-Hoy he visto un pobrecito
reclinado en una esquina…
Di mamá, ¿la Navidad
no es institución divina?
-Sí, en una noche de luna
de la alegre Palestina,
Cristo nació muy despacio
en un pesebre de encina.
-¿No tenía casa?
-No.
-Pobre…
Así, ¿todo el que camina
en la senda que Él trazó,
le glorifica y culmina
el mensaje que nos dio?
-Sí.
-Mamá…
-Dime, Sabrina.
-Dame frutas y turrones.
-¿Ya?
-¡Sí!
-Están en la cocina.
Pero, ¿para que los quieres?
-¡Son para el que está en la esquina!