canto es traicionero!
(o) Contra la pereza.
Quita de ti la pereza
que a los hombres embrutece
y busca lo que ennoblece
mientras guardas la tristeza,
pues el hombre que trabaja
se aleja de la mortaja
que la vagancia establece.
(p) Pureza de sentimientos.
La nobleza es la medida
que da fe a los sentimientos
y establece los cimientos
que dan valor a la vida.
Hijo, cumple esta razón
y harás que tu corazón
no tenga remordimientos.
(q) Para ayudar al prójimo.
¡Ten cuidado con la viga
que en tus ojos adivino…!
Sólo existe ese camino
para todo aquel que siga
las enseñanzas divinas
y vea cien pajas finas
en casa de su vecino.
(r) Menta clara.
Quién escala un altozano
tiene mucha más visión
que aquel que por ocasión
se conforma con el llano,
pues la mente despejada
necesita la escalada
para forjar la opinión.
(s) La maldad sobresale al fin.
Sabe el enorme elefante
que aquel que la hace la paga,
pues no existe quien mal haga
que no reciba bastante
y así como en agua flota
el aceite, así se nota
la maldad sobre la llaga.
(t) El domingo.
El domingo es del Señor
y debemos descansar
dejando de trabajar
para adorarle mejor,
pues durante la semana
andamos de mala gana
tratando de prosperar.
(u) La salvación.
Lo que Cristo necesita
para salvar a la gente
es que se le dé la mente,
la carne y el alma infinita.
Luego, Él mismo nos transforma
en seres de eterna forma
con una cruz en la frente.
(v) Los ancianos.
Hijo obedece a tu madre
y hónrala como es debido,
pues de todos es sabido
que envejece con tu padre.
(El cuidar a los ancianos
no concierne a los extraños,
sino al hijo más querido).
(x) Humildad cristiana.
No mires un espejismo
cuando busques la pobreza,
recuerda que la belleza
empieza por uno mismo
y que el orgullo trastoca
al mejor cristal de roca
y a la más pura nobleza.
(y) Paciencia cristiana.
Hijo, ten calma, recuerda
cuando la ira te acometa,
que tampoco la cometa
debe elevarse sin cuerda
y que si das rienda suelta
a tus instintos sin vuelta
puedes hacer la maleta.
(z) Los Mandamientos.
Ahora, llegando al final
de estos cortos pensamientos,
quiero realzar sus cimientos
por su parte principal:
¡Si a pesar de estar salvado
quieres ser recompensado,
practica los Mandamientos!
040148
Barcelona, 16 de julio de 1961
———
108 LA ÚLTIMA CARTA
a la madre
Soy pecador, madre mía,
por marcharme de tu lado,
porque el corazón malvado
que tan sabio se creía,
se sintió fuerte aquel día
en que, abriendo las ventanas,
te arrojé palabras vanas
con acento despiadado
sin ver que el ser que me has dado
estrujaba mis entrañas…
Te dije que eran extrañas
tus caricias y tus canas
y que me moría de ganas
de romper lanzas y cañas
y escapar a las montañas
a buscar mi propia suerte.
…¡Necio! Te daba la muerte
pagando tan poco precio,
que ahora mismo me desprecio
porque ya no puedo verte.
Pero entonces no era fuerte
ni veneré tus despojos,
sin lágrimas en los ojos
y sin ver que iba a ofenderte,
dije que debías valerte
por ti misma, que cansado
de crecer siempre abrigado,
iba a buscar más cuidados
en otros brazos amados
que ocultasen mi pasado.
¡Tonto de mí! He caminado
mil horas para adorarte
y no supe venerarte
cuando estabas a mi lado…
Madre, perdona. He pecado
contra el cielo y contra ti
porque dejándote así,
no sólo te he molestado,
sino que he recolectado
la ignominia para mí,
pues sólo gusté rastrojos
y deseos inconfesables…
Prosperé entre miserables
y en vez de vivir de hinojos,
lo hice entre mancos y cojos
que me aguantaban la red
y en vez de apagar mi sed
se incrementaron mis ansias,
así que viví en estancias
que sólo tenían pared
para matar mi conciencia
y eliminar la fragancia
de los besos de la infancia,
y en vez de ver tu paciencia
o los brotes de prudencia
que no quise tantas veces,
tuve que aguantar con creces
las iras de una querida
que a lo largo de mi vida
me limpió como a los peces,
pues acabada la saga
se acabó el contentamiento.
¡Qué cierto es el mandamiento
que afirma como una daga
que quién resbala lo paga!
¡Y pensar que mi sustento,
mi vestido y mi alimento
eran seguros contigo!
Pero preferí el castigo
que ahora desprecio y lamento,
pues queriendo hacer el mal,
creyendo saberlo todo,
avancé en medio del lodo
sin pensar que la moral
se hace por lo general
a caballo del dolor.
Madre mía, soy pecador
porque te quité la calma
y porque te manché el alma
entregando mi calor
para comprar un capricho,
para encontrarme a mí mismo
a través de un espejismo,
pero quedé en entredicho
pues me emparejé a un mal bicho
que me llenó de zozobra.
También sé, madre, de sobra
que soy indigno de tratado así
por aquella hija de cobra,
me ofusqué con su desprecio
y sus continuas mentiras
y llevado por las iras,
no supe tasar el precio
y me porté como un necio.
En un momento maldito,
sin pensar ni dar un grito,
la maté… ¡Y ahora estoy llorando
porque me están aplicando
el pago de mi delito!
Soy pecador madre mía,
por no escapar al rellano,
pues al levantar la mano
que homicida se cernía,
tu voz muy bien me advertía
del peligro de mi gesto,
pues tu corazón honesto
con latidos me avisaba
cuando yo más sordo estaba
haciendo valer mi resto,
y los momentos preciosos
que contigo disfrutaba,
se han convertido en aldaba
y en eslabones roñosos,
pues el mal de los celosos
que pisan la caridad
es tan malo en la ciudad
como en las altas montañas,
igual destroza cabañas
que palacios de verdad.
Así la justicia humana
en aras de su enseñanza,
me pesó con su balanza
y el brazo de la romana
se inclinó de buena gana
por la causa de la zorra
y me puso en la mazmorra
donde la luz de los cielos
no pueden romper los hielos
de mi Sodoma y Gomorra;
mas, ¿puedo alegar maldad?
¡Qué necio se atrevería
a argumentar osadía
y a encontrar poca piedad?
¿Es que tuve caridad
cuando asesiné a mi amada?
¿No te dejé abandonada
y con deudas hasta el cuello?
¡Pues si estoy preso por ello
a nadie reclamo nada!
Ni reniego de los reyes
ni de los jueces me quejo,
pues todos ven el espejo
que delimita sus leyes,
mas tozudos como bueyes
me declararon culpable.
¿Lo soy…? ¡Sí, el más miserable
que pulula por la tierra!
Por eso, lo que me aterra
de este caso interminable,
es la soledad moral
y el tormento de una duda:
¿Puede una conciencia muda
llegar a ser inmortal
después de hacer tanto mal?
Madre, nunca he sido fuerte,
pero no temo a la muerte,
ni en este trance me fundo
para pedir a tu mundo
que modifique mi suerte.
Sólo el tener que saber
que no he vencido al destino
y que el entorno divino
no me puede recoger,
me obliga a padecer
un terrible pensamiento:
Sé que el arrepentimiento
para que pueda valer
necesita descender
a través de un escarmiento,
pero mi culpa es tan grande
que dudo que mi pecado
aspire a ser condonado
si no hay nadie que lo mande,
y como creo que nadie ande
si antes no está decidido,
comprendo que estoy perdido
y más cuando estas paredes
me sujetan como redes
al pescado conseguido…
¿Me tendrás en la memoria
querida madre del alma?
¡Sólo así tendré calma
para eliminar la escoria
y entrar de lleno en la historia!
¡Adiós! Tengo la esperanza
que hasta mi pobre alabanza
dará un final imprevisto,
pues aún espero que Cristo
contrapese mi balanza…
Recuerdo que me decías
que habría sufrido por todos;
entonces, de todos modos,
y haciendo caso a Isaías,
lo hizo por mí, ¿lo sabías?
Así que, madre querida,
aún puedo alargar mi vida
hasta después de la muerte…
¡Adiós! ¡Un beso muy fuerte
de tu hijo que no te olvida!
040149
Barcelona, 22 de febrero de 1967
———
109 CHISPAS
a la familia
y a mi hija María Isabel.
(a) El trabajo honrado.
Riqueza bien amasada,
es la de aquel que trabaja
y que en azar no baraja
ni su suerte ni su espada.
(b) El escarmiento humano.
¡Vale más mal conocido
que bueno por conocer!
Así suele responder
quien los haya padecido.
(c) Preferencias hacia la mujer honesta.
Dicen que la que está en casa
no puede seguir la moda:
¡Pues yo prefiero la soda
a la ginebra que pasa!
(d) Indisolubilidad del matrimonio
Ya que de mujer hablamos
justo es hacer resaltar
que de llevarla al altar
para siempre nos atamos.
(e) Consecuencias de la falta de moral en el mundo.
Parece que la moral
es tan buena porque hay poca,
¿por qué una fuerza tan loca
hace del mundo un corral?
(f) La lucha entre el bien y el mal.
Creemos que todo lo bueno
es muy poco duradero,
¿no será que es verdadero
y el malo le pone freno?
(g) La gentileza normal del hombre.
Quiere el hombre ser gentil
con todo el sexo contrario…
¿Has algo de extraordinario
en este gesto viril?
(h) Necesidad de elevar es espíritu.
Quién de este valle es gregario
y no sube a la colina,
es como el que en la cocina
descuida lo necesario.
(i) Vanidad del poder mundano.
Dicen que muchas estrellas
mueren novas sin querer,
pues el ansia de poder
les va siguiendo las huellas.
(j) El alma cristiana.
Quién desee felicidad
tanto propia como ajena,
debe tener su alma llena
de modestia y caridad.
(k) Ansiedad de Dios.
Quisiera palpar el cielo
que me espera cuando muera,
pues al tener que estar fuera
me llena de desconsuelo.
(l) El hombre se completa en el matrimonio.
Lo mejor para un buen hombre
es llegar al matrimonio,
con ello aleja al demonio
y consigue mejor nombre.
(ll) Dolor de la naturaleza ante la necedad humana.
Al igual que las pasiones,
el mar, cien veces más noble,
se retuerce como un roble
cuando traga corazones.
(m) El hombre es un ser social.
Quién anda solo en la vida,
por extraño que parezca,
consigue que se merezca
un adiós sin despedida.
(n) El valor del tiempo.
El tiempo, que es relativo,
por usarlo exige un precio
que se transforma en desprecio
cuando se hace improductivo.
(ñ) La oración diaria.
Padre que estás en los cielos,
alabado sea tu nombre,
bendice el hogar de este hombre
que agradece tus desvelos.
(o) Entereza ante las contrariedades.
Casi siempre me pregunto
el por qué de la tristeza,
que redime la firmeza
del hierro forjado al punto.
(p) La soledad moral.
Más cruel que la muerte misma
es la soledad moral:
¿Qué piedra, flor o coral
puede entender este cisma?
(q) De la relación social.
Toda persona que sabe
convivir con sus vecinos,
abre puertas y caminos
sin necesidad de llave.
(r) El peligro de las malas compañías.
Se dice que quien mal anda
termina acabando mal.
Claro, es como muy normal
constiparse sin bufanda.
(s) La grandeza de Cristo.
Si el sándalo engrasa el hacha
del cruel leñador que le hiere,
¿qué es lo que no hará el que muere
para dejarnos sin tacha?
(t) Para evangelizar, hay que salir.
Si desde una cima vemos
más camino que en el valle,
sólo saliendo a la calle
a los demás salvaremos.
(u) Una nueva cosa.
Dicen que si no aprendemos
una cosa nueva al día,
nuestro cerebro se enfría
y pronto si eso sabremos.
(v) El dinero no hace la felicidad.
Si en el amor, madre mía,
tienen papel las riquezas,
prefiero las asperezas
de los cardos que tenía.
(x) Del hablar sensato.
Si el pez muere por la boca,
¡cuidado con lo que dices!
A veces verás perdices
y los demás una foca.
(y) Somos mayordomos de Dios.
Todos tenemos que dar
al César lo que merece,
pero a Dios le pertenece
el reino, el país y el hogar.
(z) La calidad nunca acaba.
Y puestos a terminar
este grupo de verdades,
diremos que en caridades
acabamos de empezar.
040150
Barcelona, 25 de febrero de 1962
———
110 EL PARQUE
al problema social
El parque explota de flores
vestido de sangre fuerte
solo que, el olor a muerte,
aún provoca los sudores
de los perdidos amores
del que preside el gentío…
El día se levanta frío,
el cielo parece que arde
y el jardín llora en la tarde
mientras se queda vacío.
Cuando el lugar está lleno,
repleto de visitantes,
se viven unos instantes
de fiesta, clamor y trueno:
Nadie respeta el terreno
ni las flores ni los bancos.
Un abuelo de ojos blancos
apoyado en un bastón,
contempla desde el rincón
como un cojo y dos mancos
van reclamando a la gente
un poco de humanidad,
mas como la caridad
es una cosa inconsciente,
se les mira solamente
o se les da una moneda
de aquella que siempre queda
en el fondo del bolsillo.
También logra ver el brillo
y el reflejo de la seda
en diez damas elegantes
que sólo porque hay vecinas,
van haciendo las esquinas
enseñando bien los guantes
como si fueran amantes.
Dentro de aquella marea,
un viejo piensa y sestea
sentado en el puro suelo,
que ni cuaja como abuelo
ni como mastín de pelea;
las canas que le coronan,
en vez de hablar de franqueza
sólo reflejan tristeza,
pues parecen que pregonan
el pasado que abandonan.
Más allá, en medio de todos,
casi rozando los modos,
hay fundida una pareja:
Él le susurra en la oreja;
ella, abatidos los codos,
lucha con la soledad.
Él se marcha y como Dimas
no puede enlazar con rimas
el amor y la verdad.
Piensa que la caridad
empieza por uno mismo;
entonces, el terrorismo,
aparte de ser mentira,
sólo genera más ira
para ensanchar el abismo.
Más acá, bajo el calor,
una enorme y feliz ama
con sus brazos hace cama
al bebé de su señor,
demostrando más amor
que el que tiene su señora.
Después, a un chico que llora
por haber besado el suelo,
tratan de darle consuelo
con la caja de Pandora
que es el bolso de su hermana;
como por encantamiento
le da un lápiz, un cuento,
un dulce y una manzana,
y el chico de buena gana
se conforma por principio.
Luego, el alado columpio
sube y baja con fruición,
desgranando la canción
de un zagal, otrora limpio.
Más lejos, un tobogán
aguanta sin amargura
que una pecosa criatura
le tome, es un refrán,
como la lava al volcán,
y la cola de rapados
que aguardan entusiasmados
llena el parque de vivencias.
¡Nunca tantas experiencias
dieron tantos resultados!
La cola crece a su lado
y él aguarda medio ronco
pues recuerda, cuando tronco,
que ni fue solicitado
ni nunca estuvo mimado
mientras creció en las alturas.
A su lado, tres figuras
de hierros entrelazados,
sostienen esperanzados
a un racimo de ternuras
infantiles… Un soldado
acompaña a una sirvienta
que además que le alimenta
y le mantiene ocupado
de su casa se ha escapado…
Nos quedan los jubilados,
los golfos y los parados,
los guardias de pito estrecho
y los que esperan un techo
para dormir abrigados.
El día se levanta frío,
el cielo parece que arde
y el jardín llora en la tarde
mientras se queda vacío.
El día se levanta frío,
los bancos están desiertos
y los setos medio tuertos.
¡Ya no hay viejo ni pareja
ni ama…! Todo se asemeja
a una cantata de muertos.
El tobogán está solo
y el columpio si se mueve
a pesar de que ahora llueve
bajo las ráfagas de Eolo.
La atención cambia de polo
y hasta el silencio se agrava:
Suenas pasos en la grava
y un muchacho sin fortuna
salva la verja. Ninguna
voz le recibe… Lloraba
el sauce y el chico le imita
en su soledad. Parece
que hasta el silencio se crece
recibiendo a la visita
que no corre, ríe ni grita.
¡No tiene con quién jugar,
y sin dejar de llorar
recuerda que hace un momento
se ha quedado sin aliento
porque viene de enterrar
a su madre…! Los retiros
del alma besan la arena
mientras amasan la pena
envolviendo con sus giros
a los últimos suspiros
del niño que, siendo crío
y obligado por el frío,
vuelve a traspasar el muro
sin pensar que, en el futuro,
todo estará más vacío.
040155
Barcelona, 25 de agosto de 1975
———
111 LAS “SIETE PALABRAS”
a la Semana Santa
…a mi querido pastor
Luis Hombre, agradeciéndole
todo lo que ha hecho por mí.
111a LA CRUCIFIXIÓN
Introducción
La tarde está cayendo en los collados
pero el pequeño grupo de curiosos
aún ve como unos soldados nerviosos
manipulan los clavos oxidados
que sirven de mortaja a los colgados
y puente a los maderos deshonrosos.
Cuando por fin terminan sudorosos,
y tras izar las cruces agotados,
tratan de jugarse el tiempo a los dados,
como huyendo de los ojos piadosos
de Cristo, quién con los labios cerrados
para las quejas y deseos odiosos,
intenta decirles que estén callados
si quieren oír siete dichos preciosos.
111b PADRE, PERDÓNALOS PORQUE NO SABEN LO QUE HACEN
Primera
La primera palabra del colgado
cuando estaba moralmente deshecho
en la cruz, debiera de haber bastado
a aquellos asesinos del derecho
y a muchos que lloraban a su lado
después de haberse embolsado el cohecho
cobrado por haberle traicionado.
Pero la frase caerá en el barbecho,
pues el primer suspiro del penado
viene a ser como un quejido del pecho
e ignoran que la cruz se ha levantado
para limpiarles de odio y de despecho:
-¡Padre, no les imputes su pecado,
perdónalos, no saben lo que han hecho!
111c DE CIERTO, DE CIERTO TE DIGO QUE HOY ESTARÁS CONMIGO EN EL PARAÍSO
Segunda
Sólo uno entre todos los asistentes
dejó de insultar al crucificado;
tenía menos amor, era un colgado,
pero notó algo en sus ojos clementes
que le animó a exclamar esperanzado:
-¡Señor, acuérdate de mí!
-¿Qué sientes?
-¡Miedo!
Entonces, el Rey de los valientes,
sin defraudar al primer ser ganado,
le contestó con acento preciso:
-¡Mira, de cierto, de cierto te digo
que hoy estarás conmigo en el Paraíso!
Esta es la historia veraz de un mendigo
que atendiendo por “El Buen Ladrón”, quiso
morir en paz al lado de un amigo.
111d MUJER, HE AHÍ A TU HIJO
Tercera
Pocos testigos han quedado al lado
del madero. Sólo Juan, un amigo
y discípulo, trae a María consigo
para que Jesús se sienta acompañado.
-¡Mujer, he ahí a tu hijo… Juan, tenla
contigo.
Y al decirlo se siente confortado,
pues sabe que aquel discípulo amado
jamás dejará de ser buen testigo.
Es normal que al sentirse abandonado
y roto, su deber de hijo primero
quiera dejarlo todo bien atado.
Por eso, desde lo alto del madero
pide que su madre quede al cuidado
de los amores del primer romero.
111e DIOS MÍO, DIOS MÍO, ¿POR QUÉ ME HAS ABANDONADO?
Cuarta
Corre la tarde y en un momento dado,
el pecado del mundo se concentra
sobre aquel Salvador, que así se encuentra
hasta del propio Dios menospreciado.
Por eso, al sentir el dolor que le entra
tiene que murmurar desconcertado:
-¡Padre mío ¿por qué me has abandonado?
Pocos allegados notan que centra
la soledad, la miseria, el asedio,
el odio, la lujuria, la avaricia,
la gula, el deseo, la ambición, el tedio
y todo lo que engendra la malicia.
Pero lo acepta, ¡no hay otro remedio
para que pueda darnos su justicia!
111f SED TENGO
Quinta
No hay garganta que resista el ardor
que significa estar crucificado,
falta el aire y el corazón angustiado
parece que va a estallar de dolor.
No puede engañar el ajusticiado.
Es Cristo, pero también en un hombre
y sufre igual, a pesar de su nombre.
Inclinando la cabeza hacia un lado,
grita:
-¡Sed tengo!
Y un soldado de Europa,
de los que servían al César romano,
empapa en vinagre un trozo de estopa
y le moja los labios. Mas en vano,
nuestro Jesús debía apurar la copa
si quería salvar al género humano.
111g CONSUMADO ES
Sexta
El tiempo sigue arañando la tarde
que la hora tercia abrió como principio…
El Gólgota vibra con el suplicio,
el velo se rompe en dos, el cielo arde,
los truenos conmueven el precipicio,
la gente se encuentra desorientada,
corren sin rumbo, como una manada
sin pastor. Huyen ante el sacrificio
cruento… Mientras, los sepulcros dormidos
destrozan sus engarces impotentes
para oír los acusadores sonidos
de la cruz. Pero aún los oídos conscientes
tienen que oír:
-¡Consumado es…!
¡Los perdidos
empiezan a abrir paso a los creyentes!
111h EN TUS MANOS ENCOMIENDO MI ESPÍRITU
Séptima
El clímax se adivina ya, se siente,
por lo que poca gente está corriendo;
todo lo más, se han quedado sintiendo
que el final empieza a ser evidente.
Las señales son claras y sufriendo
no merece estar eternamente.
Con un esfuerzo, levanta la frente
y su voz corta el aire al ir subiendo
ante la indiferencia de la gente:
-¡Padre…! ¡Padre, en tus manos me
encomiendo!
Y el amor, como desbordante fuente
de la majestad de Dios, va saliendo
para envolver aquel cuerpo valiente
que, aunque muerto, parecía estar
durmiendo.
111i LA PROMESA DE LA RESURRECCIÓN
Conclusión
Al expirar, un silencio de invierno
parece que inmoviliza las mentes;
todos temen, incluso los valientes,
que su Cristo se quede en el infierno.
-¡No temáis –parecen decir las flores-,
Jesucristo dominará al averno.
Dentro de tres días, el príncipe eterno
revivirá en respuesta a los clamores
de millones y millones de humanos
que miraron la cruz desde la historia.
Pues bien, ¡ni uno solo de estos hermanos
que se pierden dentro de la memoria,
lo hubieran conseguido con sus manos
de no mediar esta muerte expiatoria!
040156
Alicante, 22 de mayo de 1961
———
112 BALLOBAR
al recuerdo
y al pueblo que me vio nacer.
Rodeada de montes, huertas y ríos
enraizada con rocas colosales,
la aldea parece cobrar nuevos bríos
cuando el reloj de San Juan da señales
de un nuevo amanecer. En las afueras,
en el círculo informe de corrales,
donde empiezan a florecer las eras,
el gallo alborota a los animales
con cacareos cargados de dominio.
Gallinas, pollos, pavos y conejos,
parecen conjugar un escrutinio
revoloteando en busca de consejos.
Mas afuera, los pajares parecen
formar figuras grotescas de sombra
con un fondo de chopos que se mecen
a impulsos de la suave brisa. Asombra
ver como se abren tímidos portales
para dejar paso a madrugadores
que, con azada, cayado y morrales
inician la jornada. Labradores
de Aragón. Trabajadores curtidos
por la fuerza del cierzo de secano
y el gas del sol que, a rayos derretidos,
configura el aragonés verano.
Otras figuras de negro han quedado
en las pequeñas cocinas. Con fuego
de aliagas y sarmientos han formado
la chispeante lumbre para que, luego,
con las sobras de pan duro, hacer sopas
para los zagales que están durmiendo.
Aquellas otras, repasan sus ropas
antes de que se levanten corriendo.
Se preparan los detalles del día;
se palpan faltriqueras por si acaso,
se tienta la despensa y se confía
en taponar los huecos sin fracaso
de la economía familiar. Así, unas
tendrán que traspasar el Alcanadre
por donde se une al Cinca, de aguas puras,
y recoger en el huerto del padre
aquello que no pudieron comprar.
Las privilegiadas añadirán
a esta dieta, animales sin censar
que enriquecen el coto del Batán.
Sigue el tiempo. El sol en el horizonte
parece que está formando su hogar
mientras traza la vida para el monte,
la huerta, el río y la gente de Ballobar.
040158
Barcelona, 6 de septiembre de 1975
———
113 EL PREGÓN DEL TROVADOR
a los hijos en general
y a mi hija Alicia en particular.
Vino cuando la costumbre
determina que no venga,
pues con hermanos mayores
no es corriente que se tenga.
Y más cuando tantos años
la separan del hermano
y los padres empezaban
a disfrutar del verano…
Una noche de tormenta
fue testigo del abrazo
que sus padres consintieron
sin pensar en embarazo.
Meses de angustia siguieron
y nervios mal contenidos,
pues ninguno se acordaba
de los rítmicos latidos.
Y cuando llegó el momento
por todos tan esperado,
por olvidar la costumbre
el padre estaba sentado.
Por fin a la madre llevan
al hospital con euforia
y al cabo de diez minutos
Alicia empezó su historia.
El nombre se lo pusieron
los tres hermanos a coro,
cuando sus padres la vieron
la quisieron más que al oro.
Y a partir de aquel momento,
viendo su piel tan morena
recordaron la tormenta
que no vio la Luna llena.
040159
Barcelona, 8 de septiembre de 1975
———
114 DEL CONSEJO
a la vejez
Dicen que el diablo sabe más por viejo
que por diablo.
Puede ser, la verdad es que el consejo
del anciano
es más consejo y penetra más hondo
que un puñal
toledano que esté templado a fondo.
040160
Barcelona, 10 de septiembre de 1975
———
115 LA FUENTE
al recuerdo
Una esquina de mi casa
es una esquina con fuente…
Testigo de mil desgracias
por su buen enclavamiento,
sus ojos ven las distancias
desde que el Ayuntamiento
con mucha pompa y pitido
la plantó en aquella esquina.
No se asusta del chirrido
del freno. Ni la bocina
de los vehículos en ruta
le acelera los platinos.
Ni tan siquiera se inmuta
cuando aparcan los vecinos
dando saltos en la acera
que da miedo acometer.
Sola, impasible, ve y espera
quien la pueda menester.
Una esquina de mi casa
es una esquina con fuente…
¡Qué cosas habrá escuchado
mientras espaldas corvadas
bebían su caudal helado!
Las ventanas bien cerradas
ignoran los mil detalles
que ella ha saboreado altiva:
Zagales que corren calles,
muchachas de frente esquiva,
abuelas que andan con rampa,
taxistas con voz cansada,
vendedores con la trampa
y serenos sin espada…
El que menos le agradece
lo mejor de su valía,
pues sólo gloria merece
por la noche o por el día.
Una esquina de mi casa
es una esquina con fuente…
Cuentan las viejas del barrio
que antes de asfaltar la calle,
cuando se iban al rosario,
gustaban de ver su talle
rematado con corona
de puntas de hierro fundido.
Sí, el grifo que otea la zona
en de bronce muy pulido
y la peana taladrada,
rezuma el sobrante da agua
que la mantiene mojada
como el temple de una fragua.
Y llena de purpurina
hace la guardia valiente
cumpliendo con la rutina
que da servicio a la gente.
Una esquina de mi casa
es una esquina con fuente…
Y esta es la sencilla historia
de la fuente de la esquina.
Desde que tengo memoria
está allí. Gallarda y fina.
Siempre dispuesta a servir,
no es remisa a su misión
y un chorro deja salir
a la más débil presión.
Así, desde el pordiosero
al rico que tiene modos,
hay un dicho callejero
que está en la boca de todos
y que a todos ilumina
por su fuerza legendaria:
¡La fuente de nuestra esquina
es vieja… mas necesaria!
Una esquina de mi casa
es una esquina con fuente…
040161
Barcelona, 12 de septiembre de 1975
———
116 IVÁN, MI PERRO
al recuerdo
Negro como una joven pantera
y más sedoso que el terciopelo,
le gusta aplastar su negro pelo
en la parte baja de mi pierna.
Así, cuando vuelvo del trabajo
me asalta gruñendo por lo bajo
en busca de una caricia tierna
y movido por su fuerza interna,
al más pequeño requerimiento,
corre y salta, feliz y contento
intentando comer en mi mano.
Y al dormir, siempre busca mis pies
para enroscarse enseguida. Después,
se pone a roncar como un humano.
Conoce el sonido del rellano
y el ruido del ascensor que para,
esté donde esté sube la cara
con alegría y me entrega un saludo;
en seguida, busca su cadena
y ladrando con fingida pena,
pide salir pisando el felpudo.
Y al volver, roto, cansado y mudo,
se aplasta en las losas de su asiento,
la lengua fuera, la cara al viento,
taladrando el aire, oliendo un resto…
Sus ojos brillan como carbones
vigilando puertas y rincones.
atento a cualquier orden o gesto.
Si abren la puerta, salta del cesto
y en dos brincos recorre el pasillo
hasta llegar al postrer ladrillo,
ladrando y haciendo ver que es valiente.
Desde allí vigila a la visita
sin dejarla entrar en la salita
hasta que se retira obediente
aunque coleando, enseñando un diente
y gruñendo con resentimiento,
mas saltará al menor movimiento
de ser necesario. Tiene aguante
por can, por fiel y por experiencia.
Sabe que se admite su presencia
si calla y se está quiero un instante.
Y eso es todo. Aunque no sea bastante
pues siempre se pierde en el tintero
lo mejor, lo nunca dicho… Espero
que se converse tan vigilante
hasta que un día, Dios quiera lejano,
se muera comiendo de mi mano
mientras le acaricio con un guante.
040162
Barcelona, 13 de septiembre de 1975
———
117 DEL PECADO ORIGINAL
al Evangelio
En el pecado original tenemos
algo más que una amplia caída en
cascada.
En primer lugar, al pronto, ya vemos
una situación harto desgraciada:
Adán y Eva pecaron; lo sabemos,
queriendo ser dioses, no fueron nada
al salir del Paraíso. Y les hacemos
justicia si, por temer la ígnea espada,
se fueron sin volver la vista atrás;
llevando, eso sí, la hermosa promesa
de volver para no marchar jamás
si creían en ella. Después, que a esa mesa
también estamos convidados, mas
para ir, debe haber decisión expresa.
———
Sólo los que vean en el Adán nuevo
causa, motivo, fin y salvación,
podrán disponer de una redención
que los capacitará para el vuelo
de los tiempos hacia el Edén perdido.
Liberados del lastre del pecado
por la fe en el Cristo resucitado,
hallarán de nuevo el valle querido
con el árbol de vida dominando
toda la escena. De haberlo sabido
cuando los padres iban caminando,
antes de pecar, nunca habrían salido
de tamaño vergel. Pensando, orando
y ayudados por Dios, habrían vencido.
040163
Denia, Alicante, 16 de septiembre de 1975
———
118 TODO ES VANIDAD
a la vejez
Buscando la muerte ciega
hallo que la llevo encima.
(Qué inútil es ver la cima
si la ascensión se nos niega).
Vanas son las posesiones,
la prisa, el orgullo y la ira…
¡Si no afinamos la lira,
por tratarse de pasiones,
creyendo vivir, morimos;
queriendo guardar, perdemos…!
¡Oíd, sólo nos llevaremos
todo aquello que trajimos!
040164
Valdepeñas, Ciudad Real, 17 de sept. de 1975
———
119 EL TRIÁNGULO PERFECTO
a la naturaleza
Los cielos cuentan la gloria de Dios;
el mar, su infinita misericordia
y la tierra bendice la memoria
mientras conforma con los otros dos
la figura de un triángulo perfecto.
Los tres lados se unen y completan
en la Creación. Los tres lados respetan
el nombre de Dios… Aunque a este
respecto
deberíamos añadir solamente
que el humano es la excepción de la regla:
¡Ni cuenta mi bendice dignamente!
Es más, por no confiar en Dios, se arregla
negándolo todo sistemáticamente
y así, claro, todo se desarregla.
040165
Barcelona, 18 de septiembre de 1975
———
120 EL ENTIERRO
al Evangelio
y a Teresa Ripoll Anglada.
El túmulo era el centro del salón:
Quieta, negra, con adornos de plata,
en la mesa cubierta de escarlata,
estaba la caja abierta. Un jarrón
de crisantemos decora la escena,
en tanto que las coronas de flores
inflaman la áurea atmósfera de olores
mitigando, en lo que cabe, la pena
de la gente que ya llena la sala.
De pronto, se aprietan dejando paso
a tres números que, sin hacer caso
del gentío, cogen y clavan la tapa.
Los golpes resuenan como mazazos…
Mas, ¿qué es eso? El débil murmullo crece,
toma conciencia, y el templo se estremece
con las oraciones… Los martillazos
culminan su trabajo; mientras tanto,
los sinceros murmullos se definen,
se hacen comprensibles. No sólo siguen,
sino que se transforman en un canto
que lo envuelve todo y casi acompaña
a los tres empleados que la levantan.
De nuevo dejan paso, se adelantan
los familiares… Todos se dan maña
en saludarlos, pero sin tristeza,
como sabiendo que el finado vive
y que le verán de nuevo, inclusive,
brillando en su nueva naturaleza.
¿Qué clase de duelo es este que canta
en vez de ponerse a llorar? Lo explico:
¡Se trata de un entierro evangélico
y ellos lloran así a su gente santa!
040166
Barcelona, 21 de septiembre de 1975
———
121 ¿SOY YO GUARDA DE MI HERMANO?
al problema social
Un día Caín andaba gacho
queriendo encontrar un gaje
en la tierra y halló el mensaje
que la sangre de su hermano
escribió de madrugada
cuando él, con una quijada,
le mató con una mano.
Hoy, desde cualquier despacho
se cometen tropelías
en nombre de Jeremías
y hasta en el del mismo Caín
(pues si aquel lloraba penas,
él, con su señal, apenas
le daba a todo buen fin.
No meditó que si Abel
ofrendaba la sazón,
era porque el corazón
le mandaba obedecer
con sana esperanza a un Dios
que él mismo dejara en pos
de seguir sólo al querer
de su conciencia abocada
al servicio personal.
Ignoraba que es normal
amar sin esperar horma.
¡No era la ofrenda animal
mejor que la vegetal!
¡No era el medio, era la forma!
Y desde que el mundo es mundo
hay un hecho incuestionable:
¡Será más oído el culpable
que el inocente varón!).
Así que el hombre es pisado,
escarnecido y matado
por no escuchar la razón
que Dios inquiere constante:
-¿Dónde estás tú?- Y Caín se esconde
una y otra vez. Se confunde,
no por el hecho asesino,
sino por la señal clara
que le trastoca la cara
y le enfrenta a su destino.
040167
Barcelona, 10 de septiembre de 1975
———
122 FAMILIA NUMEROSA
a la familia
El rey David, que de eso sabía un rato,
dijo en un momento bastante grato:
-¡Bienaventurado el hombre con hijos,
pues no tendrá que andar con escondrijos
y vivirá feliz, rico y seguro!-
Pero las circunstancias han cambiado,
al menos en lo externo, hemos quedado
reducidos a un porvenir incierto
y toda aquella fuerza del aserto
se difumina en presencia del muro
de la vida, la razón y el Estado.
Sin embargo, Dios nos había legado
un mandamiento y una conciencia libre
para que cada familia calibre
y amase lo que será su futuro.
¿Qué queréis tener cinco? Pues tenerlos
sin olvidar que debéis mantenerlos.
¿Qué vuestra aspiración es tener uno?
Pues allá vosotros, aunque presumo
que vuestro apellido andará algo oscuro
en la futura historia de los hombres,
ya que por la ley popular, los hombres
se proyectan en los hijos habidos.
Así pues, son muy poco conocidos
los que no han tenido varón maduro
y mucho, los que siguiendo el precepto
divino pueblan el planeta. Excepto
por las molestias de la educación,
para los padres no hay mejor canción
que forjar un apellido bien duro.
De forma que la cuestión está clara:
¡O la gloria o la comodidad para
los padres! No existe término medio.
Además, aquella tiene el remedio
de seguir los dictados del Dios puro.
040168
Barcelona, 25 de septiembre de 1975
———
123 EL DESPERTADOR
al recuerdo
Suena de mañana
el despertador
con voz medio humana
de trabajador,
aunque muchas veces
me parece un trueno
o un montón de nueces…
Sin embargo es bueno
puesto que vigila
nuestro despertar
y nos despabila
para trabajar.
Por eso este cuento
loa al despertador:
¡No hay mejor invento
del trabajador!
040169
Ocaña, Toledo, 26 de septiembre de 1975
———
124 EL GALOPE DE LA MUERTE
a la educación cristiana
Galopa la muerte bregando
a lomos de un potro cansino,
cosechando la triste suerte
de aquellos que le da el destino:
A unos los encuentra dormidos,
a otros bebiendo vino,
a aquéllos de más allá, solos;
a éstos, contemplando al vecino…
Mas todos se extrañan lo mismo.
Todos se hacen los sorprendidos
por aquello de que el mañana
nunca llega y estar protegidos
en tanto existan sus amigos.
No conciben que están perdidos
a pesar de ver a la Parca
como avanza dando soplidos
a causa de su galopar.
¡Valientes necios! ¡Estáis locos
si intentáis escapar al cerco!
Aunque lo intentaron no pocos,
jamás escaparon… Tan sólo
en el teatro y bajo los focos
se puede dar otro supuesto.
¡Nunca entre mercados y zocos…!
¡Qué terror infunde Sibila
cuando al vadear el Aqueronte
nos tiende la mano amarilla
mientras que Cerbero, en el monte,
fuerza la barca del Estigio!
(Virgilio vio en el horizonte
lo que vemos todos del mundo:
¡Qué la muerte es un polizonte
que se introduce en el viajero
en lo más grato del camino.
No hay solución: ¡Todo el que nace
debe morir según su sino!
Mas, si después del mil afanes
la rosa brota de un espino,
quizá valga la pena ver
que hará nuestro ego diamantino.
Esta lección es evidente:
¡No echemos raíces en la arena
si nos ofrecen tanto cielo!
Querer la paja aunque sea buena
nos parece un poco consuelo,
pues ya que existe una condena
existirá alguna salida
para huir de la ira y su cadena.
-¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón?
-grita el que se siente cristiano-,
¿dónde, oh sepulcro, tu victoria…?
¡Cristo los venció de la mano
de su invicta divinidad!
Y por fe, el que se sienta sano
alcanza también ese estado
porque Jesús le hace su hermano
y herederos del mismo Reino.
¡Salve Eneas, grande y victorioso!
¡Gustaste la muerte y el infierno
y volviste más poderoso!
¡Sabes el camino y lo indicas
venciendo a un Satán horroroso
y a una muerte fría que galopa
en un caballo sudoroso!
040170
Haro, Logroño, 1 de octubre de 1975
———
125 NO LLORES…
a la soledad
No llores, las lágrimas te impiden ver las estrellas.
Ten calma. Cuando la pena aprieta y el dolor
aumenta,
es fácil dejarse llevar por los llantos, pero ellas
son buenas consejeras, incluso, cuando hay
tormenta.
Nos acercan al cielo, nos alejan de la muerte,
nos hacen sentir eternos y livianos, con vida.
Millones de luces están ahí para darnos suerte…
¡No dejes de mirarlas, te calmarán enseguida!
040171
Barcelona, 2 de octubre de 1975
———
126 LA GENTE MUERE DESPACIO
a la educación cristiana
La gente muere despacio
pensando que aún es posible
escapar en un momento
ayudamos de un invento
o de un Banco disponible.
Mas todos los del palacio,
y hasta los de la cabaña,
pasarán esa frontera
que va desde un país cualquiera
a los confines de España.
Y aunque cada cual es reacio
a abandonar este suelo,
se marchará como vino,
sólo que en este camino
se va delante del duelo
en tanto que el cartapacio,
aquello que se atesora,
en la tierra se hará fuerte
pues la criba de la muerte
es la caja de Pandora
que separa nuestro espacio.
Aunque impide tantos daños
y es de tanta utilidad,
que hasta suena a caridad
el morirse con los años.
(Un mundo de pelo lacio
seríamos de lo contrario).
Así que si ella nos llama
en el jardín o en la cama,
pensemos que es necesario
que aunque se muera despacio
es necesario morir.
De manera y concluyendo:
¡Sólo se sabe muriendo
lo que nos cuesta vivir!
De ahí que, tanto si eres dacio
o hispano, señor o criado,
te conviene descubrir
que puesto que hay que morir
no luchemos demasiado.
040172
Barcelona, 4 de octubre de 1975
———
127 SOMOS HUMANOS
a la educación cristiana
Todos los relojes son diferentes,
sin embargo se mira en ellos la hora
exacta. Del mismo modo, las gentes
no reaccionan igual si el buque escora.
Y es natural, debemos escindir
la apariencia del sano sentimiento.
Con el uno se puede conseguir
tan solo un mediano requerimiento
que quizá tuerza la hora que publica,
el otro es siempre fiel, hermoso, sano,
que nunca se apaga, que siempre indica
la buena cuerda que uno tiene a mano…
¡Fiamos tanto en un fruto que repica
que esperamos lo mismo del humano!
040173
Barcelona, 5 de octubre de 1975
———
128 CUATRO HIJOS
a los hijos
¿Yo? ¡Cuatro he tenido
en mi juventud!
Pienso que he cumplido
con lo estipulado.
De haber entendido
que uno ya bastaba,
lo habría concebido
sin esfuerzo alguno.
Ahora sólo pido
salud para verlos
mujer y marido,
marido y mujer.
No doy por perdido
sueño ni desgana,
no tendría sentido
negarles la cara,
hoy que he comprendido
que no tengo nada
(tan sólo un vestido
hay de la niñez…).
¡Sí! ¡Cuatro he tenido
y estoy orgulloso!
Y ya que han venido
me gusta decir:
¡Qué habiendo nacido,
ninguno me sobra
y de haber podido
habría tenido otro!
040174
Barcelona, 8 de octubre de 1975
———
129 ABRAHAM
a las grandes figuras del Evangelio
Dicen que por fe Abraham hizo el camino.
Sí, dejó una casa a cambio de nada
mejor (puesto que tuvo por vecino
al cananeo feroz). Tierra quemada
heredó a cambio del Fértil Creciente,
inseguridad por tranquilidad.
No le importó abandonar a su gente
y poner la proa a la oscuridad.
Es cierto que Dios le llamó en Harán,
aunque en Ur sintiera ya campanadas,
y también que aun sin miedo al qué dirán
quemó sus naves, cocinas y almohadas
y tomando a su padre de la mano,
confiando en Aquel que le había llamado,
convenció a Sara y al hijo de su hermano
e inició un camino tan arriesgado
que sólo tendría comparación,
si cabe, varias centurias más tarde
con aquel que hiciera nuestro Colón
en mejores condiciones… Pronto arde
la hoguera en medio del campo escarchado
y cuatro tiendas se izan enseguida…
De nuevo, otra noche más ha pasado
y el movimiento demuestra la vida
de aquella familia. Pasan los años
y la puerta de Canaán se traspasa
inyectando a la tierra con rebaños
que nacieron muy lejos de su casa.
Son visibles las piedras prometidas
pero, ¿dónde está el ansiado heredero?
¡Dónde está aquel que tendría por partidas
lo que su padre tuvo por madero?
La voz de Jehovah no se hace esperar:
-¡Abraham! ¡Desde ahora serás bendecido
por todos, desde un mar al otro mar
y desde el cielo al mundo conocido!
-¡Señor! Mi mujer y yo somos viejos…-
-¡Ella parirá un hijo, mal pensado,
has de saber que conmigo no hay lejos
ni cerca, ni imposible, ni vedado!-
A su tiempo y cumpliendo su destino,
nace el niño. Su presencia es tan real
que la confianza en el Ente divino
se acrecienta mientras crece el zagal.
Pero la prueba viene en el momento
que menos lo espera, aunque le aclara
y valoriza su fe al mil por ciento
pues llega a ofrendar a Isaac en la cara
de Dios. ¡Cierto! Abraham es para la fe
lo que la flor al estío caluroso:
¡Es su razón de ser, pues que prevé
vida, ejemplo y camino luminoso!
040175
Barcelona, 25 de octubre de 1975
———
130 HIMNO A LA FE
a la fe
basado en el cap. 11 de Heb.
Heb. 11:1
Es pues la fe, la substancia
de las cosas que se esperan,
aquellas cuya fragancia
pueden verla quiénes quieran,
la demostración de aquellas
que si no podemos ver
como si fuesen estrellas,
las podemos entender.
Heb. 11:2
Porque por ella alcanzaron
testimonio los antiguos,
pues que incluso se dejaron
la razón en los ambiguos
recovecos de la vida.
¡Sólo que valía la pena,
pues la fe no compartida
no lubrica la cadena!
Heb. 11:3
Por fe entendemos que han sido
hechos el mar y las rocas
por el Logos bendecido.
Así que parecen locas
las otras teorías contrarias:
¡Lo que se ve ha sido creado
de invisibles luminarias
y no es producto de un dado!
Heb. 11:4
Por la fe Abel ofreció
a Dios mayor sacrificio
que Caín, por la cual creció
siendo justo por oficio…
Y fue tal su testimonio
que ha quedado como ejemplo
de como se echa al demonio
en el hogar y en el templo.
Heb. 11:5
Por ella Enoc fue traspuesto
para no gustar la muerte,
pero se estuvo en su puesto
hasta que Dios y la suerte
quisieron. Mas antes de irse,
pudo ver con complacencia
que a pesar de no morirse
su fe ganó en elocuencia.
Heb. 11:6
Y es que sin fe es imposible
agradar a Dios. de forma,
y en razón de lo posible,
que el que quiera buscar su horma
deberá creer que le ha visto
y que es galardonador
de los que le buscan. Insisto:
¡Ten fe y verás al Señor!
Heb. 11:7
Por la misma fe, Noé, habiendo
recibido una respuesta
a lo que aún estaba viendo,
hizo el arca. (Quedó expuesta
como un mensaje rotundo,
pues haciendo tabla rasa
por fe condenaba al mundo
y separaba a su casa).
Heb. 11:8
Por fe, Abraham, siendo llamado,
se aprestó para salir
hacia el paraíso soñado
que tendría que recibir
por heredad… ¡Qué confianza!
¡Desconociendo el destino
y sin tensar la balanza,
nos precedió en el camino!
Heb. 11:9
Por fe habitó aquella tierra
que le fuera prometida
sin disparar una guerra,
y restaurando su vida
comenzó a ocupar cabañas
con sus hijos, herederos
de llanuras, ríos, montañas,
cabras, asnos y corderos…
Heb. 11:10
Y es que quería una ciudad
con fundamentos divinos,
en la cual, la caridad
sobrepasara a los pinos
(Abraham confiaba vivir
en ella porque sabía
que Dios le iba a bendecir
por la noche y por el día).
Heb. 11:11
Por la fe, la misma Sara,
siendo estéril concibió
y a pesar de ser tan rara
fuera del tiempo parió,
y es que confiaba en quien dijo
que ella y su anciano marido
tendrían algún día aquel hijo
tantas veces prometido.
Heb. 11:12
sí que, también por uno,
y además ya amortecido,
en el momento oportuno
y a partir del bien nacido,
le siguieron como estrellas
y como los granos finos
de la playa… (Éstos y aquéllas
son sólo ejemplos divinos).
Heb. 11:13
Conforme a la fe murieron
todos y sin recibir
las promesas que creyeron…
Sólo las vieron venir
de lejos, y poco claras,
pero murieron creyendo
que el Señor de las mil caras
les esperaba sonriendo.
Heb. 11:14
La cosa es clara, evidente,
los que lo dicen, por suerte,
dan a entender a la gente
que buscan un país más fuerte,
que no confían en sus pasos
tan sólo, sino en Aquel
que al llamarlos, sus fracasos
fueron victorias en Él.
Heb. 11:15
Si se acordaban acaso
de la tierra en que vivieron,
tendrían tiempo, en cualquier caso,
de andar por donde vinieron,
pues es señal manifiesta
que aquel que no está contento
con la situación de fiesta
se procura un duelo lento.
Heb. 11:16
Empero, aquellos deseaban
lo mejor, es a saber,
la celestial (la buscaban
sin que la pudiesen ver).
Así Dios, en consecuencia,
no se avergüenza por ellos
y pone en acción su ciencia
para salvarles los cuellos.
Heb. 11:17
Por fe Abraham ofreció a su hijo
Isaac cuando fue probado:
Cargando con el alijo
de leña y fuego sagrado,
sin víctima, lo entregaba
sabiendo que no había más
y que en él amalgamaba
el amor de los demás,
Heb. 11:18
pues no se puede olvidar
que a él se le había asegurado
que tendría que convidar
a quien creciese a su lado
y que con su descendencia
se llenaría el universo.
¡Por eso tuvo paciencia
y por eso fue converso!
Heb. 11:19
Y es que él estaba pensando
que aun del reino de los muertos
Dios le haría volver andando
(pues tenía poderes ciertos
para hacerlo). Abraham, por tanto,
intuyendo el porvenir,
hizo caso del Dios Santo
y nos enseñó a vivir.
Heb. 11:20
De esta fe y de este saber,
Isaac a Jacob bendijo,
viendo lo que habían de ser
catalogó a Esaú como hijo
incluyéndolo en la mesa
que él mismo quiso dejar,
creyendo que la promesa
a los dos podía tapar.
Heb. 11:21
Y siguiendo de esta suerte,
por fe, Jacob, muriéndose,
sintiendo como la muerte
le llamaba, apoyándose
en la punta del bastón,
bendijo a José en sus nietos
y adorando en sumisión
encogió sus miembros quietos.
Heb. 11:22
Por fe José, al llegar su hora,
se acordó de la partida
de Israel y sin demora
quiso remachar su vida
ordenando con urgencia
que cuando todos volvieran,
se llevasen con decencia
sus huesos a donde fueran.
Heb. 11:23
Por fe Moisés, al nacer,
fue escondido con amor,
con orgullo y con deber.
Nadie demostró temor
al contravenir las normas,
pues amén de verlo hermoso
iban forjando las formas
de un sendero luminoso.
Heb. 11:24
Por fe Moisés, ya crecido
y fijados los extremos,
no quiso aceptar el nido
por razones que veremos.
Además, aquellos años
pasados en el desierto,
le enseñaron los apaños
para estar siempre despierto.
Heb. 11:25
Así que escogió antes ser
afligido con la casa
de Jehovah, que disponer
de ropas de seda y gasa
y de otras comodidades
en el palacio dorado
(pensó que eran realidades
temporales del pecado),
Heb. 11:26
teniendo por más riquezas
el vituperio de Cristo,
que la plata y las cerezas
de los egipcios. Previsto
que estuvo de esta razón,
aguantó porque miraba
la paga del corazón
que como siervo esperaba.
Heb. 11:27
Por fe, no temiendo la ira
del rey de Egipto, marchó,
pues le sostuvo la mira
de Aquel que le conquistó.
(El mirar al Invisible
le convirtió en fiel creyente,
de forma que fue sensible
a los gritos de la gente).
Heb. 11:28
Por fe celebró la Pascua
y pintó postes con sangre
que no los borrase el agua,
y en los dinteles de estambre
hizo la señal pedida,
para que Aquel que mataba
primogénitos en vida
no tocase a los que amaba.
Heb. 11:29
Por fe pasaron el mar
andando sobre la tierra,
pero al verlos escapar,
los egipcios de la guerra
les siguieron… Mas en vano,
¡las aguas les cubrirán
mientras levantan la mano
defendiendo el qué dirán!
Heb. 11:30
Por fe cayeron los muros
de la recia Jericó,
pues si por deseos oscuros,
que luego Josué explicó,
nunca la hubieran rodeado
o no hubieran hecho nada,
aquella no habría quedado
jamás tan bien conquistada.
Heb. 11:31
Y por fe, Rahab, la ramera,
ni fue pasada a cuchillo
ni quemada en una hoguera.
Ella creyó en el caudillo
mientras los demás dudaban,
ella creyó en la visita
mientras los demás pensaban
que era una fuerza maldita.
Heb. 11:32
¿Y qué puedo decir más,
si ya me falta canción
para Gedeón? Además,
quedan Barac y Sansón,
Jefté, David, Samuel… Luego,
todo un grupo de profetas
que tras pasar por el fuego
resucitaron trompetas,
Heb. 11:33
pues por fe ganaron plazas
y predicaron justicia,
prefiriendo ganar bazas
que soñar con la delicia
de andar al compás del mundo.
Luego, alcanzaron quimeras
y pozos de amor profundo,
cerraron bocas de fieras,
Heb. 11:34
apagaron las hogueras,
evitaron los cuchillos,
sanaron por las aceras
y levantaron castillos
en medio de las batallas,
trastocaron campamentos
y deshicieron murallas
desde arriba a los cimientos;
Heb. 11:35
las mujeres, por su parte,
recibieron a sus muertos
(sólo la fe, que es un arte,
puede hacer estos aciertos),
otros fueron estirados
no aceptando la razón
que alegaban los soldados
y clamaba el corazón
Heb. 11:36
(todos pretendían ganar
su propia resurrección),
otros más, y sin dudar,
acabaron en prisión
y aguantaron vituperios
con entereza constante,
otros rompieron misterios
llevando la voz cantante,
Heb 11:37
otros fueron lapidados
sin exclamar un quejido,
aserrados, provocados
y sacados de su nido;
anduvieron disfrazados
con piel de cabras y ovejas,
angustiados, maltratados,
pobres hasta las orejas…
Heb. 11:38
Ningún príncipe del mundo
era digno de tenerlos:
¡Ciegos de un sopor profundo
no eran capaces de verlos
gritando las Buenas Nuevas
por los valles, por los puertos,
por los montes, por las cuevas
y hasta en los mismos desiertos!
Heb. 11:39
Todos estos, aprobados
que fueron por testimonio
de la fe, han sido bloqueados,
a despecho del demonio,
no teniendo la promesa
a la que tanto quisieron
(mas la intuyeron impresa
en las almas que siguieron),
Heb. 11:40
pues Dios, proveyendo alguna
ley mucho mejor para ellos,
quiso darles la fortuna
de impedir que sus destellos
alcancen la perfección
hasta el preciso momento
de nuestra resurrección
y de su contentamiento…
Conclusión:
Heb. 12:1, 2
Por tanto, teniendo a nuestro alrededor
a tantos santos que hacen de testigos,
a tantos siervos de un mismo Señor
y a tantos miles y miles de amigos,
debemos desterrar todo el pecado
que nos envuelve y correr con paciencia
la carrera que en un momento dado
nos ha señalado la Providencia.
Todos ellos, del mayor al mediano,
aparte de vivir para sí mismos,
lo hicieron para alargarnos la mano
cuando luchamos contra los egoísmos
y para indicarnos claro, alto y fuerte
que, al igual que ellos, debemos mirar
al Rey de la fe, a Cristo, cuya muerte
es lo único que nos puede salvar.
El cual, habiéndole sido propuesto
gozo, sufrió la cruz y despreciando
tanta vergüenza, se sentó en el puesto
destinado por el Padre, ocupando
su diestra por derecho merecido
y cuidando de las almas ganadas
que no son sino joyas que han nacido
por estar de la cruz enamoradas.
Cobijar, pues, en vuestro pensamiento
a quien gustó de la contradicción
de ser pecado sin venir a cuento,
aunando en sí mismo la condición
de morir mientras estaba salvando.
Así que, hermanos, no os fatiguéis más
a pesar de que aún estáis caminando.
¡Tened fe y veréis su cara! ¡Además
le conoceréis como Él os conoce,
les publicaréis salmos y canciones
y le alabaréis junto con los Doce
por hacer realidad las oraciones…
La fe, pues, es la clave de las cosas
que se esperan y la demostración
de las cosas que no se ven… ¡Hermosas
promesas y hermosa proclamación!
040176
Barcelona, 23 de noviembre de 1975
———
131 DOMINGO DE RAMOS
al Evangelio
-¡Cristo está crucificado
este año también!- exclaman
personas que sólo se aman
cuando esperan resultado
y, mientras dejan las palmas
en los balcones, sus almas
dan giros sin rumbo dado
en un mar tan comercial
que, por hacerlo especial,
la lección dejan de lado…
¡Ya no hay palmas en las manos!
¡Marchitos quedan los ramos!
¡Otro domingo ha volado
sin más huellas que sepamos
que las que dejó el pasado!
040177
Barcelona, 15 de marzo de 1976
———
132 ¿ESTÁ MUERTA MI MADRE?
a la madre
¡Mi madre no ha muerto! Vive en la espuma
de mi sangre roja. Es un espejismo
que la gente crea que marchó a la bruma.
¡Ella está aquí y se proyecta en la suma
de mis células! Ella es… es… ¡yo mismo!
130503
Barcelona, 22 de abril de 1978
———
133 NO HAY OVEJAS…
al problema social
En el centro de la plaza
no hay ovejas ni pastores…
Rasgan su silencio cien autobuses
que jadean llenos de seres humanos
que no se conocen, que están lejanos
a pesar de que se aprietan y molestan…
Duermen sin hablar, cogidas las manos
al latón de las barras de su encierro,
sudando las frías angustias del hierro
en vez de saltar libres por el campo.
Aún hay otros que, como en un entierro,
van por el oscuro túnel del Metro
viajando enlatados por el ruin cetro
de un trabajo inmoral y mal pagado…
¿No es mejor acampar como hizo Jetro
y ver las nubes, el sol y los rayos?
El ser deformado sufre desmayos
cuando debiera estar cantando salmos
en los bosques, vestido sin más sayos
que los que su limpia piel pueda darle. No hay opción: ¿Alguien puede imaginarle
pululando entre hormigón y cemento
si fue elegido para entronizarle
en la cima de la naturaleza?
¿Es que se puede comparar la belleza
que esconde una ciudad pobre en palomas
a la de un caballo, cuya nobleza
ha sido miles de veces probada?
¿O a la de un serpenteante río en
cascada?
¿O a la sangre de un campo de amapolas?
Incluso, si alguna queda es matada
para que no manche sus monumentos.
Luego, tienen polvo en vez de excrementos
y ratones en vez de golondrinas…
En el centro de la plaza
no hay ovejas ni pastores…
Estamos abocados por momentos
a un destino de selva sin amores:
¡No encontramos a Dios entre las flores
y queremos hallarle entre las piedras!
130504
Barcelona, 23 de septiembre de 1978
———
134 ¿QUÉ ES EL AMOR?
al amor
Tema de la novela
“Las noches de la espiral”
y del drama
“El Derecho de nacer”.
Amor significa gracia,
lágrimas, violencia, sangre,
temblor, recelo y calambre;
superar una desgracia,
disimular un pecado,
esperar un imposible,
glorificar lo punible
o luchar con desenfado
por aplicar el color.
El amor es sacrificio,
es darse, es querer vicio
donde no existe temor,
es adivinar bondad
donde tal vez hayan cardos,
es aprender a oler nardos
aun en plena oscuridad.
Es una franca sonrisa,
es un apretón de manos,
es un lenguaje de humanos
que refresca con la brisa
o convierte cualquier lecho
en un Etna desbocado;
es suspirar a su lado
y protegerse en el pecho,
es mirar ojos profundos
buscando fundirse en ellos,
es acariciar cabellos,
es trasladarse a otros mundos
si lo pide el ser amado.
O subirse a una montaña,
o descender a la entraña
del volcán más escarpado…
Hay, pues, tal disparidad
de facetas en su nombre,
como dispar es el hombre
y falto de caridad.
De ahí, para hacer un favor
en la altura donde estamos,
es mejor que concluyamos
pues ¡sólo Dios es amor!
130505
Barcelona, 23 de septiembre de 1978
———
135 MUJER, HERMANA DEL VIENTO
a la mujer
y a una amiga.
Sales a la calle cada mañana
como la aurora sale en la dehesa:
Con ojos, pelo y labios de princesa
que quisiera conquistar mi ventana.
Vencida ya mi resistencia humana,
vencida ya mi voluntad expresa,
sólo puedo mirarte cuando cesa
de brillar tu aire moro de gitana.
María Angeles, eres del viento hermana
y heredera de un amor que no pesa,
que cabalga, que florece y se afana
en un aura espiritual y que besa
lo mejor que hay en ti de buena gana:
¡El candor de una fiel aragonesa!
130506
Barcelona, 4 de octubre de 1978
———
136 EL OLOR DE LA MUERTE
a la educación cristiana
Vuelan alas de muerte
sobre todo hombre…
Ya naciendo, la suerte
es importante
y no debiera serlo.
Somos iguales,
pero nos cuesta creerlo.
La diferencia
está afuera, no dentro;
nuestra conciencia
es igual, nuestro centro
igual es común.
¿Es que al nacer, la estrella
se apaga o se enciende
si son padres de paella
o de caviar?
De ahí que, muerte y guadaña
sean disuasivas:
Rebañan la cabaña
y hasta el palacio.
¿Puede haber más justicia
que un mismo fin?
¿Hay distinta franquicia
en correo eterno?
Por ello, y por ser fuerte,
cada humano,
lleva encima a la muerte.
130507
Barcelona, 13 de octubre de 1978
———
137 MAÑANA…
a la educación cristiana
Mañana será muy tarde
para volver a nacer…
(Porque suele suceder
que cada instante que pasa
es del otro diferente).
Es por eso que la gente
que se empecina en luchar
contra el río y su corriente,
no consigue más convenio
que la angustia del caballo
cuando da coces con genio
a un moscardón insolente.
¿Dónde, si por hablar, callo,
puedo encontrar otra fuente
fuera del que es su lugar?
¿No es mejor imaginar
que para hacer una masa
tenemos que moler grano?
Pues si siempre no es verano,
¿por qué queremos jugar
con un mañana tan fuerte
que llegamos a olvidar
que vivimos un presente
sin poderlo terminar?
¡Basta el afán del momento!
¡Bástenos el sufrimiento
del ayer sin madurar!
¡Vivamos cada segundo
como nuestro nacimiento:
Ayer no era yo y ahora siento
que soy el dueño del mundo!
Mañana… ¡Qué sé yo! Nada,
tan sólo ver juventud
que ya prepara la azada
para cubrir mi salud
y crear de paso el camino
que tendrán que abandonar
en otro corto mañana…
Mañana será tarde
para querer al vecino,
para poner perdonar,
darle la mano al amigo,
apagar un pecho que arde,
para aprender a llorar,
para querer consolar
a aquel obrero parado…
¡Corre ahora que estás al lado!
¡Corre a proyectar tu nombre
en un pez, una simiente,
una flor, un libro o un hombre,
y podrás ser recordado
un momento…! ¡Tal vez siempre!
130508
Barcelona, 21 de octubre de 1978
———
138 A PEPITA FERRÁNDIZ
a las grandes figuras del Evangelio
y a la hermana indicada en el título.
-¡Cristo es la Roca de la eternidad!-,
decían cantando todos los creyentes
cuando juntos, de pie, limpias las frentes,
despedían a la hermana en amistad.
Sin llorar, como quien sabe de cierto
que aunque la caja envolviese su ser,
ya no estaba allí, había vuelto a nacer
en un Reino donde nadie se ha muerto.
Así, y aunque el dolor no nos lo permita,
cantamos con el amor en la boca
porque fuiste ejemplo de fe en la ermita,
en el hogar y en la calle. Tu boca
salud no impidió el que amaras… ¡Pepita,
nos volveremos a ver en la Roca!
130509
Barcelona, 28 de octubre de 1978
———
139 LA NAVIDAD ES EL MOJÓN QUE SEÑALA EL CAMINO
a la Navidad
La Navidad está cerca
y los hombres se preparan
a festejarla, pues paran
en su vida y su trabajo…
¡Ah, si los hombres amaran
cada mañana a su hermano!
No haría falta tanta fiesta.
Navidad sería en verano
o en primavera… ¡La mano
del Niño nunca se acuesta!
Por eso su nacimiento
nunca fue condicionado,
tan sólo que fue llamado
para salvar a los hombres.
Y si en diciembre fue hallado,
pudo nacer en enero
también. No es la fecha, siendo,
lo que hay que mirar primero.
Es mucho más verdadero
el hecho de estar naciendo
que cuando está sucediendo.
Por eso, por haber fecha,
la hay, pero ¡atención!, no está hecha
para que se manipule.
¡No! Es fruto de mente estrecha
la fiesta que la encasilla.
¡Jesús es más que un momento!
¡Jesús es la maravilla
viva! ¡Por sí solo brilla
de la muerte al nacimiento!
No necesita favores
de ese tipo. A lo que aspira
es que las uvas de la ira
se amansen desde su base,
que se borre la mentira,
que se abracen los hermanos,
que los niños sean sinceros,
que los padres sean humanos,
que el obrero use las manos
para forjar sus aperos,
que el patrono no esclavice
como lo ha venido haciendo;
que el rico, al estar comiendo
se acuerde que pasan hambre
millones, que están muriendo
por carecer de sus medios.
Que no robe el comerciante,
que se apliquen los remedios,
que controlen los dispendios
y que el amor sea un baluarte
de los derechos del hombre.
Una buena Navidad
sería, si la caridad
fuera por todos querida,
cuando la felicidad
fuera en cestas repartida
y cuando, en todo momento,
se respetase la vida
tan en la misma medida
como lo es su nacimiento.
Mas, ¿dónde mina el pecado?
¡En el corazón del hombre!
Por eso, aunque nos asombre,
la Navidad verdadera
debiera servir de nombre,
o excusa, para buscar
en el sendero Divino,
a quien nos vino a salvar
gritando amor al pisar
mientras marcaba el camino.
-¿Qué es la Navidad, hermano?
-¡Una cascada de amor
del que, por ser tu Señor,
bajó al mundo a dar la mano
al ingrato pecador!
-Dime, pues, buen caminante:
¿Cómo puedo ir al cortejo?
-¡Caminando hacia adelante
el pos del que fue gigante,
niño, rey y veraz espejo!
-Y, ¿dónde puedo encontrarlo?
-En la mano de un mendigo,
en la cruz de su testigo,
en el amor de una madre
y en querer verse contigo-.
Sólo quien ama de muerte
a la humanidad perdida,
pudo nacer de esta suerte
denunciando con voz fuerte
que te quiere y no te olvida.
No nos engañemos más:
Esta fecha es un estado,
no una fiesta de mercado
en la que impera la gula,
la maldición y el pecado.
Hay que vivir, por ejemplo,
con ese espíritu divino
que, anulando el contratiempo
del pecado, nació a tiempo
de señalar el camino.
130510
Barcelona, 2 de diciembre de 1978
———
140 EL AMOR, ¿ES DIVISIBLE POR DOS?
al amor
y a Alicia Omedes.
A veces, Alicia, la vida es dura
como duros son el amor y el viento;
pero aquél, a cada gota, diez o ciento,
pretende que le pagues su envoltura.
Es así, en vez de corregir al malo,
escarnece al que puso más calor;
mas no temas, tu tienes el valor
de ser la madre del mejor regalo.
Olvida tu aparente soledad
y mira al frente: allí, en el horizonte,
renace un Ave Fénix sin edad;
y como él, por diosa o por polizonte,
volverás a reír y tendrás piedad
del que camina solo por el monte.
130511
Barcelona, 23 de diciembre de 1978
———
141 LO IMPORTANTE ES AMAR
al amor
y a Conchita Celma.
Golondrina a quien admiré de niño,
fuiste capaz de remontar el vuelo
dejando a tres amigos en el suelo
cuando estaban sorteando tu cariño;
pero volviste como aquélla, y pienso
que aunque estamos por el tiempo
marcados,
no es tarde para que pasos mal dados
sublimen el amor con el incienso.
Y es que si hablamos del amor, querida,
tiene más valor la amistad que la ira,
más potencia cien deseos que un pecado:
¡Por aquellos secretos de la vida,
al final, y aunque parezca mentira,
importa más amar que ser amado!
130512
Barcelona, 6 de enero de 1979
———
142 ¿QUÉ QUEDA DE LA NAVIDAD?
a la Navidad
Ya pasó la Navidad…
Atrás quedaron las fiestas
y es hora de preguntarnos,
¿qué hacen las calles desiertas?
¿No decíamos que nació
el Redentor de los hombres?
¿Dónde quedan nuestros deseos?
¿Dónde nuestros buenos hombres?
Es hora de hacer balance,
es hora de mirar promesas,
queríamos ir a la calle,
queríamos ir a las mesas,
pero las fiestas se fueron
y las promesas con ellas.
¡Solas se quedan las calles
y muy lejos las estrellas!
¿Qué quedó de Navidad?
¡Muchos cientos de esqueletos
y muy poco del mensaje
de lo que fueron abetos!
130513
Barcelona, 20 de enero de 1979
———
143 EL VIEJO
a la vejez
¿Qué piensa aquel viejo de pelo blanco
en tanto toma el sol del mediodía?
¿Quién puede saberlo, si cada día
empieza y termina en el mismo banco?
¿Qué miran sus cansados ojos claros?
¿Al pasado que se le fue corriendo,
a este presente que vive muriendo
o a ese mañana que le trae reparos?
Se siente solo, huérfano de cariño…
Sólo a sus pies, un perro callejero
le mira con semblante lastimero
hasta que se va guiado por un niño.
Y su mirada se nubla al momento
con esas lágrimas secas de los viejos,
¿qué hay en esa cara de mil reflejos
que hasta el perro adivina su lamento?
Aquel viejo es un poeta de ciudad,
sabe leer en las piedras y en el humo;
y aunque fue la sociedad de consumo
quien le amortajó con habilidad,
él se aferra con uñas a la vida,
porque es muy amargo andar el camino
para quedar luego debajo un pino
sin entrar en la tierra prometida.
Y es que, habiendo trabajado en el puerto
y dormido cada día en un desván,
no le basta con mirar el Jordán,
quiere pasar, quiere entrar en el huerto,
quiere saborear su leche y su miel,
y recoger cosechas no sembradas,
bañarse en mil rutilantes cascadas
y olvidarse por siempre de la hiel
que genera el trabajo mal pagado
y el extraño abandono de sus hijos;
los cuales, con argumentos prolijos,
lo arrancaron de golpe de su lado.
Y es que es muy duro imitar a Moisés:
Uno viene a este mundo de cabeza,
lucha por su familia sin pereza
y al final lo despiden por los pies…
¿Qué piensa aquel viejo de pelo blanco
en tanto toma el sol del mediodía?
¿Quién puede saberlo, si cada día
espera a la muerte en el mismo banco?
130514
Barcelona, 26 de enero de 1979
———
144 EL INVITADO AL CIELO
al Evangelio
Pensando cierta noche en el asiento
que tengo que ocupar en la nueva era,
me preocupaba que el mismo no fuera
de la alcurnia que espero tan contento.
Mas, ¡qué necio!, si en cuerpo incorruptible
ya no vale el dinero de los bancos;
tan sólo, que los vestidos sean blancos
y que el trono de Jesús sea visible.
Sé que me espera, sé que desde el centro,
de príncipes y apóstoles rodeado,
me reconocerá en aquel momento,
me mirará y me sentiré invitado
a darle gloria sin remordimiento
y a cantar eternamente a su lado.
130515
Alicante, 15 de abril de 1979
———
145 LA MÚSICA DEL SILENCIO
a la soledad
Armonía y silencio hay en la maleza
de aquel río. Sus aguas de blancos rizos
son otras tantas promesas de hechizos
que arpegian loas a la naturaleza.
Y cuando en las noches claras de agosto,
la luna se mira entre las estrellas,
las piedras e hierbas que nacen con ellas
desfiguran de tal forma su rostro
que suben una catedral de arcilla
donde tan sólo había ribazo y cierno.
Todo habla de paz, perfección y sueño…
Y los chopos que conforman la orilla
son testigos de romances de ranas
y de amores de grillos y lechuzas.
También saben de las escaramuzas
que dejan todas las huellas humanas
al retozar en las matas perdidas.
Murmullos de aguas, promesas de amor,
cantos al mañana hechos con calor…
Es muy fácil amalgamar dos vidas
cuando es la naturaleza quien canta
y la sangre reverbera en las venas.
¿Qué música es capaz de llorar penas
si el amor hincha el pecho y la garganta?
Pero en aras de no sé cuál progreso
una central atómica aparece
en sus orillas, y así se oscurece
la clara Luna tras el humo espeso
y se callan las ranas y los grillos
y los peces se mueren en el agua
calentada en la fusión de la fragua…
Y el césped se secará, y hasta los pillos
olvidarán los chopos milenarios,
el amor eterno y hasta las promesas…
¿Energía? ¡Sí! ¡Pero sin que las dehesas
se cambien en desiertos incendiarios…!
Veneno y dolor lleva la corriente
en sus negras aguas contaminadas,
¿valió la pena tantas algaradas
si en el futuro hundimos el presente?
¿No era mejor vivir con una vela
pero sintiendo el canto de las ranas?
Pues, ¿por qué cruel razón tuvimos ganas
de escribir con sed nuestra propia esquela?
Mas nos valdría amar a Dios y a su gloria
que borrar de su creación su hermosura;
porque siguiendo así, nuestra basura
estrangulará al hombre y a su memoria.
-¡No tenéis ningún derecho! –nos gritan
aquellos que juzgan nuestra actitud-.
¡De Jehovah es la tierra y su plenitud,
el mundo y todos los que en él habitan!
Entonces, ¿por qué ese afán destructor?
Manipulando el entorno divino
tan sólo despreciamos al vecino
y vejamos al sabio constructor.
No hemos sabido usar nuestro consenso
y pronto tendremos el resultado:
¡El plástico y el cristal que hemos tirado
ahogarán la música del silencio!
Tal vez tengamos tiempo de salvarnos…
Si todos adquirimos la conciencia
que vale más una flor que la ciencia,
podremos medrar sin deshidratarnos
y hacer del mundo un reducto florido
en donde la fiera, el hombre y el cordero,
caminen por aquel mismo sendero
que los volverá al Paraíso perdido.
130516
Barcelona, 15 de julio de 1979
———
146 YO TAMBIÉN SOY POETA
a Isabel Bayona
Yo también soy poeta
de los de antes,
porque no sólo se es haciendo versos,
sino también sudando cada día
en la labor anodina y vacía
que me deparan los planos diversos
en los que me encuentro inmerso ahora
mismo.
Hay, creo yo, tanta poesía en la oficina
como en una plantación de amapolas,
porque el valor de la dicotomía
del contorno, es un irreal aforismo.
Es más claro y veraz el daltonismo
del corazón que el de los ojos. Mira,
la fuerza no está tanto en las olas
como en el mar azul que las domina.
De ahí, es más poeta quien mira en la
mente
que aquel que compone rimas sin tiento,
pues es más fácil escribir un cuento
que pasar por la vida dignamente.
Y así, en los recovecos de la vida,
en ese minuto, en ese segundo,
degustados o quemados realmente,
se encuentra toda la poesía del mundo.
De eso habla la oveja recién parida
y la mano que te tiende el mendigo
y la sonrisa del mejor amigo
cuando te habla con voz agradecida…
¿Qué poeta es quien hace poesía? Muy
cierto,
pero déjame soñar un momento:
¡Tal vez sin quererlo, ni entrar a cuento,
sentiré la poesía aun estando muerto!
130517
Granada, 20 de julio de 1979
———
147 PALABRAS…
a la educación cristiana
Si hay algo que mejor defina al hombre,
dejando aparte lo que aquí se cita,
es con mucho aquello que le da el nombre
desde la misma cuna hasta la ermita.
Es que el hombre puede hablar, ¡cosa
santa!,
ya sea a través de la palabra escrita
o por la oral que forma su garganta.
Se explica por sus dichos de manera
que sin querer hacerlo se amamanta
de lo que su corazón se sincera.
Y es que de su abundancia habla la boca.
De manera que, aunque él no lo quisiera,
a pesar de que a veces lo provoca,
sus dichos son alegres si aquel canta
o suenan tristezas si la hiel le toca.
Por eso hay palabras que tienen tanta
vida, como otras desvarío sin cuento.
Hay otras más cuyo contenido espanta,
aún hay otras que se las lleva el viento
y otras que a su dueño dan loor y fama,
en tanto que otras, sólo cumplimiento.
Pero aún las hay de amor, de odio, de
trama,
de candor, de paz, de envidia, de fiestas…
que enfrían o calientan como una llama,
que cambian las perdidas por honestas
y a honestas las transforman en perdidas.
Pueden concebir mil cosas funestas
o restañar las más crueles heridas,
o alabar al Señor tres veces santo.
Pueden llegar a salvar tantas vidas
como a hundirlas en el más cruel
quebranto.
Puede la palabra, en fin, ser realista
o puede aparentar no serlo tanto.
Pero es cierto, en cualquier caso, la lista
que pudiéramos formar es hermosa
y siempre abunda en la canción prevista:
La palabra más que otra cualquier cosa
nos enseña a todos quien es su dueño,
como el fruto del rosal es la rosa
y lo mejor de la noche sea el sueño.
130518
Alicante, 22 de agosto de 1979
———
148 PALABRAS DE VIDA
al Evangelio
En cierta ocasión, Jesús tuvo empeño
en preguntar a sus doce escogidos,
viendo que muchos marchaban sin dueño
por sus extrañas palabras dolidos:
-¿Queréis acaso iros también vosotros?
Dijo Pedro, el de los genios subidos,
aquel a quien respetaban los otros
por querer al Maestro de forma tierna
y sincera: -¡Señor no somos potros,
es cierto que tú no tienes caverna
ni alforja. Sin embargo, ¿quién iremos?
¡Tú tienes palabras de vida eterna!
Todos estamos de acuerdo, y sabemos
que tú eres el Cristo del Dios viviente.
Yo hablo y piensas éstos: ¿Qué más
queremos?
¿Acaso el sol cuando sólo es naciente
demuestra tener toda su potencia?
¡Ahora es cuando se valora al valiente!
Tiempo vendrá en que tu sola presencia
acapare multitudes sin cuento,
tiempo vendrá en que tu fragante esencia
dará a tu doctrina el contentamiento
que ahora encuentras a faltar. ¡Nos
quedamos
y vamos a cambiar este momento
en la forma de vida que añoramos!
130519
Alicante, 23 de agosto de 1979
———
149 PALABRAS DE AMOR
al amor
Si verdades existen en el mundo
que pueden definirse por sí mismas,
no las hay que, como el amor profundo,
de tantas caras, aristas y prismas,
sea por una vez veraz e iracundo,
abnegado, cruel, lleno de carismas,
o que se de sin soñar recompensa,
o querer del dador una dispensa
que vaya más allá de una sonrisa.
Por eso, el amor que más se sublima
es aquel de la madre que sumisa
se contempla en el hijo que ya estima
como parte de sí misma. Sin prisa,
lo amamanta y lo coloca encima
de su regazo. Con todo, adivino,
que sólo es un reflejo del divino.
Porque el amor, al hombre y a Dios
hermana
aun a espaldas del Paraíso perdido.
Es ese amor rojo como la grana
que no da, sin haberlo merecido,
la alegría de encontrarnos que mañana,
por fe y por habernos arrepentido,
las puertas de ese Edén serán izadas
para jamás volver a estar cerradas.
Porque por causa de ese amor inmenso,
Dios entregó a su Hijo, como un cordero,
a morir y a salvarnos por consenso
de la ley, el pecado y la fe. ¡Quiero
pensar que la Creación quemó incienso
espantada del crimen del madero,
pues jamás se había visto otro rosario
que diese tan amor como el Calvario!
Palabras de amor que nos son de alimento:
-¡Pues de tal manera amó Dios al hombre
que le entregó a su hijo, dueño del viento,
de las nubes y el mar. Señor de nombre,
para que si uno cree en Él, tenga asiento
en el libro de la Vida! Aunque asombre
esta grandeza, es cierta: ¡Sólo amando,
Jesucristo, pudo morir salvando!
Su muerte es nuestra suprema esperanza;
su resurrección, la ola salvadora;
su victoria total, barra de lanza
que despedazó a la muerte traidora
y la arrojó al infierno sin tardanza;
su corona, su fuerza arrolladora;
su gloria, nuestras almas ya salvadas
y su honor, nuestras frentes humilladas.
¡Bendito sea el Señor! Nos quiso tanto
que nos ayudó aun estando perdidos.
¡Bendito sea el Señor, tres veces santo,
que nos amó como hijos preferidos,
aunque le causamos tanto quebranto
que no nos merecíamos ser queridos!
Palabras de amor, palabras de aliento,
por ellas soy salvo… ¡por ellas siento!
130520
Alicante, 24 de agosto de 1979
———
150 PALABRAS DEL PADRE NUESTRO
a la oración
Padre y Salvador amado
que estás en los cielos ahora,
apiádate del que llora
a causa de su pecado.
Seas siempre santificado.
Venga ya mismo tu gloria
y tennos en tu memoria.
¡Qué tu voluntad sea un hecho
en el cielo, bajo techo
de la tierra y en su historia
universal! Te rogamos
nos des el pan cotidiano.
Y perdonando al hermano
tu buen perdón esperamos.
De tal manera buscamos
con afán tu comprensión,
que tenemos compasión
del mundo y sus habitantes.
Claro que deseamos antes
no caer en la tentación,
pues es suprema constante
el que nos libres del mal
ya que el pecado mundial
acabó en un solo instante
con la paz del Paraíso. Ante
la seguridad perdida,
hoy, en que la vida no es vida,
tan sólo Tú permaneces.
¡Es por eso que mereces
nuestra glosa agradecida!
¡Señor que estás en los cielos,
Creador y tres veces Santo,
líbranos de este quebranto
que nos lleva por los suelos!
Enséñanos que los vuelos
tienen más que ver, insisto,
con el cielo ya previsto
que con la tierra que amamos.
¡Señor que te lo rogamos
en el nombre de tu Cristo!
130521
Alicante, 25 de agosto de 1979
———
151 PALABRAS DE SILENCIO
a la amistad
Cuando el dolor escarnece al amigo
con ese desgarro frío de la vida,
un abrazo y el silencio que convida
le hacen volver a encontrarse consigo.
Si el abrazo es de los que dan abrigo
y el silencio tapa la acción perdida,
ya no es posible que consuelo pida
porque nuestra amistad restó el castigo.
Si el silencio coral también publica,
y el color blanco del cielo es pintura…
¡Hasta el silencio pueden ser palabras!
Si el amor dice más que lo que indica
y las comas también son escritura…
¡Hasta en el silencio hablan las palabras!
130522
Alicante, 27 de agosto de 1979
———
152 EL ENTIERRO DE LA HERMANA DE MI AMIGO
a la amistad
Ayer me invitaron a un entierro
y lo cierto es que no pude excusarme…
Pero no me gusta. Entiendo que el hierro
y la amistad, y no creo equivocarme,
deben ser puros para ser ejemplo,
pues si hay carbono o hipocresía…
Dejarme
con el ocaso del sol que contemplo
que, al hacerlo, nos hará más provecho
que ser un número amorfo en el templo.
No. No creáis que hablo por la ira o el
despecho.
Creo más bien, que el hecho de dar la
mano
no es de valor si no sale del pecho.
Pero en fin, como uno se siente humano,
miembro de la sociedad de consumo
y amigo, muy amigo, del hermano,
tuve que irme con él, aunque presumo
que tal vez mi papel era mojado
y mi presencia tan real como el humo.
Ahora, eso sí, me quedé bien sentado
en aquel banco, como no estorbando,
por aquello que os llevo ya contado
y por lo que aún os seguiré explicando:
¡Qué si el mal es pequeño es menos malo
y si es corto se evapora volando!
Sentado pues, erguido como un palo,
oigo hablar a la gente de mi lado
queriendo ver donde ha guardado el halo
el sacerdote que ya, en el estrado,
intenta comenzar la ceremonia
arañando el silencio. Ya han entrado
a su señal, con falsa parsimonia,
cuatro hombrones llevando a la finada
y arrastrando de paso su memoria.
La dejan allí, un poco arrinconada,
entre el altar, las flores y la cera.
¡Pobre hermana de mi amigo! Olvidada
en la oscura humedad de la frontera
de la vida, no puede defenderse.
Casi sin esperar a que se muera
ya empieza, entre brumas, a perderse…
El hombre de Dios inicia la homilía
cantando y alabando sin detenerse
las grandes bondades de la familia
del cuento, cuyo mejor exponente,
desde luego, era la finada Emilia:
¡Qué no había otra en el mundo más
decente,
qué toda su hacienda a los pobres daba,
qué aún anteayer mismo decía la gente
que ella sola, en su casa, sustentaba
a cuatro gatos, un loro y un perico
y qué, en fin, por no molestar callaba
aunque hubieran razones que no explico!
Cuando la loa quedó amplia y bien formada
siguieron los rezos en abanico:
¡Por los padres de la Iglesia laureada,
por sus cuantiosos y ejemplares santos,
por la Patria por todos suspirada,
por los que gobiernan y por cuantos
luchan y patean por la paz urbana,
intentando disminuir los quebrantos
de nuestra vida moderna y malsana;
por los fieles, joyas de la corona
de Cristo, Señor de la raza humana
por el dolor que al mundo desmorona
y porque el alma de Emilia, la muerta,
que jamás naufragó en una encerrona,
pudiese feliz traspasar la puerta
del cielo!, pues méritos no faltaban
(Ya quedó dicho como cosa cierta
que las obras de la mujer sobraban
para conseguirlo. Pero yo pienso
que aquellas ni sobraban ni faltaban,
que las obras no pueden ser consenso
para que pueda salvarse ni aun uno.
Una vez muertos, ni todo el incienso
del mundo puede salvar a ninguno.
Debemos tener en cuenta primero,
dejando aparte el reino de Neptuno,
que Jesucristo murió en el madero
a causa de nuestra equivocación;
entonces, a fuerza de ser sincero,
sólo hay un remedio, una solución
para nuestras almas: ¡Creer que su muerte
fue capaz de darnos la salvación!
Notar que estoy proclamando bien fuerte
que necesitamos creer que Cristo hizo
todo lo necesario. De esta suerte,
y sin querer ahora rizar el rizo,
¿puede una muerta creer sin tener mente?
¡No! No, la salvación no tiene hechizo.
Hay que creer en vida, sinceramente,
que Jesucristo nos salvó muriendo.
Entonces, salva la fe únicamente
y las obras la complementan. Viendo
a éstas se aprecia la bondad de aquélla.
Y si la belleza muere sonriendo
la fe más fiel lo hace si no hablan de ella.
Así, lo último que desaparece
y lo que de verdad nos hace mella
es la esperanza. Si la hay nos parece
que tenemos tiempo, pero acabada
ya no hay opción. Con la persona perece
la posibilidad de ser salvada.
Eso es todo…Mas sigue la enseñanza
en el punto donde quedó cortada).
El sacerdote hablaba sin tardanza,
y cuando acabaron los pobres rezos
los hombrones volvieron a la danza
y disimulando cuatro bostezos,
llevaron el ataúd hasta la puerta
donde lo dejaron entre aderezos
que son propios a un entierro y a una
muerta.
Luego se formó el familiar cortejo
dejando la iglesia rota y desierta,
y les dimos la mano con gracejo
según la norma del caso ocurrido
y hasta osamos decirles un consejo
acerca de olvidar al ser querido
acompañándoles el sentimiento.
Pero hay silencio porque existe el ruido;
de manera que, pasado el momento,
y pensando en el triste experimento,
noté como cierto remordimiento
por no haberme sincerado en el cuento.
Es triste morir, sí, y su paso angosto,
pero la vida grita con acento
que aún es más triste morir en agosto
cuando el paro anual empieza a dorarnos
mientras degustamos el primer mosto.
¡Ah, la muerte no deja de buscarnos
ni en los lugares de mejor contorno!
Y cuando viene tiene que encontrarnos
sin mentalizar, pegados al torno
de la vida, como inocentes lapas,
no queriendo este viaje sin retorno
que por no tener, no tiene ni etapas
para quemar; que ni toda la ciencia
del mundo, puesta en capas sobre capas,
puede evitar o eludir su presencia.
Mejor haríamos en llenar alforjas
con grandes cantidades de paciencia
que dar golpes de cabeza en las forjas
de nuestro particular dios Vulcano
o en las mitras de nuestros crueles Borjas.
Es el sino que traemos en la mano:
Acabados de nacer, ya morimos.
Cada día que pasa hace más cercano
nuestro final. Cada hora que vivimos
nos acerca más a la frágil barca
que jamás está atracada. Estuvimos
vivos, pero llegamos a la charca
semirotos, porque mientras andamos
intentando mejorar nuestra marca,
en la misma cuneta abandonamos
trozos de nosotros mismos. Perdemos
a nuestros familiares… Y lloramos
por no tener compañía. Ya no vemos
ni a derecha ni a izquierda sus estelas
ondeando en el camino. Y tememos
sus mojones en esas duermevelas
del mediodía, cuando el sol de la vida
calienta más y sus blancas secuelas
nos acompañan hasta la salida
de la senda, como precediéndonos,
como aupando la esperanza perdida
en los que nos siguen, recogiéndonos
el testigo del apellido, andando
sobre nuestros pasos, imitándonos
en todo. Si cantamos, cantando;
si saltamos alegres, ellos van riendo
y si a lo mejor lloramos, llorando…
Siempre así. De manera que aun
muriendo
unos y otros vamos cumpliendo el sino:
¡Qué todos nos morimos aun viviendo
y que, oh paradoja del destino,
aun muriendo tenemos esperanza!
(Ya dijimos que Cristo abrió el camino
y esta es nuestra capital enseñanza:
Si creemos en Él, siempre viviremos.
Si nos entregamos a Él con templanza
ni nos morimos ni nos moriremos,
pues nos llevará al Paraíso consigo
y para siempre con Él reinaremos).
No teniendo esa esperanza, mi amigo
lloraba con disimuladas ganas.
¡Su Emilia se quedaba sin abrigo,
sin salvación, sin familia y sin lanas!
Escuchar: No os importe que la muerte
venga en la niñez o peinando canas,
¡Cristo es vida! Gritémoslo bien fuerte
ahora mismo que aún podemos hacerlo.
Si lo hacemos desde ya, nuestra suerte
habrá cambiado, cuesta comprenderlo,
aun sin caer en el valle del olvido,
y a la postre, podremos conocerlo
cuando venga el ocaso tan temido.
130523
Manzanares, Ciudad Real, 21 de sept. de 1979
———
153 EL ENTIERRO DE UN AMIGO
a la amistad
La hora es de una tristeza infinita…
Era una de aquellas grises mañanas
en las que tan sólo tenemos ganas
de dormir, en las que hasta el sol invita
a huir de las duras cargas cotidianas,
en las que la fría y agarbanzada bruma,
realmente, parecía cubrir de espuma
a las inocentes casas aldeanas.
El frío y el dolor anulaban el abrigo,
la humedad y el espanto la cabeza,
roto el corazón, roto ya el testigo
de aquella amistad llena de franqueza…
¡Cuando uno está enterrando a un buen
amigo
hasta las malvas gritan su tristeza!
130524
Logroño, 6 de octubre de 1979
———
154 A LA MUERTE DE JOSÉ
a la amistad
y a mi tío José Pascual.
En el pobre cementerio
local, lleno de cipreses,
malvas y pequeñas mieses
silvestres, nos encontramos.
No éramos muchos ni pocos,
como era siempre, los justos,
los que habíamos reído sustos,
los que habíamos sido fieles
a una amistad verdadera.
Los que habíamos sido amigos
y muy sinceros testigos
de su buen comportamiento,
que en eso de la amistad
pasa como con las olas
(son muy pocas amapolas
para dar color al trigo),
la espuma desaparece
al chocar con el rompiente,
así la amistad se siente
a la más pequeña prueba,
sólo quedan los amigos
que pasaron por la criba.
Los que apunto más arriba,
se fueron como la nieve
al contacto con el sol.
Y es que amigos de las juergas,
con idiomas de monsergas,
salen como caracoles
ante las primeras lluvias,
pero amigos verdaderos,
aquellos que son sinceros,
escasean como las joyas
en casa del panadero.
De manera que, aunque pocos,
éramos los menos locos
de los que andaron con él.
Y fieles. (Le acompañamos
desde el pueblo hasta la ermita).
Una tristeza infinita
se notaba en el ambiente
cuando al hoyo le bajamos.
La tierra inicial fue nuestra
como indicando la muestra
de lo que estamos contando:
Qué la muerte de los padres,
al fin y al cabo, es lógica
por la ley de la vida, e indica
que un ciclo está terminando.
Mas la muerte de un amigo
deja un inmenso vacío
en el alma, y como el frío,
se apodera de los huesos.
Ya es bien cierto que en la senda
de la vida, la cubierta
de la muerte es tan incierta
como incierto es el destino.
Nada más nacer, morimos;
y es por eso que, en esencia,
masticamos la presencia
de la muerte a cada paso.
No te preocupes José
antes o después iremos
contigo y nos reuniremos
para no dejarte más.
Prepáranos la morada
para cuando estemos todos;
aunque allí, de todos modos,
seguirás siendo un amigo.
130525
Ballobar, Huesca, 10 de octubre de 1979
———
155 LA TRINIDAD HUMANA
a la educación cristiana
La vida es mucho más que el respirar
pues tiene que ver más con un estado
que con un accidente señalado
que empieza o acaba al caminar.
Somos eternos y con esta suerte
nacemos o morimos mismamente
con un cuerpo, un alma justa y una mente,
mas cuando nos sobreviene la muerte,
cuerpo y mente se ven, pero no el alma
que confía en que la bondad divina,
que otrora restableciera su calma,
la transforme como trigo en harina
o como un ligero dátil en palma
y una nueva trinidad la defina.
130526
Haro, Logroño, 30 de octubre de 1979
———
156 LA LOCURA DE LA NAVIDAD
a la Navidad
De nuevo la Navidad va gritando
su mensaje preñado de locura:
¡Desde esos ángeles que hablan cantando
que por fin se termina la era oscura,
hasta esos pastores que oyen soñando
que el propio Cristo se ha puesto a su
altura,
toda la creación estaba esperando,
sin creerse del todo que fuera cierto,
que Dios (que un día se desdoblara
creando
y habilitando un Edén de un desierto)
quisiera ganar de nuevo al perdido
que por sus obras estaba bien muerto
e incapaz de levantar su partido
sin ayuda. Mas, ¿no es locura entonces?
¡Nos salva sin hacerlo merecido!
¿Por qué ese querer moldear agrios
bronces
cuando tiene poder para crear oro?
¿Qué has visto en nosotros, Dios mío, que
de onces
nos quisiste por millones? ¿Qué coro
quisiste hacer con nosotros, pregunto,
con nuestras voces de barro…? Te adoro
porque nos has amado hasta tal punto
que de nuevo nos diste la esperanza
de volver a formar aquel conjunto
a tu misma imagen y semejanza.
¡Alabado seas por querernos tanto!
¡Bendita sea tu Navidad que alcanza
al hombre arrepentido y le hace santo!
130527
Chinchón, Madrid, 1 de diciembre de 1979
———
157 LA VIDA
al problema social
A veces, por un momento,
la vida se nos parece
a un barquito que se mece
al compás de cualquier viento.
Otras, tan sólo es un cuento
sin moraleja y sin fondo,
un cuento banal, poco hondo,
un cuento de esos sin seso
que no pueden dar el peso
ni cuadrado… ni redondo.
Otras veces, sin embargo,
parece un jardín florido,
un Edén recién perdido
o un día sin final, tan largo,
que cambia el dulce en amargo
y la arena en una fuente.
Y es que cada cual la siente
como le va en el convento,
por eso unos la creen cuento
y otros un simple accidente.
Así, el espectador clama
sólo lo que ha conocido:
No es lo mismo haber nacido
en una vetusta cama,
a la fría luz de una llama,
que en un enorme palacio.
¡No, digamos bien despacio
que el señor hace la cuna!
¿Si no, ¿por qué la fortuna
se alumbra con un topacio?
Mas, ¿es justo lo que pinto?
¿Es más un rey que un mendigo?
¿Es qué el cordón del ombligo,
en cada madre, es distinto?
Entonces, dice el instinto,
si la vida es semejante,
¿por qué hay quienes van delante
tocados de ricas telas
y otros detrás, a dos velas
y con ropa mendicante?
¿Así es la vida realmente
o es así como la hacemos?
Si lo cierto es que nacemos
teniendo cuerpo, una mente,
una nariz, una frente
y un espíritu infinito,
¿por qué razón o delito
nosotros la transformamos?
¿Quiénes somos? ¿Dónde vamos?
¿Por qué este sino maldito?
¿Por qué fruncimos el ceño
detectando diferencias?
¿Por qué intentar varias ciencias,
poniendo en ello el empeño,
si la vida, como el leño,
tiene tronco, hojas y ramas
que condicionan sus famas
y la hacen indivisible?
¡La vida se hace posible
por tener varias escamas!
Una vida, mujer y hombre
y el conjunto resultante,
es tanto más importante
como importante es su nombre.
Por lo tanto no os asombre
que esto nos de la medida,
pues la primera salida
de este misterio aparente
es que tan variada gente
caracteriza a la vida.
130528
Bucarest, Rumania, 16 de abril de 1980
———
158 A LA MEMORIA DE JOSÉ GARCÍA
a las figuras del Evangelio
y a quien se indica en el título.
Por fe en Cristo, ¡la verdadera vida
empieza en el momento de la muerte!
Tú lo decías… Y supiste ser fuerte
en el momento cruel de la partida.
Y aunque tu frente sufría dolorida
por ese mal que no quería perderte,
tus ojos nos hablaban de la suerte
que iba a coronar tu alma a la salida.
Será difícil cubrir la vacante
que tu marcha dejó en nuestra memoria,
pero sabiendo que tú vas delante
desbrozando el camino hacia la gloria,
vamos a suspirar por el instante
en que volvamos juntos a la historia.
130529
Barcelona, 12 de mayo de 1980
———
159 LA LEYENDA DEL BUMERANG
a la familia
El hijo que abandona a la familia
como una rama rota de su tronco;
en su día, él mismo, se quedará ronco
frenando los impulsos de su Emilia.
Y es que la vida es un ciclo sin fondo
en el que, si bien no escogió nacer,
el dolor que ahora causa sin querer
le volverá a él mismo, pero más hondo.
Y es una pena, porque la existencia,
ya de por sí tan dura y complicada
por razón de su natural esencia,
se revuelve dejando en la estacada
a quien, sin atender a su conciencia
abandonó a su vez la casa amada.
130530
Barcelona, 2 de noviembre de 1980
———
160 ¡ESTO ES LA GUERRA!
a la Navidad
A la voz del erguido capitán
que les da ejemplo con su valentía,
los soldados salen del barrizal
sin muestras de su antigua gallardía:
Rotos ya los grisáceos uniformes…
Rotas ya las ataduras humanas,
se perecen a unos monstruos deformes
que avanzan cansinos entre las cañas;
sucios y harapientos, almas enanas.
Van avanzando en la noche calmosa,
hombres que lucen sus pelos con canas
y zagales con orgullo de rosa;
éste, enredada la barba canosa
por muchos más días de los convenientes;
aquél, curvada la espalda, gravosa
por el peso de tantos ingredientes…
Andan juntos, rechinando los dientes
al conjuro de temores pasados
y la incógnita de miedos presentes…
¡Ellos saben que los tienen cercados!
Y por eso, más o menos cargados
con parásitos, pertrechos y vino,
añoran en sus pechos angustiados
aquel pueblo que les quitó el destino:
El de más acá, un joven campesino,
quiere volver a su tierra lejana
para seguir andando su camino
y casarse con su querida Juana.
Aquél de más allá, que la desgana
le atenaza y le impide caminar,
le gusta pensar que tal vez mañana
abrace para siempre a su Pilar.
Otro, a quien habían dejado casar
cuatro días antes del enrolamiento,
hablaba ya de querer desertar
sin temor al basto fusilamiento.
Y aquél otro, el guasón del regimiento,
cargado de bombas, metralla y muerte,
marchaba también en el seguimiento
de la trampa que les tendía la suerte.
Y así todos. Desde el débil al fuerte,
obedecieron, pues, sin rechistar,
aquella orden de marchar hacia el frente
sin saber que los iban a matar.
El capitán los dejaba pasar
reventando de orgullo el corazón,
sin pensar que aquel destino fatal
iba a unirlos con la misma razón.
Ya avanzan todos, mas la desazón
se adueña de sus mentes, cuerpos y almas
y la Luna, muy alta a la sazón,
ridiculiza a muchas de sus armas,
puesto que, al crear sombras huecas y
largas,
lo irreal surge con furias desbocadas
y forja seres de caras amargas
donde sólo hay bayonetas caladas.
Así, nos parecen juguetes de hadas
en manos de muchachos inconscientes:
Acarician sus culatas gastadas
y ya se creen por ello más valientes…
Pero el nerviosismo rompe las fuentes
porque el fogonazo del cañón ríela…
Y empiezan una canción entre dientes
que les para y la sangre se les hiela:
-¡No tiréis…!
-¡Esta noche en Nochebuena
y al amanecer será Navidad!
-¡Silencio!
-¿Olvidáis que estamos en guerra?
-¡No disparéis!
-¡Callar, por caridad!
Y otra vez en la negra oscuridad
resuenan las pisadas de nobleza,
pero avanzan llorando de verdad:
-¿Por qué la guerra?- y mueven la
cabeza…
De pronto, la misma naturaleza
queda por unos momentos en vilo
y cien gargantas llenas de extrañeza
gritan al unísono y sin sigilo:
-¡No disparéis, por el Cristo bendito!
-¡Por favor, en Navidad!- mas el fuego
de la metralla enemiga es contrito,
pero deja a la patrulla en el suelo.
Y más sombras se adueñan de aquel cielo
que les sirve a los hombres de mortaja
y las aves nocturnas abren vuelo
ante aquella visión que las ultraja.
Mientras Cristo nace en cuna de paja,
nuestros patrulleros son rematados…
Mas rotas las gargantas con navaja
aún exclaman por la furia ofuscados:
-¡Qué es Navidad…!- y quedan abrazados
el soldado de la barba canosa,
el capitán, el de hombros tan cargados
y el muchacho de la cara pecosa…
Todos juntos componen una rosa
que legan a la necia humanidad.
¡Esto es la guerra…! ¡Esta es la triste cosa
que obligó a engendrar una Navidad!
130531
Barcelona, 29 de noviembre de 1980
———
161 TRAS LA TAPIA DEL PARAÍSO
al problema social
Desde siglos el hombre ha sufrido
horrores para ganar su sustento:
Desde un cansancio por él no pedido
hasta dolor y amargura sin cuento,
desde el sueño frío que lo va matando
hasta el caliente sudor de su asiento.
Todo lo tiene en contra, ni aun amando
es feliz. El trabajo lo limita
de tal forma que siempre está deseando
hacer lo contrario de lo que se cita,
de manera que si es listo irá viendo
que nada hay que por su gusto repita:
Si despierto, quisiera estar durmiendo;
si echado, quisiera estar levantado,
si está sentado quisiera ir corriendo
y si corre se encuentra tan cansado
que no sabe si es mejor, de esta suerte,
dormir, andar, correr o estar sentado.
Y es que lleva tan encima a la muerte
por el error del pecado prohibido,
que el trabajo que antes le hacía tan fuerte
ahora mismo le tiene tan cogido
que es incapaz de levantar el vuelo
tras la tapia del Paraíso perdido.
Por eso vive clavado en el suelo,
por eso su alma sufre desencanto
y no por eso no tiene más consuelo
que picar, labrar y trabajar tanto
que con gusto se quema las pestañas
si con ello se olvida del quebranto.
Pobre hombre, es infeliz entre las cañas,
los bosques, las rocas y enredaderas.
Teme a los leones, tigres y pirañas
y no se acuerda que fue en las praderas,
cuando ganar el pan no le cansaba,
que lo era entre las flores y panteras.
Por pecado salió de donde estaba
y trastocó el entorno de su vida.
por su error llora cuando antes cantaba
y se cansa al andar cualquier subida.
Además, por su estado ya no ignora
que naciendo ha perdido la partida:
Siendo joven quiere que llegue la hora
de ser anciano y cuando peina canas,
piensa en la juventud pasada. Añora
el minuto anterior y tiene ganas
de volver a caminar el sendero
que acaba de dejar, pero son vanas
sus rabietas para ser el primero,
es finito por causa de su sino
y morirá cansado y sin dinero.
Ya no es capaz de cambiar el destino
con su esfuerzo torcido y limitado,
perdió el poder queriendo ser divino
y desde entonces anda atormentado,
pobre, cansado, roto y mal viviendo.
Mas no todo está perdido y acabado:
¡El Dios de amor se le acercó muriendo
para que pueda otra vez descansar
en el Jardín que abandonó corriendo
aquel día en que no supo reaccionar!
130533
Barcelona, 11 de marzo de 1981
———
162 SOLEDAD…
a la soledad
Solo en el pobre mesón del camino
sin más cielo que su techo blanqueado,
las estrellas que forjas en tu sino
parecen apartarse de su lado;
los sueños que uno funde en su destino
cuando el aplauso te tiene rodeado,
aquí valen tanto como el molino
que sin aspas se yergue abandonado;
las ansias por la suerte del vecino,
los planes de trabajo que has dejado
y hasta el dolor del amor más divino,
adquieren aquí, en el pensar callado
del ignorado mesón del camino,
el gusto amargo del calor pasado.
130534
Cieza, Murcia, 14 de mayo de 1981
———
163 NO HAY PAZ ESTANDO SOLO
a la soledad
Si empujados por la propia ansiedad
vamos buscando paz en el desierto,
si impelidos por nuestro sino incierto
nos adentramos en la sequedad,
si guiados por la amarga terquedad
dejamos la casa, el amor y el huerto
por encontrar paz, parece cierto,
como cierta es la ley de gravedad,
que sin quererlo (vaya novedad),
nos toparemos con el real aserto
que el rebaño de Dios llama verdad
cuando tiene el espíritu despierto:
¡No hay paz estando solo, hay soledad
y soledad como cuando estás muerto!
130535
Muel, Zaragoza, 27 de enero de 1982
———
164 EL ANCIANO AMIGO
a la vejez
La enorme transcendencia del anciano,
esa gente tan poco comprendida,
aumenta de valor según se mida
con probadas pisadas de cristiano.
Esos amigos que nos dan la mano
callosa, de tanta verdad vivida;
esas canas, que no tienen salida
más que gritando su final cercano;
esas arrugas de sudor humano,
ese dolor que da la edad sufrida,
esa experiencia de tiempo lejano…
Hoy debieran servirnos de medida
para gritar con toda el alma: ¡Hermano,
guíanos por el camino de la vida!
130536
Zaragoza, 28 de enero de 1982
———
165 SOLEDAD DEL HOMBRE
a la soledad
Solo, en el dolor del amor perdido,
allí donde el camino se hace llanto,
recuerdo muy bien que te quise tanto
que reviví al haberte conocido.
Sin embargo, debiera de haber sabido
que el amor primero causa quebranto,
si se pierde como pierdes un manto
quedas desnudo, enfermo y deprimido.
La soledad del que es incomprendido,
del capitán, del pastor o del santo,
siempre es mayor, si cabe, si ha sufrido
como Moisés, en el amargo canto
en que, brazos el alto, fue asistido
en el mando, la palabra y el espanto.
130537
Valladolid, 11 de febrero de 1982
———
166 AL FALSO PASTOR DE ALMAS
al Evangelio
Muy pocos pueden sentir tanto espanto
como aquel pastor que suma despojos,
que con la mirada llena de enojos,
no sabe secar el ajeno llanto.
Pastor, si no fuera pedirte tanto,
te pediría que viviesen de hinojos,
pues cuando te piden pan das rastrojos
y cuando amor, les niegas hasta el manto.
Ojalá que este mi pequeño canto,
convierta en verdes tus secos matojos…
Sólo así podrías hablar sin quebranto
e imitando al Señor, sanarías cojos,
tullidos, mancos, algún que otro santo
y tal vez alegrar tus tristes ojos.
130538
Valencia, 18 de febrero de 1982
———
167 A LA MADRE…
a la madre
Si en la vida te causé algún quebranto
por obedecer mis locos antojos,
si te devolví alguna vez rastrojos
cuando me cubrías, madre, con tu manto,
si no te dije que te quería tanto
cuando por mi causa vivías de hinojos,
si convertí tus luces en despojos
llenas por mi culpa de amargo llanto,
si jamás supe comprender tu espanto
cuando me veías andar entre los cojos…
Madre mía, ahora añoro tu dulce canto
y niego de igual modo mis enojos
cuando al regalarme un cariño santo
parecías bendecirme con los ojos.
130539
Logroño, 8 de febrero de 1982
———
168 AMOR TARDÍO
a la madre
Si alguna vez te hice daño en la vida,
madre mía, no me lo tengas en cuesta.
Lo hice sin querer, como aquel que tienta
una puerta que no tiene salida.
¡Cuánta razón tenías, madre querida,
devolviendo cariño a cada afrenta,
pues pagando mil besos por setenta
conseguiste por fin ser comprendida!
Jamás estuviste bien atendida
y aun así siempre parecías contenta,
y es que dabas con honor la medida
del amor que toda madre sustenta
a pesar que sólo ante su partida
se valora el amor que representa.
130599
Valencia, 28 de abril de 1982
———
169 EL CÍRCULO
a la madre
En aquellos momentos de la vida
en que los hijos se van de tu lado,
uno piensa que en el tiempo pasado
también escogió la misma salida
sin pensar que quedabas abatida.
Ahora sé que tú también has llorado,
madre, ahora sé que también has luchado
en esta lid que tenemos perdida….
Por eso no me lo tengas en cuenta,
que los hijos, del más débil al fuerte,
se acuerdan tan sólo de la tormenta
cuando te ven en los brazos de la muerte.
Entonces… tu amor se añora y comenta,
pero ya es muy tarde para quererte.
130600
Valencia, 29 de abril de 1982
———
170 ARPEGIOS SOBRE EL DESTINO
a la educación cristiana
Nunca los pasos perdidos
sirven para hacer camino,
sólo forjan el destino
los que, con cinco sentidos,
se apoyan bien convencidos
en conformar el futuro.
Sólo el que avanza seguro
en tanto va caminando,
puede vivir, aun dejando
trozos de piel en un muro.
Nunca las horas perdidas
vuelven a marcar segundos,
y ni aun queriendo, los mundos
no tienen otras salidas
que las que vienen medidas
por las leyes naturales.
Así, las reglas normales
tienen tan fija su meta
que todo nuestro planeta
gira con pautas normales.
Pues la ley del universo
nos dice de buena gana
que antes de la mañana
viene la noche. Y que el verso
que encierra todo converso,
al menos así lo pienso,
no tiene que ser extenso
para que tenga mensaje:
¡El creyente no es el traje
pero ayuda a su consenso!
De manera que el creyente,
imitando a su Señor,
debe imitar lo mejor
y mirar siempre de frente,
pues no será más valiente
llorando el tiempo perdido
que intentar ser comprendido
por sus gestos de futuro.
Sí, sabemos que es más duro,
pero es su único vestido.
Así Cristo, el Salvador,
del pasado hizo futuro,
murió en la cruz siendo puro,
queriendo ser Mediador
entre el hombre pecador
y el Dios, Señor del planeta.
Con la fuerza de un profeta
cambió el sentido del mundo
de tal forma, que un segundo
vuelve a ser la era completa.
Avanzar, pues, es motivo
de madurez en el hombre;
paso a paso, nombre a nombre,
avanzar es formativo
y siempre definitivo.
Avanzar es crecimiento,
es transformar el aliento
en la potencia futura,
es una energía que dura
hasta el último momento.
Porque llegada la muerte,
y con ella el juicio cierto,
todo aquel conocimiento
es comprobado y la suerte
ya no es sólo del más fuerte,
del más rico o del soldado.
¡Sólo el que ha sido salvado
por la sangre de este Cristo,
tiene su lugar previsto
en un cielo tan soñado!
De manera que esta claro:
Una vida licenciosa
no puede dar otra cosa
que un desenlace muy caro.
Y eso es así, porque es raro
ver la excepción del aserto
y el que vive estando muerto
no puede, por más que quiera,
escaparse de la tierra
sin pasar por su desierto.
Por eso mañana es tarde
para volver a vivir,
y no se puede salir
entrando, ni hacer alarde
de estar helado si uno arde.
De nuevo está muy claro:
Nuestro tiempo, como el aro,
no tiene fin, pues pasado
jamás es recuperado
ni aun con el precio más caro.
Todo el que nace arropado
y crece de silla en silla,
de viejo se maravilla
tener que morir cansado.
Pero este es el resultado
del más moderno estandarte:
¡No puede ser juez y parte
quien no trabaja en la vida,
pues el pecado no olvida
que trabajar es un arte!
Buscar poesía en el cemento
es de tan pobre aventura,
como encontrar la fortuna
en las princesas de un cuento.
Mas parece buen momento
recordar que aquí nos trajo
una falta de trabajo
en los campos y en las huertas
y que cambiamos por puertas
el calor, el viento y el Tajo.
Pretender rehacer camino
intentando ser un niño
tapado por el cariño
de la madre, es un destino
irreal, falso y tan dañino,
que el problema resultante
es tanto más denigrante
que el que se quería evitar.
¡Sólo se puede avanzar
caminando hacia adelante!
De siglos el mandamiento
que impide mirar atrás,
fue señal para Jonás
y causó el estancamiento
de la mujer de Lot. Viento
de sal en vez de esperanza
paraliza a quien alcanza
la tentación del pasado,
pues está bien demostrado
que el ayer a nadie ensalza.
Una cosa es que la ciencia
que se adquiere con vivir
la podamos convertir
en un pozo de experiencia
aun a fuerza de paciencia,
y otra cosa muy distinta
es no quemar nuestra Pinta
pensando que a su cuidado
volveremos al pasado
a escribir con mejor tinta.
El río que sigue su curso
sin que sea modificado
no puede cambiar lo andado,
pues no tiene otro recurso
que terminar su concurso
en ese mar tan soñado.
Por esa ley, el pecado
acompaña con la muerte
a quien no tiene la suerte
de morir ya rescatado.
Andando, pues, el camino
con amor y honestidad,
se halla la felicidad
que marca nuestro destino
según el dedo divino.
No lo echemos al olvido,
parece un contrasentido
pero es una realidad,
la vida con caridad
es la que siempre ha valido.
Porque la vida más cierta
empieza en la misma muerte
y el que ha tenido la suerte
de abonar y regar su huerta
no la encontrará desierta
cuando haya resucitado.
Es más, Cristo ha asegurado
con su redención consciente,
tenerlo siempre presente
en un hogar tan soñado.
Así pues, y terminando
los arpegios del destino,
diremos que nuestro sino
se prepara caminando,
amando y trabajando.
Y para tener cabida
más allá de la salida
de este mundo que hemos visto,
necesitamos a Cristo
para prolongar la vida.
130609
Logroño, 11 de diciembre de 1982
———
171 LOS PRIMEROS CIEN AÑOS DE UNA IGLESIA
a los aniversarios
y a la Iglesia de Bona Nova.
Cuando miramos despacio al pasado
y vemos que lo eterno no perece,
sentimos como nuestro ánimo crece
por confiar en el mismo postulado.
En cien años muchos nos ha dejado
pero la Iglesia local permanece;
es más, cada día que pasa, parece
más seguro y cercano su reinado.
Y es que Cristo dejó muy bien sentado
que su Iglesia es la Esposa que merece
y como tal, el tiempo ya señalado
no puede hacer nada, sólo establece
lo que es obvio: ¡Qué crecerá a su lado
mientras el resto del mundo envejece!
130612
Alicante, 15 de octubre de 1983
———
172 LA SOLEDAD DE LA VEJEZ
a la vejez
Aquel abuelo levantó la vista
con un golpe de su arrugada frente,
intentando ver algo diferente
en un mundo cruel, hostil y egoísta.
Y allí, en el banco, repasó la lista
de amigos, familiares… la otra gente,
pero por más que se estrujó la mente
a nadie encontró… Y lloró pesimista.
¿Dónde quedó aquella fuerza prevista
de su juventud? ¿No era tan valiente?
¿No era como un rey al pasar revista
a tanto amigo que acudía a su fuente?
Está solo. Aquello pasó, y es solista
sin querer del desamor inconsciente.
130613
Alicante, 23 de octubre de 1983
———
173 EL ASILO
a la vejez
Sé que tu abuelo mira ya a su suerte
como quien la acaricia con la mano,
que no le importa morir en verano
cuando el griterío del sol es más fuerte
o en el silencio del frío más inerte.
Sólo quiere acordarse que es humano…
Sólo quiere abrazarse con su hermano
antes de que la Parca le despierte
con los chatos clarines de la muerte.
Respeta, pues, las canas del anciano
mientras sientas que pueden conmoverte,
piensa que tu mañana está cercano
y donde ahora le ves puedes verte
cuando el tiempo te vuelva veterano.
130614
Alicante, 11 de noviembre de 1983
———
174 LA ABUELA
a la vejez
Quién quiera investigar lo que es la vida,
aunque por hacerlo el alma le duela,
que mire bien la cara de una abuela
cuando se ve en su nieta más querida.
Sus arrugas nos dicen enseguida
con mensaje de la mejor escuela,
que siente como su recuerdo vuela
a una infancia oscura, cruel y sufrida,
a unos estudios sin otra salida
que el matrimonio forzado de suela
de esparto, cuerdas y cama reunida,
a un esconderse tras su hombre, espejuela
de su persona anulada y destruida
por los hijos, el trabajo y la espuela.
130615
Denia, Alicante, 17 de noviembre de 1983
———
175 LA ABUELA PROPIA
a la vejez
Una abuela es el mejor monumento
que podemos encontrar en la vida,
pues su figura mantiene reunida
lo que quisimos ser en su momento.
Si soñábamos, nos contaba un cuento;
si traviesos, nos daba una salida;
si ignorantes, nos daba la medida
con un consejo del mejor acento;
si valientes, nos hacía andar con tiento;
si anémicos, orlaba la comida
con tanto mimo, amor y condimento
que siempre la comíamos enseguida,
y si, en fin, detectaba algún lamento
lo hacía suyo sonriendo decidida.
130616
Castellón, 18 de noviembre de 1983
———
176 LOS ABUELOS
a la vejez
Ver a un grupo de abuelos esperando
bajo el reluciente sol de la mañana,
debiera ser, en esa hora temprana,
el impulso que estamos anhelando.
Mas, ¿qué esperan? ¿Acaso están
buscando
sin querer el milagro del Guadiana?
¿Quién puede decirlo? ¿De buena gana
volverían a nacer…? Sólo ignorando
la noble característica humana
podríamos pensar lo que están hablando:
¡Cada vez que repica una campana
el final que temen se va acercando!
Por eso sus labios ríen con desgana
mientras su corazón está llorando.
130617
Barcelona, 19 de noviembre de 1983
———
177 PREGÓN
Guión en forma de diálogo
para presentar la Fiesta de Navidad.
Dos primarios.
Un niño y una niña vestidos como personas
mayores: Ella traje largo de fiesta
y él con smoking.
Aparecen en escena uno por cada lado del
escenario llevando sendos
micrófonos inalámbricos.
NIÑA.-
(Saluda al público).
¡Señoras y señores…!
NIÑO.-
(Idem).
¡Ladies and gentlemen…!
NIÑA.-
¡Madames et messieurs…!
NIÑO.-
¡Meine damen und herren…!
NIÑA.-
¡Bienvenidos a esta fiesta
que con gusto presentamos,
pues sólo les deseamos
un rato de diversión!
NIÑO.-
Piensen que nada les cuesta
y que con el corazón
y el esfuerzo despejado,
todos hemos trabajado
para darle solución.
NIÑA.-
En ella, podrán ver cosas
buenas, claras y sencillas
y hasta digo de puntillas
que también son muy hermosas.
¡Siempre pensamos en rosas
cuando hablamos del Señor!
NIÑO.-
¡Es verdad! El Redentor
nos promete su presencia
cuando tiene la evidencia
que pensamos en su Nombre.
NIÑA.-
Mirar que esto no os asombre
pues Él lo dijo bien alto:
¡Daré el Espíritu Santo
a todo ser, mujer u hombre,
que con cariño lo invoque!
NIÑO.-
Así, los niños en bloque
contarán las excelencias
que con tantas diligencias
y con tan veraz enfoque
tiene nuestra Navidad.
NIÑA.-
Quédense, pues, bien sentados
que ya sin versos forzados
y un poco de caridad,
empezaremos el cuento
desde este mismo momento
y con toda la humildad.
NIÑO.-
Os pedimos comprensión
natural en estas fechas,
olvidar las frases hechas
y mirar el corazón,
porque a veces la razón
es bastante generosa.
NIÑA.-
Y la intención es hermosa
en toda nuestra función,
lo podemos confirmar.
NIÑO.-
Mira, para no cansar…
¡Empieza la relación!
(Empezando por la niña se ponen a leer todo el programa, presentando de forma alternativa a cada artista, cuadro o participante, quedando a un lado de la escena mientras dura la presentación. Al terminar la fiesta, suben de nuevo al escenario para despedir la velada).
NIÑO.-
(O la niña según sea el que haya presentado la última actuación).
Deseamos que la velada
haya sido de su agrado,
y si algo hemos dejado
sin celebrar de pasada,
en la nueva temporada
lo dejaremos zanjado.
NIÑA.-
Sobran, pues, más comentarios
para acabar el programa…
NIÑO.-
Y traspasamos la llama
sin pecar de temerarios.
NIÑA.-
Abrir bien vuestros himnarios
para cantar con los poetas
como sencillas Julietas
o complicados Tenorios.
NIÑO.-
Te equivocas de momento…
NIÑA.-
Pues, nada más. El contento
alegrará nuestra vida
si todos a la salida
nos aplauden este cuento.
(Saludan los dos y se van cada uno por un lado del escenario).
130618
030064
Alicante, 21 de noviembre de 1983
———
178 LA TERCERA EDAD
a la vejez
A los abuelos de la edad presente
los han encerrado en la “edad tercera”,
como si el darles la etiqueta fuera
para tantos problemas suficiente.
¿Ha pensado el de la preclara mente
que inventó ayer su término cualquiera,
que a muchos ancianos más les valiera
menos hablar y más plato caliente?
¡Buen hombre, no seas tan inconsecuente
caminando detrás de una quimera,
si recoges la paja solamente
abandonando todo el trigo en la era,
llegará tu vejez, tenlo presente,
y no tendrás a nadie que te quiera!
130621
Alicante, 6 de diciembre de 1983
———
179 LA EXPERIENCIA DEL ABUELO
a la vejez
A un abuelo que andaba murmurando
le pregunté hace poco por la muerte;
y el buen hombre, hablándome con voz
fuerte,
como el que sabe lo que está contando,
me dijo que la Parca va marchando
a tu encuentro tratando de envolverte
e impidiendo que puedas defenderte
a pesar de que la estás esperando…
Por eso, a unos les sorprende cantando
cuando más les favorece la suerte,
en tanto que a otros los coge llorando
su desgracia. ¡Hijo mío: Si viene a verte
es mejor que te encuentre trabajando
que tener que luchar por convencerte!
130622
Alicante, 7 de diciembre de 1983
———
180 LA NAVIDAD VACÍA
a la Navidad
¿La Navidad puede ser diferente
sin variar los mojones del camino?
¡No! El hombre no comprende a su vecino
y es infeliz en medio de la gente,
la Iglesia vive un yugo reverente,
la guerra arma su paz con desatino,
la ciencia pretende ver el destino
y la materia intenta ser coherente…
Un año más, este mundo demente
la celebrará comiendo sin tino
y bebiendo de manera inconsciente
hasta el olvido. Por ello adivino,
sin hacer grandes esfuerzos de mente,
que el Niño Dios se irá por donde vino.
130623
Denia, Alicante, 24 de diciembre de 1983
———
181 ANCIANOS MARGINADOS
a la vejez
¿Quién ha inventado la “tercera edad”
para etiquetar a nuestros ancianos?
¿Los ricos? ¿Estos que esconden las
manos
en sus cuentas repletas de suciedad?
¿Los políticos, cuya falsedad
corre pareja con hechos malsanos?
¿Las milicias, que hacen esfuerzos vanos
en reforzar una paz sin piedad?
¿La Iglesia…? ¡Si tiene a la sociedad
dormida en su miedo! ¡Cuatro tiranos!
¡Cuatro forjadores de soledad
que pisotean los derechos humanos
cuando les explican con seriedad
que mañana ayudarán como hermanos!
130624
Denia, Alicante, 3 de enero de 1984
———
182 SOLO
a la vejez
Cuando uno mastica su soledad
aunque viva en el asilo de enfrente,
cuando a su pesar lo hacen diferente
y su alma se constriñe de ansiedad,
dolor, comprensión, amor y piedad,
y está gritando con toda su mente
que mitiguen el sudor de su frente,
que le dejen sitio en la sociedad,
es que a pesar de su “tercera edad”
y sus canas, quisiera estar presente
en ella por su nervio y seriedad:
¡El anciano es útil e inteligente,
y padece cuando con falsedad
se le quiere separar de la gente!
130625
Alicante, 5 de enero de 1984
———
183 EL OCASO DEL POBRE
al problema social
En el banco más tranquilo de mi huerto,
aquel que el sol reblandece y calienta,
el abuelo está soñando. Se sienta
tranquilo, intentando pensar despierto
que su derrota está llegando al puerto
prácticamente sin que se de cuenta…
Recuerda como nació, y luego intenta
rememorar como pasó el desierto
de la vida, un día gris y el otro incierto,
creciendo y trabajando por cincuenta,
dando fe de la verdad del aserto
que nos dice que el pobre se alimenta
con la esperanza real de caerse muerto
para escapar del cerco que le afrenta.
130626
Elda, Alicante, 10 de enero de 1984
———
184 EL PARO
al problema social
Adán salió del Edén castigado
a trabajar, debiendo pagar caro
su deseo de caminar sin amparo
en vez de estar viviendo descansado.
Pronto supo lo que es estar mojado
de sudor frío, molido con descaro
por los distintos dueños, sin más faro
que un jornal insuficiente… Vejado
por un plato de lentejas… Dejado
a su suerte… Pasado por el aro
y añorando aquel Paraíso dorado
pues ahora ni trabaja, mas no es raro:
¡Debido a las premisas del pecado,
se acabó el trabajo y apareció el paro!
130627
Denia, Alicante, 11 de enero de 1984
———
185 LA ANGUSTIA DEL PARO
al problema social
Cuando un amigo parado transita
agobiado por un paro humillante
y no encuentra trabajo edificante
a pesar de que así lo solicita,
se desespera, patalea y hasta grita.
Y es que no hay nada tan triste y aberrante
como buscar trabajo en un instante
y no encontrar lo que uno necesita
por más que agota y acude a cada cita.
¿Por qué no hay trabajo? Por la constante
del error. ¿Por qué la angustia descrita?
Por la razón que anotamos adelante:
¡El paro es la circunstancia maldita
del fracaso del sistema imperante!
130628
Alicante, 17 de enero de 1984
———
186 EL HOMBRE SIN TRABAJO
al problema social
La figura del hombre sin trabajo
cuando más lo necesita en la vida,
viene a ser como la imagen perdida
de aquel ayer que trabajó a destajo
como castigo a su soberbia. Trajo
del Edén la maldición prometida
y durante eras no tuvo más salida
que trabajar por pan, cebollas y ajo.
Pero llegó la ciencia y le sustrajo
hasta el poder trabajar a medida,
y el castigo cayó mucho más bajo
pues hizo del descanso tal parida,
que muchos añoraron cualquier tajo
para escapar de una era tan temida.
130630
Denia, Alicante, 19 de enero de 1984
———
187 LA REVELACIÓN DE DIOS
al Evangelio
El que quiera ver al Dios que camina
en medio del estupor e ignorancia
de un universo que vive a distancia
de la propia revelación divina,
no tiene más que doblar la esquina
y buscar los restos de tolerancia
en sus seguidores, y en la abundancia
de dones y prodigios que ilumina
la creación, los profetas y culmina
en su Cristo, cuya fuerza y elegancia
se comprende, se sabe y se adivina
por ser, por firmeza y perseverancia,
el resplandor de la gloria más fina
y la misma imagen de su substancia.
130632
Alicante, 23 de enero de 1984
———
188 A ROBERTO VELERT CHISVERT
a las grandes figuras del Evangelio
Hoy la Iglesia te acepta como ofrenda,
como se acepta el agua en el desierto,
pensando que llevados de la rienda
te podremos seguir hasta el puerto
que desde hoy será nuestra vivienda.
Puestos en pie, tuvimos el acierto
de querer un Pastor que nos entienda
y nos ayude a pasar el Mar Muerto,
te preferimos a ti, sin enmienda
y por mayoría absoluta. Por cierto,
si acertamos al elegir la prenda
tu consejo será bueno: ¡Roberto,
veremos a Dios andar en la senda
como antes ya le vimos en el Huerto!
130633
Barcelona, 3 de junio de 1984
———
189 TRES BESOS
a la madre
Con tres besos sentidos y pueriles
me entrego cada noche a mi descanso,
tres besos que transforman el remanso
mis ansias y problema juveniles,
tres besos que tienen sabor de miles,
tres besos que me obligan a ser manso
y a los que por su valor no me canso
de admirar sus facetas y perfiles.
Mas sé que con estos besos febriles
crucifico tu alma, que se te enciende
el corazón con los clavos hostiles
de mi desobediencia… ¡Madre, atiende,
oye, a todos los que te ofendan, diles
que un trozo de ti misma te defiende!
160637
040117
Barcelona, 22 de julio de 1984
———
190 EL TIMÓN MATERNO
a la madre
Las almas que creen que pueden vagar
solas en este angosto y estrecho mundo,
no se dan cuenta que el amor fecundo
de la madre sustenta cada hogar,
que es ella quien inca en el mar profundo
el timón de la canoa de la vida,
quien seca el sudor, quien cura una herida,
quien consigue orientar al moribundo…
Que es, en fin, el cimiento de la casa.
Por eso, cuantos sientan desazón
o se encuentren ahogados en la masa,
que miren a su propio corazón,
donde la huella de su timón rebasa
los largos límites de la razón.
160638
040119
Barcelona, 29 de julio de 1984
———
191 EL ÚLTIMO PENSAMIENTO
a la madre
Desde el reo culpable, solo y maldito
que pide clemencia en cualquier penal,
hasta el más santo varón terrenal,
todos pronuncian tu nombre bendito
a las puertas de la muerte temida.
No sabemos que tiene ese momento,
mas lo cierto es que el postrer pensamiento
que podemos disfrutar en la vida
lo empleamos para formar en la mente
la imagen de una madre que nos muestra
la verdadera senda de la muerte…
En ese último chispazo, la maestra
que nos dio la vida apostando fuerte
hasta parece que es como más nuestra.
160643
040120
Barcelona, 2 de agosto de 1984
———
192 LA MADRE, ES NUESTRA
a la madre
Desde el reo culpable, solo y maldito
hasta el más santo varón terrenal,
no hay nadie, entre los de cuerpo mortal,
que no pronuncie tu nombre bendito.
Una hora, un segundo, quizá un momento,
durante los caminos de la vida
o en las puertas de la muerte temida,
todos te llevan en el pensamiento.
Y es que el postrer destello de la mente
se dedica a quien es la mejor muestra
de una creación perfecta, sana y fuerte…
No hay otra criatura igual. Ella es nuestra.
Y en el arte de darnos vida, suerte
y amor, es una verdadera maestra.
160644
040120
Barcelona, 3 de agosto de 1984
———
193 EL VOCABLO MATERNO
a la madre
Si un nombre en la tierra merece loor
este es sin duda el vocablo materno.
Y es que una madre transforma el infierno
en un hogar donde todo es candor.
Además, desde la cuna a la cana
su mano siempre se ve manifiesta,
porque todo el dolor lo cambia en fiesta
con tesón y habilidad más que humana.
¡Ah, madre! ¿Qué premio te espera allá
en la gloriosa y celestial mansión?
¿Será el coronarte reina quizá
o será la internacional canción
que en todo el planeta resonará
al darte los hijos su bendición?
160648
040121
Barcelona, 7 de agosto de 1984
———
194 BENDICIÓN A LAS MADRES
a la madre
Si un hombre es la tierra merece loor
este es sin duda el vocablo materno.
Y es que la madre transforma el infierno
en un hogar donde todo es candor
y armonía. Desde la cuna a la cama
su mano siempre se ve manifiesta;
es más, todo el dolor lo cambia en fiesta
con amor y tesón. Usa la llama
de la paciencia siempre como aviso,
sus labios dibujan una oración
mientras lava, quita el polvo o hace un
guiso.
Todas son iguales, sin variación.
Por eso, madres del alma, es preciso
que los hijos os den su bendición.
160649
040121
Barcelona, 9 de agosto de 1984
———
195 LA ÚLTIMA ESPERANZA
a la madre
Si hay un nombre que merezca alabanza
en este mundo tan cruel y moderno,
tendría que ser el vocablo materno
porque es con mucho la última esperanza.
Sólo nuestra madre rompe una lanza
a nuestro favor con sentido tierno,
sólo ella nos hace ver que el infierno
degenera y embrutece a quien alcanza,
sólo ella encamina nuestra pujanza,
sólo ella, en fin, anota en un cuaderno
lo que siempre será nuestra esperanza:
¡Qué a pesar de que nos venza el invierno
o veamos ya la muerte en lontananza,
nos está esperando junto al Eterno!
160650
040121
Barcelona, 10 de agosto de 1984
———
196 BELLEZA MATERNA
a la madre
Un día se presentaron a concurso
muchos de los seres que fueron creados,
los más hermosos y raros, buscados
de entre la inicial selección en curso.
Se trataba de escoger la belleza
que a Dios más y mejor representaba…
Mas, ¿por qué causa o razón resultaba
que nadie, nada, vencía con nobleza?
De pronto, una madre se presentó
con un niñito dormido en sus manos…
Y ahora sí que la multitud cantó.
Todos, rocas, plantas, fieras, humanos
y hasta un ángel de luz se levantó
gritando: ¡Nos han ganado, hermanos!
160654
040122
Barcelona, 14 de agosto de 1984
———
197 EL CONCURSO DE BELLEZA
a la madre
Un día se presentaron a concurso
todas las criaturas que fueron creadas,
las más hermosas y raras, buscadas
de entre la dura selección en curso.
Se trataba de escoger la belleza
que a Dios más y mejor representaba;
pues bien, ¿se podría creer que resultaba
que nadie podía vencer con nobleza’
De pronto, una madre se presentó
llevando un niño pequeño en las manos…
Y entonces la muchedumbre cantó,
rocas, plantas, animales, humanos
y hasta un arcángel de luz exclamó:
¡Esta madre nos ha ganado, hermanos!
160655
040122
Barcelona, 14 de agosto de 1984
———
198 LA BELLEZA DE LA MADRE
a la madre
Un día se presentaron a concurso
muchos de los seres que fueron creados,
los más hermosos y raros, buscados
de entre la inicial selección en curso.
Se trataba de escoger la belleza
que a Dios más y mejor representaba;
pues bien, ¿se podrá creer que resultaba
que nadie podía vencer con nobleza?
Pero hubo una madre que amamantó
a un pequeño adormilado en sus manos…
Y entonces la muchedumbre cantó
como nunca hicieran labios humanos,
y hasta un ángel de luz se levantó
para decir: ¡Nos han ganado, hermanos!
160656
040122
Barcelona, 14 de agosto de 1984
———
199 ÁNGEL DEL HOGAR
a la madre
-¡Gloria a Dios!- parecen decir los hijos
cuando reciben aquel diario beso
que cada madre, con claro embeleso,
les da sin atenerse a horarios fijos.
-¡Gloria a Dios!- parece decir el padre
cuando al repartir el pan en la mesa,
orgulloso, saboreando el aire, besa
la cara refulgente de la madre.
Y si en el mejor altar de la casa
el nombre de ella siempre está patente,
es porque la madre nuestra traspasa
todas las barreras de amor decente,
y con sus callosas manos amasa
la corona del Dios Omnipotente.
160657
040123
Alicante, 18 de agosto de 1984
———
200 EL ÁNGEL DE LA CASA
a la madre
Muchas veces se pregunta la gente
cuando se detiene, piensa o repasa,
quién es el ángel guardián de la casa.
Si la respuesta no fuese patente
o se pensase que alzamos un puente
para eludir la duda que nos asa,
que investigue a su madre cuando pasa
para darle mil besos en la frente.
Y es que una madre rodeada de gasa
o de cardos, tiene ángel. Si es creyente,
muchas veces en su vida traspasa
varios ríos de amor, pues es evidente
que con sus manos callosas amasa
la corona del Dios Omnipotente.
160658
040123
Alicante, 21 de agosto de 1984
———
201 EL ÁNGEL CUSTODIO
a la madre
Si pienso que te tengo en el olvido
cuando tú me regalaste la vida,
sin querer estoy abriendo una herida
en el rincón para mí más querido.
Madre mía, debiera de haber sabido
que andabas en mi corazón perdida,
mas si esculpí tu nombre en la salida
usando un pincel de trazo torcido,
lo más normal es que te haya perdido
donde debiste ser obedecida…
Por si acaso estoy a tiempo, te pido
que me vuelvas a mandar, convertida
en el ángel custodio de mi nido,
aun a riesgo de otra cruel despedida.
160659
Alicante, 24 de agosto de 1984
———
202 EL RECUERDO DE LA MADRE
a la madre
Cada vez que sin querer recordarte
vienes a dominar mi pensamiento,
me acuerdo muy bien que en otro momento
prometí que jamás iba a olvidarte.
¿Cómo pude a conciencia abandonarte
sin sentir dolor ni arrepentimiento?
¿Por qué no me avisó el conocimiento
cuando mi estupor comenzó a dejarte?
Mas cuando ocurre, me acuerdo enseguida
que el corazón no quiso que te fueras,
ni que tuviera amores repartidos.
Por eso y porque te debo la vida,
madre, prometo amarte aunque te mueras
con cada uno de los cinco sentidos.
160660
Barcelona, 1 de septiembre de 1984
———
203 EL RECUERDO DE CRISTO
a Cristo
Cada vez que sin querer recordarte
vienes a dominar mi pensamiento,
me acuerdo muy bien que en otro momento
prometí que jamás iba a olvidarte.
¿Cómo pude a conciencia abandonarte
sin sentir dolor ni arrepentimiento?
¿Por qué no me avisó el conocimiento
cuando el pecado me instaba a dejarte?
Mas cuando ocurre, me acuerdo enseguida
que el corazón no quiso que te fueras
buscando a los que están menos
perdidos…
Señor, puesto que te debo la vida,
prometo que te amaré aunque no quieras
con toda la fuerza de mis sentidos.
160661
Barcelona, 1 de septiembre de 1984
———
204 MUERTE EN LA CRUZ
a Cristo
Cada vez que veo tus brazos alzados
tratando de abrazarme aunque no quiera,
me dan ganas de coger la escalera,
arrancar esos clavos oxidados,
alisar esos pelos despeinados,
aliviar esa dolida cadera
y arrojar para siempre esa madera
que recogiste por nuestros pecados.
Mas, como sólo así somos salvados
de la terrible pena venidera,
¡vengan esos brazos crucificados,
venga esa puñalada traicionera
y vengan esos aceros clavados
que te hicieron morir de esa manera!
160662
Barcelona, 3 de septiembre de 1984
———
205 LA CASA DEL CORAZÓN
a Cristo
Cuando veo tus brazos crucificados
incapaces de levantar la balda
que me impide recibir tus cuidados
ahora, siento haberte dado la espalda
engañado por mis propios pecados…
Si pudiera tener una esmeralda
para arrancar esos clavos forjados,
esa lanza y esa espinosa guirnalda
que te retienen inmóvil ahí afuera,
podrían abrir mi puerta al Universo
y entrar en esta casa sin ventanas.
¡Señor, mientras encuentro la manera,
acepta por favor mi humilde verso
hecho con amor, sencillez y ganas!
160663
Barcelona, 4 de septiembre de 1984
———
206 INCREDULIDAD
a Cristo
Yo, al igual que Tomás, quisiera verte,
tocar tus heridas, tus miembros sanos,
tu costado… Y como él, tener la suerte
de oír esa voz de timbres tan humanos
que son capaces de reñir bien fuerte
para edificación de los hermanos
y de amar, sin que puedan detenerte
ni mis púas ni mis clavos toledanos.
Perdona, pues no quisiera ofenderte
ni remover recuerdos tan lejanos…
Lo que quiero es tratar de conocerte
antes de que mis pelos, por ser canos,
preludien la justicia de la muerte
y no tenga la ayuda de las manos.
160664
Barcelona, 20 de septiembre de 1984
———
207 ATARDECER
a la vejez
Siento ya que las fuerzas me abandonan,
pues que a veces, lo que no quiero, eso
hago
y lo que no puedo coger, lo halago
encuadrándolo por verde… Razonan
mis pensamientos más de lo que pido
transformar en energía… La entereza
fluye a borbotones, mas en pereza
se convierte al pronto de haber nacido…
Me acobarda la fuerza arrolladora
de la juventud que sigue… Perdonan
lo que desprecié ayer y condeno ahora
y no entienden las causas que destronan,
pues no ven que la noche tendrá aurora…
Ya siento que las fuerzas me abandonan…
160665
040157
Barcelona, 21 de septiembre de 1984
———
208 EL SUDOR PROMETIDO
al problema social
Me piden que defina el sentimiento
y la angustia del obrero parado,
como si pudiera ser sopesado
la impotencia, el dolor y el sufrimiento.
Es verdad que el trabajo fue escarmiento
y consecuencia de nuestro pecado;
mas, ¿se puede saber lo que ha pasado
para que no sea ni remordimiento?
¿Tanto ha cambiado el feroz mandamiento
que oímos al salir del Edén perdido
mareados por encima y por debajo?
¡Ahora mismo tengo el convencimiento
que el castigo ya no es el prometido
sino la increíble falta de trabajo!
160666
Barcelona, 22 de septiembre de 1984
———
209 LA CONFIANZA EN CRISTO
al Evangelio
Cuando estábamos más desorientados
dejaste tu reinado para amarnos,
sabiendo que nadie podría salvarnos
del yugo de nuestros propios pecados;
y es que viendo que estábamos cercados
por Satán, en vez de desheredarnos
preferiste descender a buscarnos
pensando que en tanto éramos buscados
como trigo entre la paja segada
confiando en encontrar buena simiente,
podíamos huir de la condenación
que por méritos teníamos ganada
con sólo creer que nos es suficiente
Calvario, Sepulcro y Resurrección.
160667
Barcelona, 23 de septiembre de 1984
———
210 TOMÁS, EL DÍDIMO
a las grandes figuras del Evangelio
Triste es pasar a la historia moderna
como el hombre que para creer en Cristo
resucitado, pide haberle visto
caminar a la luz de una linterna,
comer, tocar, aunque de forma tierna,
las marcas de los clavos y la lanza,
y oír su voz, ¿puede ser eso esperanza?
¿Se puede creer en una vida eterna
basándose en hechos materiales?
¡No! Es otra esfera, otra cosa… Además,
está claro, sólo los animales
necesitan ver el pienso. Jamás,
podéis creerlo, seremos inmortales
de pensar como el amigo Tomás.
160675
Barcelona, 29 de septiembre de 1984
———
211 SUSPIROS A CRISTO
a Cristo
Si fuera un genial y hábil escultor
capaz de crear y producir un busto…
Si tuviera la habilidad y el gusto
que derrocha trabajando un pintor…
Si las flores me diesen su color,
o las abejas su arte incomparable,
o el agua su potencia inigualable,
o el sol su maravilloso calor,
o la aurora boreal su resplandor,
o las estrellas su correr alterno,
o la madre su natural candor…
¡Todo te lo daría, mi amigo tierno!
Pero como carezco de valor,
acepta mi corazón, ¡qué es eterno!
160676
040145
Barcelona, 29 de septiembre de 1984
———
212 CRISTO CONSOLADOR
al Evangelio
Pese a que todo hombre sufre y padece
el fin que por sí mismo se ha buscado,
Cristo bajó a la tierra y le ha salvado,
y le ayuda, bendice y fortalece,
y acabado con lo que le entristece,
enterrado su torcido pecado,
y enseñado que ya está consumado
por Él, que para siempre permanece.
Y así, el hombre que tenía calculado
perecer con todo lo que perece,
se sentirá muy pronto aleccionado
con este sentimiento que se crece
cada vez que se siente consolado
a pesar de que no se lo merece.
160686
040144
Barcelona, 5 de enero de 1985
———
213 EL CONSUELO DE VIVIR
al Evangelio
Pese a que todo hombre sufre y padece
el fin que por sí mismo se ha buscado,
debe saber que Cristo le ha salvado
a pesar de que no se lo merece.
Mas para que el milagro permanezca
y no sentirse esclavo del pecado,
debe creer que Jesús le ha rescatado,
por extraño e ilógico que parezca
y vivir sin pensar que su pasado
le tendrá para siempre en este suelo,
anclado en una tierra tan finita
que procura mantenerlo enterrado.
¡Cristo ha vencido a la muerte y el consuelo
que nos da es una realidad bendita!
160687
040144
Barcelona, 5 de enero de 1985
———
214 LA SANGRE DE CRISTO
al Evangelio
Pese a que todo hombre sufre y padece
el fin que por sí mismo se ha buscado,
debe saber que Cristo le ha salvado
a pesar de que no se lo merece.
Mas para que el consuelo permanezca
y no sentir el miedo del pasado,
debe creer que Jesús ha consumado
de un golpe, por extraño que parezca,
el pago del rescate estipulado
que nos mantenía anclados en el suelo
lastrados por el peso del pecado.
Este es el misterio real del consuelo:
¡Sólo su sangre nos ha rescatado
y nos ayuda a levantar el vuelo!
160688
040144
Barcelona, 5 de enero de 1985
———
215 EL CONSUELO DE CRISTO
al Evangelio
Pese a que todo hombre sufre y padece
el fin que por sí mismo se ha buscado,
Cristo bajó a la tierra y le ha salvado.
Esta es una idea que nos fortalece:
¡Sabemos que con Él nada perece
pues si bien murió por nuestro pecado,
de un golpe y para siempre ha eliminado
todo aquello que nos hunde y entristece!
Este es el misterio real del consuelo
que nos hace caminar por el suelo
sin temor al castigo abrasador:
¡Cristo nos guarda un trocito de cielo
si somos capaces de izar el vuelo
gracias a su poder consolador!
160689
040144
Barcelona, 5 de enero de 1985
———
216 ORACIÓN MATUTINA
a la educación cristiana
Padre nuestro, que el cielo es tu camino,
concédenos hoy el pan cotidiano,
enséñanos a ayudar al anciano
y a alabar al que de las nubes vino.
Ayúdanos a amar más al vecino
con ese amor entero de cristiano,
a ser un claro ejemplo a nuestro hermano
y a imitarte en lo honesto y lo divino.
Perdónanos los posibles pecados
que quizá sin querer cometemos
en el chocar del mundo y sus cuidados.
Y si al final de la jornada vemos
muchos de los problemas superados,
gracias con el corazón te daremos.
160695
040139
Jerez de la Frontera, Cádiz, 21 de febrero de 1985
———
217 EL “PADRE NUESTRO”
a la educación cristiana
Padre nuestro que moras en los cielos,
santificado sea tu santo nombre.
Venga tu reino a conseguir que el hombre
no confíe tanto en sus fuerzas y anhelos
y haga tu voluntad aquí en los suelos
como se hace en el reino de los santos.
Danos nuestro pan sin tantos quebrantos.
Perdona tantas dudas y recelos
porque también nosotros perdonamos
a los que se han hecho nuestros deudores,
tal y como nos dejó dicho el Maestro.
Líbranos de tentación mientras vamos
y del mal mientras sintamos dolores.
Por tu Hijo Jesucristo, Señor nuestro.
160696
040139
Linares, Jaén, 22 de febrero de 1985
———
218 LA CRUZ
al Evangelio
“Ven sígueme tomando tu cruz” (Mar. 10:21).
Cuántas veces, Señor, quise acercarme
a esa cruz que se yergue suplicante,
y otras tantas me volví en el instante
en que supe que debía levantarme.
¿Por qué escogiste la cruz para amarme
teniendo tantas cosas por delante?
¿Cómo pudiste tener tanto aguante
para morir de esa forma sin darme
otra opción para vivir? ¿Por qué hablarme
de subir a una cruz tan humillante?
Señor, no dejes nunca de llamarme
pues sé que aunque la cruz fue denigrante,
tuviste que morir para salvarme
¡y eso es lo que al final es importante!
160697
Barcelona, 22 de febrero de 1985
———
219 EL CRISTO UNIVERSAL
a Cristo
No sé que diera, Señor, por tenerte
cada día a mi lado mientras camino,
por retener tu corazón divino
hasta los postreros días de mi muerte.
Para mí, Señor, el poder perderte
mientras estás atendiendo al vecino,
me hace pensar en que tendré un destino
peor al que tuve antes de conocerte.
Mas, ¡necio de mí! ¿Cómo retenerte
para mis solos cuidados? Tu sino
es cambiar al mundo y pretender verte
limitado a un solo hombre, me imagino
que aparte de ser un error, es ofenderte.
¡Perdóname, Señor, tal desatino!
160698
Barcelona, 23 de febrero de 1985
———
220 IMITACIÓN A CRISTO
a Cristo
Cada vez que me contemplo delante
de esa cruz que me da tanto respeto,
veo como el corazón se queda quieto
ahogado por su luz edificante.
Y mi voluntad se anula al instante,
pues entiendo que al aceptar tu reto,
debo saltar también un parapeto
como si fuese un enorme gigante.
¿Dónde quieres que saque tanto aguante
para que de un pobre trozo de abeto
forje una cruz y la suba jadeante
a lo más alto de mi propio Aneto?
¡Sólo Tú, real sacerdote ofertante,
nos diste un sacrificio tan completo!
160699
Barcelona, 25 de febrero de 1985
———
221 EL CIELO
a la educación cristiana
¿Cómo será el cielo que nos espera?
¿Estará situado el oasis divino
en un palmeral de cañas de lino
o en el aire de un planeta cualquiera?
¿Lo rodeará una agreste cordillera
alfombrada por agujas de pino
o se esconderá en un seno marino
vigilado por una horrenda fiera?
¿Tendremos la dicha, siempre primera,
de oír a los ángeles cantar con tino
a la gloria de Cristo en primavera?
Sea lo que sea, una cosa es el camino:
¡El Dios Padre no se quedará fuera
y tendremos a su Hijo por vecino!
160700
040140
Hellín, Murcia, 1 de marzo de 1985
———
222 ANSIEDAD
a la soledad
Cuantas veces he deseado, Señor,
no gustar el frío vaso de la muerte
y volar en un carro sin dolor
hasta el lugar donde al fin pueda verte.
Mas sé que para que nazca una flor
o una ágil espiga, no hay otra suerte
que hundir el grano y apagar el color.
Así, para preservar lo más fuerte
y lo que realmente tiene valor,
debo aceptar sin querer ofenderte
el sueño mortal purificador
que todo lo cambia, gira y convierte.
¡Señor, límpiame ya con el frescor
de ese agua eterna que nunca está inerte!
160701
040141
Barcelona, 6 de marzo de 1985
———
223 EL LASTRE DE LOS PECADOS
a la educación cristiana
Si la lógica afirma la razón
de nuestra humana existencia terrena,
es que la cruel y visible cadena
de la carne, confunde al corazón.
Pero no es menos cierta la canción
que Cristo afirmó en aquella condena:
¡Qué sólo sentía engrandecer su pena
cuando el mundo limitaba su acción
a esa poca y carcomida visión
que le da la carne! ¡No sólo frena
lo santo sino que rompe la unión!
¡Oh, hombre! ¡Mira arriba con ilusión
y tu alma, lavada y dada por buena,
podrá volar para siempre hasta Sion!
160702
040142
Barcelona, 7 de marzo de 1985
———
224 A LUIS HOMBRE NABOREL
a las figuras del Evangelio
Fuiste mi maestro en la etapa primera,
en esa donde uno adquiere cordura,
en donde a fuerza de golpes madura
haciendo florecer su primavera.
Luego, en la juventud de la quimera,
me ayudaste a recorrer la andadura,
enseñándome que hay más hermosura
en la Palabra de Dios que en cualquiera.
Y ahora en que el resto de mi cabellera
me indica que entro en la etapa más dura,
en donde el canto se vuelve ronquera,
saber que aún vas vistiendo la armadura
del pastorado en forma tan certera,
debe ayudarme hasta la sepultura.
160703
Barcelona, 8 de marzo de 1985
———
225 SONETO AL RECIÉN NACIDO
a la Navidad
Sobre una rústica cuna de encina
y sobre mantas hechas con las manos,
vino al mundo el mejor de los humanos
para andar contra el mal que se avecina,
pues sólo andando en la tierra culmina
el pensamiento paterno de hermanos
que iguala a los enfermos, a los sanos
y a los que comen pescado o la espina.
Por eso no estás solo, ente divina,
en tu pesebre cantan los ancianos
y reyes… Y es que contigo termina
la negra noche de vientos arcanos.
¡Gracias por tu salvación que ilumina
tanto a los tirios como a los troyanos!
160705
030029
Barcelona, 10 de marzo de 1985
———
226 LIBERTAD PARA EL HOMBRE
a la Navidad
Gracias Jesús, pues por tu nacimiento
se conmovieron las negras cavernas
y el diablo perdió sus ansias eternas
de ser rey sin ningún impedimento.
Y tras haber cambiado el pensamiento
de muchas almas presas en cisternas,
Satanás ha encontrado, que de tiernas
en potentes, le han dado un escarmiento.
Por esto su aparición suena a canto,
porque has vencido a la muerte y al reinado
de ese Lucifer que gritaba tanto.
Y al pobre hombre que yacía encadenado,
le das la ocasión para ser un santo
y que entre a depender de tu cuidado.
160706
030037
Puebla de Guzmán, Huelva, 13 de marzo de 1985
———
227 GRATITUD HUMANA
a la Navidad
En el mismo momento en que el pecado
entró resquebrajando el Huerto santo,
se supo que estaba ya preparado
el Salvador que vencería al espanto.
Así que el hombre no fue abandonado
a pesar de merecérselo tanto,
a su tiempo, Dios envió al Hijo amado
a nacer, y a iniciar de nuevo el canto
que el cruel pecado tenía amordazado:
¡Y saltaron los grillos por quebranto
de un niñito recién santificado
y los hombres enjugaron su llanto
por izar el espíritu salvado
a la morada de Dios sacrosanto!
160707
030050
Barcelona, 20 de marzo de 1985
———
228 LOS CINCUENTA AÑOS
a los aniversarios
y a mi medio siglo de existencia.
Cuando uno llega a los años cincuenta
y recuerda lo mucho que ha vivido,
se da cuenta que no tiene sentido
avanzar en contra de la tormenta.
Es verdad que la fuerza que aparenta
es menor, y que ha perdido mucho oído,
mas dicen que de todos es sabido
aquel refrán que no salió de imprenta:
“Qué sabe más el diablo por anciano
que por diablo”, así pues y concluyendo,
una cosa está bien clara: ¡Se cuenta,
que a pesar de cruzar el meridiano
de la vida, puede seguir viviendo
como si sólo tuviese cuarenta!
160708
Barcelona, 11 de marzo de 1985
———
229 AL PASTOR DE “BONA NOVA”
a las figuras del Evangelio
y a Pedro Bonet
Durante años llevaste la cureña
de una iglesia con luz resplandeciente,
tuviste que aguantar a mucha gente
con amor y paciencia bien risueña,
nos diste a Jesucristo por enseña
y a Barcelona entera como frente,
tuviste que luchar con la corriente,
nos diste buena imagen hogareña…
Contigo supimos lo que es un cedro
y lo que puede corregir la escoba
pues hiciste del redil un poliedro
y fuiste como un león ante la loba.
¡Por eso, y otras cosas, querido Pedro,
has sido y eres pastor de “Bona Nova”!
160709
Barcelona, 27 de marzo de 1985
———
230 EL MISTERIO DE LA SOLEDAD
a la soledad
Muchas veces, Señor, me encuentro solo
en medio de la gente que me aprieta,
y otras tantas la soledad me inquieta
como lo haría si fuese por el Polo.
¿Por qué será que ni aunque fuera Apolo
y en el Olimpo tuviera mi banqueta
o que haciendo gala de alguna treta
pudiera cambiar de sitio como Eolo,
podría estar en compañía? Aun el gladiolo
crece por parejas en la maceta,
sin embargo el hombre, llámese Manolo
o Manuel, vaya en coche o en bicicleta,
si está perdido se encontrará solo
aun rodeado de gente que le aprieta.
160710
Barcelona, 13 de abril de 1985
———
231 LA CUNA VACÍA
a la Navidad
Cristo nació en un establo templado
por ansias de mil almas que quería,
pues aparte de José y de María,
el orbe entero se hallaba a su lado.
Y es que un nacimiento tan esperado
como aquel que nuestro Cristo cumplía,
no lo hubo desde que el mundo, en su día,
por el mismo Redentor fue creado.
Por eso las almas se habían juntado:
¡Querían ver al Santo Dios que nacía
en medio de luces, agua y ganado…!
Y es que sabían que aquel Niño ocuparía
una cruz en medio de un descampado
cuando olvidase la cuna vacía.
160713
030052
Barcelona, 17 de mayo de 1985
———
232 EL SECRETO DE LA SOLEDAD
a la soledad
¿Qué secreto encierra la soledad
que cuando sentimos sus mordeduras
hasta las horas parecen más duras
y queremos merecer más piedad?
¿No será que al dejar la mocedad
y estar libres de muchas ataduras,
nos imaginamos ver amarguras
dónde muchos otros ven ansiedad?
El ser que con salud o enfermedad
se imagina solo y ve todo a oscuras,
tiene un mal que sólo irá conociendo
cuando de veras le importe la edad:
¡Qué el hombre sólo siente estas locuras
al saber que vivir… es ir muriendo!
160714
Barcelona, 17 de mayo de 1985
———
233 EL PESEBRE
a la Navidad
Pesebre de leña y pajas usadas:
Encierras tal nacimiento en tu seno
que ya para sí quisieran en pleno
los palacios de paredes lijadas.
Guardas tanto honor en tablas y arcadas
que cualquier hombre que quiera ser bueno
tendrá que respetar todo aquel heno
que Cristo gastó para hacer almohadas.
Cambiaste tu acento por varas de hadas
que te proyectaron hacia la historia…
Y es que gracias a ti, cualquier humano
puede tener a Jesús como hermano.
¡Bendita sea, pues, tu santa memoria
por ayudar a las almas salvadas!
160715
030105
Amposta, Tarragona, 28 de mayo de 1985
———
234 JOSÉ, EL CARPINTERO
a las grandes figuras del Evangelio
Se dice que José, el fiel carpintero,
pesa menos que María en aquel canto
gracias al cual, el Espíritu Santo
iba a engendrar Cristo, el hijo primero.
Mas si bien ella aceptó al mensajero
y a su mensaje, José hizo otro tanto;
es más, la recibió bajo su manto
cuando debió dejarla en el alero.
Entonces quede claro el romancero:
María y José son iguales, por cuanto
si una puso su cuerpo en el sendero
que trajo al Salvador sin adelanto,
el otro la amparó siendo soltero
y sin que se le notase el espanto.
160716
Mora de Ebro, Tarragona, 29 de mayo de 1985
———
235 EL EBRO
a la naturaleza
Viendo pasar el Ebro silencioso
bajo los arcos del puente de Mora
la Nueva, pienso que ya va siendo hora
que el hombre, que crece tan orgulloso,
se de cuenta que lo más bueno y hermoso
lo ha hecho Dios, el cual sin duda deplora
que todos nosotros andemos ahora
intentando que se vuelva horroroso.
¿Por qué elegir el cemento lujoso
que encierra cualquier caja de Pandora,
si el mensaje de este río caudaloso
es tan fuerte, que parece que llora
al ver como un cauce tan poderoso
ha de aguantar otra fauna y otra flora?
160717
Mora la Nueva, Tarragona, 14 de junio de 1985
———
236 EL INCOMPRENDIDO
a la soledad
Quise servir para maestro de niños
y la política me dio un portazo,
quise servir para guiar a las almas
y la iglesia me apartó de un zarpazo,
quise servir para escribir novelas
y en casa me sujetaron el brazo,
quise servir para estar separado
y la ley me condenó con su mazo…
Decirme buenas gentes, ¿qué hay que
hacer
para ser uno mismo? Humildemente,
sin acritud, pienso que si al nacer
uno se da cuenta que es diferente
y no le dejan serlo, con crecer
ya grita con el cuerpo y con la mente.
160718
Barcelona, 22 de junio de 1985
———
237 NOVIA
a la mujer
y a Salomé García y Daniel Lostaló.
Presiento como esta mañana crece
porque te vas a casar enseguida
y es que una unión que ha sido bendecida
por siglos y más siglos permanece.
¿Por qué será que al casarse florece
en toda mujer cristiana una rosa?
¿No será quizá que al sentirse esposa
puede aplicar su amor? ¡Sí, eso parece!
Pues bien, tu marido me envía a buscarte
y aprovechando una orden tan hermosa,
aparte de que quisiera desearte
desde ahora que seas feliz y dichosa,
quiero ser sino el primero en besarte,
¡sí el primero el decir que está preciosa!
160719
040134
Barcelona, 22 de junio de 1985
———
238 MI MUJER
a la familia
y a Ángeles Bayona Hombre.
Como lirio entre las crueles espinas,
como amanecer templado y tranquilo,
como mariposa de seda en su hilo,
hueles a brisas de conchas marinas…
Mujer, sé que te queda más belleza
que ahora mismo no puedo describir
y es que no basta con solo vivir
para explicar de una vez tu grandeza.
Más de cien vidas necesitaría
para empezar quizás a comprender
una parte solo de tu valía…
Aunque esto, al final, podrá suceder
si gustamos los dos la Noche y el Día
de la nueva vida del amanecer.
160720
040127
Barcelona, 29 de junio de 1985
———
239 MI ESPOSA
a la familia
Eres como un lirio entre las espinas,
como un amanecer claro y tranquilo,
como mariposa de seda en su hilo,
como el color de las perlas marinas
y otros cúmulos de tanta belleza
que son difíciles de transcribir,
pues no me basta con solo vivir
para conocer toda tu grandeza.
Y es que cien vidas necesitaría
para empezar tan solo a comprender,
cariño mío, un poco de tu valía.
Claro que al final podrá suceder
tras vencer a la muerte. El aquel día,
lo intuyo, te llegaré a conocer.
160721
040127
Barcelona, 22 de junio de 1985
———
240 AMOR NO CORRESPONDIDO
al amor
Al beber mi silencio entre los tejos
del jardín de la soledad, ¡oh ingrata!,
el sabor de mis lágrimas me mata
porque me recuerdan que andas muy lejos.
¿Por qué será que en todos los espejos
te reflejas sin que pueda evitarlo?
¿Qué me diste que al tratar de olvidarlo
olvido todo menos tus reflejos?
Pensé cambiar de cariño… ¡Mentira!
Pensé, incluso, disimular mi llanto
en el pincel, en la pluma y en la lira,
mas pronto me di cuenta con espanto
que estoy tan lleno de ti que, mira,
¡prefiero llorar a no amarte tanto!
160722
Sitges, Barcelona, 27 de junio de 1985
———
241 LA SUBSTANCIA
a la madre en general
y a la mía en particular.
A poco que me esfuerza aún te recuerdo
en medio de las brumas de la infancia,
creo que nunca olvidaré la fragancia
que sembrabas al caminar. Me pierdo
a lo largo de los años, de acuerdo,
pero no podré olvidar la elegancia
que como un caro perfume de Francia
llenabas mi vida. Me hiciste cuerdo
buscando el equilibrio entre lo izquierdo
y lo derecho, sin más militancia
que mi propio destino. Sería un lerdo
y un mal hijo si no diese importancia
a lo que hiciste por mí… ¡Te recuerdo
madre, porque te llevó en mi substancia!
160723
Barcelona, 1 de julio de 1985
———
242 AL AMIGO DE LA INFANCIA
a las figuras del Evangelio
y a Félix Fontanet.
A poco que me esfuerce aún te recuerdo
en medio de las brumas de la infancia,
y es que nunca olvidaré la fragancia
con que adornabas tu oración. Me pierdo.
a lo largo de los años, de acuerdo,
pero no podré olvidar tu elegancia
cuando en Velilla, Ballobar o Francia
orabas por mí… Así me hiciste cuerdo
buscando el equilibrio entre lo izquierdo
y lo derecho, sin más militancia
que la del Evangelio. Sería un lerdo,
buen amigo, si no diese importancia
a los que hiciste por mí… ¡Te recuerdo
Félix, porque te llevo en mi substancia!
160724
Zaragoza, 1 de julio de 1985
———
243 EL PAGO DE LOS PASTORES
a las figuras del Evangelio
y a Adolfo de Silva.
Siempre que pienso en los pastores de
almas
que al igual que tú queman existencia,
tiempo y voz, se me mueve la conciencia
a la vez que quisiera batir palmas…
No hay trabajo, servicio ni carrera
que necesitando tanta paciencia,
sea menos maltratado por la ciencia,
el demonio y la sociedad entera.
Menos mal que ni el aplauso ni el pago
tienen que ver con semejante audiencia
y que cuando se produzca el halago
por vuestra entrega, servicio y decencia,
estaréis ya al otro lado del lago
y hablando ante la Divina presencia.
160725
Barcelona, 6 de julio de 1985
———
244 TRES FECHAS
a la educación cristiana
y a Ana Monsó.
Se dice que hay tres fechas en la vida
que nos marcan de muy diversa suerte:
El nacimiento, la boda y la muerte,
que es tal vez de las tres la más temida,
pero como no quisiera ofenderte
paso a hablar de la segunda enseguida.
El matrimonio cristiano, querida,
es con mucho el mandamiento más fuerte
que tras restaurar la armonía perdida,
en amigos del Creador nos convierte.
¡Hazme caso, sé feliz de salida
por raro que esto pueda parecerte
y al final, cuando se da la medida
del amor, feliz volverás a verte!
160726
Barcelona, 2 de julio de 1985
———
245 LAS VIRTUDES TEOLOGALES
a la educación cristiana
Dicen que hay tres virtudes teologales
que, puestas juntas en una balanza,
llegan a condicionar la pujanza
y el valor de los hombres terrenales.
Bien. Si la fe nos hace ser normales
en tanto que la caridad alcanza
cotas muy altas, yo rompo una lanza
por la que falta y nos hace ideales,
pues desde bosquimanos a esquimales
y desde Don Quijote a Sancho Panza,
lo único que puede con nuestros males
mientras nos toque bailar esta danza,
es confiar en las fuerzas celestiales…
¡Para mí, creerme, es mejor la esperanza!
160727
Barcelona, 6 de julio de 1985
———
246 LA SOLEDAD DEL PROSCRITO
a Cristo
Muchos de los que estaban a su lado
y que le siguieron al oír su grito,
ahora piensan que fueron tras un mito
y que la sinrazón ha terminado.
¡Qué emoción sintieron en el llamado
y cuándo les calmaba el apetito!
¡Cómo supo indicar que era el Bendito,
el redentor y el Mesías esperado…!
-¡Mas ahora, los detalles han cambiado
-se decían-. Ahora mismo está maldito.
Sus palabras y gestos han colmado
todo lo que estaba previsto y escrito.
¡Mirar! ¡Ahí está el Cristo crucificado!
¡Vamos, que no nos vean con el proscrito!
160733
040156
Alicante, 8 de agosto de 1986
———
247 EL CRISTO CÓSMICO
a Cristo
El Cristo que creó el universo entero
tuvo que romper el silencio humano
porque el hombre iba siguiendo un sendero
que le hacía estar cada vez más lejano.
Tuvo que ser quien hablara primero
porque el hombre, a pesar de andar ufano,
le iba dando la espalda, prisionero
y ahogado por las luchas con su hermano…
Y el Cristo cósmico subió al madero
en una hermosa tarde de verano,
para decir al mundo venidero
que su sacrificio no sería en vano
en el momento en que un hombre sincero
le entregase el corazón con la mano.
160734
Alicante,12 de agosto de 1986
———
248 NADA
conclusión al libro:
Arpegios de un soneto
160736
Explicar una vida en cien sonetos
es como explicar una idea cualquiera,
se empieza por escribir los cuartetos
y el desenlace sale a la primera.
Claro que a veces, en muchos tercetos,
uno se lía y no encuentra la manera
de demostrar que simples parapetos
son peldaños de la misma escalera.
¿Cómo llamar “Episodios Completos”
a una existencia llena de quimera?
Yo no lo sé. Con todos los respetos
os confesaré que lo que quisiera
es dar fin a estos versos tan inquietos
antes de que os canse más… o me muera.
160735
Alicante, 15 de agosto de 1986
———
249 EL VINAGRE REPARADOR
a Cristo
No hay garganta que aguante es escozor
que significa estar crucificado,
falta el aire al corazón angustiado
y hasta la saliva entre con ardor.
Por eso, aquel vencido Redentor
que ha sido injustamente condenado,
inclinando la cabeza hacia un lado,
murmura en un gemido de dolor:
-¡Sed tengo!
Y un pobre soldado de honor,
viéndole padecer desamparado,
le da a beber vinagre… ¡Qué sabor
para reanimar a un deshidratado!
Mas no hay nada que tenga más valor
que ayudar al que está necesitado.
160746
040156
Alicante, 16 de agosto de 1986
———
250 LA SED DEL CRUCIFICADO
a Cristo
No hay garganta que resista aquel trance,
pues al estar el cuerpo levantado,
falta el aire al corazón angustiado
y la saliva limita su alcance.
No puede engañar el crucificado.
Es Cristo, pero también es humano
y sufre. Tiene sangre en una mano…
Inclinando la cabeza hacia un lado,
exclama:
-¡Tengo sed!
Y tras el susto,
un romano empapa un trozo de estopa
y la sube hasta los labios del justo,
pero Jesús quería apurar la copa
de la cruz, justificando lo injusto,
sin importarle el mal sabor de boca.
160747
040156
Alicante, 17 de agosto de 1986
321904
Barcelona, 30 de noviembre de 2001
1 La salvación 1 (030010)
2 La celebración de la Navidad 1 (030011)
3 La oración y la Navidad 1 (030012)
4 Mi Navidad es eterna 1 (030013)
5 La leyenda 1 (030014)
6 La verdadera celebración de la Navidad 2 (030015)
7 Los campos están nevados 2 (030016)
8 La noche de Navidad 2 (030017)
9 El pobre de la esquina 3 (030018)
10 La historia del niño Jesús 3 (030019)
11 Cristo nos trajo el consuelo 4 (030020)
12 El sufrimiento de Jesús 4 (030021)
13 Una existencia gloriosa 4 (030022)
14 Murió maldito 4 (030023)
15 El pesebre floreció 4 (030024)
16 La certeza del nacimiento de Cristo 4 (030026)
17 Canto al niño Jesús 5 (030027)
18 El nacimiento de Cristo fue así 5 (030028)
19 Un broche para el Niño Dios 10 (030030)
20 Oración de Navidad 11 (030031)
21 El ángel cansado 11 (030032)
22 Adoración mundial 14 (030033)
23 La muerte vencida 14 (030034)
24 Nombre de Redentor 14 (030035)
25 Oro, incienso y mirra 14 (030036)
26 ¿Cristo nacerá otra vez? 17 (030038)
27 Día de fraternidad 17 (030039)
28 Ya lo sabía 17 (030040)
29 Amor de Dios 17 (030041)
30 Oración matutina 17 (030042)
31 Navidad para Cristo 18 (030043)
32 Tres fechas 18 (030044)
33 El sentir de los padres 18 (030045)
34 Navidad 18 (030046)
35 Navidad hermosa 18 (030047)
36 Duerme el Bebé divino 19 (030048)
37 El río Jordán 19 (030049)
38 La nueva Belén 19 (030051)
39 Estribillos 19 (030054)
40 Los dolores de Cristo 20 (030055)
41 El revoltoso 21 (030057)
42 La cuna de madera 21 (030058)
43 Silencio en el mundo 22 (030059)
44 Romance de pastorcillos 22 (030060)
45 Estaba dormido 26 (030061)
46 A José 27 (030062)
47 Ofrendas en Navidad 28 (030065)
48 Noche Buena 28 (030066)
49 ¿Humildad o realeza? 29 (030067)
50 Regalos al recién nacido 29 (030068)
51 El pregonero 30 (030069)
52 Balbuceos 31 (030070)
53 Historia de la Redención 31 (030071)
54 Balbuceos II 33 (030072)
55 Nana de Belén 33(030073)
56 Noche de Navidad 34 (030074)
57 El Niño de los desamparados 34 (030075)
58 Alegría en Navidad 34 (030076)
59 Despreocupación humana 34 (030077)
60 Navidad en el mar 35 (030078)
61 Balbuceos 3 36 (030079)
62 El grito del ama 36 (030081)
63 Ansia por la Navidad 37 (030082)
64 El banco eterno 37 (030083)
65 Feliz pueblo de Belén 37 (030084)
66 Soliloquio 38 (030085)
67 La potencia de Cristo 40 (030086)
68 Cristo glorioso 40 (030087)
69 La grandeza de Cristo 40 (030088)
70 Jesús está sin cuna 41 (030089)
71 El dolor de mi Cristo 41 (030090)
72 ¡Canta niña hermosa! 41 (030091)
73 La gracia de Cristo 41 (030092)
74 La elegancia 41 (030093)
75 No fue sencillo 41 (030094)
76 Balbuceos IV 42 (030095)
77 La primavera de Cristo 42 (030096)
78 Quisiera… 42 (030097)
79 Ilusión 42 (030098)
80 Las campanas de Belén 42 (030099)
81 ¡Anda, borriquito! 42 (030100)
82 El jardín de Cristo 43 (030101)
83 El camino a Belén 43 (030102)
84 El cieguecito 43 (030103)
85 El camino del mesón 43 (030104)
86 Mujer 43 (040112)
87 El secreto de mamá 43 (040113)
88 Mujer española 44 (040114)
89 Las dos ranitas 44 (040115)
90 Picardía 45 (040116)
91 Madre 46 (040118)
92 Del amor mundano 46 (040125)
93 La creación 46 (040126)
94 Matrimonio cristiano 46 (040128)
95 Al hijo primero 46 (040129)
96 A las malas compañías de mi hijo 47 (040131)
97 El padre perfecto 47 (040132)
98 Consejo materno 47 (040133)
99 La novia 47 (040134)
100 Profundidad del amor 47 (040136)
101 El enamorado 48 (040136)
102 El mar 48 (040137)
103 Al amor mundano 48 (040138)
104 La cuna 48 (040143)
105 Pugilato 48 (040146)
106 A la novia 49 (040147)
107 Pensamientos 49 (040148)
108 La última carta 51 (040149)
109 Chispas 52 (040150)
110 El parque 54 (040155)
111 Las “Siete Palabras” 55 (040156)
112 Ballobar 57 (040158)
113 El pregón del trovador 57 (040159)
114 Del consejo 57 (040160)
115 La fuente 57 (040161)
116 Iván, mi perro 58 (040162)
117 Del pecado original 59 (040163)
118 Todo es vanidad 59 (040164)
119 El triángulo perfecto 59 (040165)
120 El entierro 59 (040166)
121 ¿Soy yo guarda de mi hermano? 60 (040167)
122 Familia numerosa 60 (040168)
123 El despertador 61 (040169)
124 El galope de la muerte 61 (040170)
125 No llores… 61 (040171)
126 La gente muere despacio 61 (040172)
127 Somos humanos 62 (040173)
128 Cuatro hijos 62 (040174)
129 Abraham 62 (040175)
130 Himno a la fe 63 (040176)
131 Domingo de Ramos 66 (040177)
132 ¿Está muerta mi madre? 66 (130503)
133 No hay ovejas… 66 (130504)
134 ¿Qué es el amor? 67 (130505)
135 Mujer, hermana del viento 67 (130506)
136 El olor de la muerte 68 (130507)
137 Mañana… 68 (130508)
138 A Pepita Ferrándiz 68 (130509)
139 Navidad es el mojón que señala el camino 68 (130510)
140 El amor, ¿es divisible por dos? 69 (130511)
141 Lo importante es amar 70 (130512)
142 ¿Qué queda de la Navidad? 70 (130513)
143 El viejo 70 (130514)
144 El invitado al cielo 71 (130515)
145 La música del silencio 71 (130516)
146 Yo también soy poeta 71 (130517)
147 Palabras… 72 (130518)
148 Palabras de vida 72 (130519)
149 Palabras de amor 72 (130520)
150 Palabras del Padre Nuestro 73 (130521)
151 Palabras de silencio 73 (130522)
152 El entierro de la hermana de mi amigo 74 (130523)
153 El entierro de un amigo 75 (130524)
154 A la muerte de José 75 (130525)
155 La trinidad humana 76 (130526)
156 La locura de la Navidad 76 (130527)
157 La vida 76 (130528)
158 A la memoria de José García 77 (130529)
159 La leyenda del bumerang 77 (130530)
160 ¡Esto es la guerra! 78 (130531)
161 Tras la tapia del Paraíso 78 (130533)
162 Soledad… 79 (130534)
163 No hay paz estando solo 79 (130535)
164 Al anciano amigo 79 (130536)
165 Soledad del hombre 80 (130537)
166 Al falso pastor de almas 80 (130538)
167 A la madre… 80 (130539)
168 Amor tardío 80 (130599)
169 El círculo 80 (130600)
170 Arpegios sobre el destino 81(130609)
171 Los primeros cien años de una Iglesia 82 (130612)
172 La soledad de la vejez 82 (130613)
173 El asilo 83 (130614)
174 La abuela 83 (130615)
175 La abuela propia 83 (130616)
176 Los abuelos 83 (130617)
177 Pregón 83 (130618)
178 La tercera edad 84 (130621)
179 La experiencia del abuelo 85 (130622)
180 La Navidad vacía 85 (130623)
181 Ancianos marginados 85 (130624)
182 Solo 85 (130625)
183 El ocaso del pobre 85 (130626)
184 El paro 86 (130627)
185 La angustia del paro 86 (130628)
186 El hombre sin trabajo 86 (130630)
187 La revelación de Dios 86 (130632)
188 A Roberto Velert Chisvert 86 (130633)
189 Tres besos 87 (160637)
190 El timón materno 87 (160638)
191 El último pensamiento 87 (160643)
192 La madre, es nuestra 87 (160644)
193 El vocablo materno 87 (160648)
194 Bendición a las madres 88 (160649)
195 La última esperanza 88 (160650)
196 Belleza materna 88 (160654)
197 El concurso de belleza 88 (160655)
198 La belleza de la madre 88 (160656)
199 Ángel del hogar 89 (160657)
200 El ángel de la casa 89 (160658)
201 El ángel custodio 89 (160659)
202 El recuerdo de la madre 89 (160660)
203 El recuerdo de Cristo 90 (160661)
204 Muerte en la cruz 90 (160662)
205 La casa del corazón 90 (160663)
206 Incredulidad 90 (160664)
207 Atardecer 90 (160665)
208 El sudor prometido 91 (160666)
209 La confianza en Cristo 91 (160667)
210 Tomás, el Dídimo 91 (160675)
211 Suspiros a Cristo 91 (160676)
212 Cristo consolador 91 (160686)
213 El consuelo de vivir 92 (160687)
214 La sangre de Cristo 92 (160688)
215 El consuelo de Cristo 92 (160689)
216 Oración matutina 92 (160695)
217 El “Padre nuestro” 92 (160696)
218 La cruz 93 (160607)
219 El Cristo universal 93 (160698)
220 Imitación a Cristo 93 (160699)
221 El cielo 93 (160700)
222 Ansiedad 94 (160701)
223 El lastre de los pecados 94 (160702)
224 A Luis Hombre Naborel 94 (160703)
225 Soneto al recién nacido 94 (160705)
226 Libertad para el hombre 94 (160706)
227 Gratitud humana 95 (160707)
228 Los cincuenta años 95 (160708)
229 Al pastor de “Bona Nova” 95 (160709)
230 El misterio de la soledad 95 (160710)
231 La cuna vacía 95 (160713)
232 El secreto de la soledad 96 (160714)
233 El pesebre 96 (160715)
234 José, el carpintero 96 (160716)
235 El Ebro 96 (160717)
236 El incomprendido 96 (160718)
237 Novia 97 (160719)
238 Mi mujer 97 (160720)
239 Mi esposa 97 (160721)
240 Amor no correspondido 97 (160722)
241 La substancia 98 (160723)
242 Al amigo de la infancia 98 (160724)
243 El pago de los pastores 98 (160725)
244 Tres fechas 98 (160726)
245 Las virtudes teologales 98 (160727)
246 La soledad del proscrito 99 (160733)
247 El Cristo cósmico 99 (160734)
248 Nada 99 (160735)
249 El vinagre reparador 99 (160746)
250 La sed del crucificado 99 (160747)
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NOTA:
Debido a la gran cantidad de material a transcribir de los libros mecanografiados “Balbuceos” (130811, “A la sombra de un soneto” (171108) y “Balbuceos navideños” (180825), a partir del trabajo doscientos cincuenta y uno inclusive, pasan a incluirse en el libro “Una fuente viva” (191109, bou8).
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BALBUCEOS
POÉTICOS
321904
bou1
30.11.01