a Cristo
Al expirar, un silencio de invierno
se adueña de los pechos y las mentes.
Todos temen, incluso los valientes,
que Cristo se diluya en el infierno.
¡Qué pronto vencen los inconvenientes!
(Cristo dijo que vencería al averno
y que, a los tres días, el Dios sempiterno
le sacaría para honra de las gentes).
Por eso, aquel mojón es como un cuerno
que modula sonidos diferentes:
Para unos, una historia en un cuaderno;
para otros, un calvario de inocentes.
Pero para Cristo, el camino eterno
que le vuelve a juntar con los creyentes.